Capítulo 41
Al despertar solo en su cama, Jimin hizo un puchero y se sentó en ella. Revisó la habitación en busca de su alfa pero no lo encontró y eso le entristeció.
Tomó la camiseta de Yoongi que estaba sobre la cama, la llevó a su rostro e inspiró profundamente su aroma antes de sonreír suavemente.
—Huele a hyung —susurró y se levantó completamente desnudo y limpio, seguramente el alfa le había limpiado luego de dormirse.
Observo el suelo en busca de su ropa y se detuvo antes de agacharse por ella, una sonrisita malvada surcó en su rostro mientras decidía salir desnudo de la habitación, cargando entre sus manos la camiseta del alfa.
Recordaba haber despertado en necesidad y ser rechazado por su alfa para después ser obligado a tomar el supresor, por lo que le castigaría un poquito por ello. Y quién sabe, tal vez obtendría lo que tanto quería en esta ocasión.
—Yoonie... Yoonie —comenzó a llamar como un niño pequeño mientras salía de la habitación, encontrando al alfa en la cocina.
—Estoy aquí, cosa corta —respondió el mayor, terminando de preparar el desayuno.
Se había colocado nada más que su bóxer para salir de la cama, dándole así una excelente vista de su cuerpo trabajado al menor.
Cuando Yoongi se dio media vuelta, se deleitó ante la vista del apetitoso cuerpo desnudo del omega.
Acercándose a él, Jimin le extendió su camiseta con una fingida expresión tímida que le resultó divertida.
—Pónmela —exigió.
—Ah-ah... Te falta una palabra —molesto sin poder evitarlo.
El menor juntó sus cejas levemente e hizo un puchero.
—Hyung... Pónmela, ¿si? ¿Por favor? —pidió.
—¿Te tomaste tus medicamentos? —pregunto recibiendo su camiseta y ayudando al menor a colocársela, era demasiada tentación tenerlo desnudo.
Con la camiseta tapando apenas su entrepierna y trasero, Jimin se acercó más a Yoongi para rodearlo con sus brazos y enterrar su carita en el cuello del alfa para inspirar su fuerte aroma que ayudaba a calmar a su lobo en necesidad.
—Quiero un beso —murmuró contra la piel antes de morder suavemente.
—Te pregunté otra cosa, Jimin —dijo con un suspiro, distrayéndose con los labios del menor que lo atormentaban de exquisita manera.
—Yoonie... Duele otra vez —susurró llevando la mano del alfa a su pene semi erecto.
—Mierda —gimió Yoongi antes de morder su labio inferior—. Mira bebé, primero tomarás tus medicamentos, comerás tu desayuno y luego jugaremos un poco más como anoche ¿de acuerdo?
—¿Sin moverme? —recordó saliendo de su escondite.
—Sin moverte —asintió el alfa.
—¿Me llenarás? —pregunto mirando hacia abajo, a la dura entrepierna del mayor—. ¿Me darás tu nudo?
—Dulce jodido infierno —murmuró entre dientes el mayor—. Ya hablamos de eso, cosa corta —dijo y le beso antes de que le preguntara otra cosa que amenazara con su decisión.
—Más —pidió cuando rompió el beso.
—Cuando hagas lo que te dije.
—¿Y jugamos?
Yoongi suspiro y no pudo evitar sonreír.
—Trae tus medicamentos —dijo y golpeó suavemente el trasero del menor.
Con una risita satisfecha Jimin volvió a paso rápido hasta su habitación donde había visto sus medicamentos, tomándolos volvió a salir directo hacia el alfa quien ya le esperaba con un vaso de zumo.
Ansioso Jimin estiró el brazo con la bolsita en su dirección y abrió su boca, esperando que se lo diera de la misma forma que anoche.
—¿En serio? —pregunto Yoongi arqueando una ceja—. Ya eres un adulto, cosa corta.
Por el contrario a la discusión infantil que esperaba el mayor, Jimin lentamente junto otra vez sus labios e hizo un puchero.
—Está bien, pásamelo —pidió al contemplar la decaída expresión del omega.
Demonios, tenía que recordar que Jimin en su celo era sumiso y sensible, no la fierecilla juguetona que le respondía a cada cosa de forma inteligente.
Esto era algo nuevo a lo que no estaba acostumbrado, pero era, de igual forma, una parte de su pareja por lo que solo tendría que acostumbrarse a ello.
Y si lo pensaba... No era para nada desagradable, aunque no estaba acostumbrado a ser muy cariñoso que digamos.
Estiró su mano pidiendo el medicamento pero ahora Jimin no quería, el alfa ya le había dado a entender que no deseaba hacerlo tampoco.
Una parte de él sabía que estaba actuando algo infantil y demasiado sumiso para su propio gusto, pero no podía evitarlo, cuando llegaba su celo así era como él actuaba.
Suspirando esquivo al alfa y fue por un vaso de agua, se tomó sus medicamentos obedientemente y rodeó la pequeña isla para sentarse sobre un banquillo y así esperar su desayuno.
Observando al cabizbajo omega, Yoongi se maldijo mentalmente por deprimirlo.
"Tendrás que tener cuidado con tus palabras, Jimin será demasiado sumiso y sensible emocionalmente" recordó las palabras de Jin.
Parecía que tendría que escribirlo sobre una nota y poner ésta en varias partes de la casa en los siguientes dos días para no olvidarlo.
Se tomó un tiempo para recordarse que tenía que dejar de ser el tonto alfa ogro, como le llamaba Jimin.
"Cariñoso, debo ser cariñoso" se repitió a sí mismo.
Colocó algo de fruta picada sobre la mesa de la isla y luego las tostadas junto con todo lo demás.
"Olvídate de las discusiones, Jimin solo quiere mimos. Sé cariñoso. Cuida como todo buen alfa de tu pareja" con eso en mente, giró con cuidado el cuerpo del menor y lo tomó para dejarlo sobre la mesa también.
Separando los delicioso muslos desnudos, se ubicó entre ellos bajo la atenta mirada curiosa del omega.
—Vamos bebé, abre boca —ordenó tomando algo de fruta.
—No tienes que hacerlo si no quieres —susurró Jimin pero abrió sus labios de todas formas.
—Quiero cuidarte y mimarte Jimin —aseguró acercándose para lamer el relleno labio inferior—, pero no soy bueno en ello. Aquel día en el hospital, cuando despertaste, te dije que más de una vez podría arruinarlo... Contigo estoy aprendiendo todo esto del amor y las parejas, cosa corta, tenme paciencia.
Soltando una risita, el omega asintió con su cabeza.
—Y yo te dije que mientras lo intentaras estaríamos bien —le robo un beso y luego abrió sus labios esperando que siguiera alimentando.
Sonriendo abiertamente, Yoongi siguió alimentándolo hasta que terminaron todo el desayuno.
—¿Quieres algo más? —preguntó con sus ojos viajando por el cuerpo del menor.
—Una mamada, abrazos, besos, un baño, hacer el amor y más besos —respondió rodeando con sus brazos el cuello del alfa.
—Mmm, bien. Entonces comenzaré con los besos y luego iré con la mamada —anuncio antes de atacar la boca del omega, donde se tomó su tiempo para lamer cada rincón con su lengua.
Mientras continuaba besándolo, bajo sus manos a la entrepierna del menor y comenzó a tocarlo.
Jimin gimió y arqueó su espalda, eso le valió una ligera molestia que no afectó para nada las sensaciones que despertó el alfa con sus manos y labios sobre su cuerpo.
Separándose, Yoongi se fijó que detrás del menor no hubiera nada y lo ayudó a recostarse sobre el mesón.
—En el momento que te muevas, me detendré, recuerda —advirtió antes de levantar más su camiseta y apreciar la apetitosa erección de Jimin.
—Yoongi~... —gimió el omega, esperándolo.
El alfa se inclinó sobre el erecto pene y pasó su lengua alrededor de la cabeza, lamiendo las gotas de pre-semen que se filtraban por la ranura.
Jimin gimió e intentó arquear su espalda nuevamente, pero una mano sobre su plano abdomen se lo impidió empujando suavemente hacia abajo.
—No te muevas —le recordó antes de lamer toda la extensión, desde la punta hasta la base para volver a subir, torturando placenteramente a Jimin.
El aroma del menor aumentó y ante la estimulación, lubricante natural comenzó a liberar su entrada preparándose para ser penetrada y llenada.
Lastima que Min aún no tenía planes para ello, pero eso no significaba que no pudiera jugar con aquel lugar que le llamaba.
Utilizando su otra mano libre, jugó con los testículos del omega antes de deslizar su pulgar sobre la resbaladiza entrada de Jimin que se contrajo ansiosa.
El pelimorado gimió largamente mientras movía sus piernas para apoyar sus talones sobre la mesa, dándole más espacio al alfa.
Justo cuando Min le penetró con un dedo, metió toda la erección de Jimin en su boca, comenzando a subir y bajar su cabeza.
—Yo-Yoonie~... ¡Más! —pidió haciendo un gran esfuerzo por no moverse, cosa realmente difícil con toda las sensaciones que provocaba el tacto del alfa. Sus cortas uñas pasaban sobre la mesa al no poder mantenerlas quietas.
Obedeciendo a su pareja, Yoongi introdujo un segundo dedo y comenzó a moverlo al mismo ritmo que su cabeza.
El omega balbuceó cosas inentendibles y cerró sus ojos con fuerza.
Llamando fuertemente el nombre del mayor, Jimin no pudo seguir aguantando más su inminente orgasmo el cual el alfa se encargó de tragar.
Cuando el miembro dejó de disparar la blanca crema y lentamente bajó, Min lo retiró de su boca y lamió hasta la última gota, besando el interior de los muslos donde estaban las cicatrices, se enderezó.
Con una sonrisa satisfecha observó el cuerpo ruborizado y transpirado del menor, su pecho subía y bajaba cortamente en su agitada respiración.
—Hermoso —dijo roncamente, retirando también los dedos que estaban en la entrada del menor.
—Abrazo —pidió Jimin, apenas siendo capaz de levantar sus brazos.
Riendo muy satisfactoriamente, Yoongi lo ayudó a volver a sentarse con cuidado. Los muslos de Jimin, al igual que sus brazos, rodearon el cuerpo del mayor antes de que se alejara de la mesa y fuera por un momento al sofá de la sala.
Jimin gimió al sentir una dureza contra su trasero.
—Shhh bebé, ya habrá tiempo para eso —susurró.
Acariciando la espalda del menor mientras este escondía su rostro en su cuello donde volvía a usar sus labios para morder y besar, Yoongi seriamente pensó que podría acostumbrarse a ello.
Luego de unos largos minutos de abrazos y caricias, el mayor se volvió a levantar con el omega aún aferrado a su cuerpo como un monito.
—¿Ducha o tina? —preguntó deteniéndose en el pasillo frente a su antigua habitación y la del menor.
—Tina —respondió.
Entrando en su antigua habitación, fue directo al baño donde se encargó de llenarla de agua y espuma junto a esas cosas raras que le echaba Jimin.
Bajándolo de su cuerpo, le quitó su camiseta y luego se retiró su bóxer. Estando ambos desnudos, ayudó a Jimin a entrar y luego fue su turno, quedando detrás del pequeño cuerpo esbelto y delgado.
El omega soltó un suspiro de alivio cuando recargó su espalda en el amplio pecho del mayor y cerró sus ojos para disfrutar.
Aunque había planeado pasar su celo de otra forma más productiva, no podía negar que le encantaba ver como lo cuidaba y mimaba Yoongi, mostrándole un lado que no había dejado ver hasta ahora.
Ambos estaban recostados en la cama de Jimin viendo una película a su elección, con la pequeña bola de pelos amarillenta durmiendo plácidamente en una esquina de la cama.
Ambos rieron en una parte y luego Yoongi se percató de que lentamente, el aroma de Jimin se estaba volviendo más denso, dando a entender que ya debería de estar tomando otro supresor si no quería entrar en necesidad nuevamente.
—Ya vuelvo —anunció dejando de rodear el pequeño cuerpo con su brazo.
El omega le siguió con sus ojos antes de volver a prestarle atención a la película.
Tomando un vaso con zumo y la pastilla, volvió a la habitación y gimió internamente ante la erótica tentación sobre la cama.
El omega se había quitado la ropa inferior, hasta su pequeño bóxer y se había dejado solamente otra vez su camiseta que apenas le cubría. Recostado parcialmente de lado, tenía una pierna estirada y otra flexionada, revelando su pequeña entrada rosa oscuro brillante por el lubricante natural.
Jimin le observó coquetamente, y alzó un poco más su trasero.
—Un infierno de paraíso, maldición —gruñó roncamente. El menor realmente estaba jugando con él.
—Alfa... Duele —exclamo con un pucherito, con una de sus manos masajeando uno de sus glúteos perfectos.
Oh, hombre... Jimin realmente sabía cómo jugar con su cordura.
Debió de suponer que estaba planeando algo cuando le dejó salir tan tranquilamente de la habitación cuando no se había querido separar de sus brazos en ningún momento.
—J-Jimin —se aclara la garganta—, tus supresores —le recordó Yoongi sin poder quitar sus ojos de la mano del menor, que masajeaba y apretaba la redonda mejilla de su trasero, dejando algo roja la zona.
Querido diablo, Yoongi realmente quería poner sus manos y golpear cada mejilla hasta dejarle con un bonito color rojo brillante.
Sonriendo satisfecho al haber logrado obtener la atención del alfa, Jimin bajó más su mano y se penetró con dos dedos.
Ambos gimieron y Jimin cerró brevemente sus ojos mientras movía sus dedos de adentro hacia afuera.
—Me vas a volver loco, cosa corta —jadeo el alfa.
Rápidamente Yoongi se acercó, le dejó la pastilla dentro de la boca y luego tomó algo de zumo para seguido agarrarlo con suavidad de la nuca para besarlo.
Jimin le contempló con sus ojos brillosos llenos de lujuria y pasión.
Sin resistirse, le besó apasionadamente, mordiendo el relleno labio inferior antes de alejarse y bajar.
Primero se aseguró que la posición no molestaran las costillas del menor y entonces, tomó la mano de Jimin y la dejó sobre el colchón.
Atrapó con ambas manos cada mejilla y se inclinó para morder la derecha. Jimin grito en sorpresa, pero fue un grito de placer y no de dolor.
Lamiendo después de morder, el alfa se trasladó a la otra donde comenzó a succionar mientras golpeaba sin utilizar demasiada fuerza el otro glúteo, solo lo suficiente como para dejarle de un bonito color rosado.
Los gemidos y sollozos del omega invadieron la habitación, motivando más al alfa, menos a cierta gatita que se fue de la habitación para seguir disfrutando de su siesta en el sofá de la sala.
Jimin abrió enormemente sus ojos cuando sintió la lengua del Alfa lamer alrededor de su entrada, enterró su rostro en la almohada cuando este comenzó a penetrarlo y lamer su interior.
No pudo aguantar más, Jimin llegó a orgasmo con demasiada fuerza y sin siquiera la necesidad de tocarse, solo así de intenso.
Su plan para ser follado no había resultado, pero demonios si no había disfrutado de los resultados que había obtenido.
Con su respiración agitada y su cuerpo algo cansado, se dio vuelta con cuidado con la ayuda del mayor quien rápidamente acomodo las almohadas detrás de él. Cerró sus ojos un momento pero los abrió al sentir movimiento.
Con una rodilla apoyada cerca de su hombro y una mano sobre la pared para no perder el equilibrio, Yoongi de alguna forma había logrado estar sobre él sin tocarlo. Jimin gimió juntando sus cejas al apreciar el libre y duro pene goteante del alfa frente a él.
—No creo que esta vez pueda aguantar, bebé —dijo tomando con su mano la base de su erección, como si necesitara explicarse.
Pero no lo necesitaba, Jimin lo deseaba más que nunca dentro de su cuerpo y lo lograría, pero por mientras se sentiría satisfecho con tenerlo dentro de su boca.
—Lo quiero —jadeo abriendo su boca.
—Ohh... Infierno Santo —gimió roncamente el alfa después de guiar su pene a la húmeda boca del menor.
No tardó mucho, solo fueron unos cuantos movimientos de cadera, donde se recordaba de tener cuidado mientras follaba la dulce boquita pecaminosa de labios obscenos.
—Bebé, yo... Ya —gimió intentando salir, pero Jimin se lo impidió alzando una de sus manos para empujar por el trasero al mayor hacia adentro.
Observándolo, Jimin se trago cada gota de su semilla hasta que no quedó absolutamente nada.
Retirando su flácido pene de la boca del omega, Yoongi levantó su pierna que había colocado al lado del cuerpo del menor para estar de alguna forma sobre él sin tocarlo.
Al lado de la cama, se inclinó para besarlo, degustando su sabor en ello.
Sintiendo sus piernas algo temblorosas se dejó caer en el suelo y con cuidado, apoyó su frente en la cadera del omega.
—Serás mi infierno personal, cosa corta —anunció cansado, pero Jimin alcanzó apreciar una sonrisa en ello.
—Quédate conmigo —pidió cuando el alfa comenzó a moverse nuevamente, levantándose.
—Tengo que preparar la cena —le recordó.
—Pidamos algo —le hizo ojitos y palmeo al lado de su semidesnudo cuerpo.
Subiendo su bóxer, Yoongi decidió quitarse los pantalones. Con cuidado se acostó al lado del menor y se movió hasta tenerlo apegado a su cuerpo.
Todo se sentía... Correcto.
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