Capítulo 43
Jimin despertó con una ligera mueca de molestia ante su costado, pero con tan solo recordar el motivo por el cual le dolía, sonrió perezosamente satisfecho.
Todo le dolía, bueno, específicamente su trasero y alguno de sus músculos. También había cierto ardor en algunas partes debido a las mordidas que dejó el alfa en su cuerpo.
Oh... De solo recordar todo lo que hicieron el día anterior, luego de su pequeña crisis, se estremecía de placer y deseo.
Alzando su mano tocó su cuello para comprobar si aquella parte no había sido parte de un bonito sueño.
Pero no lo era, ahí estaba, en la tierna unión de su hombro y cuello estaba la mordedura de su alfa, su pareja.
—Déjate eso tranquilo cosa corta, todavía está rojo y algo resentido —interrumpió una voz, tomando la mano de Jimin la alejó del cuello y la atrajo a su cuerpo.
El omega lentamente abrió sus ojos, contemplando parte del desnudo cuerpo del alfa quien le observaba intensamente. Una suave sonrisa de labios, perezosa y sexy, estaba pintada en su rostro.
Se veía tan relajado y feliz que Jimin no pudo evitar sonreír por ello, sabiendo que era debido a él, Yoongi solo se mostraba así cuando él estaba alrededor.
Y demonios si no despertaba en él un sentimiento de orgullo por lograr aquello de una persona como Min Yoongi, su ahora alfa.
—¿Qué? ¿Hoy no me despertaras con un besito? —pregunto haciendo un puchero.
—¿El bebé quiere un beso?
—¿Qué es lo que acabo de escuchar? ¿Acaso acabas de hablarme con ternura? ¿Como si en verdad le hablaras a un bebé? —preguntó con fingida sorpresa.
—Tú, pequeño simio —gruñó Yoongi arrastrando sus manos al cuerpo del menor.
Realmente estaba agradecido de que su pareja volviera a ser el mismo hombre de siempre, aquel que se defendía y le discutía todo.
Joder, realmente le encantaba esa parte de la personalidad de su omega aquella que no se quedaba callada. Y aunque tenía que admitir que le gustó cuidar de un sumiso Jimin, prefería al chico que refunfuñaba y reclamaba por todo.
—¡Yoonie! ¡No! —chillo el omega estallando en carcajadas—. ¡Fue solo una bromita! ¡Vamos! ¡Detente! —pidió tratando inútilmente de sacar las manos del mayor sobre su cuerpo.
Y mientras contemplaba a su pareja reír tan alegremente, lleno de vida y sin preocupaciones, Yoongi no pudo evitar volver a sonreír.
Cuando las cosquillas se detuvieron, Jimin suspiró y observó al alfa con amor alegre y juguetón. Subiendo sus brazos, rodeó el cuello del mayor y lo jalo suavemente hacia él para besarle.
—¿Cómo estás? —pregunto sobre sus labios, comenzando a morder suavemente el inferior del pelimorado.
—Uhm bueno... Ya no siento el calor del celo, pero mi cuerpo duele exquisitamente —respondió cuando el contrario soltó su labio, entonces él atrapó el del mayor succionando suavemente.
—¿Tus costillas? —se alejó para observar la zona, pasando suavemente sus dedos por la piel desnuda.
—Bien, una ligera molestia pero nada de qué preocuparse —aseguró de forma despreocupada.
Suspirando, Yoongi escondió su rostro en el cuello del omega, donde posó suavemente sus labios sobre la marca que le había hecho. Jimin jadeó suavemente ante el contacto en tan sensible zona.
—Y finalmente obtuviste lo que tanto querías, ¿no? —no había reproche en su tono de voz, tal vez si algo de diversión.
—Hey, era mi primer celo sin los supresores y tenía grandes planes que frustraste totalmente —se quejó—. Tanto rechazo durante un período tan importante para mi lobo nos hizo dudar —se defendió.
—Esa nunca fue mi intención, yo...
—Lo sé —interrumpió—, pero en esos días no puedo pensar claramente y lo único que sabía, era que te quería adentro y tu marca pero tú me ignorabas.
Alejándose, Yoongi se recostó sobre su espalda y tiró del cuerpo del menor sobre el suyo. Acomodando su rostro en el hombro del alfa, Jimin suspiro gustoso, arrastrando su mano por el pecho del mayor. Sonrió al ver la marca de dientes rodeando el pezón.
Sentándose a horcajadas, con las yemas de sus dedos tocó suavemente cada mordedura que encontró en el cuerpo del mayor, trazando líneas imaginarias.
—Te gusta ver lo que hiciste —afirmó el alfa, pero Jimin no era el único, ya que Yoongi también estaba satisfecho de contemplar las mordeduras y chupones que había hecho por todo el cuerpo del menor, incluso en el interior de sus muslos.
—¿Yo hice esto? —pregunto con fingida inocencia.
Min viró sus ojos y volvió a atraer al menor sobre su cuerpo.
—En un momento pensé seriamente en ir a comprarte un hueso de juguete, de esos que le compran a los perros —se burló.
—¿Y para qué? Si tengo mi juguete aquí —respondió mordiendo el hombro del mayor.
—Compórtate —ordenó golpeando ligeramente el glúteo del omega.
Jimin gimió soltando la piel entre sus dientes.
—Tanto como me encantaría volver a hacerlo, mi trasero duele de todo el uso que le diste en una noche entera —dijo acomodándose para dormir otro poquito, pero su cuerpo picaba por el semen seco en su abdomen y espalda baja.
—¿Quieres un baño? —preguntó Yoongi como si leyera la mente de Jimin.
—Eso sería perfecto —asintió, pero no se movió.
—Levántate y ve.
—¿Dónde quedó mi alfa consentidor? —refunfuño el menor con indignación.
Riendo Yoongi se sentó en la cama llevando con él el cuerpo del menor, corriéndose a la orilla se levantó de la cama cargando a su muy desnuda pareja al igual que él y fue al baño donde después tendría que recordar arreglar la cerradura de esa puerta.
—Tienes que bajarte para poder bañarte bien —señaló el alfa entrando en la ducha.
—Pero estoy cómodo —respondió arrastrando su nariz por el cuello del mayor.
—Cosa corta, no puedo bañarte si tengo mis manos ocupadas afirmándote para que no te caigas —dijo y apretó los glúteos del omega.
—Como si no te gustara aquello —bufo y casi sintió la sonrisa del alfa—. Deja que te bañe primero.
Sin escuchar una respuesta del alfa, Jimin dio el agua y ambos tuvieron un pequeño estremecimiento ante el impacto del frío hasta que el omega pudo regularla a una temperatura adecuada.
Echándose algo de champú en sus manos, Jimin las llevó hacia el cabello del alfa donde comenzó a masajear hasta que obtuvo una generosa espuma.
—Vuelve al agua y cierra los ojos —ordenó el menor.
Enjuagando el cabello de Min, Jimin pasó sus dedos peinándolo hacia atrás.
—¿Alguna vez has usado una bandana, pañoleta o como se llamen? —pregunto de la nada el menor.
Aún con sus ojos cerrados, disfrutando del momento, Yoongi arqueó una ceja de forma interrogativa.
—¿No? Deberías de hacerlo, sé que se te vería muy bien —pronunció Jimin imaginándoselo.
—Ya veremos, ahora baja, es tu turno.
—¿Me bañaras igual como hiciste ayer? —pregunto con una sonrisa juguetona mientras bajaba, ambos recordando muy bien aquel momento.
—No lo creo, este lugar debe de estar algo resentido, ¿no? —tocó suavemente la entrada del menor, metiendo uno de sus dedos—. Después de todo, lo utilice durante la mayoría del día y la noche.
Jimin gimió y apoyó sus manos en el pecho del mayor, moviendo su trasero en busca de más. Cuando el alfa retiro sus dedos, el menor gimoteo disgustado y le observó feo.
Yoongi le besó y comenzó a restregar el cabello del menor hasta formar la espuma.
Luego de enjuagarlo, ambos comenzaron a restregar el cuerpo del contrario hasta que estuvieron duros y resbalosos debido al jabón. Aprovechando aquello, Yoongi atrapó sus erecciones con su mano y comenzó a masturbarlos.
—No creía que pudiera seguir viniendo después de lo de anoche —Jimin dijo con su respiración algo irregular.
Riendo sin poder evitarlo, Yoongi lo abrazó y besó antes de salir de la ducha por un par de toallas para ambos.
Secando su cuerpo, Jimin observó con cuidado la roja marca en su cuello a través del espejo y sonrió. Sus emociones viajaron hasta el alfa debido a la nueva unión y sus ojos se colocaron algo acuosos cuando pudo sentir también las de Yoongi.
—Yo también amo mi ogro Min, y no te preocupes, solo está algo sensible —pronunció al captar la preocupación del mayor mientras contemplaba su cuello.
Rodeando con sus brazos su cintura, Jimin dejo un besó en el pecho de su alfa.
—Vamos a vestirnos y colocaré un poco de crema ahí —dijo Yoongi guiando al menor fuera del baño.
—Podría acostumbrarme a que seas atento —sonrió el omega.
—Véelo más como una forma de disculpa por si la vuelvo a joder —bromeó el alfa y Jimin rió.
—Deja de pensar en la perfección Yoonie, nadie lo es.
—Pero siento que eso es lo que te mereces —dijo con una cruda honestidad que hizo que el omega se detuviera y se diera vuelta para enfrentarlo.
—Pues yo solo te quiero a ti —anunció atrapando entre sus manos el rostro del alfa, obligándolo a inclinarse un poco debido a la diferencia de altura entre los dos—. Así que deja de pensar en esas cosas tontas porque ahora eres tan mío como yo tuyo.
—Todavía sin la marca tu eras mío y yo tuyo, Jimin —anunció con seguridad—. Solo que...
—Me enamoré de ti, Hyung —interrumpió—. De aquel hombre tosco y frío pero que en silencio se preocupa de los demás, no de un alfa amigable que sonríe todo el tiempo. Tú fuiste el que me enamoró, tú y tu personalidad igual de jodida que la mía, porque ambos sabemos que somos igual de idiotas tercos —le cerró un ojo y Yoongi sonrió.
Sí, Jimin definitivamente era su otra mitad, igual de imperfecta... Pero a la vez perfecta.
Abrazados y recostados en el sofá viendo una película, como una tarde típica de una pareja normal, una duda surgió en la mente del menor.
—¿Yoongi? —pronunció moviendo su cabeza para apoyar su mentón en el pecho del mayor, observándolo.
—Mmm... —respondió contemplando la Tv.
—Bueno, has estado conmigo desde que desperté en el hospital y ahora estamos oficialmente juntos... Y me di cuenta de algo —dijo captando la atención del alfa—. ¿Qué pasó con tu trabajo?
—Podrías haber comenzado simplemente con eso —bufo.
—Solo contesta, Yoonie.
—No mucho. Siwon tenía otro caso en Daegu y me quería con él, le dije que no porque quería estar con mi omega, me despidió y creo que Namjoon me contrató.
—Espera, me perdí en la parte de tu omega —Yoongi rodó sus ojos ocultando una sonrisa—. Pero en teoría, ¿ahora estás trabajando con Nam hyung?
—Supongo, no hablamos mucho de eso luego de que te... Pasara lo que te pasó.
Jimin le observó.
—Puedes decir secuestro Hyung, no voy a llorar por eso... Ya pasó, ni siquiera he tenido pesadillas —pronunció con suavidad.
—De todas formas es algo me que gustaría borrar de tu vida —suspiro abrazando con un poco más de fuerza el cuerpo del menor.
—Hay muchos momentos en la vida que uno quisiera olvidar y borrar, pero no se puede, ya que estos te ayudarán a ser quien eres hoy en día —dijo y plantó un beso en los labios del mayor callando cualquier cosa que este iba a decir.
—No me gusta cuando te llegan esos momentos filosóficos —refunfuño.
—Yah, no te queda de otra más que acostumbrarte ahora, alfa —le sonrió.
Si... Y Yoongi lo haría con gusto.
—¿Encargaste comida? —preguntó Yoongi cuando golpearon la puerta.
—No.
El cuerpo del alfa se tensó cuando la puerta se abrió y luego se relajó al ver quien era... Quienes eran mejor dicho.
—¡Sorpresa Minnie! —gritaron principalmente los omegas mientras se auto invitaron al interior del departamento.
Jimin observó con horror como su espacio privado estaba siendo invadido por sus amigos, y su familia. Y aunque el omega amaba a las personas frente a él, también adoraba el tiempo a solas con su alfa, en especial cuando solo esa mañana había desaparecido su celo.
—Hyung ¿y si escapamos por la ventana? —pregunto en un susurro.
—Estaría de acuerdo contigo si no fuera porque estamos en el cuarto piso —murmuró en respuesta.
—Pero aun así...
—¡Tío Minnie! —chillaron tres vocecitas infantiles y Yoongi supo que había perdido a su pareja.
Jungkook, Lisa y Taehyung corrieron a lanzarse encima de Jimin, quien por muy alegre que estaba también por ver a los cachorros, no pudo evitar soltar un gemido de dolor en protesta debido a sus costillas golpeadas por los tres infantes.
—Muy bien mocosos, suéltenlo o lo enviaran de vuelta al hospital —asustó Yoongi logrando inmediatamente que los pequeños salieron encima del omega para lloriquear disculpas.
—Está bien chicos, solo no me vuelvan a atacar así —pidió Jimin con una sonrisa y luego observó a los adultos—. ¿Qué hacen aquí?
—Gracioso, tres días a solas con Yoongi y se te pegan hasta sus malos modales —refunfuño Chanyeol, recibiendo dos golpes en su nuca. Uno por parte de su madre y otro de su esposo.
—Compórtate —reprendieron ambos omegas.
—Disculpa la idiotez de mi hijo, aún no supera que Jimin ya no es nuestro bebé —se disculpó el padre de Jimin.
—Está bien señor Park, ya me acostumbre —respondió subiendo sus hombros en un gesto desinteresado.
—Oh Dios mío, mi Jiminnie finalmente fue domado —chillo la mamá del omega al contemplar la brillante y reciente marca en el cuello de su hijo—. Ahora sí, bienvenido a la familia cariño —dijo tirando de Yoongi para levantarlo del sofá y así abrazarlo.
Los restantes omegas chillaron alegres y se sumaron a las felicitaciones.
—Ya ríndete Chanyeol, ahora que Jimin tiene la marca en su cuello creo que es hora de aceptar lo inevitable —dijo Namjoon colocando una mano sobre el hombro de su amigo.
Observando a su hermanito sonreír mientras se levantaba y abrazaba a su pareja, el alfa supo que su amigo tenía razón.
—Lo sé, pero me seguiré metiendo con Yoongi de todas formas, es mi trabajo ahora como cuñado —sonrió y se acercó hasta que estuvo frente a Min—. Espero que no lo hagas llorar o seré tu peor pesadilla.
—Bien podría ser yo la tuya —se mofó con arrogancia.
—¿Ah, sí? ¿Y cómo?
—Papá, Chanyeol está molestando a mi alfa —acusó el omega—, y si sigue le voy a permitir a Yoonie que lo moleste también —advirtió.
—Chanyeol hijo, deja al hombre en paz, guárdalo para cuando deje a tu hermano embarazado —dijo perdido en la pequeña bebé que sostenía entre sus brazos.
—¡Papá! —se quejó el alfa alejándose de la pareja.
Yoongi observó hacia abajo cuando su pantalón fue jalado, encontrándose con Taehyung.
—¿Tío Minnie ahora es tu pareja? —preguntó.
—Siempre lo fue.
—Pero antes no tenía esa maca que tiene papi aquí —respondió tocando su cuello.
Una mueca triste adornaba el rostro de Taehyung, Jimin se quedó en silencio a la espera de ver que era lo que iba a hacer su alfa.
Agachándose para quedar a la altura del menor, Yoongi se inclinó hacia él.
—Solo lo compartiré contigo —susurró captando su atención.
—¿Y mis papis? —preguntó con seriedad.
—No, me caen mal.
—¿Jungkook? ¿Lisa? ¿Mi hermana?
—Tú me caes mejor que ellos, mocoso —respondió levantándose.
Sonriendo otra vez, el pequeño Taehyung corrió de vuelta con sus amigos para contarles lo que le había dicho la pareja de su tío adorado.
—Eres muy tierno con Tae, gracias —pronunció Jimin, abrazándolo por la cintura.
Dios, Jimin no podía dejar de tener alguna clase de contacto con su pareja, ya sea un abrazo o sus manos unidas, Afortunadamente Yoongi parecía estar en la misma condición que él.
—Se nota que la presencia de su nueva hermana en casa aún le afecta —contestó aparentando indiferencia.
Pero Jimin sabía, que en el fondo, Yoongi se preocupaba por Taehyung. El pequeño también había logrado tocar el corazón del ogro Min.
—Minnie, ¿podemos colocar algo de música? —preguntó Jin desde la cocina junto a los otros omegas.
—Mientras no moleste a los vecinos...
—¿Por qué siento que mi vida será así de bulliciosa desde ahora? —preguntó observando a los cachorros jugar, al padre de Jimin consentir a su nieta y a los otros dos alfas bromear mientras jugaban también con sus hijos.
El omega contempló lo mismo que Yoongi y sonrió.
—Porque desde ahora ésta también es tu familia —respondió sonriente, feliz de por fin haber dicho lo que tanto quería decirle al alfa, lo que tanto quería compartir con él.
El amor de su propia familia.
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