Capítulo 46
Namjoon cruzó la puerta y se detuvo, extrañado la volvió a cerrar y abrir pero solo se encontró con lo mismo.
—¿Uhm?
—¿A qué estás jugando Nam hyung? Si sigues abriendo y cerrando la puerta así la terminaras por romper —indicó el omega.
—¿Qué haces aquí, Jimin? —preguntó entrando en la nueva oficina de Min.
—Llegaron las cosas de Yoonie y estoy ayudándolo a traerlas —pronunció como si fuera obvio.
Namjoon observó alrededor y luego al menor que estaba sentado detrás del escritorio como si fuera el jefe.
—No estás haciendo nada —señaló.
—Lo sé, cargue algunas cajas hasta que mis costillas me comenzaron a molestar por lo que mi alfa me dijo que viniera a ser lindo y calladito en la oficina —bufo—. Ya soy lindo sin tener que estar callado —refunfuño.
—No creo que haya dicho exactamente eso —sonrió Namjoon.
Jimin sonrió—. Nop, me dijo que encontrara algo en que ayudar aquí pero no sé si sea buena idea tomar sus cosas, no sé cuales puedo tocar y cuáles no.
—Puedes comenzar abriendo esta caja y dejar todas las carpetas en el estante de ahí —señaló Yoongi dejando la última caja sobre el escritorio.
—Claro Yoonie —sonrió levantándose.
—¿Yoonie?
—Qué. —respondió la pareja en sincronía, lanzándole una feroz mirada al alfa.
—No dije nada —exclamó alzando ambas manos.
—¿Necesitas algo? —preguntó Yoongi abriendo otras cajas.
—Venía a ver si ya te habías instalado en tu oficina y a seguir con el caso —respondió.
—¿Descubriste algo? —preguntó deteniéndose.
—Tengo el archivo médico y los perfiles actualizados de las víctimas —Jimin les observó con curiosidad cuando ambos se quedaron callados.
—Pueden ir a hablar del caso mientras yo termino aquí —indicó el menor, entendiendo que era algo que lo que no iban a hablar frente a él, realmente debía de ser un caso importante otra vez.
—¿No te molestaría? —preguntó Yoongi.
Jimin bufó—. Se supone que te venía a ayudar y con suerte me dejaste cargar una caja y después me tuviste de adorno aquí.
Namjoon ocultó su risa con una falsa tos que se vio interrumpida con un suave maullido.
—¿Eso fue en gato? —preguntó.
Yoongi señaló a su pareja.
—No iba a dejar solo a Fufu en el departamento, eso sería cruel —se defendió.
—¿Fufu?
¿Por qué Namjoon se sentía cada vez más perdido?
—Le cambió de nombre al gato —contestó Yoongi tal vez sonriendo—. Pregúntale por qué.
—¿Por qué? —repitió el alfa.
—Primero, es una dama por lo que es gatita —corrigió a su pareja y se inclinó bajo el escritorio retirando un transportín donde estaba su mascota—. Y segundo, eso es porque se me complicaba llamarle señora peludita porque aún no es una señora, es un bebé por lo que sería señorita pero después ella va a crecer y ahí sí sería señora pero estaría acostumbrada al señorita y así no funcionan las cosas —explicó.
Yoongi observó divertido como Namjoon simplemente asentía con su cabeza lentamente, obviamente no había entendido la explicación del menor, dudaba siquiera que la hubiera escuchado toda realmente.
—¿Vamos? —preguntó observándolo, casi suplicándole con los ojos salir de ahí.
—Te aviso cuando este listo —anunció Jimin sacándolos de la oficina.
—Nunca lo había visto tan cooperativo antes —murmura Namjoon volviendo a su oficina junto al otro alfa.
—Lo sé... ¿No pintará mi oficina de rosa, cierto? —preguntó Yoongi frunciendo el ceño.
—Nah... —respondió entrando en su oficina, espero a que el contrario entrara antes de cerrar la puerta—. Necesito conseguirme una pizarra propia para anotar —pronunció al ver el reducido espacio en su escritorio.
—Yo tengo una.
—¿Aquí? —preguntó.
—Debe de estar entre una de las cajas, ya vuelvo —indicó saliendo de la oficina.
Namjoon frunció el ceño cuando los minutos seguían pasando y su compañero aún no volvía, justo cuando había decidido ir a por él, este volvió con una gran caja entre sus manos...
Y sus labios algo rojos, signo de que había estado besando.
—Bueno, ahora entiendo por qué tardaste —resopló—. Y yo que pensaba que Jimin había pintado tu oficina.
El alfa simplemente se encogió de hombros con una sonrisa y abrió la caja para armar la pizarra transparente.
—La usaba para planear los rescates —anuncio ante la mirada del alfa.
—Muy bien, entonces anotemos la información que tenemos.
—Lo primero sería los lugares donde ocurrieron —señaló Min tomando un plumón color blanco—. ¿Tienes fotos?
—Sí —respondió colocando las seis fotos bajo su nombre—. Parece que fueron dos víctimas en cada bar.
—Así que usó el mismo lugar dos veces... ¿Volverá a usar uno de estos mismos u otro? —preguntó pensativo—. Son once víctimas, solo un bar no ha sido usado dos veces todavía —percibió—. ¿Tienes un mapa?
—Pídele uno a mi secretaria —contestó anotando otras cosas en la pizarra junto a lo que había dicho Min recientemente.
Cuando Yoongi volvió con el mapa, Namjoon ya había anotado los nombres de las víctimas y estaba colocando fotos de ellos.
Colocando el mapa en el espacio disponible sobre el escritorio, Min trazó un círculo dejando adentro los bares que habían sido utilizado, dejando disponible otros cinco que estaban relativamente cerca.
—Estos podrían ser los posibles a utilizar —señalo—. Cinco sin contar los que son ilegales. Podría ocupar alguno de estos. Y este es el que solo ha ocupado una vez —señaló.
—Hasta ahora no ha ocupado los ilegales por lo que es una buena suposición, deberíamos de revisar el de la última victima y ver si alguno de ellos tienen algún callejón cerca —aceptó.
—¿Yoongi? —llamó Jimin golpeando la puerta antes de abrirla un poco y asomar solo su cabeza por la abertura—. Casi termine, solo me faltó abrir dos cajas —informó—. Jin hyung me invitó a su casa a almorzar, así que me voy —aviso.
—¿Te llevo? —preguntó observándolo.
—La secretaria de Nam hyung me llamó un taxi —respondió y le lanzó un sonoro beso en su dirección—. Te veo en casa y si no estoy entonces...
—Te veo en casa —cortó el alfa.
—... A las siete, si no estas me voy —aceptó Jimin y cerró la puerta antes de que el alfa le dijera otra cosa.
Namjoon silbo—. Los dos igual de tercos, te divertirás bastante.
—Si, ya me lo imagino —rodó sus ojos—. Sigamos.
—Estas son las víctimas, como te dije ayer, están entre los 17 y 19 años. Todos son omegas —agregó.
—Tiene que haber algo además de la edad y su posición como omega por la cual son escogidos.
—Bueno, entre los once varía entre hombres y mujeres —pronunció observando los diferentes rostros.
—Hay más hombres que mujeres —indicó Yoongi frunciendo el ceño—. ¿Habrá escogido esas cuatro mujeres por alguna razón en especial?...
—Tal vez ser omega es suficiente pero... Entiendo lo que dices, ¿no hay un cierto aire parecido entre todos? —dijo cruzando los brazos sobre su pecho.
Tomando el archivo médico, Yoongi frunció el ceño mientras intercalaba su vista de la pizarra a la carpeta entre sus manos.
—Por qué...
—¿Qué? —preguntó Namjoon ante el repentino silencio.
—Las fotos —pronunció dándose vuelta, dejando el archivo sobre el escritorio—. Esas fotos que colocaste son de ahora ¿no?
—Sí.
Sacando algunas fotos que estaban entre el archivo médico, Yoongi las colocó junto a las nuevas.
—Necesitamos las fotos de antes, las del tiempo en el que ocurrió la violación. Y si se parecen a estas, entonces ya tenemos el tipo de víctima que busca nuestro violador —señaló observando las cuatro fotografías.
Tres mujer y un hombre, cada uno con cortes en su espalda baja y su cabello color castaño oscuro con ojos café claro.
Mientras Namjoon salía de la oficina para conseguir esa información, Yoongi se dedicó a anotar todos los datos en la pizarra que le resultaron curiosos.
Cuando Namjoon llegó, rápidamente colocó las fotografías y leyó con curiosidad lo que había escrito Min. Tomó otra vez la carpeta de los archivos médicos y anotó en la pizarra un dato muy interesante.
—¿Encontraron droga? —leyó Min cuando el alfa termino de escribir.
—En la última víctima —señaló pasándole el archivo—, estaba tan fuera de sí que el doctor que le trató no creyó que simplemente había ingerido alcohol por lo que le hizo más pruebas.
—Entonces puede ser que las otras víctimas también hayan ingerido droga —supuso.
—Pero Young-mi y los otros tres que interrogamos ayer dijeron que no —le recordó—. Pero tal vez este chico tampoco había ingerido a consciencia.
—Podrían haber colocado la droga en su trago —comprendió Yoongi—. Si estaban tan borrachos no se darían ni cuenta.
Ambos se alejaron observando la pizarra.
—La altura de todos varia solo unos centímetros —notó Namjoon encerrándolos en un círculo.
—Entonces, este sujeto va tras las personas mujeres u hombres, omegas. De cabello castaño oscuro y ojos café claro, ya sea que usen lentillas o no. Deben de medir entre 1,60 y 1,66 centímetros —leyó Yoongi después de anotarlo aparte, junto a la teoría de las drogas.
—Creo que deberíamos de ir a visitar a nuestra última víctima —murmuró Namjoon observando la foto del chico de 17 años con ojos sin vida.
—Jimin no me espera para almorzar por lo que podríamos visitar a las otras víctimas y ver alguno de los bares si alcanzamos —propuso Yoongi—. ¿Namjoon? —llamó.
El alfa sacudió su cabeza y dejó de observar la foto.
—Vamos.
—Jiminnie, sobró algo de comida ¿quieres llevártela para la cena? —preguntó Jin desde la cocina.
—Gracias hyung, pero resulta que mi alfa sabe cocinar —respondió Jimin observando los dibujos animados que pasaban en la Tv debido a que los estaba viendo Kookie, solo por eso, claro.
—Oh, entonces ¿quieres llevarte un trozo de pastel? —ofreció llamando la atención del menor—. Ayer los chicos fueron a un cumpleaños y nos trajimos como tres porciones pero ya es mucho para ellos quienes también obtuvieron dulces.
—Claro, gracias Hyung.
Jungkook quien había estado sentado en el suelo observando la Tv, se levantó cuando su programa favorito terminó y contempló al omega.
—Tío Minnie ¿ya te pedo abazar? —preguntó tímidamente Jungkook.
—Claro que sí, ¿por qué no podrías? —preguntó curioso.
—El señor ogro dijo que no poque dolía —le recordó observando el suelo.
—Aww, eres más tierno que TaeTae —dijo tomando al cachorro para sentarlo en su regazo—. Pero no le digas que dije eso y... Ya estoy bien, mientras no me abraces muy fuerte.
—Mi conejito es una ternura —dijo orgulloso su padre, dejando una bolsa sobre la pequeña mesa de centro para que a Jimin no se le olvidara.
—Mientras Tae lo exige con un puchero, Kookie lo pide tímidamente —rió Jimin, ya imaginando lo que podría ser el menor. Pero como muchas cosas cambiaban a medida que uno crecía, no lo asumiría aún.
—Eso es porque Taehyung aprende todo de ti, prácticamente te copia en todo —ambos omegas rieron—. Cariño, ¿puedes ir a ver qué maldad está haciendo tu hermana? —preguntó Jin—. Está demasiado tranquila para solo estar haciendo su tarea.
—Está bien papi —dijo bajando del regazo del pelimorado para correr a la habitación que compartían.
—¿Y? ¿Cómo van las cosas como tu pareja? —pregunto una vez a solas, curioso.
—Hasta el momento, perfectas —suspiro enamorado—. Seguimos discutiendo por todo y nada pero más por diversión que otra cosa. Yoongi dijo que era nuevo en esto de las parejas y el amor pero en verdad se está esforzando en todo y los cambios se notan.
—¿En serio? —chillo con emoción.
—Por mucho —asintió Jimin—. Hyung, la primera vez que lo vi era tan frío, cerrado y aislado... —recordó con tristeza—. La única forma en la que me mostraba alguna clase de emoción era cuando discutimos hasta por la cosa más tonta —sonríe suave—. Ahora, no sé si cuando no estoy alrededor es igual, pero al menos cuando estoy cerca sonríe y bromea... Se ve... Feliz.
—¿Y te encanta que sea por ti, no? —pregunto el mayor también sonriendo.
—Te mentiría diciendo que no pero... Nah, me encanta saber que yo soy una de esas causas que lo hacen feliz —rió.
—Pequeño engreído —bromeó Jin golpeando suavemente el hombro del menor.
—Hemos terminado con el escalofriante caso de los cachorros desaparecidos gracias al capitán Kim Namjoon, solo para que Seúl caiga en otra desgracia igual de terrorífica, al menos para los omegas. Y es que, durante el último mes, ha habido una repentina alza en los casos de violaciones contra omegas, a los cuales aún no le han dado una solución, una justicia.
Ambos omegas dejaron de reír y le prestaron total atención a las noticias de la Tv.
—Así es, hace tan solo una semana atrás hubo otra víctima. Omegas que van a bares con sus amigos a disfrutar de la noche, son atacados violentamente y arrojados al callejón luego de haber cumplido con su propósito.
—Las autoridades no están haciendo nada, los abusadores siguen estando libres en las calles y aunque no ha habido ninguna muerte, ¿acaso tiene que haber una para que la policía se decida a hacer algo?
—Si las víctimas siguen aumentando... ¿A caso no sería ya como algo serial? Digo, sé que las víctimas no están muertas pero... De igual forma fueron lastimadas y aun así no han hecho nada al respecto.
—¿Será que por ser omega no hacen nada? Después de todo, aún hay personas con mentes estrechas que piensan que los omegas solo estamos para servir a los alfas.
—¡Papi! ¡Lisa está comiendo más dulces y jugando con Fufu! —el grito repentino del pequeño Kookie sobresaltó a los dos omegas que habían estado perdidos en la noticia y la discusión de los presentadores.
—Dios... —murmuró Jin colocando una mano en su pecho, observó algo curioso al otro omega.
La nula expresión en el rostro del menor le preocupó. Parecía que Jimin incluso había perdido todo el color de su rostro.
—Jiminnie...
—¡Papi! ¡Lisa me está peando!
—Dios estos niños —exclamó rodando sus ojos—. Espérame aquí, Minnie —pidió mientras se levantaba e iba al cuarto de los niños.
Cuando volvió a la sala de estar luego de regañarlos, más a Lisa que a Kookie, Jimin ya no estaba en su casa. Solo había una nota donde antes había estado la bolsa con el pastel.
—Este niño también —dijo con un suspiro—. Ni siquiera recordó llevarse su mascota.
Tomando la nota entre sus manos, la leyó.
—Estoy bien Hyung, solo es un caso más —repitió—. Un caso más mi culo —resopló y rápidamente tapó su boca observando a su alrededor.
Una suerte que sus pequeños siguiera aún en la habitación.
—Llamaré a... —cerró su boca y lo pensó.
Jimin ahora tenía una pareja en la cual confiar, y este definitivamente era un momento en el que necesita de su alfa aunque no lo admitiera.
—Ahora es Yoongi quien tiene que estar con Jimin —murmuró marcando el número del alfa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro