. - * * * - .

—Chica ¿qué es lo que vas a hacer? —Alya casi gritó, cuando vio una maleta abierta y a medio llenar sobre el diván de Marinette, mientras la aludida cocía una tira de felpa térmica rosa pálido a lo largo del cuello y la capucha de un abrigo tipo vestido color magenta — ¿No se supone que Ladybug no puede dejar París? —exclamó esta vez en voz más moderada.

—Alya, si pude irme a New York, todo el camino a través del océano, creo que puedo manejar un viaje a Londres, que está a menos de una hora para CosmoBug —frunció el ceño, concentrada, mientras hacía una pausa en su costura y retiraba algunos alfileres guía antes de continuar —le haré saber a Chat que podría llegar un poco tarde, y le dejaré un poco de ayuda —miró de reojo en dirección a su caja de costura. El símbolo de la serpiente destelló en su mente momentáneamente.

Los kwamis que quedaban con ella se habían vuelto significativamente menos enérgicos e hiperactivos desde que la mitad de ellos se habían unido a Nooroo y Dussu en manos de Monarch.

Marinette apretó las manos ante el pensamiento. Un alfiler le pinchó el dedo pulgar, pero ella ni siquiera se quejó del dolor, mientras se lo llevaba a la boca para evitar que la pequeña gota de sangre manchara la prenda en la que trabajaba.

Alya miró a su mejor amiga, aún preocupada por el asunto, antes de observar también a los kwamis.
Era doloroso no tener más a Trixx alrededor.

— ¿Estás segura de esto, niña? —Alya preguntó de nuevo.

Marinette sacó lentamente el dedo de su boca, y continuó su trabajo —Sí. Me gusta la idea de tener a la clase fuera de París por un tiempo —comentó, su voz tenía la seriedad de un comandante de guerra, no la de una niña que apenas iba a cumplir quince años.

A veces, Alya mira a Marinette y siente que no está viendo a su mejor amiga. Siente que detrás de esos ojos azules hay alguien que ya ha experimentado más de una vida. Alguien que ha visto lo peor del mundo, pero sigue luchando por mantenerlo unido y en marcha.

A veces, Alya mira a Marinette y se pregunta si es la misma chica que conoció en su primer día de clases en el Françoise Dupont.

. - * * * - .

—Realmente no tienes que someterte a eso, Rockstar —Ladybug se encontró apoyando la cabeza sobre el hombro de Viperion al atardecer, sobre un tejado al azar.

El mayor sacudió casualmente su cabeza. Sus dedos trabajaban de forma casi distraída sobre las cuerdas de su lira —está bien, ma muse. Sin Jules en el barco no debería haber problema en que los kwamis se queden conmigo —Viperion inclinó su cabeza y frotó su mejilla contra el cabello de la heroína con suavidad, aunque incluso eso no impidió que algunos cabellos se desordenaran —Mamá puede ser muy espontánea, pero respeta mucho mi privacidad y la de Juleka —aseguró.

La chica en rojo y negro asintió tentativamente, aun dudosa, después de unos segundos de silencio —si estás seguro...

Viperion asintió en respuesta, finalmente soltando su instrumento para pasar un brazo alrededor de la oji-azul.
Podía escuchar la preocupación e incertidumbre emanar de ella como una miríada de tambores diferentes que no estaban coordinados entre sí.

Esa tarde, ella y Chat tuvieron que luchar contra Madame Tsurugi convertida en Ikari Gozen, nuevamente, después de algunas semanas en que Monarch permaneció en el más hermético silencio.
Lo llamativo de esta situación fue que la mujer se presentó con el poder de la multiplicación, correspondiente al miraculous del ratón... pero ni dicha joya, ni su correspondiente kwami estaban con ella cuando lograron desakumatizarla.

Luka sabía que este desconcertante giro de los acontecimientos estaba elevando la ansiedad y la preocupación de su dulce musa a niveles peligrosos. Por la misma razón, el músico estaba completamente a favor de que la franco-china se dirigiera a Londres con el resto de su clase.
Probablemente la, no-tan-secreta (al menos, para Luka), búsqueda de Félix que ella pretendía hacer estando en Londres mantendría su cabeza centrada en una sola meta a corto plazo, en lugar de darle vueltas a un millar de ideas, posibilidades e '¿y si...?' que habían empezado a atormentarla desde esa tarde.

Viperion colocó un beso en la sien de la heroína, encima de la máscara moteada —Londres será bueno para ti —sugirió calmadamente —un cambio de aires podría ayudarte a obtener un cambio de perspectiva, o encontrar un nuevo ángulo para ver las cosas.

Ladybug no pudo no sonreír y cerrar los ojos, sintiendo el calor de sus labios contra su piel —realmente espero que tengas razón —deslizó un brazo a través del abdomen del héroe serpiente y se acurrucó más cerca de él mientras lo abrazaba.

En la mente de Luka no había ninguna duda al respecto. Algo le decía que este viaje sería importante para Marinette. Algo, simplemente algo iba a suceder. Era como un redoble de tambores en el fondo de su cabeza cuando pensaba en el viaje de clases de su hermana. Un presentimiento.

Se quedaron allí, abrazados en silencio, por un rato más, mientras el sol caía y se ocultaba por completo de la ciudad del amor para dar paso a la noche.

—Vamos —Ladybug susurró perezosamente —tengo que terminar de empacar un par de cosas y tienes que recoger a los kwamis —ella ya había hablado con Chat Noir antes de reunirse con Viperion, así que no tenía nada más de lo que ocuparse.

Viperion asintió. En cuanto Ladybug rompió el abrazo, él se puso en pie y la tomó de la mano para ayudarla a levantarse. Presionó un segundo beso en su mejilla derecha esta vez, y luego le sonrió —corre conmigo, mélodie —susurró casi contra su oreja, y luego dio un paso atrás, antes de saltar a otro tejado.

Ladybug se rió entre dientes, sintiendo un calor muy tenue entibiar sus mejillas mientras echaba a correr detrás de él, ignorando su yoyo, pero decidida a alcanzarlo. Ella tenía mucha más experiencia en el parkour, sin mencionar que conocía los tejados de París como la palma de su mano.

~

—Estaré aquí temprano —Viperion se despidió suavemente de Marinette, en su balcón. La caja de los miraculous resguardada bajo su brazo y dentro de un cofre anodino que no llamaría la atención, incluso si alguien veía a Viperion saltando por ahí.

—Pero ¿Y tu hermana? —la chica hizo una mueca.

—Jules se quedó esta noche en casa de Rose. Sus padres las llevarán a la estación mañana.

Marinette asintió, luciendo una mirada distraída que trataba de ocultar cansancio —ve a casa con cuidado. Envíame un mensaje cuando estés allí —ella le dijo suavemente.

Su voz dulce, ligeramente adormilada, provocó que un tenue escalofrío recorriera la espalda de Luka. Sus párpados bajaron a medio camino sobre sus ojos temporalmente ambarinos, para coincidir con ella —por supuesto, mélodie.

Marinette le dio una suave sonrisa antes de ponerse en puntillas para alcanzar su mejilla en un beso. Un segundo escalofrío recorrió al joven músico.
Un deseo, como una pequeña braza, quemaba en el interior de su pecho: la necesidad de llevarla a la cama y tararear para ella hasta que cayera dormida en el sueño profundo, que claramente necesitaba, era difícil de controlar.

—Duerme bien, Ma-Ma-Marinette —le dijo en cambio, usando su mano libre para sostener su barbilla.

Ella le devolvió una mirada de curiosidad injustamente adorable. Viperion usó su pulgar para acariciar la piel justo debajo de su labio inferior y Marinette cerró los ojos ante su toque. Las frondosas pestañas oscuras revoloteaban contra las mejillas salpicadas por pecas y a Viperion le costó toda su fuerza de voluntad no colocar sus labios sobre los de ella. En cambio, besó su frente a modo de despedida.

Cuando Marinette abrió sus ojos nuevamente, vio a Viperion guiñarle un ojo antes de saltar sobre el muro detrás de su balcón para marcharse en dirección al río Sena —Descansa, mi héroe —ella murmuró al viento, sintiendo un leve cosquilleo persistente en sus labios y una sensación de vacío en la que eligió no pensar activamente, mientras bajaba por la buhardilla hasta su cama —vamos Tikki, ayúdame a hacer una última verificación para no dejar nada importante.

. - * * * - .

Luka cumplió con su palabra. Temprano, a la mañana siguiente, estaba en la panadería/pastelería de Tom y Sabine a tiempo para escuchar a la mujer china asegurarle a Marinette que llegaría tarde a la estación del tren si no salía de su habitación en los próximos diez minutos.

— ¿Por lo menos desayunó ya? —el mayor de los gemelos Couffaine preguntó con divertida resignación.

Sabine igualó su expresión, con la sonrisa cariñosa que solo una madre podía componer —por suerte, sí. Se está vistiendo y arreglando en este momento —Luka asintió en comprensión, mientras Sabine le pasaba un par de tazas con batidos de avena y frutas, decorado con crema batida y chocolate troceado —dásela a Marinette por mi ¿sí, querido?

—Por supuesto, Señora Sabine, y gracias —Luka le sonrió mientras ella salía del departamento, después de darle una cariñosa palmada en el hombro. Había tomado un tiempo, pero el chico había pasado de llamarla Sra. Cheng, a Sabine, como la mujer había insistido.

En cuanto la mujer cerró la puerta tras de sí, Luka envió a Sass a través de la trampilla para avisar a Marinette que estaba esperándola, mientras tomaba los primeros sorbos de la bebida.

Estaba simplemente perfecta.

Marinette tropezó su camino escaleras abajo, aunque no lo suficientemente aparatoso como para realmente caer, con los dos kwamis en sus hombros. Su blusa fruncida de cuello cuadrado y mangas largas y fluidas, color rosa bebé, le daba un aspecto ligeramente vintage junto a unos jeans grises deslavados y tenis blancos con rosa; su característico bolsito colgaba a un lado de su cadera y un blazer blanco se doblaba sobre su brazo izquierdo. Un maquillaje ahumado muy sutil resaltaba el azul brillante de sus ojos, y un brillo labial ligeramente rosa con partículas brillantes llamaba la atención sobre sus labios.

Luka inhaló profundamente al verla —estás hermosa —salió de su boca, sin planearlo.

La franco-china tropezó con sus propios pies, mirándolo con ojos ensanchados y un poco de rubor floreciendo en sus mejillas —oh... eh... M-muchas gracias, Luka —Tikki y Sass fallaron en disimular unas risillas, aumentando un tono el rojo que se había apoderado de su rostro —b-buenos días.

Luka le sonrió suavemente. No había planeado decirlo en voz alta, pero no era una mentira y tampoco se iba a retractar —buenos días, mélodie —le tendió la taza con su correspondiente batido.

Marinette tomó la taza, y bebió casi la mitad de su contenido de un solo trago, luego se detuvo e hizo una mueca, porque el frío se le subía a la cabeza.

Luka se rió de sus tonterías —no te apresures tanto. Aún nos quedan... —miró fugazmente su teléfono —unos seis minutos antes de que empieces a llegar tarde.

Marinette se burló de su intento de humor mientras atravesaba la sala de estar para tirar de su maleta. Su padre la había bajado por ella la noche anterior, tratando de evitar un aparatoso accidente en su, generalmente, torpe hija.

~

Marinette dejó su motoneta justo afuera de la estación de tren. Luka se bajó con su maleta en mano mientras ella se quitaba el casco y peinaba su cabello en moños gemelos en lugar de sus coletas habituales —gracias —la niña le entregó las llaves del vehículo para que pudiera llevárselo de regreso.

—No es ningún problema, Marinette —Luka sostuvo su mano mientras caminaban hacia el interior de la estación.

Casi toda la clase estaba ahí, listos para irse. Zoe y Marc estaban también, despidiéndose de sus amigos, junto con algunos otros de su propia clase.

Luka fue arrastrado en abrazos de despedida con Rose y Juleka, mientras que Marinette se reunió fue a saludar a Nino, Alya y Adrien. El rubio había pasado días aparentemente indeciso sobre la forma adecuada de saludarla cuando llegaban a clases, no parecía tener claro si abrazarla, chocar manos, besarla en la mejilla o cualquier otra cosa; lo que rápidamente se volvió un poco incómodo para la oji-azul, sin embargo, no dijo ni hizo nada al respecto. Adrien había soportado con calma y amabilidad sus nerviosismos y enredos de lengua muchísimas veces, lo mínimo que Marinette podía hacer era devolverle la misma cortesía ahora que el rubio parecía resolviendo cómo manejar su amistad después que ella lo animara a hablar con su padre sobre lo que realmente quería hacer.

Solo un minuto después, Bustier los llamó a todos a formarse para abordar el tren que ya estaba llegando.

. - * * * - .

Félix le echó un vistazo al durmiente Dussu, que descansaba en una de sus almohadas, mientras comprobaba sus correos electrónicos y pendientes del día.

Su madre estaba fuera, supervisando algo en su compañía cinematográfica, y había insistido a su hijo en que no había demasiadas cosas que hacer, por lo que no necesitaba acompañarla.

El débil sonido de una notificación emergente llamó su atención de regreso a la laptop frente a él.

Un mensaje de Adrien.

Félix estaba un poco confundido respecto a donde estaba parado con Adrien estos días.
Solo tenía sentido que Adrien supiera lo que le había hecho a su preciosa heroína, ya que Ladybug lo había confundido con él, y probablemente había ido con Adrien para recuperar a Barkk y su miraculous mientras él estaba negociando con su tío.
Entonces, Félix esperaba que Adrien estuviera furioso con él. Incluso se había preparado mentalmente para la posibilidad de que su primo fuera akumatizado y viniera tras él. Después de todo, Adrien no tenía idea alguna de lo que ambos eran, ni por qué Félix había estado dispuesto a apostar lo que sea con tal de conseguir el broche de Dussu.

Pero nada de eso había sucedido.

Adrien seguía en contacto con él, casi como si nada.
Había un toque de precaución en el modelo. Félix literalmente podía sentir la cautela de Adrien hacia él. Sin embargo, no había mencionado nada sobre el asunto.

Félix llegó a preguntarse si Adrien estaba tratando de atraerlo a París, hacia algún tipo de emboscada por parte de los héroes.

No es que esa fuera una preocupación para él. Félix había estado realizando viajes constantes a París desde que se convirtió en el nuevo dueño del miraculous del pavo real, solo para probarse a sí mismo (al menos, eso era una gran parte de su motivación) y ninguno de los dos héroes lo había detectado todavía.

El mensaje que Adrien le envió estaba lleno de emojis, palabras escritas innecesariamente en mayúsculas y encerradas en signos de exploración.

No era una sorpresa para Félix.

Pero sí lo fue el hecho de que su primo estaría viajando con su clase hacia Londres dentro de la próxima hora.

¿Cómo no había estado al tanto de esto antes?

"No necesitas acompañarme, bebé, no hay mucho que hacer. ¿Por qué no te tomas el día y descansas un poco? Estoy segura de que encontrarás algo divertido que hacer hoy" las palabras cantarinas de su madre se repitieron en su cabeza. Félix resopló. Por supuesto, esa era su madre y probablemente ella ya lo sabía.

Félix empezó a escribir un mensaje de respuesta, preguntándole a Adrien por su itinerario de viaje y cuánto tiempo iban a quedarse. Ni siquiera se dio cuenta de que Dussu se había despertado.

—Estás feliz ¿Verdad? —Dussu se rió, posándose suavemente en el hombro izquierdo de su portador —ella viene.

El rubio resopló, ignorando las palabras de su compañero kwami mientras terminaba de escribir y enviar el mensaje para su primo.
Ignorando también la pequeña pero no menos existente quemazón que se extendió por sus mejillas.

Ella viene, de hecho.

Para su buena suerte, Adrien no escatimó a la hora de explicarse a su primo. Compartió con Félix desde la hora en que debían abordar el tren en Gare du Nord, la hora en que deberían llegar al London St Pancras (siempre que no se repitieran los insucesos de la excursión anterior de hace un par de meses), en que hotel se hospedarían, el nombre de la escuela y la clase con la que estaban destinados a reunirse, las actividades que realizarían ese mismo día y cuando debían regresar a pasar la noche.

Félix escribió un vago mensaje deseando que disfrutara su paseo antes de apagar su laptop —Dussu, vamos a salir.

La pequeña deidad, como un pavo real, se emocionó, revoloteando alrededor de la cabeza de Félix mientras este caminaba a través del pent-house, recogiendo sus cosas, para luego dirigirse a una ventana — ¡Vamos a ver a tu palomita! —arrulló Dussu —oh, no puedo esperar a que se junten ustedes dos, agapornis —sacudió las plumas de su cola mientras se detenía a unos pocos centímetros de los ojos verdes de su portador.

Félix bufó cuando el kwami se refirió a ella como 'su palomita'. Había escuchado la palabra 'Dove' ser usada como un apodo cariñoso entre parejas, pero para él no estaba ni de cerca a la altura de la chica que había robado su corazón.

—Dussu, extiende mis plumas.

. - * * * - .

Adrien sonrió inconscientemente cuando Alya reclamó su asiento junto a Nino. Le había preguntado de antemano, y la bloggera estaba más que feliz de sentarse con su novio para que él pudiera sentarse con Marinette.

— ¿Puedo ayudarte? —le ofreció suavemente a la oji-azul, aunque ya estaba tomando su maleta para subirla al espacio encima de sus asientos.

Marinette parpadeó un par de veces ante su actuar —oh, eh, gracias Adrien —se rió nerviosamente, mientras se deslizaba en el asiento junto a la ventana. Ella lo vio subir su propia maleta — ¿te gustaría jugar algo? —tenía una baraja de cartas en la pequeña mochila de viaje que traía en su espalda. Planeaba jugar con Alya para matar algo de tiempo, pero tal como estaban las cosas...

Adrien le sonrió mientras se sentaba a su lado —seguro ¿qué te parece si escuchamos algo de música también? —el rubio sacó su teléfono y un par de audífonos inalámbricos —Nino creó un par de playlist para el viaje.

Marinette aceptó con un asentimiento de cabeza y cada se colocó un auricular en la oreja.
Mientras la chica empezaba a barajar las cartas, Adrien cruzó miradas a través del pasillo con Alya y Nino; ambos se sonreían y enseñaban los pulgares con aprobación.

El modelo estaba bastante seguro de que este viaje sería perfecto para que él y Marinette pasaran tiempo juntos. Y el primer paso era recrear esa hermosa foto que Alya había tomado y que Nino le había enseñado, de ambos durmiendo apoyados uno en el otro.
La lista de música que había elegido estaba llena de música relajante y suave, eventualmente conduciría al somnolencia en ambos y podrían acurrucarse para una siesta juntos.

"Sí. Este será un gran viaje" Adrien pensó, mientras recogía y revisaba una de las manos de cartas que Marinette había separado del mazo.

~

Pasaron, aproximadamente, media hora jugando a las cartas, tomaron un refrigerio de los bots de servicio, y luego cambiaron a un juego de veinte palabras que Adrien había propuesto.

El rubio parecía haber sobrestimado cuan adormecido lo pondría el viaje, o la resistencia de Marinette a los viajes largos, ya que él fue el primero en caer dormido, en medio de una plática sobre uno de los tantos libros que Madame Bustier había recomendado a la clase.

Marinette simplemente sonrió al verlo caer dormido. Sabía lo ocupada que era la agenda de Adrien, a pesar de que se había aligerado un poco últimamente, el chico seguro tenía mucho descanso con el que ponerse al día.
Cuando estaba obsesionada con él, solía pensar que era increíble por manejar tantas actividades en un mismo día, cuando ella apenas podía llegar sobre el tiempo a clases y equilibrar ser Ladybug con sus deberes. Ahora lo sabía mejor. Sabía lo horrible que era Gabriel Agreste por imponer tanto sobre su hijo adolescente en crecimiento, que claramente necesitaba más descanso, comida, y tiempo con sus amigos.

Así que Marinette simplemente dejó que el rubio durmiera sobre su hombro mientras trabajaba en algunos bocetos.

Sólo quedaban dos meses para el fin de curso. Lo que probablemente significaba un baile de fin de año.
Después del verano, su clase y la de Mendeleiev serían todos estudiantes de Lycée.

Si había uno o dos trajes entre dichos bocetos... bueno, ese era su pequeño secreto.

. - * * * - .

Argos aterrizó en un tejado de las inmediaciones del London St Pancras exactamente a las 9:15 A.M.

Afortunadamente, el viaje del Françoise Dupont no parecía haber sufrido ningún percance a causa de su tío. El tren estaba frenando cuidadosamente en su respectiva parada y solo era cuestión de tiempo para que el grupo de estudiantes bajara.

El joven pavo real ya podía ver al grupo de estudiantes local que los recibiría, y los dos autobuses escolares que esperaban fuera de la estación.
El instituto St Paul era uno de los más distinguibles de la ciudad, no sólo por sus múltiples reconocimientos en las artes y los deportes, si no por su uniforme flexible y fácilmente personalizable. Básicamente la envidia de todos aquellos que odiaban la idea de usar la misma ropa todos los días, o de vestir igual que sus compañeros.

El uniforme solo tenía dos piezas obligatorias: chaqueta o chaleco con el escudo de la escuela, dependiendo de la estación, y la falda o el pantalón. Ambos eran de color gris plomo.
Las blusas y camisas que usaban debajo era completamente de libre elección, siempre que cumplieran con el mínimo de ser manga corta, las corbatas, los cinturones, los zapatos, las medias o mallas y cualquier tipo de accesorios corrían por cuenta de los estudiantes.

El grupo de estudiantes se animó cuando las personas estaban saliendo del tren, lo que re-atrajo la atención de Argos hacia el vehículo de transporte masivo.

Reconoció a algunos de los compañeros de Adrien saliendo en fila con una mujer pelirroja que, supuso, era su profesora.
Argos no reconoció el hecho de que estaba apretando los bordes de su chaleco hasta que la vio y todo su cuerpo se relajó de forma casi instantánea.

Ella estaba preciosa. El cabello recogido en moños exhibía más las facciones de su cara y dejaba a la vista su cuello esbelto. Todo un cambio de su peinado habitual. Aunque consecuente con los pequeños cambios que la había visto hacer en las últimas semanas.
El rosa era, definitivamente, uno de los mejores colores para ella; contrastando con el azul de sus ojos, idénticos a un mar apacible.

Argos la observó caminar con una morena que reconoció como Lady Wifi: Cesaire, si no recordaba mal. Detrás de ellas estaban Adrien y su mejor amigo, aparentemente ayudando a las chicas con su equipaje.

El joven londinense se quedó de piedra, confundido, cuando vio a su primo interactuar con el objeto de sus afectos.

"¿Me perdí de algo?" Fueron sus pensamientos inmediatos.

Adrien era su yo habitual, sonriente, brillante y dolorosamente ingenuo. Sin embargo, le estaba dando ojos de cachorro enamorado a Marinette, mientras se metía en su espacio personal de forma no tan sutil como seguramente creía.

Félix quería golpear el techo bajo él hasta abollarlo.

Se suponía que Adrien era demasiado ingenuo para notar los maravillosos sentimientos de Marinette. ¡Se suponía que Adrien tenía un Crush irremediable con Ladybug para empezar! Pero sus emociones no mentían: Adrien anhelaba el afecto de Marinette.

Sin embargo, las sorpresas venían por partida doble. Argos esperaba que la oji-azul estuviera halagada y aceptando los avances de su primo, pero se encontró con una sonrisa incómoda y pequeños alejamientos sutiles.

Entrecerrando sus ojos, temporalmente magentas, en ella, Argos se concentró en sus habilidades al máximo.
No había ninguna equivocación: Marinette estaba incómoda por las atenciones de Adrien. No había felicidad ni estupor ni coquetería. Solo leve incomodidad, que se convirtió en alivio cuando su profesora los llamó para que empezaran a integrarse con los estudiantes locales.

Su corazón hizo volteretas en su pecho. Marinette ya no tenía sentimientos románticos hacia Adrien. Y ahora ella estaba en su territorio.

Si algo sabía hacer muy bien Félix Fathom, era reconocer y aprovechar las buenas oportunidades.

. - * * * - .

-Paris Gare du Nord & London St Pancras International Station son las dos estaciones de tren que conectan París y Londres, respectivamente, a través del Eurotunel. El viaje tiene una duración de 2 horas y cuarto.
-Lycée es el equivalente a la preparatoria. Los últimos tres años de educación básica.

- * * * -

¡Recuerden que siempre pueden sugerir personajes y tramas de capítulos que quieran leer aquí! Me reservo el derecho de acepar todo, pero ciertamente los tendré en cuenta.

Pd: pronto, nueva versión de la portada con más personajes xD