Capítulo 54
—Por fin llegas Yoongi hyung —exclamó Hoseok en cuanto contempló al alfa cruzar la puerta del departamento.
—¿Sucedió algo? —preguntó sacándose sus zapatos y dejando su casco en la entrada antes de entrar en la sala de estar.
—¡Sí! ¡No! Ugh... Podría decirse que sí —dijo finalmente, torciendo sus labios.
Yoongi juntó sus cejas—. ¿Qué hizo Jimin? ¿O le ocurrió algo?
—Podría decirse que lo segundo... Creo... —respondió ambiguamente de nuevo, torciendo sus labios.
—Hoseok... —pronunció apenas conteniendo su irritación ante las respuestas del menor.
—Es que... No puedo decírtelo yo, Hyung —negó—. Tienes que hablarlo con él, pero no es algo malo... A mí parecer al menos —mordió su labio inferior algo ansioso.
Suspirando, el mayor simplemente asintió con su cabeza.
Tendría que averiguar qué era lo que molestaba a su omega ahora, y siendo que en su investigación con Namjoon no habían avanzado más, su estado de humor no era exactamente agradable para tratar con un berrinche de Jimin.
—Bien, ¿dónde está Jimin?
—Hace unas horas se quedó dormido —respondió y tomó a la pequeña minina—. Llorando —agregó antes de meterse en su habitación, sin darle oportunidad al alfa de preguntar al respecto.
Frunciendo el ceño, Yoongi se dirigió a su habitación y se detuvo frente a la puerta. ¿Qué cosa podría haber molestado tanto a su pareja hasta el punto de llorar por ello?
¿Jimin no se había enterado de que ya no trabaja en el aquel bar, cierto?
Su pareja no podría haber llorado debido a ello, ¿verdad?
Dudando un poco ahora en entrar, el mayor observó la puerta sin querer escuchar un sermón por parte de su omega por haberle quitado su trabajo.
Pero en su defensa, con este nuevo caso de omegas siendo violados y abandonados en los callejones no le tenía muy tranquilo, menos cuando su propia pareja trabajaba en un bar y con el reciente accidente, realmente sería un estúpido si permitiera que Jimin permaneciera trabajando allí.
Sí, él había hecho bien al haber tomado aquella decisión por lo que no debía de dudar en entrar en la habitación y enfrentar a su pareja.
¿Entonces por qué lo hacía?
Solo por el simple hecho, de saber que Jimin había llorado por su culpa, eso le hacía sentir mal.
Pero debía de enfrentarlo tarde o temprano por lo que...
Abriendo la puerta, la luz del pasillo se coló en el interior de la oscura habitación, permitiéndole vislumbrar la pequeña figura del menor sobre la cama acurrucada en una pequeña bolita mientras abrazaba una almohada.
"Algo está mal" pensó encendiendo la luz y entrando rápidamente en la habitación.
Jimin nunca estaría de aquella forma sólo por perder su trabajo, no. Su omega lo más seguro era que le hubiera esperado en la puerta para saltarle encima lleno de reclamos y regaños.
Algo más sucedía que molestaba a su omega.
¿Pero qué?
Sentándose en la cama, rápidamente se recostó al lado de su pareja, atrayendo el pequeño cuerpo hasta que la espalda de Jimin estuvo apegada a su pecho al igual que el resto del cuerpo.
Pasando su brazo sobre la cintura de su omega, frunció el ceño cuando el cuerpo de Jimin se tensó.
Abrió su boca para preguntar qué estaba mal cuando un dulce aroma llegó hasta su nariz.
El dulce aroma de su pareja estaba algo extraño, sus emociones se estaban reflejando en este y realmente le confundió cuando sintió algo diferente en este además de una emoción que perfectamente pudo detectar el alfa, y fue el miedo.
—Cosa corta —murmuró acercando su rostro al cuello del pelimorado, identificando este algo diferente como vainilla.
Un nuevo aroma se había añadido a su omega, uno suave y dulce.
Fue como si un crudo golpe le hubieran dado en su cabeza y su cuerpo se congeló en comprensión.
—T-tú... —pronunció siendo interrumpido por un sollozo de su pareja.
—Lo siento Yoonie —lloró, dándose media vuelta para enfrentarlo, aferrándose todavía a la almohada entre sus brazos.
—Esto no... Nos cuidamos —pronunció ignorando el terror en su tono—. Siempre nos cuidamos, tú te cuidabas —exclamó y le observó intensamente, su mente realmente no trabajando muy bien en ese momento.
La duda que contempló Jimin en los ojos de su alfa, le dolió e hirió profundamente.
—¡No lo hice a propósito! —chillo entre llanto, sentándose en la cama para poner algo de distancia entre los dos—. Yo me cuidaba al igual que tú, Dios sabe que no estoy preparado para cuidar a un bebé, así que no me culpes —lloró apretando con más fuerza la almohada, necesitando aferrarse desesperadamente a algo.
—Es que simplemente no entiendo cómo —respondió culpable de haber dudado aunque sea por un segundo de su pareja.
En seguida se enderezó sentándose al frente del menor. Estúpidamente, no vio la necesidad de Jimin en ser abrazado y sostenido por él, demasiado impactado aún por la noticia.
—El examen dice que tengo tres semanas —sollozó sin hacer ningún esfuerzo por limpiar las lágrimas de su rostro.
—Tres semanas —repitió haciendo un esfuerzo por recordar algo en especial esos días—. Tu celo.
Jimin asintió hipando con un pequeño puchero en sus labios.
—Tengo tanto miedo Yoongi, a penas puedo cuidar de mí mismo —negó con su cabeza—. No, ni eso puedo hacer realmente. ¿Cómo se supone entonces que cuidaré de un ser más pequeño e inocente? —preguntó—. ¿Cómo lo haremos? Ninguno está preparado para esto, ninguno habló al respecto tampoco —expresó preocupado—. Hyung... Háblame, Yoongi —rogó ante el silencio del contrario.
Pero el alfa simplemente estaba ahí, observando una parte del colchón con expresión perdida y alejada.
Y era precisamente por esto que el omega había tenido tanto miedo de decirle a su pareja.
¿Y si Yoongi le dejaba?
Confundido y algo dolido por el silencio del mayor, Jimin alzó su mano tocando su brazo, llamando su atención.
—Yo... —pronunció con voz ahogada el alfa.
Cuando sus ojos se encontraron la inseguridad, el dolor, el miedo y tormento dominaban en los ojos de Yoongi.
Y Jimin realmente deseó que su pareja le hablara, que le expresara sus emociones y todos sus temores cómo él lo había hecho recién.
Pero Yoongi no lo hizo, en cambio, se levantó de la cama observándolo sin mostrar realmente ninguna expresión en su rostro.
Jimin ni siquiera podía averiguar cómo se sentía su alfa a través de su, lazo ya que este mismo se lo estaba negando, ocultando perfectamente sus sentimientos como él mismo había hecho durante todo el día.
—Yoongi, háblame —rogó Jimin, estirando su mano en su dirección—. Yo también estoy tan asustado como tú.
Los ojos del alfa contemplaron la pequeña mano de su pareja y luego se desviaron a su rostro.
Padre.
Él... Simplemente... Cómo...
—No puedo, no ahora —respondió saliendo de la habitación sin decir ninguna otra palabra más.
El menor sintió como su corazón se apretaba en dolor al contemplarle ir lejos de él.
Los ojos de Jimin se volvieron a llenar de lágrimas y tuvo que respirar profundamente cuando un nudo apretado se asentó en su garganta, a la vez que trataba de mantener en control sus lágrimas.
El sonido de la puerta cerrándose terminó por romper el corazón del joven omega, y sólo entonces, dejó caer su mano.
Apretó sus labios con fuerza para evitar que el inferior temblara y un lamentable y doloroso sollozo escapara.
—¿Minnie hyung? —pronunció temerosamente Hoseok. Parado bajo el marco de su puerta le observaba con una expresión triste.
De todas las reacciones que se había imaginado que Yoongi tomaría, Hoseok nunca se había imaginado esta.
—Abrázame —pidió soltando la almohada y abriendo sus brazos.
Sin esperar, Hoseok se subió a la cama y abrazó el tembloroso cuerpo del mayor.
No mencionó a Yoongi, ni nada respecto al bebé en camino. Solo se quedó en silencio abrazando con fuerza el cuerpo de Jimin, escuchando con dolor como el triste llanto se transformó en suaves sollozos y estos en pequeños hipidos que finalmente terminaron en una suave respiración tranquila.
Jimin no supo exactamente en qué punto se quedó dormido, solo que un ruido molesto lo había traído de vuelta a su realidad.
—Creo que Yoongi hyung llegó —pronunció con sueño el joven omega, restregando sus ojos con pereza.
Sin emoción alguna en su rostro, Jimin se sentó en la cama y contempló la hora.
Las cinco de la madrugada.
Un ruido de algo quebrándose junto a una mal pronunciada maldición llegó hasta ellos.
—Ve a tu habitación Hobi, enseguida iré contigo —prometió.
—¿Estás seguro, Minnie? —preguntó preocupado.
—Ve, te alcanzó pronto —aseguró regalándole esta vez una pequeña sonrisa, no creía haberlo logrado realmente por la expresión de menor.
De todas formas, Hoseok se levantó de la cama y tomó a la pequeña gata que yacía recostada a los pies de la cama antes de retirarse a su propia habitación.
Respirando profundamente, Jimin finalmente salió de su habitación para enfrentar a su alfa.
En cuanto percibió su presencia, Yoongi le observó y sonrió de forma torpe.
—Jimin —pronunció dejando de recargarse contra la pared.
—¿Qué fue lo que hiciste, Yoongi? —preguntó decepcionado, negando con su cabeza.
—Bebé... Y-o... —balbuceo y rió de su intento de mantener el equilibrio mientras caminaba.
El aroma a alcohol que poseía el contrario provocó que Jimin arrugara su nariz y apretara sus labios con desagrado.
Observando a su pareja, se acercó rodeándole la cintura con un brazo para poder ayudarle a mantener el equilibrio mientras lo guiaba a su habitación.
Chocando con la cama, Yoongi rió mientras caía sobre esta, arrastrando con él a Jimin. Con el cuerpo de su omega sobre la suyo, suspiró y lo rodeó con sus brazos en un fuerte abrazo que le impidió al menor moverse de momento.
—Sabes Jiemin... Yo tengo muuucho miedo —pronunció con voz ebria, llamando la atención de su omega.
Sin poder evitarlo, Jimin apoyó su cabeza contra el pecho del mayor, escuchando los latidos constante de su corazón.
—¿Por qué? —preguntó en un susurro.
No creía realmente que el contrario le escucharía, no estando tan ebrio, pero Yoongi lo hizo. Y estando tan ebrio, esta vez el alfa no pudo mantener ocultas y alejados sus emociones, sus miedos y preocupaciones.
—Yo abandoné a esos niños Jimin, ¿cómo pod-ría ser un buen padre después de ello? ¿Cómo cuando yo nunca tuve una figura paterna en mi vida? —exclamó—. Hay sangre en mis manos, Jiminm. ¿Cómo podría tener a un ser tan inocente en ellas? ¿Cómo podría cuidarle? —preguntó—. Mi trabajo... También es peigroso, a penas puedo... Mantenerte seguro a ti... Simplemente... No sé si quiero ser padre... Yo no... Tengo...
Realmente le dolió a Jimin, percibir en cada palabra mal pronunciada todo el dolor y miedo de su alfa.
Solo cuando el silencio se extendió y la respiración del alfa se volvió lenta y constante que Jimin se atrevió a moverse de su posición ahora que los firmes brazos alrededor de su cuerpo habían aflojado solo un poco.
Limpiando sus lágrimas, el omega se levantó y acomodó el cuerpo del mayor bajo las mantas.
—Al igual que tú, yo también tengo miedo, Yoongi —pronunció observando el rostro dormido de su pareja—. Pero realmente me hubiera gustado, que me dijeras todo esto cuando te pedí que te quedaras conmigo y hablaras, sin la ayuda del alcohol... Al menos con ello, sentiría que confías aunque sea un poco, en mí —susurro limpiando las pocas lagrimas que habían escapado.
Con esas palabras, Jimin se dio vuelta y salió cerrando la puerta. Entrando en la habitación del menor, el pelimorado se volvió a acostar al lado de Hoseok para dormir otro poco más antes de salir de ahí antes de que Yoongi despertara.
Necesitaba un tiempo a solas para pensar todo otra vez.
(***)
Jimin se sentía horrible y sin ánimos de nada realmente, tampoco había podido dormir luego de las palabras que había compartido un borracho Yoongi.
Su corazón aún dolía en decepción, dolor y algo resentido, realmente quería entender las palabras de su alfa después de su espantosa y solitaria infancia, pero en ese momento, Jimin simplemente no podía.
"No sé si quiero ser padre" recordó con dolor.
Y aunque Jimin temía ser uno, nunca cruzó por su mente el no tener a su bebé.
Y si Yoongi lo ponía en la difícil situación de escoger entre los dos, por mucho que amara a su alfa, no iba a dejar su bebé.
Saliendo del departamento con una mochila, Jimin arrastró con él a Hoseok sin decirle una palabra al respecto.
Y Hoseok realmente no preguntó nada cuando salió del departamento con Jimin, simplemente lo siguió en silencio sin saber su destino.
En el taxi, el silencio del mayor era algo a lo que realmente el joven omega no estaba acostumbrado y eso le inquietaba.
Su hyung se veía tan decaído que le dolía hasta a él mismo.
Cuando el taxi finalmente se detuvo frente a una linda casa, Hoseok se bajó junto al contrario.
—¿Vamos a entrar? —preguntó cuando ambos se quedaron parados simplemente en la vereda frente a la casa.
—Quería pero... Si entramos todos se darán cuenta de que algo anda mal —respondió torciendo sus labios—. Pero tampoco tenemos otro lugar a donde ir.
—Entremos hyung —pidió observándolo preocupado—. Necesitas dormir un poco más y comer, ayer no quisiste comer nada en todo el día —le recordó.
Y sí, Jimin lo sabía. Seguramente tenía una apariencia horrible, ni siquiera había tomado una ducha antes de salir el departamento en compañía del menor pero comer en ese momento era la última de sus preocupaciones.
—No digas nada, ni aunque Baekhyun te pregunte al respecto —pidió.
—No lo haré —prometió tomando su mano para guiarlo a la casa.
Como se esperaba, un alegre pero igualmente cansado Baekhyun apareció en la puerta cargando a su pequeña hija.
—Minnie, Hobi —pronunció con una sonrisa—. No esperaba su visita —exclamó haciéndose a un lado para que ambos omega entraran.
—Siento venir así, pero necesitaba salir del departamento —respondió Jimin apenas pudiendo darle una mirada a su sobrina.
Un bebé.
—¿Sucedió algo? —preguntó frunciendo el ceño.
—Mi primera discusión de pareja, no te preocupes —mintió con facilidad y bostezo—. ¿Te importa si duermo un poco? —preguntó cambiando rápidamente de tema—. No pude dormir mucho anoche luego de ello.
—Claro, ve —asintió extrañado.
Cuando el omega desapareció de la sala, Baekhyun observó a Hoseok esperando más respuestas.
—En verdad discutieron —apoyo la mentira de Jimin, y si lo pensaba, no lo era del todo una mentira.
—Esperaba que estuvieran un tiempo más felices antes de que tuvieran su primera pelea —pronunció con sus labios fruncidos—. Bueno, es temprano ¿tomaste desayuno? —preguntó.
—No, salimos rápido del departamento —respondió siguiéndolo a la cocina.
—Si quieres puedes ir a dormir un poco con Minnie mientras lo preparo —propuso.
Y aunque Hoseok quiso negarse, sabía que realmente Jimin necesitaba algo de compañía en ese momento.
—Si necesita ayuda por favor vaya a buscarme —pronunció antes de retirarse al pasillo, abriendo la puerta que había visto a Jimin cerrar tras entrar.
Observando como el mayor formaba una pequeña bolita en la cama, Hoseok no dudó en acostarse también y abrazarlo por detrás.
Interiormente deseando que la situación se resolviera pronto, odiando ver en tales condiciones a las dos personas que lo habían ayudado y salvado.
Le dolía.
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