II. De regalos planeados y sucesos desafortunados.
A Jimin todo le estaba saliendo espléndidamente bien y eso le aterrorizaba.
Había terminado su última clase a tiempo y todos sus jóvenes alumnos se habían ido después de darle sus obsequios de Navidad -chocolates, cartas, galletas y tazas navideñas- y celebrar una semana de vacaciones.
Jimin estaba aliviado de acabar con su clase, no era que le molestara enseñar artes plásticas a un grupo de adolescentes inquietos y rebeldes. Al contrario, sus tardes eran divertidas y amaba dedicarse a lo que siempre soñó. Pero necesitaba un descanso y al fin podría viajar a su ciudad natal y ver a sus seres queridos... y a su padre y a su esposa, por supuesto.
Después de salir temprano de la academia de artes, tomó el bus de las dos y treinta puntualmente bajando en la esquina de la calle en donde estaba el edificio de su departamento. Sintió la ventisca helada golpear sus mejillas, pero sonrió al recordar que al fin estrenaría su gorro nuevo y ese suéter tan calientito que Hobi le había regalado.
Al entrar al edificio, el portero le saludó con muchos ánimos y Jimin le tendió una canastita con galletitas navideñas como un detalle.
Nada podía quitarle lo sonriente, ni siquiera el desorden que Jungkook había dejado en la sala de estar esa mañana. Vivir con roomies era toda una aventura, y Jimin iba a extrañarlos durante esos días de vacaciones lejos de la gran ciudad.
Revisó el reloj de pared con forma de gato y cola movible. Sus ojos se movían de un lado a otro y parecían burlarse de él por el poco tiempo que le quedaba para terminar su maleta, pero no importaba. Ese día todo iba bien, y aunque le ponía ansioso, Jimin no quería estresarse.
A las cuatro de la tarde el chofer que su padre le había contratado estaría afuera, listo para llevarlo en un viaje de veintidós horas hasta la ciudad que se encontraba al otro extremo del país.
En un inicio el plan había sido tomar un vuelo reservado justo el día de nochebuena, pero su padre era demasiado tacaño como para no ser precavido y revisar que el clima podría empeorar. No toleraría perder un par de billetes de su cuenta por una cancelación de vuelo, no. En lugar de eso, hacer viajar a su único hijo por un día entero en carretera.
Llegaría el veinticuatro en la mañana, después de veintidós horas de camino y alguna que otra parada en un hotel del camino, el cual ya tenía reservado. Por eso ya había alistado todo a la perfección. El regalo para la esposa de su padre estaba en su maleta, pero el obsequio que había preparado para su papá tenía que viajar con él en todo momento. No quería estropear el gran moño rojo que decoraba la elegante caja dorada.
Se había esforzado demasiado para comprarle ese regalo, por primera vez le daría algo decentemente costoso a su padre y le probaría que dedicarse al arte podría ser de provecho y dejar buenas ganancias, aunque para costearlo hubiera sacrificado sus desayunos dominicales con Seokjin y las salidas al bar con Jungkook durante el último mes.
Jimin estaba decidido y positivo con respecto a esta navidad. Nada podría estropearlo, y al terminar su maleta, peinar su rubio cabello antes de cubrirlo con su gorro y empacar un libro en su mochila, tomó su equipaje y bajó al lobby de su edificio para ver el auto reluciente que su padre le había indicado.
Antes de salir al frío exterior, Jimin dio un gran suspiro. "Todo saldrá perfecto".
❄︎❄︎❄︎
El primer inconveniente había aparecido para Jimin.
No había sido la rara actitud desdeñosa del chofer, a quien prefirió no hablarle en todo el camino. No. Resultó que la ventisca que había golpeado a la ciudad los tenía varados en un paradero de la carretera. El chofer simplemente había refunfuñando y ni siquiera le había dado razón. Simplemente se detuvo en el aparcamiento y bajó del auto para usar el baño de la gasolinera.
Eso había sido hace ya veinte minutos, y el hombre no daba señales de aparecer.
"Tal vez pueda bajar a comprarme algo de comer", pensó sobando su estómago, apenas recordando que no había almorzado. De pronto un café y un panquecito no le vendría mal. Tal vez hasta podría comprarle algo dulce al amargado chofer, o en su defecto un antiácido o un pepto bismol.
Dándose prisa, bajó del auto con su mochila y entró a la tienda abarrotada de gente y viajeros que, de seguro, habían pensado como él. Pero antes del café y el panecillo, habían llamado su atención unos juguetes y regalos de un stand en la entrada. Algunos eran divertidos, y pensó en que debería llevarlos para cuando visitara a sus amigos después de ver a su padre.
Tal vez el tiempo se le fue volando pues, al salir, el chofer le observaba con una ceja levantada y un claro semblante de enojo.
—Señor, le traje un café y un...
—Vamos tarde, la ventisca paró —le interrumpió con un tono cortante.
—Oh... lo siento, me dejé llevar un poco con los regalos —dijo al levantar tres grandes bolsas plásticas con el logo de la tienda —¿podría abrir el maletero? Creo que aún hay lugar en mi maleta para esto...
Con un sonoro resoplido y un notorio ceño fruncido, el chofer abrió el maletero. —Cuando vuelva, nos vamos, niño. Te lo advierto —le dijo de una manera para nada amable para dirigirse de nuevo al sanitario, a lo que Jimin simplemente rodó los ojos y, después de dejar el par de cafés y panecillos en el interior del auto, se dispuso a sacar su pesada maleta.
La colocó en el suelo y la abrió rápidamente tratando de hacerle lugar a las bolsas, pero al momento de apretujadas, una de ellas se rompió, dejando sueltas las esferas de plástico con un premio sorpresa dentro. Eran bastantes, y en ese momento se dio cuenta de que había exagerado en sus compras, pero también sabía que a Tae le encantaban esas tonterías. Se dio cuenta también que le habían dado cambio de más, por lo que, después de cerrar su maleta a la fuerza, la arrastró con él para ir rápidamente a la tienda y arreglar el malentendido. Nada de mal karma podía arruinar su viaje.
Al regresar al auto después de unos minutos, no vio a su chofer ni fuera ni dentro de él. "Genial, justo a tiempo". Celebró su victoria abriendo el maletero y guardando su maleta. Se sentó en el asiento trasero dejando caer su mochila a su lado y cerrando los ojos un momento, un suspiro escapó de sus labios.
No fue hasta cuando el sonido de la puerta cerrándose y el motor arrancando lo sacaron del principio de su siesta que notó algo extraño. Su chofer lucía diferente ¿siempre había ido tan bien vestido? No lo había notado hasta ese momento. También el olor de su colonia era agradable y parecía incluso más alto. "Tal vez se dio una manita de gato en el baño", pensó tratando de encontrarle explicación. Pero el retrovisor mostrando un rostro lleno de terror, los gritos y el freno repentino del auto le habían llevado a una espeluznante conclusión: lo habían secuestrado.
En medio de la carretera, con un desconocido mirándole desde fuera del auto, decidió salir, tomando el regalo de su padre que no había abandonado sus brazos, su mochila y su felpudo gorro en su cabeza, escondiéndose detrás de la puerta abierta del auto, observando a ese apuesto hombre desconocido que de seguro pediría mucho dinero por su rescate. "Eso me gano por ser lindo" decían sus pensamientos intrusivos.
—¡Por una mierda!... ¿Se puede saber quién carajos eres tú? —gritó el hombre malhumorado.
—¿Y-yo? —no podían secuestrarlo sin saber quién era, ¿o si? Todo esto le estaba confundiendo demasiado. Solo quería ir a casa.
—No, el reno de Santa Claus... ¡CLARO QUE TÚ! ¿Quién demonios eres? —Jimin supo que el hombre había perdido ya la compostura y parecía igual de descolocado que él.
Decidió salir de su escondite algo cohibido ante la presencia de ese hombre algo más alto que él, de un abrigo elegante que cubría un traje pulcro y elevaba su atractivo. Ay, ¿por qué tenía qué distraerse tanto con hombres lindos?
—Soy Park Jimin... —le contestó antes de perderse de nuevo en sus pensamientos —¿Qué le hiciste a mi chofer?
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22 de diciembre de 1995.
3 días para Navidad.
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Hola, espero estén disfrutando de este pequeño cuento navideño. Lo hice con mucho cariño ♡ No es el primer ff que escribo, pero si el primero que publico (ni siquiera yo tenía planeado que este fuera el primero, pero oh well...)
Espero que hayan celebrado una linda Navidad 🎄💗
:)
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