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23. Estoy en una banda

El miércoles fue mi primera reunión con Evan y su banda. Llegué a su pub y me sentí como el chico nuevo que llega a un colegio. Además de Evan estaba Cristian, a quien ya conocía, que también era guitarrista y un chico llamado Damian que era el baterista. Evan no nos dio tiempo casi ni de presentarnos, me ordenó subir al escenario y empezamos a practicar de inmediato. No me fue muy complicado incluirme, en principio haríamos solo covers, ese viernes ya teníamos una presentación y no había mucho tiempo para practicar algo nuevo. Pero sabía que Evan y Cristian tenían ya algunas composiciones preparadas. Esa no era mi área, yo era interprete, tocaba y cantaba, pero Evan no tenía la confianza de dejarme cantar algo todavía, así que mi participación de momento sería solo tocando la guitarra y claro, haciéndoles publicidad aprovechando mi fama.

Tocamos un par de canciones de "Blink 182" y "Maroon 5", que yo ya conocía, así que el ensayo salió muy natural. Evan no iba a admitirlo, pero Cristian y Damian estaban más que contentos conmigo.

—Va a salir bien —le comenté a Evan antes de tomar un descanso, lo que quería era picarlo un poco.

—Sí, más te vale.

—Oye actúas como si me hicieras un favor cuando yo te lo estoy haciendo a ti—le reclamé.

—Yo te estoy haciendo el favor más grande —me dijo, queriendo que solo yo entendiera a qué se refería, porque los otros dos chicos de la banda nos estaban escuchando.

—¿Qué favor? —preguntó Damian.

—Evan le deja salir con su hermana a cambio de tocar aquí. —Cristian le respondió con toda naturalidad mientras enrollaba el cable de un micrófono. Evan lo miró con ganas de matarlo.

Iba a aprovechar de tomar algo, bajé de la tarima y me encontré con Susan tomando un café en una de las mesas frente al escenario mientras revisaba unos papeles.

—¿Qué hace tu niñera aquí? —preguntó Evan acercándose a mí.

—Reviso sus contratos —respondió Susan, sorbiendo su café sin quitar la vista de un papel, al que rayaba y hacia anotaciones.

—¿Los revisas por qué? ¿Quién te los dio? —reclamó Evan.

—Voy a representar a esta banda así que debo ver qué rayos andan firmando sin asesoría—le respondió sin mirarlo siquiera.

—No necesitamos un representante, manejamos todo bien nosotros solos. —Evan volvió a reclamar, los otros chicos se unieron a nosotros a ver qué pasaba.

—Claro que lo necesitan. Este contrato es abusivo, llamé a los de la marca y les dije que si no aceptaban mis cambios estaban fuera. —Susan le extendió un papel a Evan y él lo recibió horrorizado.

—¿De qué hablas? ¡ellos son nuestros mejores patrocinadores! —le gritó.

—Eso te hicieron creer. En dos meses hubieran sido dueños de tu vida. —Bufó, mirándolo como miras a tu hijo tonto—. Estos tipos que te llamaron y al final nunca se reunieron contigo, solo te sacaron información. —Le pasó otro papel —. Si no revisaba la oficina de patentes y ponía una oposición de marca, ellos hubieran sido los dueños del nombre de tu banda y luego los hubieran demandado. —Rebuscó entre los documentos que manejaba—.Este otro patrocinio no sirve —le extendió el documento a Evan.

—Es un negocio pequeño que está creciendo a paso acelerado, su ropa es genial y...

—Su dueño acosa niñas de trece por Twitter, esta noche un canal de chismes lo expondrá. Por contrato estarían sujetos a promocionarlo de todas maneras y su banda estaría cancelada por apoyar a pedófilos antes del fin de semana. Así que rescindí el contrato antes de que caiga la bomba.

Evan y los chicos se miraban sin saber qué decir. Yo solo encogía los hombros, si algo había aprendido en los últimos tres años, era a no darle la contraria a Susan nunca. Si ella se autoproclamaba la representante de la banda, así como se había autoproclamado mi representante, solo debía asentir y obedecer.

—Este en cambio es un patrocinio que les sirve. —Nos extendió un fajo grueso de papeles—. Esta empresa está desarrollando videojuegos para celular. Simples, pero que serán un éxito. Tienen dos meses para presentarles una canción original. Diez por ciento de las ganancias por publicidad son para ustedes. Según mis pronósticos tendrá más de treinta millones de descargas antes de fin de año.

Los chicos volvieron a mirarse.

—Bueno, supongo que está contratada —dijo Damian.

—¿Supongo? Yo estoy trabajando con ustedes desde el lunes. Hasta que Sophie vaya a parir de una vez y adelgace diez kilos, tengo mucho tiempo que debo ocupar con alguien, ya que los videos de Tiago son un asco y Daniel realmente no necesita a alguien que lo represente. Por cierto ya que Grecia abrió su canal de nuevo, voy a encargarme también de sus cuentas—. Agrupó sus papeles, los golpeó contra la mesa y los guardó en su bolso —. Nos vemos el viernes, traeré un par de influencers a que los vean tocar y opinen de ustedes—. Terminó levantándose del asiento y yéndose del local.

Yo solo volví a encoger los hombros cuando Evan me dirigió la mirada de nuevo.

—Ya, mucho descanso regresemos a tocar —ordenó.

Tomé mi guitarra y regresé al escenario. Parecía que todo iba a ir bien, me sentía muy cómodo con los chicos, pero había algo que me preocupaba, y era que no sabía el nombre de la banda y a esas alturas me daba vergüenza preguntar.

***

El sábado, muy temprano en la mañana, llevé a Ian y a Sophie al aeropuerto. Estábamos atascados en el auto porque Sophie llevaba muchas maletas. La noche anterior ya se habían despedido de mi familia. Mi madre acordó con ellos viajar un par de semanas antes del parto para ayudar a Sophie, y de no haber sido porque dejar a mis hermanos al cuidado de mis tíos nunca era una buena idea, que mi padre hubiera ido también.

Tamara nos dio alcance en la puerta del aeropuerto, Evan se había quedado dormido. La noche anterior habíamos tenido nuestra primera presentación en el pub. Pese a que el lugar estaba lleno, la capacidad era para quinientas personas. Como Susan había prometido, algunos sujetos con muchos seguidores conocidos por asistir a fiestas y recomendar lugares de moda, habían ido y dado sus opiniones. La repercusión había sido grande, miles de personas ya habían compartido los videos de nuestra presentación y eso iría creciendo a lo largo del día cuando a la gente interesada se le pasara la resaca. Gracias a la publicidad es que me enteré que el nombre de la banda a la que pertenecía se llama "Xtreme 32", no me gustaba el nombre, pero obviamente no tenía voz ni voto en eso. No puedo decir demasiado de esa noche, más que había sido muy divertido. Cantar y actuar no era algo a lo que yo hubiese pensado que me dedicaría algún día, pero de alguna forma había terminado metido en eso y no me desagradaba. Si bien a diferencia de mi hermana no había dejado mis estudios por dedicarme al espectáculo, sí tenía en mente dedicarme a eso y dejar mi carrera en ingeniería como algo secundario. Total, la fama era efímera y debía aprovecharla en ese momento; una carrera tradicional estaría ahí toda la vida, siendo una segunda opción para cuando no pudiera seguir viviendo de lo primero.

—Sé que es temporal, pero voy a extrañarte mucho. —Tamara abrazó a Sophie en la zona de pre embarque. Ambas lloraban. —Háblame todos los días y quiero ser la primera en saber el sexo de los bebés. Y avísame con tiempo cuando estés por regresar, así puedo armar el castillo de pañales.

—Vas a saber todo antes que nadie. —Le confirmó Sophie, se soltaron y sabía que era mi turno.

—No puedo creer que nos separemos tanto tiempo.—Me dijo abrazándome.

—Nunca nos hemos separado tanto tiempo. Pero haz lo que te siente mejor.

Continuamos abrazados un largo rato.

—No hagas tonteras. Pórtate bien con Grecia y ve seguido a casa. Y por favor dile a Tamara que no haga un castillo de pañales, voy a usar pañales ecológicos, pero no quiero hacerla sentir mal —añadió lo último en susurros. Como siempre, me dejaban a mí el trabajo sucio.

—Bueno, pues adiós... —Me dijo Ian, frío como siempre.

—Adiós... y bueno ¿yo cuido la casa? ¿La muestro a los compradores? ¿Eso sigue en pie?—le pregunté. Toda la semana no había reunido valor para preguntarles qué iban a hacer con el departamento, pero en ningún momento me habían dado a entender que debía mudarme.

—Al volver veremos qué hacemos con él—dijo Ian volteando los ojos—. Más te vale que cuando regresemos esté en mejores condiciones que al dejarlo. Y ya avisé al portero del edificio, una queja de los vecinos y mando a que te desalojen —me amenazó.

Yo brinqué de alegría internamente. No iba a tener que mudarme, y pensaba en tal vez conseguir un compañero, de haber podido me llevaba a Grecia, pero creo que eso todavía no era legal así que mi siguiente opción era adoptar un gato, dado que Ash había sido secuestrada por Daniel.

—Claro, yo la cuido, y verás que me portaré tan bien, maduro, aburrido y responsable que me nombrarás tutor legal de tus dos hijos si es que te mueres.

Parece que mi comentario no le gustó del todo, pero de igual forma ambos se despidieron y fueron a abordar el avión. Tal vez en ese momento no me daba cuenta, pero a lo largo de los días, echaría demasiado de menos a mi hermana, y a Ian también. Habíamos vivido juntos los últimos cuatro años y cuando regresaran ya nada sería igual.

Llevé a Tamara a su casa, cuando llegó, Evan seguía dormido. Yo continué mi camino hacia lo de Grecia.

Como cada sábado, seguimos mi rutina favorita, la recogí y fuimos a pasear. Me habló muy contenta sobre los miles de comentarios que había recibido en su nuevo video. En una semana ya tenía casi cien mil suscriptores y miles de mensajes positivos. La gente la había extrañado, y cómo no hacerlo, Grecia era adorable. Al menos frente a cámaras, en vivo a veces podía ser un poco siniestra.

—¿Qué te dijeron en el colegio? —le pregunté reclinándome en el asiento del auto. A veces solo hacíamos eso, estacionábamos el auto en algún lugar bonito y conversábamos por horas.

—Un par de chicas hicieron comentarios odiosos. Las insulté y creo que se asustaron; creyeron que las filmaba. Los chicos que me acosan se moderaron un poco, todos tienen miedo a ser expuestos. Pero sí recibí algunos comentarios positivos. Sobre todo de unas chicas del último curso. Creo que no voy a llevarme bien con los de mi curso nunca, pero los del curso superior me caen mejor —me contó estirándose como un gato y bostezando, la notaba un poco cansada.

—¿Qué pasó, no dormiste bien?

—Me quedé hasta las cuatro de la mañana hablando con Samy —explicó.

Recién caí en cuenta que a Samy no la veía desde hacía tiempo. Ella estaba en mi casa siempre, recuerdo casi toda mi niñez con ella jugando con nosotros. Era común que la gente pensara que era mi hermana. Luego las cosas se habían puesto raras con Daniel, tres años atrás habían empezado una relación que según yo era de esos amores que durarían por siempre, como el que tenían Ian con mi hermana, por eso había tomado con sorpresa cuando Daniel me habló de romper con ella. Pero por otro lado lo entendía, estar solo con una persona toda tu vida podía ser monótono y convertirse solo en costumbre, por eso había pensado que era bueno que Grecia estuviera con otras personas antes de estar conmigo, porque de verdad pensaba en ese momento que ella era el amor de mi vida y podía imaginarme dentro de cinco, diez o quince años despertando cada día a su lado.

—¿Cómo está? No supe mucho de ella. No sé si llamarla, es como mi hermana, pero no sé si sería raro —le pregunté.

—Pues ella está en un momento raro ahora. ¿Sabes que después de terminar con Daniel se arregló con un chico de nuestro colegio? —me preguntó, acomodándose mejor para contarme el chisme—. Es un chico un poco mas grande, pero que a Samy le empezó a gustar porque era muy serio y tranquilo como ella, ni siquiera tiene redes sociales. Total, que dejó a Daniel y avanzó con el otro chico a paso muy, muy lento. Se arreglaron oficialmente hace dos meses. Pero resulta que el chico es supe religioso, su familia está en una secta o algo y es de los que cree que el sexo solo debe ser en el matrimonio y para tener hijos y todas esas cosas... equis, en fin que Samy ayer le confesó que no era virgen y el chico se súper enojó. ¿Puedes creerlo?, no lo de Samy, es decir, a mí también me sorprende, nunca imaginé que ella perdería la virginidad antes que yo, pero me refiero al chico. Le terminó por eso. Samy me llamó súper triste y le dije que no valía la pena llorar por cavernícola ese. Luego se arrepintió de dejar a Daniel, pero le dije que se olvidara de los hombres porque están idiotas todos y mejor sea mi novia, pero tampoco quiso. Y creo que fue una buena decisión, soy muy intensa para ella, ni siquiera sé cómo me aguanta de amiga.

—Genial, le pides hasta a Samy ser tu novia antes que mi —le respondí un poco ofendido y a la vez mareado por toda la historia que me había contado.

—Ay, otra vez te haces a la víctima. No todo gira en torno a ti —me respondió con tono irónico

—Perdón, dame le nombre del chico ese y entra a mi lista de gente que será golpeada en el futuro. Al menos ahora sabes lo que es estar en la friend zone.

—Que no seas mi novio ahora no significa que no vayas a ser mi esposo en el futuro.

—¿En serio?

—Claro que sí, llevo planeando nuestra boda desde que tengo 11. Va a ser temática, no quiero algo genérico y aburrido y mi vestido debe ser azul, aunque depende el tema que elijamos. En ese tiempo quería "Game of Thrones", pero ya lo descarté.

Como siempre, no sabía si Grecia hablaba en serio o solo bromeaba. Así que me quedé callado mirando por la ventana.

—Ya puedes correr despavorido —interrumpió mis pensamientos.

—¿De qué hablas?

—De que te mencione la palabra con "eme" —río—No aguatas un mes con nadie, menos aguantarías un compromiso serio.

—Jamás huiría de ti. Y me encanta Game of Thrones, con final malo y todo. —Le respondí con seriedad, de forma disimulada ella ocultó su sonrisa y noté que se ponía nerviosa.

—El siguiente sábado no puedes venir. —Me cambió el tema de manera abrupta.

—¿Por qué?

—Tienes el primer partido —me explicó con obviedad y yo quise golpear mi cabeza contra el volante. Con tantas cosas sucediendo, había olvidado que la temporada de basket iniciaba. No solo tendría que amanecerme tocando con la banda los viernes, tendría que madrugar para ir a jugar. Dormir salía oficialmente de mi rutina diaria.

—Demonios, cómo me olvidé de eso. Vendré ni bien acabe, te lo prometo.

—Tranquilo, no te estreses. Si estás cansado para venir, no hay problema. Los partidos son más importantes, lástima que esta vez no podré filmarlos.

Sí, era una lástima. Hasta un año atrás, Grecia iba siempre, filmaba, me llevaba de comer y ahora nada de eso iba a pasar. Mientras mi corazón se acercaba más a Grecia, la distancia física nos separaba. Un año y noventa días, era todo lo que faltaba para que esa distancia desapareciera por completo y Grecia estuviera presente en mi vida todos los días. 

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