Capítulo 18
Min finalmente podía declarar que estaba jodido. Había dormido como la mierda, ni siquiera había dormido realmente y todo por culpa de Jimin.
Por aquel omega irritante de dulce sabor, suaves labios y delicioso trasero. Su lobo se encontraba inquieto, dando vueltas en su interior mientras le exigía tomar lo que le pertenecía.
Y ahí estaba el problema, Park Jimin no le pertenecía, no era más que trabajo por lo que estaba seguro de que lo que sucedía era que su alfa había convertido su atracción en una obsesión.
Y la única respuesta a la que había llegado Min luego de meditarlo, fue una de la cual no estaba completamente seguro.
Jimin salió de su habitación con su cabello aún algo húmedo por su ducha matutina mañanera.
Yoongi observó aquella gota deslizarse por el dulce cuello y bajar por una clavícula hasta perderse bajo la camiseta holgada.
Trago duro al contemplar parte del abdomen del omega cuando este estiró su cuerpo, emitiendo unos gemidos que fueron directo a su entrepierna.
—Oh Dios, qué bien se siente —gimió Jimin soltando un suspiro luego de que su columna tronara.
El alfa pestañeó lentamente, intentando controlarse. Pero cada vez se le estaba haciendo más difícil y estaba a un pelo de caer en la tentación y agarrar al pequeño omega para follarlo duro.
Inmediatamente distintas escenas invadieron su mente, todas tenían en común a él y Jimin teniendo sexo en diferentes poses y lugares del departamento.
Incluso recordó otra vez el beso de ayer en el callejón, aquel que le provocó una jodida erección y no lo dejó dormir.
Jodido infierno.
Esto se estaba volviendo cada vez peor. Jimin se estaba volviendo casi una peligrosa obsesión que lo estaba distrayendo de su misión principal.
Jimin era tan tentador con su pequeño cuerpo manejable y suaves labios rellenos, que ya no podía seguir ignorando sus deseos más profundos y carnales.
Al final, su respuesta era la única solución viable.
Tan perdido estaba en sus pensamientos que ni siquiera sintió a Jimin cuando este se acercó y se inclinó hacia adelante colocando la mano en su hombro.
—¿Estás bien? —preguntó el pelimorado juntando sus cejas.
Con todo lo ocurrido ayer, Jimin ciertamente estaba preocupado por el alfa. Además, ahora tenía un inmenso deseo de averiguar qué fue lo que le había provocado actuar así.
Los ojos de Min bajaron al cuello del menor, seguido a la piel expuesta de sus clavículas y finalmente hasta los pequeños pezones rosa oscuro que pudo apreciar gracias a la camiseta holgada.
Bien, eso fue todo.
Jimin abrió su boca para volver a preguntarle a Yoongi al respecto, pero lo único que emitió fue un pequeño grito chillón cuando su cuerpo fue movido como si nada hasta que su espalda chocó contra el sofá. Enseguida el cuerpo del alfa cubrió el suyo totalmente, sin dejarle ninguna vía de escape.
—¿Te gusta jugar con fuego? —gruñó lentamente con voz baja.
Pero Jimin no tenía miedo, y mientras contemplaba al alfa acercarse lentamente, como dándole la oportunidad de escapar o rechazarlo... Se encontró esperándolo con ansias, al igual que su lobo omega.
Cuando por fin sus labios se juntaron, gimió bajito, cerrando sus ojos mientras sentía como pronto la lengua de Yoongi hacia acto de presencia, lamiendo su labio superior.
Enseguida entre abrió su boca y esperó, pero el alfa lo torturó lamiendo con lentitud su labio superior y luego inferior, mordiendo y jalando suavemente cada uno por turno.
Oh Dios, eso estaba volviendo loco a Jimin.
Levantó sus manos y las colocó en la nuca del mayor, intentando tirar más abajo, pidiéndole que le besara bien.
Yoongi sonrió y se alejó mínimamente para contemplar. A pesar de que solo había tocado sus labios, Jimin tenía su respiración agitada y sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas. Mantenía sus ojos cerrados suavemente, y su boca seguía abierta, invitándolo.
Relamió su labio inferior y se volvió acercar esta vez recorriendo el interior de su boca.
Oh sí, este era el sabor que recordaba. Dulce y tentador, Yoongi no podía tener lo suficiente.
—Hump... Yoongi~... —gimió el omega, arqueando su cuerpo.
El dulce aroma del menor comenzó a volverse más denso, llamándolo, llamando a su lobo a salir y actuar para hacer lo que los humanos no se atrevían a continuar.
Mierda, Yoongi tenía que hablar ahora, detenerlo. Pero no, en cambio seguía besando y comiéndole la tentadora boca al menor.
Con pura fuerza de voluntad y autocontrol que lo había acompañado durante toda su vida, se alejó. Aunque solo había logrado alejar su boca, la arrastró por el cuello del menor mientras ordenaba lo que iba a decir a continuación.
Él simplemente ya no podía más con eso, se había cansado de luchar contra la atracción entre los dos y su propio lobo.
—Jimin...
Él gimió y corrió su cabeza a un lado, dándole más acceso al alfa, ignorando el gesto totalmente sumiso. Un rico estremecimiento sacudió su cuerpo cuando una de las manos de Yoongi se internó bajo su camiseta.
Oh... Eso se sentía tan bien... Tan distinto...
—Jimin, responde —volvió a llamar Yoongi, repartiendo besos húmedos por el cuello del menor.
"¿En serio quiere hablar ahora?" pensó apenas Jimin, pero al ver que el mayor lo volvía a llamar, buscó las palabras en alguna parte de su mente y se esforzó en pronunciarlas.
Algo difícil cuando su cuerpo estaba recibiendo tanta atención excitante.
—¿Q-que? —balbuceó en respuesta.
—Habrá reglas si seguimos con esto —murmura subiendo a la mandíbula del menor mientras una de sus manos recorría con lentitud la suave piel del abdomen.
—¿Re-reglas? —repitió mordiendo su labio inferior, no podía concentrarse en lo que el contrario decía si seguía brindándole tales atenciones placenteras a su cuerpo.
—Sí, reglas —pronunció con un gruñido bajo.
A duras penas logró mantener lejos su boca del cuerpo del menor, algo difícil cuando este reaccionaba tan bien a su toque, derritiéndose a su más mínima caricia.
Con su respiración pesada, se alejó lo suficiente como para observarse el rostro pero así como las pequeñas manos del omega siguieran en su nuca, su mano derecha siguió descansando en el abdomen del menor.
Abriendo sus ojos, Jimin contempló el ardiente calor y pasión en los ojos del mayor. Un gemido bajo escapó entre sus labios sin aviso alguno.
No solo su lobo se estaba volviendo loco de necesidad por el alfa, él también. Jimin lo quería tan mal que era algo sorprendente siendo que nunca había estado tan interesado en los placeres carnales.
—Por favor... —gimoteó sintiendo no solo su propio miembro duro, sino que también el de Yoongi.
Oh Dios, le gustaba tanto esto.
Yoongi aclaró su garganta apenas pudiendo ignorar como el cuerpo bajo suyo se retorcía intentaba crear una fricción con ambos cuerpos.
—Primera regla, no habrá otras personas.
Jimin dejó de intentar de mover vergonzosamente sus caderas y prestó más atención.
—¿Bien? —exclamó. Ahora, él estaba un poco confundido.
No entendía muy bien por qué tenía que haber regla entre ellos, ¿no podían salir y ya? Si Yoongi lo estaba besando y tocando así, ¿no era porque también gustaba de él?
—Segunda, no dormiremos en la misma cama después del sexo.
Sexo, no amor. Algo dentro de él se removió, vislumbrando el camino que iba tomando esta conversación.
—Tercero, no habrá sentimientos. Última, todo terminará cuando el caso se resuelva —anunció con total seriedad, observándolo fijamente.
Internamente, Yoongi deseaba que Jimin aceptara para no complicar las cosas y seguir adelante con lo que se había obligado a dejar. Esto también ayudaría a calmar a su alfa y volver a concentrarse, estaba seguro de que con una probada que tuviera del cuerpo del menor, todo volvería a la normalidad.
Pero algo dentro de Jimin dolió con aquellas palabras, con estas reglas. Su omega se agitó algo triste y adolorido de escuchar aquello.
Trató de disimularlo lo mejor que pudo.
—¿Por qué reglas? —preguntó en voz baja.
El alfa suspiró y con dificultad se alejó del cuerpo del menor hasta sentarse, arrastrando al pelimorado para que hiciera lo mismo.
—Yo no salgo con nadie Jimin, yo no tengo relaciones sentimentales y no involucro los sentimientos. Son innecesarios —agitó su cabeza—. Apenas y si mantengo una relación laboral con otros trabajadores.
A pesar de su necesidad por seguir donde lo habían dejado, Min se levantó y observó a Jimin.
—Es sexo sin preocupación y compromisos —anunció—. Eso es lo único que te puedo ofrecer si aceptas esto.
Y así sin más, se retiró de la sala. Aunque quería volver arrastrar al omega a su cuerpo y retomar donde lo habían dejado, no podía. Jimin era el que tenía que decidir teniendo claro que era lo iba a haber entre ellos si aceptaba.
Jimin volvió a caer contra el sofá, recostándose en este. Cubrió sus ojos con su antebrazo y suspiró.
"Genial, simplemente genial" pensó irónicamente.
Por fin había encontrado a alguien que despertaba deseos y sentimientos en él, una persona que despertaba su cuerpo con sus caricias y besos.
Y este le aclara enseguida que no quería nada serio con él. Solo sexo sin compromiso, sin sentimientos, siguiendo sus reglas.
Genial.
Estupendo.
Fantástico.
¡Y una mierda!
Solamente a él le pasaban estas cosas, estaba seguro de ello. No iba a chillar como un bebé porque el hombre que le gustaba acababa de trazar una clara línea entre ellos.
Él ya era un adulto e iba a enfrentar esto como tal.
¿Yoongi solo lo quería para tener sexo? ¡Bien! Pues se jodía porque Jimin no se iba a quedar satisfecho con eso. Él no era así.
Min Yoongi era su hombre, su alfa y él iba a...
Oh joder... ¿Él realmente había pensado eso?
Jimin tomó una profunda respiración ante su descubrimiento.
Tanto su lobo como él querían a Yoongi, deseaban a ese ogro solo para él aún a pesar de lo que este había dicho.
Ambos querían a Min Yoongi como su pareja... Bueno, eso le explicaba a Jimin porque su lobo omega había estado tan agitado cuando el mayor estaba a su alrededor, volviéndose todo sumiso a veces.
"Siempre escogiendo lo complicado Jimin" se regañó mordiendo su labio inferior.
Pero ya no había nada que hacer, independientemente de lo que le había dicho Yoongi, Jimin fingiría jugar a su juego solo para enamorarlo en el proceso.
Oh sí, eso sonaba perfecto para él a pesar de que no sabía cómo mierda iba a lograr eso. Pero si su lobo pudo verlo como su pareja desde un principio, imaginaba que el de Yoongi igual, por lo que no creía que pudiera ser muy difícil.
Sonrió satisfecho con su decisión. Ahora, iría al baño, arreglaría el problema entre sus pantalones y vería cómo actuaba Yoongi a su alrededor mientras fingía pensar su propuesta.
Frente a su habitación se detuvo para contemplar el cuarto del alfa, curioso de lo que podría estar haciendo el mayor tras esa puerta.
Agitó su cabeza y entró en su habitación, la pequeña bola de pelos amarillo sucio maulló corriendo a su lado, comenzado a escalar por su pierna.
—Ugh, alguien necesita un baño con urgencia —dijo tomando al minino entre sus manos.
Arrugó su nariz al sentir el feo hedor del gatito, realmente necesitaba un baño con urgencia.
—Aunque eres lindo, sigues estando sucio y hueles mal —pronunció acariciando la pequeña cabeza, obteniendo un suave ronroneo en respuesta.
Yoongi ingresó al departamento y casi gimió al volver a sentir el aroma del menor.
Había decidido salir a correr al ver que estar encerrado en su habitación lo estaba volviendo loco. No podía concentrarse en el caso si lo único que estaba en su mente era seguir el aroma del menor y sujetarlo en la superficie más cercana para seguir lo que habían dejado.
Sacudió su cabeza intentando ahuyentar esos pensamientos, trotar había ayudado a despejar a su mente y lobo, no necesitaba que este volviera a reaccionar ante su deseo de tener sexo con el menor.
—¿Dónde estabas? —preguntó Jimin apareciendo con una pequeña bola de pelos amarillo correteando cerca de sus pies.
—Salí a correr —respondió ingresando a la cocina, sacando una botella de agua helada.
—Respecto a lo que me dijiste en la hoy en la mañana... —pronunció el menor llamando la atención del alfa.
—¿Qué con eso? —preguntó observándolo tranquilamente. Deseoso por escuchar una respuesta, esperaba, positiva.
—Si acepto... ¿Qué... Pasará? —preguntó ansioso, acercándose hasta que estuvo frente a él.
Ambos se observaron fijamente, intercambiando de los ojos a los labios del contrario, hasta que finalmente Yoongi dejó la botella de agua sobre la mesa de la isla y colocó sus manos en la cintura del menor, jalando de él más cerca estrelló sus labios contra los del omega sin más avisos.
Y mierda si Jimin no le correspondió con el mismo fervor, moviendo sus brazos hasta que rodearon el cuello del contrario. Las manos de Yoongi estaban otra vez apretando el trasero del omega.
—Seré el mejor amante que has tenido. El placer que te brindaré no lo podrás encontrar con nadie más... Te volverás adicto a las sensaciones que despertaré en tu cuerpo con cada caricia, beso y mordida —respondió en un susurro, arrastrando sus labios por la mejilla abultada.
El pelimorado exhaló lentamente, realmente afectado por las palabras del mayor.
—Mi cuerpo se siente diferente cuando tú estás cerca... O me tocas —le observa—. Y yo... Yo quiero seguir sintiendo tus manos y labios sobre mi cuerpo —muerde su labio inferior.
Yoongi quería preguntar si estaba seguro, si recordaba sus reglas y que esta era su última oportunidad para echarse para atrás.
Pero no quería que Jimin se echara para atrás.
—Solo te pido algo —anunció el menor llamando su atención.
—¿Qué? —arqueó una ceja.
—Así como yo no puedo tener a nadie más, tú tampoco —eso como un infierno que Jimin no lo iba a permitir, y quería que Yoongi lo tuviera claro.
El alfa pasó su lengua por sus dientes superiores y sonrió. No había ningún puto problema con eso. Jimin era y es quien llama su atención en este momento, como ninguna otra persona lo había hecho.
Un dato innecesario que el omega no necesitaba saber. Se crearía ideas equivocas y él no quería eso.
—Bien. Solo recuerda que nadie se tiene que enterar de esto —pronunció firme.
—Pero si somos pareja, no tiene nada de extraño —le recordó con burla.
Yoongi apretó una nalga y luego la abofeteó sorprendiendo al menor que emitió un gritito a la vez que abría de más sus ojos.
—Sabes de lo que hablo —Jimin entrecerró sus ojos.
—No golpees mi trasero —refunfuñó a pesar de lo excitante que lo encontró—. ¿Algo más que decir?
—Nunca lo haremos sin protección y tomarás de esas píldoras anticonceptivas para estar seguros —recordó.
La protección siempre iba a ser primero, Yoongi no quería ningún cachorro accidental en su vida... Nunca. Y Jimin estaba bien con ello, no se veía siendo padre tan pronto, al menos no aun.
—Dime que tienes condones ahora mismo contigo —susurró el menor inclinándose para esconder su cabeza en la curvatura de su cuello, inhalando profundamente el aroma del alfa.
Oh, Jimin estaba tan deseoso por comenzar todo esto.
Yoongi maldijo por lo bajo.
—Supongo que no —rió Jimin, al menos contento de despertar algo en Yoongi, lo suficiente como para escuchar la desesperación entre la maldición.
Solo sería cosa de tiempo antes de que lo enamorara, Jimin creía en eso, quería creer en ello porque si no...
Terminaría con el corazón roto.
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