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Capítulo 19


Namjoon se detuvo frente al escritorio de su secretaria y dejó una bolsa sobre la plana superficie dura.

—Que no se te haga costumbre encargarme de tus raras comidas cuando salgo Jeong-yeon —la joven omega sonrió con inocencia.

—De todas formas iba por ese lado capitán Kim —el alfa negó divertido mientras observaba a la menor tomar la bolsa para sacarla del escritorio.

—¿No vas a comer?

—Después —aseguró mientras rebuscaba entre una pila de carpeta en un costado de su escritorio, cuando pareció encontrar la que buscaba sonrió con autosuficiencia y la tomó.

—¿Y esto es...? —preguntó recibiéndola y revisando el contenido.

—Es lo que me había pedido, el archivo médico de cada cachorro —Namjoon frunció el ceño.

—Mm... No, esto es un caso de violación a un omega —gruñó mientras seguía leyendo sin poder evitarlo.

—Ah, perdón —pronunció buscando otra carpeta—. ¿Capitán Kim? —pregunto cuando el alfa siguió leyendo a pesar de estar extendiéndole la otra.

Jeong-yeon alzó ambas cejas sorprendida cuando su jefe gruñó lleno de furia, tal vez incluso se encogió un poco cuando su lobo omega se asustó por el alfa frente a ella. Pocas veces era cuando la joven presenciaba la actitud que estaba adoptando el capitán Kim y era solo cuando un caso iba mal.

Namjoon frunció el ceño y observó a su secretaria, maldijo al verla algo nerviosa e inmediatamente intentó controlar la furia de su lobo alfa que había despertado.

—¿Por qué no me han dado el caso? —pregunto entregándole la carpeta y recibiendo la otra en cambio.

—Porque usted está con el caso de los cachorros, y este es solo un caso de violación que se presentó recientemente —respondió volviendo a guardar la carpeta, teniendo más cuidado de donde la dejaba esta vez—. Se le fue concedida al capitán Go —comentó.

Namjoon relamió sus labios—. Tú podrías...

Su secretaria arqueo una ceja pero enseguida asintió con su cabeza, entendiendo lo que su superior le estaba pidiendo.

—Gracias —pronunció aún pensando en lo que había leído.

Realmente odiaba los casos de violación, en especial porque algunos lo tomaban como algo común con los omegas afectados, como si ellos mismos se lo buscaran.

Su lobo se agitó con disgusto también, quería ayudar al afectado pero ya tenía sus manos llenas. Pero eso no significaba que no podía estar al tanto del caso hasta que resolviera el suyo.

—Ah, y el señor Siwon le está esperando en su oficina —añadió como si no fuera de importancia aquello.

El peligris le contempló con incredulidad antes de meterse con apresura en su oficina, y efectivamente, ahí estaba el alfa esperando por él sentado frente a su escritorio.

—No esperaba su visita —pronunció sincero, cerrando la puerta fue hacia su escritorio y dejó caer la carpeta mientras tomaba asiento.

—Yo tampoco planeaba venir, pero mis superiores están exigiendo resultados, o por último, un avance —fue directo al punto—. Así que dime, ¿qué tienen hasta ahora?

—Por mi cuenta, he vuelto a hablar con los afectados y recorrido cada lugar en el cual los cachorros jugaban, además, de los lugares donde desaparecieron.

—Nada nuevo —su tono fue seco.

—Pero, descubrí que para no tener nada en común, el lugar de sus desapariciones era extrañamente cerca obteniendo así un rango de distancia —sonrió con superioridad.

Por fin podía ver que sus investigaciones estaban dando frutos, podrían ser pasos pequeños pero al menos estaban avanzando.

—Ahora, eso es interesante —señalo satisfecho el alfa contrario—. ¿Y el agente Min? ¿Tu amigo ya logró recordar algo? —pregunto y Namjoon junto levemente sus cejas al percibir cierta... ¿Impaciencia? en su tono.

Se abstuvo de comentar algo al respecto, sabía que Jimin se estaba esforzando por recordar, el menor no era la clase de persona que dejara esto de lado por el bien propio. Si bien hasta el momento no era mucho lo que había recordado, tenia entendido por Yoongi que realmente se estaba esforzando hasta el punto en que llegaba a conseguir un fuerte dolor de cabeza o un sangrado nasal.

—Hace poco me pidió un archivo más detallado del expediente médico de cada cachorro, especificando los niños entre cuatro y cinco años de edad —informó.

Siwon asintió con su cabeza—. Bien, habla con Min, quiero organizar una reunión dentro de estos días —ordenó levantándose.

Dejándole con un mal sabor de boca a Kim.

Jimin se acercó a Kyungsoo y le entregó el dinero del pedido anterior. Su amigo señalo a una esquina de la barra donde sabía que estaba Yoongi.

—¿Qué? —preguntó inclinándose hacia adelante.

—Ha estado con una cara de culo desde las doce, específicamente cuando el bar se comenzó a llenar y saliste detrás de la barra reemplazando a Hobi para atender a los idiotas borrachos.

—A Yoonie no le gustan mucho estos lugares —contesto.

—Idiota, está con esa cara porque no te ha quitado los ojos de encima y ha presenciado cómo algunos clientes te comen con la mirada el culo —le gruñó—. Ve a calmar su bestia interior, ya lo veo en cualquier momento golpeando a la clientela y si eso pasa, Jaebum le pedirá a los guardias que lo saquen y estoy bastante seguro de que tu alfa no te va a dejar solo aquí.

—¿Es malo que me sienta bien por esto, no? —pregunto mordiendo su labio inferior, pero no podía evitarlo. Ver cómo actuaba Yoongi solo le daba esperanza.

—Estás enamorado y el es tu pareja, por supuesto que no. Hasta yo me siento bien cuando veo a mi pareja todo celoso —aseguro y se alejó cerrándole un ojo. Con su cabeza señaló a Yoongi y luego a la pista de baile.

Sin cruzar más palabras, Jimin se movió ansioso hasta estar frente a su alfa.

—¿Qué pasa? ¿Por qué traes otra vez esa cara de ogro? —preguntó acercándose más a Yoongi para que pudiera escucharle bien a pesar de la música alta.

Min observó a su alrededor, contempló al montón de personas sacudiendo su cuerpo en la pista de baile, luego las mesas llenas y seguido la barra igual de repleta.

Odiaba los viernes exactamente por esto, el bar se llenaba hasta ser casi imposible trasladarse y con el pasar de las horas solo empeoraba.

—¿Por qué no estás detrás de la barra? —gruñó atrapando la cintura del menor, atrayendolo al espacio entre sus piernas abiertas.

Estaba marcando territorio, lo sabía. Pero si no hacía algo su lobo se iba a volver loco.

Ver a esos idiotas ver el cuerpo del menor con lujuria cada vez que pasaba cerca de alguna mesa para servir un trago lo estaba volviendo loco. Casi había empezado una pelea cuando uno alzó su mano para golpear el trasero de Jimin, pero un segundo antes de impactar se detuvo y volvió a conversar con sus amigos entre risas.

Jimin rodeó con sus brazos el cuello de Yoongi y se acercó más a su oído.

—Porque Hobi es muy joven como para soportar las idioteces de unos borrachos.

—Aún está tu otro amigo —gruñó acercando su rostro al cuello del omega, lentamente comenzó a restregar su mejilla en la tierna piel hasta marcarlo con su aroma. Al menos esto les daría una advertencia a aquellos idiotas.

—Kyungsoo no soporta las idioteces de los clientes, si uno le dice algo respecto a su trasero él ya está alzando su puño para estrellarlo en el rostro —recordó divertido.

—Tú deberías de hacer lo mismo.

—Nah, yo golpeo su entrepierna, por eso no me dicen nada o intentan tocarme —ríe bajo—. Bueno, también tiene algo que ver que luego de ello los gorilas vienen a mi rescate.

Yoongi sonrió satisfecho con ello, bajó sus manos y apretó cada glúteo del menor.

—Así está bien, nadie debe de tocar esto más que yo —gruñó en voz baja.

—No sé por qué siendo que estás marcando territorio —exclamó pensativo, alejándose un poco para observar directamente los ojos del alfa.

Yoongi sonrió sin decir nada. El pelimorado rodó sus ojos, pero por dentro su lobo estaba muy emocionado con las claras marcas de territorio del alfa.

Esto solo le decía que tenía razón, el lobo alfa de Yoongi de cierta forma reconocía al suyo.

—Tengo una idea mejor —anuncio alejándose, tomando de la mano a Min para llevárselo con él.

Yoongi siguió al menor hasta la pista de baile, aunque le era desagradable estar tan cerca de otras personas, todo eso quedó en segundo plano cuando Jimin tomó sus manos colocándolas en su cadera y muy cerca de él, comenzó a bailar sensualmente.

Oh si, esto le gustaba.

Bajando su cabeza enterró su nariz en el cuello de Jimin e inhalo profundamente su aroma mientras lo acercaba más, hasta que su trasero tocó su entrepierna.

Jimin cerró sus ojos y levantó sus brazos para rodear el cuello del alfa, su trasero seguía restregándose sin importancia contra la entrepierna del mayor una y otra vez, en cuestión de segundo ya sentía una dureza.

¿Moría de vergüenza por ser tan descarado?

Claro que sí, pero algo tenía que hacer para llamar la atención del mayor, además, había cierta sensación de poder naciendo en él al poder tener a un alfa como Yoongi así de duro por él. Con su respiración agitada contra su cuello y su fuerte cuerpo apegado al suyo mientras ambos bailaban en sincronía, ajenos totalmente a las personas a su alrededor.

Así que, ignorando su vergüenza, siguió moviendo su cuerpo al compás de la música, sintiendo un cosquilleo en su vientre cuando las fuertes manos de Yoongi se internaron bajo su camiseta y acariciaron su cintura, dejando un rastro de fuego mientras avanzaba hasta su abdomen y bajaba hasta el borde de su pantalón.

El omega retuvo el aliento y gimió cuando fue dado vuelta, pero aceptó gustoso los ávidos labios del mayor. Dios, sentía tanto calor.

—Tienes una erección —canturreo entre un suspiro, sintiendo como cada lugar que tocaban las manos del alfa quemaba deliciosamente.

—Será mejor que te detengas si no quieres que te folle en el baño —gruño Yoongi moliendo su erección con la contraria. No sabía que un baile podía ser tan erótico hasta ahora.

Jimin gimió ocultando su rostro en el cuello frente a él, no quería detenerse, pero sabía que debía.

—Pero no te preocupes, seguiremos con esto en el departamento —prometió—. Esta noche no te me escapas.

Y en lo único que pudo pensar Jimin, es que sería un infierno montarse a ese monstruo de dos ruedas con una erección, porque no creía que en las pocas horas que quedaban por delante se le bajara.

"Tal vez aún no estoy listo" pensó Jimin mientras se bajaba de la motocicleta.

Estaba tan nervioso, la confianza que había sentido en el bar había desaparecido totalmente, sin dejar ninguna pobre migaja.

En cambio su omega se encontraba ansioso, sin ningún rastro de miedo y expectante.

Y Yoongi por otro lado... Se veía bastante tranquilo a comparación de él que se estaba volviendo un caos interiormente, y eso le estaba irritado.

"Tal vez ya se le olvido" pensó subiéndose al ascensor con un silencio apacible abordándolos.

Jimin le dio unas cuantas miraditas nerviosas en el ascensor pero el mayor seguía sin darle gran importancia, ni siquiera le devolvió la mirada o lo tocó.

Saliendo, se sintió... Decepcionado de que Min no hiciera nada más. Y es que a pesar de lo nervioso que estaba, también lo esperaba.

¿A dónde se había ido el hombre que susurraba palabras calientes en su oído mientras bailaban?

¿Aquel que restregaba su erección contra su trasero y sus traviesas manos tocaban su piel desnuda?

Cruzando la puerta de su departamento suspiró y dejó caer su mochila, antes de que pudiera hacer otro movimiento se encontró alzado contra la puerta y con Yoongi besándolo con la misma pasión que en el bar.

—¿Creíste que me había olvidado? —gruñó bajando sus labios por el apetitoso cuello del omega.

Jimin gimió y movió su cabeza dándole más acceso a esa caliente boca que succionaba con afán su cuello.

—Rodeame con tus piernas —ordeno y enseguida el cuerpo del menor obedeció.

Su chaqueta fue retirada y enseguida también su camiseta, revelando su piel.

—Mmm... N-no, ducha —jadeo el omega, había transpirado y no quería que el alfa tocara su cuerpo así.

—No. —gruño Min, volviendo a dejar sus manos en los glúteos del menor—. Me gusta tu aroma.

Y era cierto, el aroma del menor estaba volviendo loco a su lobo y él ciertamente no creía poder soportar más. Se alejó de la puerta y se quitó sus zapatillas sin ver, perdiendo el equilibrio por un momento debido a ello.

Jimin rió cuando escuchó algo caer pero no le dio más importancia mientras se trasladaban a su habitación.

Todo se estaba moviendo rápido, demasiado rápido y cuando Yoongi se retiró de su habitación dejándole solo, sus nervios y temores volvieron a perturbarlo.

Min relamió sus labios cuando tomó la botellita de lubricante junto a una tira de condones que había comprado en la primera farmacia que había encontrado luego de lo que pudo haber ocurrido en la cocina.

Ansioso, verdaderamente impaciente salió de su habitación.

Era la primera vez que se encontraba tan ansioso por tener relaciones sexuales y eso le sorprendió.

Se detuvo bajo el marco de la puerta de la habitación del menor y algo dentro de él se agitó al ver a Jimin tan... Nervioso y perdido, aquella confianza que siempre poseía... Se había evaporado y dejado totalmente su cuerpo. Observaba a su alrededor con algo de miedo mientras mordía su labio inferior y rodeaba su abdomen con sus brazos, incluso aún tenía la ropa inferior puesta.

Frunció el ceño, él realmente quería estar en el interior de Jimin pero... No quería ver el miedo en sus ojos, tampoco deseaba que el menor tuviera relaciones con él sin realmente quererlo.

Como si de pronto el pelimorado se diera cuenta de su presencia alzo su cabeza en su dirección y le sonrió suave.

—Si realmente no quieres... —comenzó.

—No, yo si quiero —aseguró e inmediatamente se acercó a él—. Es solo... Te estás moviendo demasiado rápido y aunque no quiera admitirlo... No soy realmente un experto en esto —susurró bajo, como si estuviera avergonzado de ello.

Yoongi suspiro, él realmente no era bueno en esto de calmar las dudas pero, con Jimin sintió que debía de hacerlo... Y lo hizo.

Tomando su pequeña mano a comparación a la suya, lo llevó de vuelta en la cama. Dejó las cosas que había traído con él sobre el colchón y se sentó, luego jaló a Jimin y lo acomodó a horcajadas sobre su regazo.

—No te preocupes por nada y solo vamos a tu ritmo —susurro y el omega le observó sorprendido.

—¿Estás seguro? —preguntó con cautela, pero con tan solo esas palabras el miedo había huido de sus ojos.

Ahora, eso se sintió bastante bien... Que con tan solo unas palabras había logrado calmar a Jimin y ahuyentar sus miedos implantó en él una extraña sensación en su pecho.

Si lobo aulló feliz y Yoongi se sintió... De igual manera. Tener un amante inexperto era nuevo pero... Le gustaba... Y más si se trataba de Jimin.

—Hagamos esto —pronunció dejando descansar sus manos a sus costados. Jimin le observó curioso—. Hoy, tú llevarás el ritmo y te dejaré conocer mi cuerpo pero, la siguiente vez que lo hagamos, será mi turno.

Una sonrisita adorablemente malvada surco en el rostro del omega y por un momento dudo de su decisión, pero con tan solo ver que la confianza volvía al cuerpo de Jimin y sus labios atacaban su cuello sensualmente mientras retiraba su chaqueta, supo que había decidido bien.



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Lamento si hay algún error y espero que le gustara <3

Sip, fui mala y se los corte en la parte interesante! Muajajaj besos!


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