Capítulo 8
—Tío Minnie —grito Taehyung en cuanto lo vio cruzar la puerta, llamando la atención de los otros cachorros presentes.
El primero en llegar a su lado fue Taehyung, quien inmediatamente estiró sus bracitos a la espera de ser levantado. Jungkook abrazo la pierna del omega y su hermana mayor le imitó abrazando la contraria.
—Hola niños ¿Cómo están? —pregunto bajando a su sobrino, agachándose para dar un abrazo grupal a los tres infantes.
—Bien —respondieron al uniso y luego volvieron a correr hacia la sala. Sentándose frente a la pequeña mesa de centro con las hojas y lápices esparcidos en toda ella e incluso en suelo.
—Hola Minnie —saludo Jin saliendo de la cocina.
—Por ese rostro me imagino que también viste las noticias —pronuncio abrazando a su amigo.
—Sí, Joonie intento calmarme pero ahora tengo miedo de hasta ir por algo tan simple como una gaseosa o leche en cajita para mis pequeños —suspira—. Incluso le pedí que me trajera con Bae porque no quería estar solo en mi casa hoy, suerte que al ser fin de semana los niños no van a la escuela o guardería, lo único que quiero en este momento es tenerlos conmigo.
—Te entiendo, ni yo quería estar solo, por eso estuve feliz cuando los recibí —Baekhyun dijo apareciendo desde la cocina también.
—Bueno, creo que muchos se deben de sentir como ustedes, incluso yo me preocupe por Tae y por eso vine —hizo una mueca.
—¿Qué clase de animal hace algo como eso? —pregunto enojado Jin.
—Debe de estar muy loco —murmuro Bae observando a los niños seguir dibujando—. ¿Namjoon no te ha dicho nada al respecto?
—No, el caso se le fue dado recientemente y como dio aviso, no hay información suficiente todavía.
—¡Minnie! ¡Hyung mila lo que dibuje! —chillo Taehyung bastante orgulloso mientras alzaba su dibujo.
—¡Mia el mío! —pidió también Jungkook.
—¡El mío es el mejor! —exclamó Lisa alzando su dibujo también.
—Son muy hermosos chicos, tienen talento —sonrió alzando sus pulgares.
—Algún día seré igual de bueno que usted, Minnie hyung—aseguró Lisa con una adorable sonrisa apenada.
—Por supuesto, todos tienen mucho talento —aseguró.
Satisfechos con aquellas palabras, los niños volvieron su atención nuevamente a sus dibujos, agregando más cosas.
—Bueno, no hay mucho que nosotros podamos hacer más que confiar en ellos —retomó el tema Jimin—. En especial ustedes que sus emociones influyen a sus cachorros, tienen que estar tranquilos.
Ambos padres suspiraron sabiendo que Jimin tenía razón.
(***)
—Se supone que tú No ibas a dar la información —gruño Yoongi apenas entró en la oficina del alto, resaltando claramente el "no".
—La información se filtró por la red, los rumores comenzaron a esparcirse con rapidez alterando a las personas y alguien pidió que fuera yo quién explicara todo —respondió masajeando ambos lados de su cabeza—. Créeme, tampoco quería hacerlo ya que mi idea era proteger a Minnie y mantener un perfil bajo mientras resolvíamos esto.
—¿Sabes lo complicado que es esto ahora?. Pusimos en alerta al psicópata ese, aunque hayas dicho que un pesquero descubrió la bolsa, tendrá la sospecha de que tu amigo podría haber recordado y avisado. Ahora tampoco lo podrás proteger porque sería muy obvio.
—¡Demonios! ¡Ya lo sé Yoongi! —grito cansado—. Pero la orden la mando una persona con más poder que Siwon, dijeron que esto iba a ser una noticia muy fuerte y necesitaban de alguien que inspirara confianza en la gente, resulte ser yo y no me dejaron escoger a pesar de que me negué en un principio.
Yoongi observó a su compañero y se sentó en la silla frente a él.
—Bien, ahora tenemos que pensar que hacer ahora —tenían un cierto tono de fastidio en su voz que molestó a Namjoon.
Un sonido interrumpió la habitación, ambos se observaron. Namjoon frunció el ceño al ver que era una llamada de Jimin.
—¿Minnie?
—No te quiero preocupar, pero creo que alguien me está persiguiendo —pronuncio mientras seguía caminando.
—Mierda ¿Dónde estás Jimin? ¿Por qué saliste de tu departamento? —pregunto furioso y preocupado.
—¿Qué esperabas que hiciera después de esa noticia? —pregunto algo alterado—. Mi sobrino casi fue secuestrado y en lo único que pude pensar fue en ese momento, si no lo hubiéramos encontrado, tal vez hubiera terminado como uno de esos cachorros —expresó angustiado, tenía un nudo en su garganta que no se quería borrar con nada a pesar de haberse asegurado de que su sobrino ya estaba bien—. Necesitaba comprobar que estaba bien.
Namjoon suspiró y trató de relajarse, no quería alterar al omega.
—¿En qué parte estás? ¿Vas o vienes de vuelta?
—Voy de vuelta, cerca de ese parque que está entre el departamento de correo y el centro comercial, a cinco cuadras aún de la casa de Chanyeol. No quiero volver y exponerlos al peligro si ese es el caso.
—Te sigue a pie o...
—Un auto me ha estado siguiendo desde que salí de la casa de Bae, una cuadra más allá, ha doblado en las misma calles que yo y cuando tomó un camino interior donde los autos no tienen permitido, me lo encuentro cuando salgo, como ahora —se quejó.
—Bien, ve a ese parque y quédate ahí hasta que Yoongi aparezca —corto antes de que el contrario pudiera reclamar.
—No digas nada, escuche su estupidez —pronunció levantándose.
—Aquí está ese parque —le dio un papel con la dirección—, y no seas tan duro con él, Jiminnie ama a su sobrino como ama a mis hijos —pidió antes de ser interrumpido por el teléfono sobre su escritorio.
Yoongi asintió con su cabeza y salió de la oficina, fue hasta el subterráneo dónde estaba el estacionamiento y su apreciada motocicleta.
Leyó el papel una última vez y lo arrugó guardándolo en su chaqueta de cuero café oscuro, se colocó el casco y se subió a su moto, acelerando a penas colocó la llave.
Manejaba con rapidez y destreza, como un pez en el agua se deslizaba entre los autos de la ciudad, zigzagueando. No fue hasta que estuvo cerca del parque que bajo la velocidad y observó a su alrededor por cualquier auto estacionado.
Cuando se bajó, ubicó a su molesto e irresponsable vecino sentado en una banca bebiendo despreocupadamente un licuado.
Sabía que el omega lo había reconocido pero este no hacia ni el intento de levantarse de la banca. Rodando sus ojos, apoyó su casco en su cintura al lado izquierdo junto con su brazo y se encaminó hacia él.
El rubio siguió bebiendo de forma despreocupada por la pajita de su licuado mientras lo observaba acercarse, hasta que el alfa estuvo parado frente a él.
—Se fue —informó observando hacia arriba.
—¿Cómo que se fue? —pregunto irritado.
—Hice caso a Nam y espere aquí, me comencé a incomodar y compre un licuado del puesto de al frente, cuando volví ya no estaba. Le avise a Nam pero me dijo que de todas formas te esperara.
—¿Al menos sabes cómo era el auto?
—Parecido al modelo que tiene mi hermano pero rojo —informo volviendo a beber.
—¿Quieres dejar eso? ¿Cuantos años tienes, quince?—gruño sentándose a su lado.
—¿Por qué lo haría si aún me queda? —refunfuño—. Y tengo veintitrés.
—Eres un niño —resopló—. ¿Qué no pensaste que algo como esto podría pasarte al salir de tu departamento? —pregunto dejando de lado el tema del licuado.
Jimin suspiro y negó con su cabeza.
—No, no lo pensé ¿Bien?. Me levanté y vi a Namjoon hyung en la Tv explicando parte de lo que me dijeron ayer y simplemente necesite ver a mi sobrino. ¿Acaso nunca tuviste esa necesidad de comprobar personalmente si esa persona importante estaba bien?
—No. —su respuesta fue dada con una dureza que sobresalto al menor—. Nunca me he sentido así y no me interesa, solo me interesa mi caso.
Dejar a alguien entrar en su vida solo era un problema, un drama que no necesitaba ni quería. De por sí, las personas solo eran unas interesadas en las que no se podía confiar.
—Vamos, debe de haber alguien importante en tu vida. ¿Un amigo, hermano, primo, padres, tíos? ¿Algo? No todo puede ser trabajo —insistió.
—Para mi sí.
Okey, eso fue triste, hasta para Jimin. Su omega se encontraba en la extraña situación de querer consolarlo pero estaba siendo detenido por el mismo Jimin.
Yoongi se sobresaltó cuando sintió la mano de su vecino sobre la suya y Jimin simplemente no pensó mucho en ello, al menos con ese simplemente gesto su omega estaba un poco satisfecho.
—Puede que te encuentre como una persona irritante, un ogro y todas esas cosas, y también puede que sea porque no te conozca pero realmente deseo que un día esa persona importante llegue a tu vida —dijo con sinceridad—. Estar tanto tiempo solo no es bueno —dijo lo último observando hacia el frente, dándole al alfa una extraña sensación.
Yoongi sacó su mano y la ocultó en el bolsillo de su chaqueta, no le gustó encontrar agradable aquel tacto.
No habló, porque no tenía palabras para responder a eso. Se sentía incómodo, prefería al molesto vecino que refunfuñaba y se quejaba a su alrededor, no uno que parecía... Interesado en su vida... Uno... Que parecía entender muy bien de lo que hablaba.
—Con esa noticia que dio Nam, ya no podrá ser mi guardaespaldas ¿Cierto? —pregunto volviendo a beber de la pajita.
Jimin se giró a observarlo, viendo como este sacaba su móvil.
—No, y esa noticia solo puso en alerta al psicópata ese —informó leyendo el mensaje de su celular—. ¿Hoy irás a trabajar?
—Claro que sí.
—Antes de que te vayas, ven a mi departamento —el menor arrugó su nariz y asintió con su cabeza.
(***)
Y ahí estaba, parado frente a la puerta del alfa mientras esperaba a que este le abriera.
—Yoongi... —llamó y dio tres golpes con sus nudillos—. Yoongi... —otros tres—. Yoongi... —otros tres.
—¿Sabes lo irritante que es eso? —pregunto ceñudo—. Te escuche al primero pero como ves, estaba algo ocupado.
Sí, Jimin podía ver eso ya que estaba algo hipnotizado con el marcado abdomen, notando levemente un tatuaje en sus costillas izquierdas pero antes de que pudiera detallarlo, este ya le había dado la espalda.
—Sé que te gusta lo que ves pero deja de babear y cierra la puerta —su bula hizo reaccionar al rubio platinado.
—E-eso es m-mentira —balbuceo ignorando con esfuerzo el calor en sus mejillas, lo más seguro era que se había sonrojado.
—Claro, a la otra trata de decirlo sin tartamudear mirando mi trasero —grito entrando a su habitación por unos pantalones y camiseta.
—Como si tú no hubiera visto el mío ayer, hipócrita —aquel murmullo bajo llegó hasta él.
—¿Dijiste algo? —pregunto colocándose los pantalones.
—Que para qué me pediste venir —respondió el omega observando a su alrededor, aunque los apartamentos tenían una estructura bastante similar, el de Yoongi se veía bastante diferente por alguna razón.
Aún había algunas cajas en el suelo cerradas incluso, era como si hubiera desempacado solo lo que necesitaba.
—Mi jefe quiere hablar con nosotros —respondió volviendo a la sala.
—Ogro, tu sala se ve fría —comentó arrugando su nariz—. Deberías de colocar algunos cuadros y comprar unos sofás que no sean blancos, se ensucian con rapidez.
—Jimin... No estaré mucho tiempo aquí —le recordó.
Cierto, se lo había dicho con anterioridad y lo había olvidado completamente.
—Mejor, a ver si me llega un vecino más amable —respondió como si no le interesara, pero la verdad ya se estaba acostumbrando a la presencia de ese alfa irritante.
Yoongi le observó entrecerrando sus ojos antes de ir a abrir la puerta, luego de comprobar que fuera Siwon la abrió.
—Está aquí —pregunto ya entrando, sacándose sus zapatos en la entrada y dejándolos junto a los de Jimin y Yoongi.
—Sala.
Choi asintió con la cabeza y siguió de largo, encontrando al lindo y arreglado omega sentado cómodamente en el sofá con una expresión aburrida.
—Choi Siwon, del departamento de investigaciones especiales —se presentó sentándose frente a él.
Jimin se enderezó y le observó con cierta desconfianza.
—Park Jimin —respondió observando a Yoongi, quien estaba parado detrás de su jefe.
—Bien, te pedí verme, a los dos en realidad por una razón —anuncio llamando la atención de ambos—. En vista que obviamente estás en peligro por un descuido de nosotros, te asignaremos a Yoongi para protegerte.
Okey, eso ambos lo sabían así que no entendían por qué había venido a decirle eso, y sus expresiónes lo demostraban.
—Pensamos en la mejor forma de hacerlo y llegamos finalmente a una conclusión. Ustedes fingirán ser novios hasta que estés fuera de peligro y atrapamos al sospechoso —anuncio.
Y ahí estaba la respuesta de ambos, una que ninguno esperaba.
La primera reacción de Jimin fue reír, pero al ver que ninguno de los dos alfas le seguía en lo que para él era una clara broma de mal gusto, lo dejó.
Yoongi observó a su jefe claramente pidiéndole una buena explicación al respecto.
—¿Qué? —pregunto el menor ahora sorprendido y algo atemorizado.
Aquello simplemente no podía ser verdad.
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