3
La noticia tenía devastado a Rei.
Él no podía creer que estuviese esperando un bebé. Estaba frustrado por eso, tanto que intentó animarse jugando videojuegos, mas perdía por no sentir como su mundo había cambiado de una manera drástica. Solo estaba ahí en el sofá mirando fijamente la pantalla buscando de aislarse de realidad, mientras que, Kazuki lo observaba queriendo tener las palabras correctas para una situación así.
De cierta manera, estaba sorprendido de que sucediera como también admitía que fue un descuido muy grave siendo ambos unas personas que no le gustaban llevarse sorpresa, pero por impulsos pasados, que ninguno era consciente por las actitudes que tuvieron en ese momento, estas ahora estaban tocando a su puerta.
Si las cuentas no fallaban: Rei tenía un mes de embarazo y eso explicaba porque estaba más cansado en estos días que ni jugaba hasta la madrugada como habitualmente lo hacía. También que comía poco las comidas con aromas fuertes y que tuviese una reacción de nauseas, incluso que vomitara como hace unos días. Realmente los dos fueron demasiado idiotas como para no percatarse de que su periodo de celo lo habían usado para procrear un hijo.
El Alfa sabía que debían de tener una charla acerca del tema. Ambos necesitaban poner sus opiniones sobre la mesa (aunque una que otra fuese muy obvia) y reconocer que querían hacer en esto.
—Rei, ¿podemos hablar? —intentó iniciar una conversación, aunque era difícil, pues no contestó, pero sabía que lo oyó por la forma en que apartó sus manos del mando que estaba usando como, al mismo tiempo, que desviaba su mirada hacia la terraza—. Oye, Rei, es importante. Tenemos que decidir sobre...
—No lo digas.
—Bien, bien, pero tenemos que discutir acerca de eso.
Rei volvió a quedarse en silencio. No quería manifestar sus sentimientos, suficiente tenía con sus feromonas esparciéndose en el lugar indicándole a la persona con quien vivía que tenía miedo.
Kazuki entendió que no quería levantarse, así que, él tomó la iniciativa de acercarse para empezar a charlar.
—¿Cómo estás, Rei?
Para el nombrado fue una pregunta que no le pareció correcta de hacer, después de todo, su acompañante sabía bien cómo se encontraba.
—No te hagas, Kazuki.
—Lo sé. Solo lo pregunto para iniciar algo.
El Omega entendía su punto.
—Estoy... —buscó en pensar que podría contestarle, no obstante, le costaba ser sincero con él mismo. Aún en su mente se debatía ese tema de que por ser Omega estuvo condenado a muchas cosas que no quería recordar como para afrontar el nuevo inconveniente de ahora—. Estoy bien, creo... Solo esperando un bebé de ambos...
—Dime la verdad. No te voy a juzgar, menos después de haberte visto dos veces como viniste al mundo —le dijo el Alfa queriendo alentarlo a que confiara en él.
—Por favor, sí intentas hacer una broma, no las hagas con esos chistes tan malos. Si fueses un comediante, serías el peor —pidió Rei hiriendo el orgullo de su compañero entretanto volvía a poner su vista en dirección al frente para luego recostar su cabeza sobre el respaldar del sofá—. Estoy confundido... Asustado... Jamás había dejado que mi naturaleza se manifestara y se siente muy mal...
—Ya te mencioné que no es malo ser un Omega. Aunque ni pareces uno; tu cuerpo está demasiado desarrollado a la apariencia de un Beta, tan fácil de confundir por lo bien entrenado que está.
Kazuki sonrió pícaramente de recordar ese detalle.
—Ese es el punto. Me gustaba más que fuese así —Rei tras recalcar eso le borró la sonrisa de su acompañante—. Toda mi vida me enseñaron que ser de una naturaleza pasiva estaba mal. Y tienen razón, estar esperando un bebé me hace sentir que es la peor de las consecuencias.
—No es el fin del mundo, además, tienes un mes. Ni siquiera se nota como para verlo como un problema.
—Ni quiero que lo haga. No quiero a este bebé.
Esas palabras helaron al Alfa de pensar en lo que esa decisión podría representar para un Omega.
—¿Qué? ¿Estás seguro?
—No. No lo quiero —escupió sintiendo el malhumor recorrer su cuerpo—. Suficiente tenía con saber que me acosté contigo y que era difícil olvidarlo a ese punto de querer llamarte como anoche para que me dieras seguridad. ¡Yo odio esta situación! ¡Debo abortarlo!
Las feromonas del Omega se descontrolaron por toda la habitación hasta inundarlos en una esencia agria. Ciertamente, Rei no podía evitar sentir todo de golpe y que dijera esas cosas con su mente nublada al extremo de no pensar con tranquilidad, mucho menos de escuchar razones para que pensara en lo que mejor considerara para él. Tanto era su pavor que se abrazó a sí mismo encerrándose en su burbuja de melancolía de que no podía estar pasándole algo así.
Observaba su estómago; sintió las náuseas invadirle y, como reflejo, encontrándose envuelto en sus emociones negativas, salió corriendo al baño para depositar las galletas que se había comido en la tarde.
Estando de esa manera, logró hacer que su compañero se alarmarse y lo siguiera con la misma rapidez en la que él se fue a meter su cabeza en el escusado para intentar ser de apoyo.
—¡Rei! —lo llamó mientras se acercaba a él para tomarle su cabello, para evitar que se terminara ensuciando—. Tranquilízate, por favor, todo va a estar bien.
—No... —expulsó la arcada con fuerza—. No quiero esto... Yo no sé qué hacer...
—Intenta tranquilizarte. No estás solo —Kazuki acarició los mechones que había tomado al mismo tiempo que emitía su esencia de Alfa para que intentar calmarlo—. Sé que puedes verlo mal... Es algo por lo que no te culpo, ni juzgo.
—¿Por qué no? Eres un Alfa. Eso hacen todos...
—Tal vez, así como tú, solo quiero ser diferente a mi naturaleza —comentó el Alfa—. Solo quiero entenderte como nuestra situación en términos que ninguno se arrepienta.
El Omega al no sentir que pudiese vomitar más, tomó la iniciativa de alejar su cara de donde la tenía para mirar a su compañero. Este tenía le daba una cálida sonrisa, la cual le hacía sentir tan bien como las feromonas del Alfa, aunque no lo expresase.
—Yo solo... —se levantó para quedar frente al espejo del lavamanos—. Kazuki, es solo eso... —le señaló su reflejo—. Ser yo y que todo esto parece tan repentino... No sé qué debería de hacer...
Kazuki comprendió que su compañero aún tenía miedo de que, si elegía algo por su propio interés, él pudiese lastimarlo como suelen hacer otros Alfas con los Omegas. Ahí sin permiso se acercó a abrazarlo como cuando las tres pruebas dieron positivo.
—Solo debes decidir con calma que es lo quieres —alentó llenándolo con su aroma a pan para demostrarle que no iba a pasarle nada malo—. Yo te apoyaré en la situación. Acepto que metí la pata por no controlarme cuando me lo pedías y eso nos llevó a esto —admitió con franqueza—. Quieras o no tener al bebé, eres mi compañero, y como tal estaré para cuidarte como siempre lo he hecho desde que estamos juntos.
Esas palabras tranquilizaron a Rei, tanto que, se dejó llevarse por el gesto de cariño, mientras ponía inconscientemente su mano en su estómago pensando en lo que crecía dentro de él.
Estando cerca de aquel Alfa que le esparcía sus feromonas a hogaza, logró tranquilizar la suya a pudín a tal punto que consiguió hacer que su mente se despejara un poco.
El Omega decidió recapacitar acerca de lo que representaba todo esto como lo hizo en un principio, claro que, no podía garantizar totalmente una afirmación porque desconocía la situación, pero tampoco se negaba a la posibilidad de que, lo que pudiese pasar, fuese bueno o malo en el camino, sabía que si tenía una buena compañía que le motivaba a conocer su naturaleza, todo estaría bien.
Suspiró sintiéndose reconfortado.
—Sí que eres un molesto parasito, Kazuki —dijo apartándose de él, una vez que recuperó los ánimos de siempre—. Te pegas demasiado.
—Y tú eres tan asocial como siempre cuando evitas tener contacto conmigo —Kazuki sonrió satisfecho porque Rei se encontraba mejor con el tema—. Y bien, ¿qué haremos?
—Lo que mejor te parezca.
—Bien, iremos a ver un doctor. Quiero que estés seguro antes de tomar cualquier decisión.
26 de diciembre
Hospital Unasaka
De la noche a la mañana, todo transcurrió como si nada hubiese pasado. Rei y Kazuki se mantuvieron cortos en palabras para que el embarazado se sintiese cómodo mientras hablaban del nuevo objetivo que Kyutaro les había dado.
Solo se habían puesto a comentar las debilidades y fortalezas que tenía ese sujeto para tener ideas de cómo proceder. No habían concretado nada, lo único que Rei supo decir era lo de realizar un ataque de derribo de puerta, mas Kazuki lo regañó porque seguía sin aprender de los sermones que le hacía su jefe.
Realmente aquel que era denominado como el "asesino perfecto" no tenía remedio.
Sin embargo, eso quedó para resolver después. Pasando a la realidad que estaban en estos momentos, encontrándose en el hospital para tratar el asunto en el que habían quedado el Omega y el Alfa durante de esa crisis emocional en el baño que tuvo el día de ayer el de jerarquía inferior para tomar una verdadera decisión.
Ambos se encontraban nerviosos, sobre todo, Rei por ser su primera vez en un chequeo correspondiente al rango de su naturaleza de este mundo. No tenía idea de que le pudiesen decir, lo poco que sabía (gracias a la televisión e internet) era que cuando hay el primer celo se debe haber un control periódico por todo lo que este involucraba, pero jamás tuvo esa oportunidad de saber qué hacer cuando tuvo el suyo propio por el orgullo de su padre Alfa.
Queriendo dejar esos recuerdos de lado, se dedicó a observar la sala de espera en la que estaba con Kazuki. En su mente, eran demasiados colores que tenía las pocas veces de apreciar, a no ser que su compañero los usara.
Todo era llamativo, suave y amigable; esas eran características que solo oía expresar, mayormente de quien lo embarazó cuando lograba estar con otras Omegas y tenerlas como sus presas. Con esa idea, no evitó ponerse celoso hasta cruzarse de brazos como reflejo de su molestia.
—¿Te sucede algo, Rei? —cuestionó Kazuki por ese gesto.
—No. Solo me molesta que es mucha luz, no estoy acostumbrado —se excusó.
—Cierto, eres un ser de oscuridad al que la luz puede molestar. Sin duda, eres todo un señor de la noche —le comentó con tono cierto burlón.
—En serio, no te dediques a la comedia, Kazuki —le dijo para cortarle el momento.
Era evidente que iba a refutarle por meter con sus buenos chistes, pero la bocina interrumpió el momento.
¡Rei Suwa pase a consulta!
Rei se levantó al llamado, pero se quedó en su sitio estando perdido de a qué dirección debía de ir. Por lo cual, tuvo que esperar a que su compañero se dignara a ponerse de pie para ir juntos al despacho del especialista.
Si bien, pasaron como si no tuvieran relación alguna por petición del Omega al no estar todavía acostumbrado a relacionarse del todo con alguien sea para lo que sea. Solamente estando adentro se sentaron en cercanía mientras esperaban a que la doctora apareciera.
—Buenos días, soy la doctora Anna Hanyu y seré su obstetra —saludó la mujer de bata blanca revisando sus papeles desde su escritorio sin haberlos visto entrar, solo con oír las sillas fue que supo que estaban ahí—. No hay ningún registro preliminar de un Omega llamado Rei, lo cual me parece raro, así que, me gustaría saber... —alzó su vista, logrando así que pestañeara confundida de ver a dos hombres bastante robustos, haciéndola pensar que pudiesen equivocarse de quien podría ser su paciente, o de que necesitaran de un control para Omegas—. ¿Eh? Disculpen, ¿seguro vienen a la consulta correcta?
—Sí. Llame antes para concretar una cita —afirmó Kazuki—. Estamos aquí para una consulta de embarazo.
—¡Sí! ¡Sí! Eso dice aquí, pero ustedes no lucen exactamente como...
—¡Ah! Lo siento —el Alfa rascó su nuca al darse cuenta de a lo que se refería. Entendía también porque lo pensaba si su acompañante solo se sentó ahí con una actitud un poco desinteresada con su aspecto intimidante como si fuese también de un rango dominante—. Podrá parecer una situación complicada, pero él es un Omega —le señaló a su compañero que solo veía a la mujer con una cara de pocos amigos—, y como estuvimos juntos hace un mes, vinimos para asegurarnos.
—¿Eh? —la señorita volvía a revisar sus papeles, pero, realmente no tenía nada acerca de él para poder afirmar o negar algo con respecto a su comprometedora situación—. Solo quiero asegurarme. ¿Puede pasar para realizarle unos exámenes, señor Suwa?
Con esas palabras, se tensó haciendo que él solo se quedara en su sitio.
—Vamos, Rei. La doctora solo lo hace por rutina —Kazuki buscó de motivarlo al ver su reacción.
—Como sé que es su primera vez, le prometo que no le haré daño y que todo saldrá bien, señor Suwa.
Otra vez oía esa misma frase.
Rei sabía que huir no era la mejor de sus opciones, menos si era para evitar conocer sobre su pequeña situación que estaba dentro de él, así que, suspiró para ponerse de pie e ir a donde le indicó la obstetra.
Estando en el lugar todo le resultaba tan nuevo. Más si estaba siguiendo las instrucciones de una doctora que le hablaba de un examen que le hicieron hace tanto. Le preocupaba revivirlo por el resultado que pudiese apuntar desde que se hizo el test de embarazo.
Estaba nervioso, sobre todo, cuando le dijo que todo iniciaría apenas se sentara en el lugar que le indicó. Cuando lo hizo, aquella mujer con bata blanca se aproximó a su persona con una aguja para sacarle la sangre, ciertamente no estaba acostumbrado que fuese de esa manera, sino más bien a la de una apuñalada o un disparo.
No pudo evitar tener ese pensamiento mientras veía como le hacían el procedimiento, después de todo, a eso estaba acostumbrado.
—Bien, con esta muestra haré las dos pruebas: La de jerarquía y la de embarazo que es por la que vinieron —informó la doctora Anna teniendo el recipiente con ese líquido vital—. Tardará unos minutos, pero puedo explicarle unas cosas que debe saber de la relación Alfa y Omega con su pareja mientras esperamos.
—No es mi pareja.
—¿Eh? Oh, lo siento, pensé que... ¡Bueno, no importa! —le exclamó por los nervios—. Puede volver al consultorio mientras inicio el proceso para analizar su sangre.
Él acató la orden. Regresó a donde se encontraba su compañero con una expresión de preocupación que desapareció al instante que vino a sentarse a su lado. Seguido de eso, la doctora Anna también apareció para tomar asiento al frente de ellos para empezar la charla.
Rei se mantuvo otra vez distante mientras escuchaba a contrario de Kazuki que se expresa con el nuevo asesoramiento que le daban.
Ciertamente, era mucho que procesar: inyecciones y pastillas para controlar el celo, embarazos sorpresas a causa de que un Alfa puede anudar en su rut a un Omega con eso, una marca por parte de ambos... Era tanta información que desconocía, pero que ahora le hacía admitir que vivió mucho tiempo en la ignorancia.; no evitó culpar a su padre por educarlo de esa manera por cuestiones de orgullo de Alfa.
Entre tanta charla hizo que fuese bastante contenido, tanto que, en un punto, no evitó querer observar a Kazuki por la curiosidad que sentía del tema y que este se encontrase igual de asombrado de muchas cosas que no sabía sin que fuese básico y, sobre todo, cuando este se mostró aún más entusiasmado cuando tocaron el tema acerca de los Alfa y Omega destinados.
—Entonces, ¿cuándo un Alfa y un Omega sincronizan sus celos es porque están predestinados como pareja?
—Sí. Incluso encuentran agradables sus esencias cuando otras le parecían irritantes antes de darse cuenta de que pueden estar unidos por el destino.
Tras esa observación, Kazuki y Rei se vieron con disimulo por la eventualidad de lo que los tenía ahí, eso les hizo sonrojarse un poco, pero, antes de que fuese evidente en el ambiente, el menor de los dos hombres desvió la mirada.
—Iré por los exámenes del señor Suwa, no tardo —avisó la doctora al ver de nuevo la hora.
En ese momento, la mujer se levantó para encaminarse a donde se había llevado a su nuevo paciente al principio de la consulta. De esta manera, cuando se quedaron solos, el Alfa lo vio como una oportunidad de establecer una conversación con el Omega.
—¿Estás bien, Rei?
—Sí —contestó para enderezarse en la silla y cruzarse de brazos con muchas ideas en su cabeza.
—¿Fue mucha información?
—Ujum... —le volvió a responder un poco cortante para no hablar de todo lo que acababan de oír.
Y ese fue el resultado que tuvo, del cual Kazuki nuevamente no tenía idea de cómo hablarle a su compañero del tema de jerarquías. Estaba tan agotado de fallar en todos sus intentos que maldijo para sí mismo de ser un poco tonto en eso hasta que cayeron ese silencio momentáneo que se vio interrumpido por la voz de la doctora entrando a la habitación.
—¡El señor Suwa es un Omega y está embarazado! —anunció con emoción como si antes no hubiera hecho ese procedimiento.
Ninguno dijo nada al principio, lo sabían, pero al menos era algo seguro por parte de un profesional.
—Ya vio, doctora —comentó Kazuki con orgullo—. No vinimos por nada, aunque si nos gustaría saber ¿cuántos meses tiene?
—Mmm —la mujer revisó los exámenes—. Si entiendo que su celo fue hace un mes y han pasado unos días podría tener seis o siete semanas.
Rei se ahogó con su saliva por la noticia, inclusive tosió disimuladamente estando sorprendido de que tuviera bastante tiempo, mientras que, su compañero en esto se asombraba de la buena salud que gozaban ambos para que pasase así de desapercibido su producto de celo de aquel noviembre.
—Vaya, es bueno saberlo y que Rei esté sano después de todo lo que ha sucedido...
—Sí. Supondré que es el padre, ¿no?
Ahí ambos mercenarios se volvieron a mirar para poder tener una respuesta, pero como se incomodaron en ese momento de recordar los hechos, el Alfa solo se limitó a responder:
—Sí, sin embargo, es una situación complicada para nosotros.
—Entiendo, pero en los exámenes se muestra todo bien. Me sorprende que el señor Suwa jamás haya tenido una consulta, mas es bueno saber que todo en orden —afirmó—. Con todo esto confirmado, faltaría es pasar a la ecografía para saber cómo se encuentra físicamente el feto.
Fue ahí cuando, de nuevo, Rei no evitó sentirse abrumado al punto que sus feromonas se liberaron solas de golpe tras pensar en la idea ver al pequeño embrión dentro de él. Tanto, Kazuki como la doctora, quien también era una Omega, notaron esa esencia amarga de pudin por cómo estaba tomando el embarazado la circunstancia de pasar a la otra parte del examen.
—No quiero —soltó el Omega, sintiéndose nervioso desde donde estaba sentado, de cierta manera, se notaba preocupado de que lo que pudiesen decirle.
—Rei, no te asustes —indicó su acompañante con su voz en un tono apacible—. Está bien que te sientas así, ¿sí? Ya lo hablamos, y aquí estoy.
Él volvió a negar. Ahora dándose cuenta de las emociones que lo recorrían en este momento no se rehusaba a considerar que estaba mal tener miedo.
La doctora Anna se dio cuenta de que era su primera vez en esto, por eso reaccionaba tan confundido y evasivo, así que, drenó parte de su esencia de vainilla para que Rei se sintiera que estaba en un ambiente de confianza y, cuando sintió que lo logró, se acercó a él para establecer una conversación.
—Solo es para saber cómo se encuentra el pequeño dentro de ti.
El Omega desvió su mirada otra vez a un punto concreto. No deseaba ver a nadie a la cara, pero, aun así, inconscientemente volvió a poner su mano sobre su abdomen plano, sus propias emociones le obligaban a actuar por instinto, principalmente teniendo una idea que le hacía querer y preocuparse por esto.
Tardó unos minutos en pensar si era una buena idea hasta que accedió a su ritmo y calma ir al ecógrafo. La obstetra le indicó que se posicionara en la camilla y él recostó su cuerpo en el soporte, ejecutando mentalmente todo lo que alguna vez le enseñaron para mantener sus impulsos bajo control, pero no pudo; su lado Omega sintiéndose indefenso, por instinto, atrajo al único Alfa en la habitación con el que estaba metido en este asunto, pidiéndole seguridad.
Kazuki correspondió a ese llamado. Se acercó para brindarle la seguridad que buscaba.
Sin embargo, percibirlo a su lado no fue suficiente. Así fue como, de esta manera, Rei tomó la decisión de levantarse para retirarse sin recibir objeción alguna ante el hecho de no quiso hacerse la ecografía para saber cómo estaba el bebé.
AAAA SON LOS MEJORES LECTORES, EN SERIO, GRACIAS <3
NO SABÍA QUE RECIBIRÍA TANTO APOYO Y LES GUSTARÍA TANTO T.T
El capítulo de ayer me inspiró. También me tiene de luto porque me preocupa la familia t-t
Prendamos velitas para que NADIE DE LOS QUE QUEREMOS SALGAN HERIDOS. Todos estén comiendo tostadas francesas junto a Kyu.
GRACIAS EN SERIO POR TODO. Aquí otro fanart de los Buddy Daddies de mi parte
No olviden de tomar agua <3
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