Capítulo 51
—¿Por qué ese puchero? —preguntó Kyungsoo cuando contempló a su amigo cruzar las puertas del bar.
—Hoseok no va a venir a trabajar más —contestó captando toda la atención del contrario con ello.
—¿Cómo que no va a venir más? ¿Está enfermo? ¿Le ocurrió algo? —cuestionó preocupado, siguiendo a su amigo a la trastienda.
—No está enfermo, descubrí que no estaba viviendo en muy buenas condiciones por lo que le invité a vivir conmigo con la condición de que no trabajara más y en cambio volviera estudiar —respondió sin querer dar mucho detalle respecto a lo que en verdad ocurrió, eso era algo personal que solo Hoseok sabría con quién compartir y con quién no.
—Entonces si tú le pediste que no viniera, ¿por qué haces puchero? —dijo sin querer indagar más al respecto, aunque se hacía una idea después de lo que había conversado con Jimin.
—Porque... ¡Es Hobi! —dijo como si eso explicara todo—. Su sonrisa me daba el poder de seguir —explicó.
Negando con su cabeza, Kyungsoo se dio media vuelta y se detuvo a medio camino.
—¿No te trajo tu alfa? —pregunto extrañado de no ver el casco que se cargaba siempre Jimin.
Hasta ahora Yoongi siempre había estado trayendo y buscando al pelimorado al trabajo a pesar de que no siempre se podía quedar a su lado.
—Nop, le dije que le hiciera compañía a Hoseok... Ninguno creyó que sería bueno para él quedarse solo en un departamento que no conoce —contestó sin observarlo.
—Ah, tienes razón. No tardes mucho —pidió saliendo apresurado luego de escuchar a un guardia avisar que ya habían abierto.
Una vez a solas, Jimin suspiró y sacó su teléfono móvil. Indeciso mordió su labio inferior mientras contemplaba el contacto de su alfa.
A decir verdad, tal vez habían discutido un poco antes de que se fuera al trabajo. Yoongi no había querido que se presentara ya que, debía de estar con Hoseok, pero Jimin sabía que si faltaba iba a perder su trabajo, según las palabras de su jefe.
Esto llevó a ambos a una pequeña discusión bastante seria en realidad, donde Jimin finalmente le había gritado irritado a su alfa antes de tomar un taxi e irse ignorándolo.
Una parte de él sabía que su pareja tenía razón, era irresponsable de su parte dejar solo a Hoseok en un lugar nuevo luego de lo que le había pasado.
Ugh... Odiaba no tener la razón, pero en este caso admitía que era su alfa quién la tenía.
Presionando sobre el nombre de su pareja, el omega espero mientras el celular marcaba.
Yoongi no contestó.
—Ha de estar aún enojado —murmuró algo decaído—. Estúpida culpa —refunfuño sobando suavemente su pecho antes de llevar su mano hacía su cuello, donde estaba su marca.
—Jiminnie, te necesito aquí, ya abrimos —gritó su amigo.
Suspirando, el menor tomó el camino rápido y le envió un mensaje a su pareja, disculpándose y dándole la razón, también pidiéndole que ya no estuviera enojado con él.
Guardando su teléfono móvil en el bolsillo trasero de su pantalón, Jimin salió para ayudar a su amigo a atender a los clientes.
Y así, las horas pasaron con gente entrando y saliendo del bar, bebiendo o bailando, lo usual.
El omega había estado atento a su celular a la espera de una respuesta de su alfa, la cual no recibió.
—Minnie prepárate, ya vamos a cerrar —anuncio Kyungsoo llamando su atención.
—¿Ya es hora? —pregunto sorprendido.
—Has estado distraído toda la noche —comentó—. ¿Estás bien?
—Sí... Solo un dolor de cabeza más la distracción de pensar que Hobi está esperándome en casa —mintió apenas sonriéndole—. ¿Crees que puedas ir a dejarme hoy? —pidió esperanzado, no creía que Yoongi fuera por él.
—Uy... Hoy no vine en auto —se disculpó—. Me pasará a buscar el hermano de mi esposo, pero si gustas le pregunto si puede desviarse un poco —propuso.
—Ugh... —sacó su móvil y sonrió cuando la pantalla se iluminó—. No es necesario, Hobi se durmió y Yoongi viene por mí ahora, pero gracias.
—Esta bien, ¿quieres que lo espere aquí contigo? —pregunto terminando de guardar las últimas cosas.
—No es necesario —negó—. Y parece que ya están aquí por ti —señalo al beta que ingresaba al vacío y silencioso bar.
—Bien, me avisas cuando estés en casa —pidió desapareciendo en la parte trasera y apareciendo con su mochila—. Se me olvidó sacar la basura, ¿le puedes decir a Chen o al jefe para que la saquen ellos? —pidió.
—Claro, no hay problema —asintió alzando su pulgar.
Sonriendo observó como su amigo se retiraba antes de quedar a solas, cuando este desapareció de su vista, suspiro y volvió a sacar su teléfono móvil que se había apagado al agotarse su batería, eso había sido lo que había pasado en realidad, no había sido su alfa.
—Supongo que me toca irme en taxi —murmuró observando a su alrededor, pero ya la mayoría del personal se había ido.
Dirigiéndose a la trastienda, Jimin notó que la única mochila que quedaba era la suya.
—¿En qué momento se fueron todos? —preguntó en voz alta, a nadie en particular.
Frustrado tiro su inservible celular dentro de su mochila y salió, su jefe debería de estar aún en el bar debido a que él era el que cerraba después de cerrar caja y sacar cuentas.
Subiendo las escaleras al segundo piso, Jimin se detuvo frente a la puerta y se abstuvo de tocar justo a tiempo. Sofocando su risa al escuchar gemidos en el interior, se volvió a retirar silenciosamente.
Agarrando su mochila, tomó también una de las bolsas de basura y salió.
—Oh, Chen —sonrió al verlo—. ¿Puedes ayudarme a sacar la basura? Se lo iba a pedir al jefe pero está algo ocupado —subió y bajo sus cejas.
Riendo el guardia asintió con su cabeza.
—Yo las saco, tu solo deja esa ahí y vete, ya es tarde —sonrió.
—Voy a llevar esta, ya la tengo en la mano —respondió saliendo del bar.
Acercándose al costado del bar, Jimin lanzó la bolsa de basura dentro del contenedor.
Limpiando sus manos, el omega se dio media vuelta y chocó contra una persona.
—Lo siento Chen, no te vi —se disculpó retrocediendo, pero una mano atrapó su antebrazo impidiéndole poner más distancia.
Alzando su cabeza, Jimin contempló a un desconocido alfa.
—¿Quién eres? —preguntó frunciendo el ceño—. Suéltame —exigió forcejeando.
—Parece que tu novio policía, detective o la mierda que sea ya no está cerca de ti —se burló—. Ni tus amigos guardias.
Juntando sus cejas, Jimin reconoció al tipo como al hombre que había puesto en su lugar hace un par de días atrás, después de su insistente coqueteo aun cuando había mostrado la marca en su cuello.
—¿Y qué mierda te importa a ti dónde están? ¡Suéltame, idiota! —gritó retomando sus intentos para escapar.
—Ahora sabrás que debes de respetarme —gruño atrayendo el cuerpo del omega al suyo.
Tal vez un poco asustado, ya que estaba solo en un callejón oscuro, Jimin pensó rápidamente como escapar de esa situación.
Solo encontró una, y esperaba que le funcionara.
—¡Chen! ¡Quítame a este idiota de encima! —grito observando sobre el hombro del alfa.
Cuando este volteo a ver, inmediatamente sin perder el tiempo alzó su pierna con fuerza y golpeó al idiota en su entrepierna.
—Tu... Mal-maldito omega —gimió agarrando sus partes bajas mientras caía de rodillas al suelo.
—Alfa idiota —se burló y corrió lejos antes de que se recuperara.
Cuando otro desconocido apareció, algo le dijo a Jimin que no era precisamente en su ayuda.
—¡Chen! ¡Chen! ¡¿Dónde estás, idiota?! —gritó con todas sus fuerzas, intentando pasar al desconocido.
Su maldito brazo fue atrapado de nuevo y Jimin inmediatamente intentó golpear al desconocido en sus bolas otra vez, pero este le esquivó y le empujó contra la pared de ladrillos.
Sin perder el tiempo, el omega se sacó su mochila y se la lanzó a la cara mientras volvía a elevar su pierna para golpearle con éxito esta vez en la entrepierna.
—Maldito chico —gruño con una intensa rabia en su mirada que congeló por un momento su cuerpo—. Quédate quieto maldita sea —ordenó.
—Y-yo... —tartamudeo odiándose a sí mismo cuando su cuerpo obedeció, no se suponía que debía de hacerlo ahora que tenía un alfa y una marca en su cuello...
Pero el miedo era más fuerte.
—Ahora aprenderás una lección —gruño al que había golpeado primero, acercándose.
—¡Yoongi! ¡Yoongi! —comenzó a gritar aterrado, agachándose cuando un golpe fue lanzado en su dirección.
—Nadie vendrá a ayudarte —rió uno, observando complacido como el pequeño cuerpo del omega formaba una bolita en el suelo y su aroma comenzaba a esparcirse con rapidez.
El olor del miedo era tan dulce y exquisito para este par que pronto sintieron otra necesidad.
—Es bonito, ¿cierto? —pronunció de pronto el alfa que lo había estado acosando en el bar.
Solo esa palabra, aterro hasta la médula a Jimin.
—¡No! ¡No! ¡No! —gritó negando con su cabeza—. ¡Yoongi! ¡Yoongi! —llamó sintiendo como su cuerpo comenzaba a temblar.
—No hay caballero de brillante armadura hoy, dulzura —se burló el segundo hombre, llevando sus manos al cinturón de su pantalón.
—Oye, yo quiero usarlo primero —se quejó el otro—. Le vi primero y yo te traje aquí —le recordó.
El menor sollozo observando como ambos comenzaban a discutir por quién iba a... A...
No, Jimin no podía sufrir por ello de nuevo.
Solo el recordar aquellas manos ajenas tocando su cuerpo, aquellos asquerosos labios...
No.
No lo haría.
Usando un poquito de valentía y coraje, el omega espero el momento perfecto antes de escaparse por debajo.
"Yoongi... Yoongi... Yoongi" repetía en su mente mientras ignoraba los gritos de los dos alfa que le perseguían.
Unos brazos le atraparon y le retuvieron con fuerza.
Jimin forcejeó, luchó, gritó y lloró hasta que su rostro fue obligado a dirigirse hacia un cálido lugar con un olor bastante conocido.
Con su cuerpo tembloroso y su rostro lleno de lágrimas, el omega alzó sus brazos y rodeó el cuerpo de su alfa.
—Shh... Jimin, ya estoy aquí bebé —logró escuchar el menor.
—Yoongi... Yoongi... —susurraba Jimin contra su cuello, como si aún no pudiera creer que estaba ahí, con él.
—Ya cosa corta, estoy aquí bebé —prometió contemplando con una silenciosa, mortal y furiosa rabia a aquellos dos desconocidos que habían perseguido a su pareja—. No hablen, manos contra la pared y esperen en puto silencio —ordenó.
Cuando uno abrió la boca dispuesto a discutirle y pelearle, Yoongi sacó su arma y apuntó.
—No lo diré de nuevo —advirtió sacándole el seguro.
—Eres un policía, no puedes...
Un disparo atravesó el aire, a centímetros del rostro del hombre que había hablado.
Jimin gimió asustado, y Min lo abrazó con más fuerza, liberando su aroma para cubrir al menor. Eso pareció calmar a su pareja de momento.
Lentamente, ambos alfas alzaron su mano y se movieron colocando sus manos contra la pared.
—Bebé, espérame aquí un momento —pidió Yoongi sacando las esposas.
Jimin negó con su cabeza, no dispuesto a soltar a su alfa, necesitaba tocarlo para saber que era real.
—Necesito usar ambas manos cosa corta, solo será un momento —pidió con voz suave.
Molesto, Jimin lo soltó y se agachó abrazando sus piernas mientras ocultaba su cabeza entre ellas, odiando los temblores que recorrían su cuerpo.
Rápidamente Yoongi se dirigió hacia los dos alfas y esposo la muñeca de uno, pasando la otra detrás del pequeño espacio que había entre un tubo que sobresalía de la pared de ladrillos, Min esposo al otro.
—Esperen aquí —ordenó antes tomar la mochila del omega en el suelo y darse media vuelta para alejarse, aunque esos idiotas no podrían ir a ningún lado.
Volviendo a guardar su arma, Yoongi se acercó a Jimin y lo tomó entre sus brazos, rápidamente el omega se aferró a él como un koala escondiendo su rostro en su cuello.
—¿Qué hacías solo en un callejón a estas horas, bebé? —preguntó apenas conteniendo el enojo por la acción del menor.
Pero enojarse con Jimin no lograría nada, su omega le necesitaba a él y no un regaño, no en ese momento.
—Basura... —susurró Jimin.
—¿Y los guardias? —preguntó tensado su mandíbula mientras salía del callejón e iba a la entrada del bar.
—Dentro —murmuró.
—Y una mierda —gruño en voz baja, forcejeando con la puerta cerrada—. Esos idiotas ni siquiera esperaron a que te fueras.
Definitivamente Jimin no iba a volver a trabajar en ese bar de mierda.
Sacando su teléfono, Yoongi le envió un mensaje a Namjoon por los dos idiotas que estaban esposados al costado del bar y se dirigió a su motocicleta.
Con Jimin todavía aferrado a él, se subió y esperó a que se tranquilizara un poco esparciendo suaves caricias en la espalda del menor.
—¿Te hicieron algo? —preguntó cuando el cuerpo del omega dejó de temblar.
—No, llegaste a tiempo —aseguró con voz rota por el llanto—. M-me... E-ellos... Ellos... —balbuceo apretando sus labios con fuera cuando el inferior comenzó a temblar y las lágrimas volvieron.
—Pero no lo hicieron y nadie lo hará —afirmó con firmeza, tomando el rostro de Jimin entre sus manos antes de que volviera a esconderse en su cuello.
Besando los párpados de su pareja, el alfa retiró las lágrimas y besó dulcemente los labios del menor hasta que sintió que las emociones del omega volvían a estar en calma.
—¿Por qué no me contestabas el teléfono, Jimin? ¿Por qué no me esperaste en el interior como siempre?
—Se quedó sin batería —susurró—. Como discutimos antes de que me fuera, pensé que no vendrás por mí —respondió.
—Bebé... —gruño un poco enojado sin poder evitarlo—. No importa cuantas veces discutamos, siempre iré por ti a cualquier lugar —regañó.
—L-lo siento... Yo... Solo... Y-yo —tartamudeo culpable.
Suspirando, el alfa recargo su frente en la del contrario y unió suavemente sus labios otra vez, volviendo a calmar a su omega.
—Dime que no trabajaras más aquí —pronunció suavemente.
—No quiero hablar de ello ahora Hyung, por favor —rogó manteniendo sus ojos cerrados, disfrutando de los cuidados de su alfa.
—Esta bien, lo dejaré por ahora —aceptó y observó hacia su izquierda cuando una patrulla apareció y seguido el auto de Namjoon.
Señalando con su cabeza el callejón, dos de los policías fueron hacia el mientras Namjoon se dirigió a ellos.
—¿Está bien? —preguntó con su mandíbula tensa.
—Sí, llegue a tiempo —aseguró permitiendo que Jimin se volviera a esconder en su cuello.
—¿Crees que sea nuestro tipo?
Yoongi negó con su cabeza.
—Son dos.
—Uno es un cliente del bar —murmuró Jimin—. Le rechace y le puse en su lugar hace un par de días atrás cuando se puso irritante con sus atenciones —confesó.
—Y hoy vino por represalias —comprendió Namjoon suspirando—. Realmente hay momentos en que tienes que pensar antes de hablar, Minnie.
Jimin se quejó con un gemido.
—Quiero mi casa y mi cama —pidió.
—Te veo mañana —se despidió Namjoon antes de bostezar, Jin le mataría por salir de la cama en horas de madrugada.
Viendo como Namjoon se alejaba y ambos idiotas eran subidos a la patrulla, Yoongi volvió su atención hacia su omega.
Todo enojo por la discusión más temprana había desaparecido luego de haber sentido a su omega llamarle, de haber percibido su miedo y terror.
Eros eran sentimientos que Jimin nunca debía de sentir estando él a su lado.
—Vamos a casa —suspiro besando su cabello.
Alzando su cabeza, Yoongi apretó su mandíbula mientras contemplaba la estructura frente a ellos una última vez antes de dirigirse al departamento, donde se encargaría de cuidar y reconfortar a su pareja, haciéndole olvidar tan desagradable momento.
Una parte de él, realmente esperaba que con este pequeño susto desagradable, su omega dejara de trabajar.
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