Restricciones.

Tras la huida de Hisashi la vida de los Midoriya solo mejoró. Inko se había vuelto una contadora tan cotizada que podía darse el lujo de trabajar desde casa. Por lo que, podía estar una buena parte del día con Izuku. La infancia del albino era genial, la falta de maldiciones hacia que no necesitará sus poderes.

Además poco a poco su apariencia se asemejaba a la de su antigua vida. Por lo que Izuku era muy elogiado por las niñas de su edad.
—Ay Hijo si sigues volviendote más guapo, tendrás muchas novias. —
El albino seguiría la conversación pero de pronto se desmayaria.

Sentía mi cuerpo flotar y al abrir mis ojos estaba en una especie de oficina con una sombra que estaba en una silla y su escritorio.
—Las personas como tu complican las cosas siempre. — La sombra tenía varios folders en el escritorio hasta que puso uno pequeño.
—Veras amiguito estas muriendo.
—¡¿Qué cosa?! Si estoy bien, pero... — La sombra levantó su mano a forma de interrupción.
—En tu mundo existía la energía maldita, esta era producida por tu cuerpo y el exterior. Cosa que este mundo al cual llegaste no existe. Aun no entiendo como lograste curar a tu madre y asustar a tu padre pero eso se acabó.
—¿Hay algo que pueda hacer? No quiero morir, siento que... En este mundo podré experimentar cosas que no pude en mi anterior vida. — La sombra tocó la punta de mi nariz.
—Tranquilo amigo, es fácil la solución y estas aquí para que estés enterado. Tendrás un nuevo tipo de energía, así que deberás aprender a manipularla otra vez.
—¿Tendré todos mis poderes otra vez?.
—Eso deberás descubrirlo tu. —
Sentí que volvía a quedarme dormido, pero al abrir los ojos estaba en un hospital.

—Izuku. ¡Gracias al cielo estas bien!. — Decía la madre Midoriya. — Tranquilo hijo fue solo un desmayo común, pero los doctores aprovecharon y te hicieron una prueba para ver si tenías un quirk, en un momento nos dirán. —
Izuku respiraba tranquilo, por un momento tuvo miedo de dejar a su mamá sola, su preocupación se fue cuando escucho como un joven entraba a su cuarto, se veía algo torpe, pero aun así portaba una bata.
—Hola, soy el Doctor Ming es un gusto verlo. Hicimos la prueba y si, Izuku tiene un quirk creemos que esa fue la causa de su desmallo. —
Inko abrazo ligeramente a su hijo.
—Sin embargo, no sabemos que haga su quirk. Cuando nació tuvo el cabello verde y después se le hizo blanco, ¿No?.
—Es correcto.
—Mmm... Bueno, debe de estar relacionado. En fin una revisión rápida y podrán irse. —

'"Así que me vi forzado a empezar de nuevo ese entrenamiento para recuperar la fuerza que había tenido.
Necesitaba volverme fuerte otra vez, la vida como alguien ordinario me parecía nefasta.
Cosas como mi Extinción de dominio y el ritual inverso se veían muy poco posibles de usar, así que empecé por lo primero que aprendí en mi vida anterior, Mi infinito.

Decir que el proceso fue fácil es mentir, sin embargo el infinito volvió no como era antes, pero volvió incluso ahora a mi edad de 14 años solo tengo mis seis ojos, mi infinito y puedo reforzar mis golpes como antes."

El peliblanco estaba en su escritorio las clases para el eran algo nuevo que de momentos le llamaba la atención y otras no. La historia, ciertamente era distinta a la que el conocía, pero las matemáticas, física, geografía e incluso el inglés eran materias similares.
—Joven Midoriya. — Decía su maestro de matemáticas.
El mencionado ahora tenía una venda en los ojos, daba la apariencia de ser alguien ciego.
—Dígame Maestro.
—Ciertamente Jovencito, tomas las cosas muy a la ligera. ¿Estoy seguro que ni siquiera has pensado en que hacer después de la secundaria?.
—No profesor, no he pensado en algo. —

Para todo el mundo Izuku Midoriya era alguien egocéntrico, arrogante y confiado. Pero, esa actitud cambiaba al llegar a su casa y ver a la persona más importante en su vida.
—Hola Izuku, ¿Cómo te fue?. — Decía Inko, su madre que estaba en su computadora terminando los meses de unos clientes.
—Bien mamá. Dime, ¿ya comiste? Te prepararé algo.
—Hijo no es necesario. Mejor dime, ¿Ya hiciste la inscripción?.— Izuku reacciono dejándose caer en el sillón de la sala.
—Si madre, ya esta la inscripción. Ya tengo las fechas para el examen escrito y el práctico, serán una semana después.
—Jovencito que me digas "Madre" refleja tu molestia, tienes talento no se por que no te gustaria ser un héroe.
—No puedo ocultarte nada, solo que... No sé. Ponerme al servicio para mantener el estatus de la sociedad y proteger a la gente. —
La señora se detuvo por un momento, se levantó y puso la cabeza de su hijo en su regazo.
—Mi niño. Parte de lo que nos hace personas es el relacionarnos con los demás, si a simple vista salvas a personas de otras que son malas. Suena tonto, hasta da flojera. —
El joven sonrió, pero su madre le quito su venda haciendo que sus ojos se conectarán. —Pero no sabes que hacen ellos, si tienen familias, amigos, pareja. Soy importante para ti por que me conoces y me quieres. El salvar a otros hará que aquellas personas, esos terceros, como quieras decirles no pierdan a sus seres queridos. Eres fuerte y con tu ayuda salvaras a un sin número de personas.— La Señora volvió a acomodar la venda de su hijo y se levantó para seguir trabajando.
—Me hace feliz que seas poderoso, pero me harías sentir orgullosa si fueras un héroe. —
Izuku apreciaba a su mamá. No pensaba mucho en sus palabras por que sabía muy en el fondo que tenía razón. Sin embargo, una vida donde los humanos no valían nada no era fácil de olvidar. No se trataba de traumas o algo, sino de volver a tomarle importancia.

[...]

El día del examen práctico había llegado Izuku estaba frente a una enorme escuela. A diferencia cuando vino el examen escrito esta vez pudo ver más de la gran escuela.
Todos los aspirantes fueron llevados a una puerta grande de metal.
—¿Para que una puerta así?.

—¡Espero estén listos aspirantes, por que prueba empieza en... 3... 2...1!...— La voz del megáfono puso a todos atentos, sin embargo, la puerta gigante fue solo lo que se abrió.

Los aspirantes se quedaron parados a que el megáfono diera la sañel de inicio, pero en cambio solo se escuchó una explosión de un rubio qué salía disparado a la prueba.
—Aprendan de el, en salvar vidas no hay señal deben de estar listos en todo momento. —

"La prueba... Es bastante simple debemos eliminar robots por toda esta zona, cada robot tiene un valor de 1, 2 y 3 puntos. Solo necesitaré reforzar mi cuerpo y listo, prueba sencilla.". Dijo en su cabeza mientras destruía un robot con un simple puñetazo y esquivaba un lacer que intento robarle el punto.

La prueba avanzaba con normalidad, hasta que un robot del tamaño de un edificio apareció y miraba a todos los alumnos.
—¡Esel robot de 0 puntos, corran!. — Izuku estaba apuntó de seguir a los demás hasta que escucho los quejidos de una chica que tenia unos escombros encima.
—Alguien... Por favor.. Ayúdame. —

"Me alegra que seas fuerte, pero me haría sentir orgullosa si fueras un héroe." 
Aquel pensamiento hizo que se moviera. Llego hasta la chica y la cargo en su hombro. La cosa de metal preparaba su ataque.
—¡El robot nos matara a los dos!.
—Tranquila... Mi ataque lo hará trizas antes. Recordando los principios de mi azul, tuve que investigar como funcionaba el magnetismo aquí. Es hora de aplicarlos. —
Izuku intentaba consentrar su energía en su mano, mientras lo hacía carteles colgantes, lámparas y puertas se extendían en dirección al albino.

—Azul.— Fue lo que dijo el chico para lanzar una esfera. Su tamaño era similar a la mano del robot. Para cuando el ataque terminó el robot estaba deforme, parecía que un agujero negro se había creado en su interior.