—Aquí, aquí y aquí —pronunció Namjoon mientras encerraba con un marcador rojo en los tres mapas que estaba sobre la mesa.

Los presentes se inclinaron interesados, estudiando con ojos afilados el mapa de Seúl, Yoeju y Gumi.

—Estos fueron los lugares donde ocurrieron los secuestros y en los tres se está presente un centro de salud y una guardería —señaló Namjoon.

—Podría ser una coincidencia pero en estos casos nunca lo son —murmuró Yoongi frunciendo el ceño.

—Eso pensé —dijo Namjoon observando a Yoongi alejarse un poco del centro donde todos estaban reunidos y comenzó a leer la carpeta que le había entregado anteriormente.

Mientras los presentes comenzaban a discutir al respecto, Yoongi se encontró leyendo el archivo y luego desviando sus ojos hacia los mapas de las ciudades, encontrando un dato interesante.

—Aquí —anuncio Min, dejando caer los archivo sobre la mesa. Bajo los atentos ojos, disperso las hojas de los niños—. Estos cachorros que fueron secuestrados de Seúl, se atendían en este centro médico —señaló el círculo rojo sobre el mapa de Seúl—. Y con los demás es lo mismo.

—Bien, quiero que investiguen a cada trabajador de los hospitales señalados y si tienen algún enlace con la otra. La mayoría de las veces los dueños de estas contratan a la familia así que tengan eso en cuenta —ordenó Siwon—. También quiero que se investigue si los cachorros asistieron a estas guarderías en específico —señaló.

—Si todo es correcto, podríamos estar cerca de este sujeto —anuncio Namjoon.

Los presentes asintieron con la cabeza y se retiraron de la oficina, ya sabían que hacer.

—Min —llamó Siwon viendo como su agente tomaba la carpeta y se movía dispuesto a retirarse.

El alfa observó la hora en su teléfono móvil y volvió a observar a su superior. Sus labios se apretaron antes de acercarse.

—¿Apresurado? —preguntó Siwon alzando una ceja.

—Jimin está solo en su apartamento y es capaz de salir si no estoy a su alrededor —contestó directamente.

—Hablando del chico, ¿ha recordado algo?

—Me ha ayudado a señalar lo del expediente médico de los cachorros —su superior le contempló duramente.

—No fue lo que te pregunté —señaló.

Sí, lo sabía, pero aun así Yoongi tenía la sensación de que no iba a ser de su agrado lo que saliera de la boca del alfa si contestaba sinceramente.

—Se ha esforzado, lo está intentando.

—Entonces aún no recuerda —suspiro—. Tal vez sea mejor que dejes de estar con él y vuelvas a la acción.

El cuerpo de Yoongi se tensó y su lobo se irritó, ninguno quería dejar a Jimin siendo que aún no atrapaban al sujeto.

—No puedo dejar solo a Jimin —gruñó llamando la atención de Namjoon que seguía en la sala de juntas, esperándolo—. Puede que aún no recuerde algo importante pero sigue siendo alguien valioso que está en peligro.

Siwon frunció el ceño y masajeo su sien con cansancio, antes de que Yoongi pudiera preguntar al respecto, Namjoon se acercó.

—Necesito hablar contigo —pronunció observando a Min.

Observando por última vez a su superior, Yoongi salió con Kim y fueron directamente a la oficina de este.

—Está siendo una mierda respecto a Jiminnie porque lo están presionando de arriba, y como Jimin no está dando resultados piensa que sería mejor si sacara a su mejor jugador al campo —explicó el peligris apenas cerró la puerta.

—¿Cómo sabes eso? —pregunto arqueando una ceja.

—Tengo oídos en todos lados —sonrió el alfa contrario, encogiéndose de hombros.

Interesante, Yoongi estaba tentado a preguntar al respecto pero sabía que no iba a recibir respuesta.

—Entonces, ¿de qué querías hablar conmigo? —recordó volviendo a revisar la hora.

La reunión había durado más de lo que estimaba y se sentía un tanto intranquilo con Jimin solo en el departamento siendo como era de imprudente el omega.

—Nada realmente, solo que si vas por tus ligues de noche que tengas cuidado con Minnie, todos tienen que pensar que son una pareja, recuerda.

—No entiendo de lo que hablas —dijo sinceramente.

Namjoon rió y señaló el cuello en forma de V de su camiseta, gracias a esto se podía apreciar unos cuantos chupetones de la hilera que le había hecho Jimin a lo largo de sus clavículas.

—Hombre, pareciera que las estuvieras mostrando con orgullo —dijo con tono burlón.

Yoongi rodó sus ojos pero no subió el cierre de su chaqueta para ocultarlas, no tenía por qué hacerlo.

—¿Solo era eso? Tengo que volver antes de que el mocoso mimado se le ocurra salir del apartamento.

—Minnie ya llegó a ti, ¿no? —pregunto divertido Namjoon, sin saber la verdad de sus palabras.

Yoongi estaba seguro de que si supiera quién fue el que hizo esos chupetones, ahora mismo no estaría bromeando con él.

—Ve con él, te mantendré al tanto —aseguró.

Jimin estiró su cuerpo y gimió al sentir dolor en su parte baja, pero definitivamente era un dolor del bueno. Bostezo y sonrió perezosamente mientras estiraba su brazo para buscar el caliente cuerpo.

Frunciendo el ceño al no sentir nada, abrió uno de sus ojos para revelar una cama vacía además de él. Con flojera se sentó lentamente y pasó sus manos por su rostro intentando despertar bien.

Aun por entre las cortinas, el sol lo saludaba con sus rayitos que se colaban en el interior. Buscó su teléfono y verificó la hora.

Abrió su boca en forma de o al descubrir todas las horas que había dormido, prácticamente se había saltado el desayuno y despertado para el almuerzo.

Rascó su abdomen hasta su pecho e hizo una mueca al encontrar semen seco, seguramente eso era lo que le producía picazón.

Observó su habitación y suspiró.

Quería estar triste de no despertar con Yoongi a su lado, pero recordando los límites que él mismo había trazado, estaba sorprendido de que le hubiera permitido ayer tomar el mando e ir lento mientras conocía el exquisito cuerpo de alfa.

Una sonrisa boba surco entre sus labios al rememorar los acontecimientos. Se levantó y tomó una ducha larga y relajante para aliviar el dolor en su cuerpo. Al salir se vistió y buscó a su pequeña pelusa amarillenta.

—Señor peludito —llamó observando alrededor de su habitación.

¿Acaso su pequeño gatito había escuchado lo que habían hecho?

—Pequeño, no era mi intención traumarte —murmura, saliendo de su habitación.

El pequeño minino maullo y estiró su pequeño cuerpo sobre el sofá, enterrando sus pequeñas garritas.

—Hey, ahí estás —sonrió acercándose, tomando a la pequeña cosa—. Seguramente tienes hambre ¿no? —susurro dirigiéndose a la cocina.

Le dio de comer al señor peludito y leyó la nota que estaba sobre la isla.

—Reunión de trabajo. No salgas. Ya vuelvo. —bufó—. Tendremos que hablar sobre tu forma de comunicarte a través de una nota, Yoonie —refunfuñó pasando su dedo por la descuidada escritura del mayor.

Jimin se sentó sobre el banquillo de la isla y se esforzó en pensar en cómo acercarse a Yoongi, rompiendo todas sus barreras de ogro distante y enamorarlo, o al menos, hacerle entender que estaban destinados a estar juntos.

Si bien lo de ayer había sido un avance, ya que tenía la sensación de que era la primera vez que el alfa decidía dar el mando a otra persona respecto a lo sexual, sabía que aún faltaba un largo camino que recorrer hasta su corazón.

Demonios, si lo pensaba, con suerte sabía su nombre y unas cuantas cosas más que este mismo le había dicho para aparentar ser pareja, lo otro lo había aprendido a lo largo de los días juntos pero... El omega quería saber más de su vida personal, su infancia y juventud, si tenía algún pariente y si no, cómo los perdió.

Tal vez podría empezar con algunas preguntas sutiles y pequeñas acciones, pequeñas muestras de amor.

Ahora... ¿Cuáles serían esas?

El omega suspiro frustrado e hizo un puchero, podría llamar por un concejo pero... ¿A quién? Todos sus amigos se darían cuenta que había algo mal ya que sería extraño intentar enamorar a tu pareja cuando ya están saliendo supuestamente al estar profundamente enamorados.

Podría preguntarle a su madre, ella no sabía que tenía pareja pero entonces sabría que le gusta alguien y lo acosaría constantemente por detalles.

No gracias.

Sacudió su cabeza y sonrió positivo, al menos sabía que sus lobos se reconocían, siempre y cuando abordara lentamente a Yoongi... Tal vez, este le diera una oportunidad.

Observó su cocina y sonrió.

—Tal vez pueda intentar cocinarle algo... —dijo a nadie en particular mientras se levantaba dispuesto a hacerlo—. Ahora... ¿Qué puedo cocinarle sin que se me queme? ¿Arroz?

Cuando Yoongi entró al departamento entrecerró sus ojos extrañado ante el peligroso silencio.

—¿Mocoso? —llamó quitándose sus zapatos, entrando.

La cabeza del menor se asomó por la cocina, la sonrisita en su rostro le hizo desconfiar inmediatamente.

—Bienvenido a casa —saludo saliendo, cargando a la pequeña bola de pelos amarilla.

Yoongi ya había asumido que esa cosa no se iba a ir del departamento, Jimin se lo había dejado más que claro luego de que le obligara a ir con él a una tienda de mascotas para comprar todo lo necesario para mantenerlo y cuidarlo.

—¿A quién mataste?

—Hey, me lastimas Yoonie —exclamó estirando su labio inferior—. Te tengo una sorpresa.

—No voy a enterrar el cuerpo por ti —señalo cruzando los brazos sobre su pecho.

El omega blanqueó sus ojos y suspiro dramático.

—Y esto es lo que pasa cuando trato de ser buena gente —refunfuño volviendo a la cocina.

Una sonrisa ladina surcó en el rostro de Yoongi. Una parte de él había pensado que todo se volvería incómodo entre ellos después de lo de ayer, pero todo seguía normal.

Entró en la cocina detrás del menor y contempló los dos platos de comida sobre la mesa de la isla.

—¿Qué es eso? —señalo la cosa extraña en el plato donde debería de ir la comida.

—Comida —respondió en tono obvio el menor.

—¿Lo hiciste tú?

—No, el señor peludito —Yoongi gruñó ante el tono sarcástico del omega—. Duh, claro que lo hice yo.

—Con qué estuviste experimentando para crear vida —pregunto el alfa controlando su voz para que el menor no notara lo divertido que estaba.

Jimin frunció el ceño y luego observó el plato, inclinó ligeramente su cabeza.

Él no había creado vida, solo había cocinado... Por tercera vez en su vida. Sinceramente, el menor a mitad del proceso recordó por qué lo había dejado de hacer pero aun así siguió con la esperanza de que esta vez obtuviera un resultado diferente.

Se equivocó.

—No seas malo Hyung, yo cocine, no cree vida —objeto.

"Espera... Esa cosa se acaba de mover" pensó el omega retrocediendo un paso.

Yoongi arqueó una ceja y Jimin le sonrió lo más inocente que pudo.

—No estarás esperando que me coma eso, ¿cierto?

—Bueno, ahora ya sabes porque voy a la casa de mi hermano a alimentarme —señaló encogiéndose de hombros, él tampoco iba a probar esa cosa.

Yoongi suspiro y rió mientras negaba con su cabeza.

—¿Qué? —preguntó ante la expresión del menor.

—Tú ríes —señalo como si lo explicara todo—. Creo que debo pedir mi deseo —pronunció cerrando sus ojos.

—Déjate de tonterías y déjame arrojar esa cosa a la basura, siento que cada vez que la miro se mueve —pronunció avanzando.

—Pff, como si tú cocinaras mejor —gruñó Jimin.

—Que no haya cocinado no significa que no sepa.

—A eso se le llama excusa —señaló sonriente el menor.

—Sé qué es lo que tratas de hacer y no caeré en tu provocación, tus intenciones son muy obvias —señaló.

—Entonces... ¿Vamos donde mi hermano para comer? Y así ven los chupetones que te hice y el que tú me hiciste —sonrió señalando la marca púrpura sobre su cuello, el menor la había descubierto mientras se vestía.

Yoongi contempló satisfecho el chupetón en el cuello del menor y luego pensó en las palabras del omega. Si iban, prácticamente caminaba a su sentencia de muerte por voluntad propia. Realmente no quería estar escuchando las quejas y advertencias de un hermano mayor sobreprotector y celoso

Por lo que decidió cocinar algo simple. Con eso decidido, comenzó a ignorar la presencia del pelimorado mientras sacaba los utensilios a utilizar.

—¿Quieres dejar de mirarme así? —preguntó minutos después mientras se desplazaba por la cocina con maestría.

—Es que... Aun encuentro sorprendente que sepas cocinar —contestó siguiendo con sus ojos al alfa, balanceando sus pies de adelante hacia atrás al no poder tocar el suelo debido a que el banquillo en el que se encontraba sentado era alto.

Sus codos estaban sobre el mesón de la isla y su rostro descansaba entre sus palmas abultando más sus mofletes mientras se dedicaba solamente a observar al alfa.

Había intentado ayudar, pero luego de casi quemar la carne Yoongi le había pedido no muy amable que se alejara y no hiciera nada. Prácticamente le ordeno sentarse y fingir ser lindo.

—Sé lo básico —quitó importancia, tal vez un poco incómodo por la atención del menor.

—Yo sé lo básico y no es nada comparado a lo que estás haciendo, yo cree vida hace un momento atrás ¿recuerdas? —señaló sin entender por qué se quitaba méritos.

El alfa le dio la espalda mientras sonría y siguió friendo unos trozos de carne en el sartén.

—¿Falta mucho? Tengo hambre —preguntó Jimin ante el delicioso aroma.

—Pon la mesa, ya voy a servir —ordenó sin mirarle.

Jimin obedeció rápidamente, por una vez en su vida no discutió mientras hacía lo que le habían pedido.

Con todo listo y la comida servida, el omega se sentó frente a Yoongi y tomó el servicio dispuesto a disfrutar de la comida, sin darse cuenta de la mirada del mayor.

—Delicioso —exclamó tras probar la carne—. ¡Dios Yoongi hyung! Cocinas genial.

Por una estúpida razón, Yoongi sonrió mientras observaba su plato. Era la primera vez que cocinaba para alguien más además de él después de un largo tiempo.

—Debe de ser cierto si utilizaste el Hyung —se mofó comenzando a comer.

Jimin ignoró la burla más concentrado en disfrutar la deliciosa comida, debía de hacer que de ahora en adelante el alfa cocinara para él, así no acosaba tanto a su cuñado y amigos por comida.

Y aunque su plan de cocinar algo para Yoongi no resultó como él esperaba, estaba satisfecho con los resultados. Había conocido algo más sobre el alfa.

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Hola mis copitos! Espero que disfrutaran del cap :v

Hace un tiempo que no dejaba un mensajito para saludar y saber de su día <3

Espero que hayan tenido un lindo fin de semana y muchos besitos!