Capítulo 36
Lentamente, su conciencia comenzó a trabajar para volver a funcionar. El agudo dolor en su cuerpo le golpeó con fuerza y casi deseó poder volver a quedar inconsciente nuevamente.
Desorientado y algo mareado, Jimin hizo una mueca mientras enderezaba su cabeza. El músculo de su cuello se quejó en respuesta, un punzante dolor en su nuca lo atravesó hasta su frente, quitándole un jadeo mudo de dolor.
Intentó abrir sus ojos, pero el dolor en uno de ellos que tomaba hasta su pómulo no le permitió abrirlos de momento.
Tratando de nadar en el dolor e ignorarlo, respiro profundamente y gimió bajito ante el dolor que provocó hasta aquella simple acción.
En su boca persistía un sabor metálico que reconocía como la sangre. Pasó su lengua por sus resecos labios, haciendo una mueca al encontrarse con un corte algo profundo, seguramente de ahí provenía ese gusto en su paladar.
Tenía dolor en su nuca, su espalda y torso, sin contar sus manos y rostro. Pero lo más importante, a pesar del dolor, era que no recordaba cómo había llegado a esa situación.
Movió sus manos pero estas estaban atrapadas y amarradas detrás de su espalda, intuía que era lo mismo que amarraba sus pies, obligándolos a permanecer juntos. Entonces reconoció estar sentado en una silla y amarrado a esta misma.
Frunció el ceño, el terror inundando su cuerpo al encontrarse atrapado. El pánico le siguió, esforzándose en recordar lo último que había estado haciendo.
Él había estado en el hospital y luego... Luego...
Sonidos de seguros siendo retirados alertaron al omega. Alguien volvía.
Jimin dejó caer nuevamente su cabeza hacia atrás justo cuando una puerta fue abierta. Una fuente de luz invadió la habitación desde el techo y el pelimorado tuvo que esforzarse para no apretar sus ojos en signo de molestia, alertando ya haber despertado.
Pisadas resonaron, algo se arrastró sobre una superficie plana y lisa... Algo metálico.
Esa sensación... Ese terror... El silencio ahogador y la sed de sangre. Jimin las reconocía.
—Despierta pronto para que podamos jugar, gatita feroz —ronroneo arrastrando un dedo por el desnudo cuello expuesto.
Jimin se esforzó para mantener su respiración tranquila y pausada, a pesar de que el ritmo de su corazón se había acelerado hasta un punto alertante. La mano rodeó su cuello, el omega se obligó a no pasar saliva.
Sudor comenzó a recorrer su espalda, entonces, sin aviso la mano se alejó.
Los pasos volvieron, la luz en el techo desapareció, la puerta se cerró y la oscuridad lo consumió.
Jimin esperó unos segundos y cuando no capturó más sonido, respiro ahogadamente con dolor. Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
En medio de la oscuridad, el pelimorado volvió a enderezar su cabeza y abrió sus ojos a pesar de no ver nada.
Pero no era necesario, Jimin perfectamente sabía que frente suyo, estaba... Él.
—Yoongi... —susurró con sus lamentos y sollozos atrapados en su garganta.
—¿Cuándo fue la última vez que vio a Park Jimin?
—Fue ayer —respondió juntando sus cejas en un gesto pensativo—. La mañana del miércoles... Sí, la mañana del miércoles salió con el hombre ese —señala a Namjoon—, y desde entonces que no lo he vuelto a ver.
Yoongi asintió con su cabeza y murmuró un gracias sin dar más información al respecto a pesar de la mirada especulativa del dueño del edificio. Volvió al lado del otro alfa y negó con la cabeza.
—No hay nada. La última vez que lo vio fue al igual que tú.
—Llamé a Jin pero tampoco ha visto o recibido una llamada de Jimin. En su trabajo tampoco se ha aparecido o han sabido algo de él, ni siquiera Kyungsoo o Hoseok. Y tú me dijiste que no se apareció en la casa de Chanyeol.
—Esto no me gusta —murmuro Yoongi con preocupación—. Jimin no desaparecería así sin más por casi veinticuatro horas sin avisarle a nadie, ni siquiera contesta sus llamadas —observa al contrario—. Tengo un mal presentimiento de esto, Namjoon. No puede ser solo coincidencia que decidiera desaparecer sin aviso alguno justo después de que cerráramos el caso.
—Lo sé, a mí tampoco me gusta —coincidió moviendo su cabeza—. Lo reportaré como una persona desaparecida y mandaré a que rastreen su celular, por lo que sé, si está encendido se puede rastrear.
—Voy contigo.
—¿No quieres revisar otra vez su departamento? —pregunto saliendo al igual que el contrario.
—Ya revise cada rincón cuando llegaste y no encontré nada, no puedo quedarme ahí sin hacer nada, teniendo su olor cerca, no puedo estar tranquilo ahora mismo —pronunció ahogado. Se obligó a tomar una profunda respiración un par de veces mientras subía al automóvil de Namjoon.
—¿Mejor? —le observó preocupado cuando Min negó con su cabeza.
—No estaré mejor hasta que lo tenga frente de mí, sano. Solo entonces podré respirar de nuevo... Si algo le pasa a Jimin yo... —un escalofrío volvió a recorrer su cuerpo.
Joder... Nunca debió de dejarlo solo, había huido de nuevo...
Le había fallado de nuevo a alguien... A Jimin.
—Hey, corta la mierda —regaño Namjoon con sus cejas juntas—. Al igual que tú, estoy preocupado pero, no logramos nada solo pensando en cosas malas y asumiendo lo peor.
—¡Mierda! ¿Crees que no lo sé? —gruñó comenzando a mover su pierna inquieto—. No puedo quitarme esta sensación de que también le he fallado, me está volviendo loco no saber dónde puede estar.
—Lo encontraremos —aseguro a penas estacionando bien su auto antes de bajarse al igual que Yoongi.
Mientras Namjoon hablaba y se comenzaba a mover, dirigiendo y ordenando, Yoongi se mantenía cerca escuchando y viendo todo, casi pareciendo un segundo personaje sin importancia mientras su mente trabajaba a mil en los posibles lugares en los que podría haber ido Jimin.
Solo un escándalo lo sacó de su casi trance, solo para apreciar al hermano de Jimin frente a él.
—¿Dónde está mi hermano? —exigió saber con el ceño fruncido, oleadas de rabia recorrían su rostro y cuerpo.
—¿Por qué está aquí? —pregunto observando a Namjoon.
—Es su hermano, tiene derecho a saber lo que está sucediendo —respondió.
—¿Qué mierda está sucediendo? ¿Qué fue todo eso que me dijiste por teléfono? —gruñó cada vez más enojado.
—Ven aquí —señala su oficina—, yo te explico qué está ocurriendo —prometió.
Con enojo Chanyeol ingreso a la oficina de su amigo.
—En unos minutos más me deben de confirmar si pudieron rastrear el teléfono de Jimin y en dónde —aviso a Yoongi antes de cerrar la puerta y enfrentar a un muy molesto Chanyeol.
Yoongi realmente agradeció aquello, verdaderamente no tenía cabeza para lidiar con eso ahora, en su mente solo estaba Jimin.
Segundos después, un joven omega se acercó a la secretaría de Namjoon y esta disimuladamente lo apunto a él. Algo dubitativo el hombre se acercó a Min, a pesar de la hostilidad que estaba irradiando el alfa en ese momento que mantenía alejados a todos.
—Agente Min, logré rastrear el teléfono de Park Jimin, está en el hospital general Kim —su tono de voz fue algo tembloroso pero no había duda en él.
—¿Hospital general? —repitió sintiendo sus piernas algo débiles.
¿Y si no habían secuestrado nuevamente a Jimin? ¿Y si solo había sufrido alguna clase accidente?
Oh mierda, eso no lo hacía sentir mejor, pero...
—Gracias —pronuncio e inmediatamente el joven omega se fue.
Yoongi frunció el ceño.
Si Jimin hubiese sido internado en el hospital por alguna clase de accidente, entonces hubieran llamado a algún familiar, Chanyeol, para informar pero, por cómo había llegado este exigiendo respuestas , no creía que fuera así.
¿Entonces por qué el rastreo indico aquel lugar?
Sacudiendo la cabeza decidió ir a comprobarlo por él mismo, no sacaba nada con solo pensar y crear más teorías.
—Puedes decirle a Namjoon cuando se desocupe que voy a estar en el hospital general Kim —pidió a la secretaría del alfa.
—Claro, no hay problema agente Min.
—Ah, y dile que también llame e investigue a una tal Shin-hye, tiene algo que ver con las pinturas de Jimin —la mujer le observó algo confundida—. Dile así, él entenderá.
Sin decir más palabras se alejó.
Yoongi se bajó del taxi y contempló el hospital general Kim frente suyo con personas entrando y saliendo del edificio sin problema aparente.
Entrando él también en el edificio, el alfa fue directamente a la secretaría detrás del mesón, ignorando la fila de personas que había. Inmediatamente estas se comenzaron a quejar por tal injusticia.
Ignorando la ceja arqueada de la mujer mayor y su fulminante mirada, Min sacó su identificación de agente y se la mostró—. Necesito saber si tiene algún paciente llamado Park Jimin.
Apretando sus labios, los ojos de la mujer volvieron a la pantalla del computador, comenzando a clickear con el mouse.
—No hay nada —respondió segundos después.
—¿Está segura? —preguntó.
—Ningún paciente bajo ese nombre ha sido ingresado durante estos días. —repitió con el ceño fruncido, obviamente no muy contenta ante la insistencia del alfa.
—Bien. Gracias —asintió alejándose del mesón.
El teléfono de Jimin estaba ahí, por lo que el omega debió de aparecer e irse en algún momento de sus horas desaparecido si no estaba ingresado como paciente.
Marcando el número del móvil del menor, Yoongi comenzó a recorrer tranquilamente los pasillos a los cuales solo el personal debía de tener acceso además de los pacientes. Cortó la llamada cuando se dio cuenta de que el celular de Jimin no estaba sonando por los alrededores por más que marcaba.
Inmediatamente recibió una llamada entrante de Namjoon.
—¿Qué encontraste de ella? —preguntó saliendo por la salida de emergencia trasera del hospital.
—Nada. Ella dijo que se había mensajeado con Jimin y este le había avisado que ya tenía nuevas pinturas pero no acordaron cuando se las iba a llevar y no han vuelto a hablar —respondió—. ¿Cómo te fue a ti? Nosotros ya vamos en camino.
—No hay ningún paciente internado bajo el nombre de Park Jimin —respondió entendiendo que con ese "nosotros" seguramente se refería al hermano del omega.
Un ruido le hizo fruncir el ceño e ignorar lo que sea que Namjoon le había dicho, saliendo por un callejón, cerca de los tarros de basuras, Yoongi escuchó nuevamente ruido, esta vez reconociéndolo como un maullido.
Agachándose, el alfa estiró su mano con cuidado, sacando a un sucio y pequeño gato amarillo. Acarició la cabeza de este encontrando con sus dedos una delgada correa negra.
—Pero Jimin definitivamente estuvo aquí —aseguro interrumpiendo las preguntas del alfa ante su silencio.
—¿A qué te refieres con ello? —exigió saber.
—Su gato está aquí, lo encontré entre los tarros de basuras en el callejón, la salida de emergencia del hospital da aquí.
—¿Cómo puedes estar seguro de que es el de Jimin? Hay muchos gatos pequeños y amarillos —señaló.
—Sí, pero ninguno tiene una pequeña placa dorada con el tonto nombre "señora peludita"
—Mierda. Ve a tu alrededor, ¿hay alguna cámara cerca?
—No. —respondió luego de girar sobre su mismo eje.
—Ve dentro del hospital y pregunta, deben de tener cámaras de seguridad. Yo estoy estacionando.
Sin decir algo más, Yoongi corto la llamada e ingresó nuevamente al hospital con una pequeña pelusa sucia acurrucada contra su pecho.
Al llegar a la entrada principal del Hospital, se encontró con los otros dos alfas. Rápidamente los siguió hasta el mesón donde estaba aquella secretaria que le había atendido anteriormente.
Escuchó a Namjoon pedir hablar con seguridad mientras enseñaba su placa e identificación, la mujer asintió con su cabeza y se levantó.
Rápidamente los tres comenzaron a seguirla hasta una habitación en el segundo piso.
—Es aquí —indicó señalando una puerta común.
—Gracias —pronunció Namjoon antes de tocar la puerta y entrar sin esperar respuesta alguna.
Dos hombres estaban en el interior, cómodamente sentados en una silla frente a un largo mesón con cinco pantallas que se dividían en cuatro cuadros más pequeños.
—Necesito ver las grabaciones del día miércoles hasta hoy —pidió mostrando nuevamente su placa e identificación.
—Necesitamos la autorización del jefe —habló uno, sentándose correctamente al igual que su compañero.
—¿Cuáles son las cámaras que tienen? —pregunto Yoongi ignorándolo—. ¿Tienen una apuntando hacia la entrada y salida de emergencia?
—Hum no, estas son para las habitaciones privadas. Hay personas importantes que vienen a este hospital y son algo recelosos con la seguridad —explicó el otro.
—¿No tienen ninguna cámara en la entrada o alguna parte en el primer piso? —insistió Chanyeol.
—No —volvió a negar el mismo.
—¿Por qué le respondes? —pregunto con el ceño fruncido el compañero del guardia.
—Hombre, tiene una placa y si preguntan es porque deben de estar en una investigación —respondió con obviedad.
—Aun así...
—De todas formas me gustaría ver las grabaciones de ayer —interrumpió Namjoon cortando la estúpida discusión.
El guardia que se había mostrado más receptivo asintió con su cabeza y comenzó a buscar.
—¿Qué sucede? —pregunto Namjoon cuando dejó de mover su dedo.
El hombre observó a su compañero, ambos susurraron cosas.
—¿Qué es? —exigió saber Yoongi, perdiendo la paciencia al igual que los otros dos alfas.
—No tengo la grabación del miércoles pero sí de los días anteriores —murmuró.
—Fue aquí entonces, aquí se lo llevaron —exclamó Chanyeol con seguridad.
—¿Yoongi? ¿A dónde vas? —pregunto Namjoon siguiéndolo cuando este salió.
—Devuelta al callejón, debe de haber algo ahí, alguna pista —respondió sin detenerse, pronto tenía a su lado a los otros dos.
Al llegar al primer piso, inmediatamente se desplazaron hasta llegar al callejón donde Min había encontrado la mascota de Jimin.
—¿Qué buscamos exactamente? —pregunto Chanyeol colocándose la capucha de su chaqueta cuando la suave llovizna volvió.
—Una mancha de sangre —pronunció Namjoon agachándose, tocando con sus dedos el rojo diluido por el agua.
—¿Es de Minnie? —preguntó Chanyeol.
—No lo sé, pero lo averiguaremos. Sabemos que fue aquí el lugar donde desapareció por su teléfono, mascota y posiblemente esta mancha de sangre.
—Hey, ¿esa de allá no es una cámara de tránsito? —pregunto Min, señalando fuera del callejón una cámara en lo alto de un poste de luz que alcanzaba a cubrir el callejón y la entrada del Hospital.
—Llamaré para que revisen —anuncio Namjoon volviendo a enderezarse—. Volvamos, seguro que obtendremos respuesta de ahí.
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