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Capítulo 12


Jimin se observó en el espejo apreciando su nuevo color de cabello.

—Me gusta —exclamó encantado, su cabello ahora era un morado suave que también se podía ver como un rosado a momentos.

—Estas muy guapo, chico —le guiño un ojo la beta encargada de su cabello—. Ese hombre que grita por sus poros ser un alfa quedará enamorado si es que no lo está ya.

Jimin observó a través del espejo a su vecino con expresión aburrida leyendo una revista. Por ser un estúpido al conducir, el omega había pedido que se tomaran todo el tiempo del mundo mientras arreglaban su cabello, consiguiendo un increíble color y suavidad en este, y además, castigar a Yoongi.

Mordió su labio inferior, aunque quisiera negarlo no podía. Min Yoongi era atractivo, tenía esa aura de ser peligroso y solitario que atraía como las abejas a la miel pero así también, sabía de primera persona la sarcástica y malhumorada personalidad del alfa. Y su aroma de caoba y menta era algo atractivo también, en especial para su omega.

Era como si su apariencia compensar su personalidad, aunque sentía que había algo más profundo ahí, algo que estaba muy seguro de querer indagar y descubrir. A pesar de ser un pesado, quería conocerlo.

—¿Él vino contigo Jimin-ah? —pregunto la chica a su lado, Sunmi. Una omega bastante a la moda que siempre le daba consejos sobre que corte le vendría bien, pero Jimin no la consideraría exactamente como una amiga aun así.

—Sip.

—¡Dios es todo un bombón! —exclamó acalorada, haciéndole ojitos que Yoongi ignoraba completamente para satisfacción de Jimin—. ¿Por qué no me das su número? —muerde su labio inferior.

—Estúpida, si vino con Minnie es porque están saliendo —explicó con obviedad su compañera.

—Claro que no, Jimin-ah no sale con nadie —su tono era seguro mientras le daba otra ojeada al alfa—. Y aunque Jimin es lindo... Algo me dice que le van más las mujeres... Como yo por ejemplo.

Okey, suficiente.

Jimin se levantó de la silla y arregló su ropa en silencio. Las dos chicas que habían trabajado en su cabello le miraban expectantes mientras el omega caminaba con arrogancia hacia el alfa.

Yoongi alzó una ceja y aunque estaba sorprendido, no lo demostró cuando en un movimiento atrevido, Jimin lo besó, aunque solo era una presión de labios para otros sí se podía apreciar como un beso entre amantes.

—Rodéame la cintura —pidió en un susurro sin separarse, ambos estaban tan tensos que pronto se iban a dar cuenta los demás que algo andaba mal.

Pero Yoongi solo lo observó pidiendo una explicación.

—Por favor... —rogó esta vez.

A regañadientes, el alfa rodeó la delgada cintura de su vecino y lo tiro más cerca, inclinando un poco su cabeza para verse como un beso más profundo.

Y para complementar aquello, el omega alzó sus brazos rodeando el cuello del contrario, teniendo que levantarse en la punta de sus pies para alcanzarlo.

A la vista de las chismosas trabajadoras, era como si se estuvieran besando apasionadamente.

—Gracias —susurro con una pequeña sonrisa mientras se separaba lentamente.

—Quiero una explicación después —el menor asintió con su cabeza y se dio vuelta para volver otra vez con las personas que trabajaron en su cabello.

—Gracias por el color, me encantó como quedó —pronunció pagando el costo anteriormente mencionado.

—Jimin... —balbuceo la omega, igual de sorprendida que su amiga.

—Lo siento Sunmi-sshi, pero ese —señala a Yoongi—, es mío —sonrió con inocencia antes de volver al lado de su novio falso.

Ambos salieron tomados de las manos, cuando estuvieron lo suficientemente lejos Yoongi decidió preguntar.

—¿Qué fue eso?

—Lo que se supone que hacen los novios —respondió observando hacia otro lado, ahora algo avergonzado por haber hecho algo como eso.

Lo peor de todo, es que su corazón se había acelerado e incluso ahora seguía igual, por un simple beso que ni solo fue una presión de labios.

¡Eso ni siquiera se podía considerar un beso!

Pero explíquenle eso a su lobo omega, que estaba casi convulsionando de la felicidad.

—Ya... Y lo de tus amiguitas ¿que? —relamió sus labios, estos hormigueaban suavemente de solo recordar lo suaves que eran los del menor—. ¿Tu amiga esa que llegaba apestar como si estuviera a punto de entrar en celo no tenía nada que ver?

Hizo una mueca al recordar, su aroma era muy empalagoso y prácticamente estaba gritando a los cuatro vientos que estaba interesada, lamentablemente, en él.

—Está bien —refunfuñó al verse atrapado—. Sunmi me estaba degradando diciendo que yo era poca cosa como para estar con un alfa como tú —o algo así.

Así fue como lo entendió él de todos modos.

—¿Y se supone que es tu amiga? Que hipócrita —frunció el ceño, no entendía aquello.

Si alguien te trata mal o daña tu confianza entonces es un adiós de inmediato, o al menos para él es así.

—No es mi amiga —le observó enseguida, casi ofendido por aquella afirmación—. Pero es de cortesía responder cuando alguien te habla y hasta el momento ella no me había hecho o dicho nada malo... Hasta ahora.

—Estás sonrojado —señaló admirando el ligero rubor en aquellas rellenas mejillas.

—No, no lo estoy —negó calmadamente, observando en otra dirección.

—Oh, sí lo estás —sonríe con burla—. Es por el beso ¿cierto?

—No —negó apretando con fuerza sus labios, estirando levemente su labio inferior.

Joder, el mocosito que había conocido hoy tenía razón, su irritante vecino podía ser tierno algunas veces, como ahora que hacía ese gesto sin darse cuenta.

—Jimin-ah~ ¿Para qué me besas si después te vas a avergonzar? —se siguió burlando sin poder evitarlo, era divertidísimo.

—Cállate —exclamó más sonrojado que antes.

—Ahora tendré que tener un ojo en ti o podrías atacarme otra vez.

—Para —chillo arrugando su nariz.

—Tú comenzaste —dijo inocente—, cuando me besaste.

—Eish, mejor vamos a comprar otro casco —gruñó entrando a otra tienda—. Si seguiremos andando en ese monstruo al menos los dos tenemos que tener uno, ya no dejaré que me pases el tuyo y tú te quedes sin nada.

—¿Era tu primer beso? —siguió con el tema ignorando todo lo que había dicho el menor.

—No —respondió soltando su mano para caminar por el pasillo.

Pero aunque intentó disimularlo, Yoongi noto lo duro que salió su tono, obviamente era algo de lo que a Jimin no le gustaba hablar.

Observó al pequeño omega caminar observando detalladamente los cascos en una repisa, manteniendo distancia de otras personas, en especial de los alfas.

No sabía si Jimin era consciente de cómo llamaba la atención, y no era solo por el tono de su cabello, el cual increíblemente le quedaba... Bien. Tenía un lindo rostro pero un cuerpo seductor y un aroma atrayente, no era empalagoso, era suave como él... Hasta que abría la boca, claro.

Era una combinación que lograba atraer la atención, incluso la de él.

—Yoon, ¿qué te parece este? —pregunto alzando un casco gris oscuro.

—Me parece que tu cabeza es muy grande para el.

—Yah, lo pregunto en serio —infló una de sus mejillas.

—Te queda bien lindura —interrumpió un alfa acercándose a Jimin—, pero ¿sabes que te quedaría mejor? —señala su entrepierna—. Esto en tu c-...

—Propio culo —terminó de decir Yoongi, posicionándose entre el estúpido y Jimin.

Quería gruñir y romperle las bolas al contrario, odiaba cuando los alfas o betas se creían superior a otros pero en este caso especialmente, ya que era el novio de Jimin tenía que defenderlo como tal.

—¿Tu quién m-...?

—Soy su jodido novio —le cortó gruñendo—. Así que ve a ofrecer tu pequeño paquete a otro lado, amigo.

El alfa le observó unos segundos y luego bufó dando media vuelta—. Deberías de morderlo si ya es tuyo —gruñó retirándose al ver que no podría fácilmente con el entrometido.

—Yo podía defenderme —se quejó Jimin una vez que se fue el tipo.

—Ajá —respondió dándose vuelta, quitándole el casco para colocárselo—. ¿Te queda bien?

—Sí.

—Compra ese y ya vayámonos.

—¿Vamos a ir donde Nam hyung? —pregunto obedeciendo.

—No, te tardaste una eternidad con tu cabello y antes estuviste dando vueltas por alrededor, es muy tarde para ir ya porque ahora tienes que ir a trabajar —graznó con malhumor al recordarlo.

Una vez pagado, Jimin se apresuró a seguir a su vecino.

—Podemos ir mañana —respondió con simpleza, encogiéndose de hombros.

—No, yo voy mañana y tú te quedas en tu departamento.

—Pero si yo también tengo que saber al respecto —se quejó.

—No, tu solo debes esforzarte en recordar —señaló.

—Pero sería de ayuda ver lo que tu vas a ir a ver —insistió.

El alfa recordó los cuerpos de los niños encontrado y como lo más seguro era que le habían tomado fotos para agregarlas al archivo con los demás detalles que le iban a informar.

No, Jimin no necesitaba ver eso.

—Sube, tienes que ir al trabajo.

—Seguiremos esta discusión después —aseguró colocándose su nuevo casco antes de subirse a la moto al igual que el alfa.

—Modo simio activado.

—¿Qué? —pregunto Jimin antes de gritar y aferrarse al cuerpo del castaño cuando este aceleró—. ¡¿Quieres dejar de hacer eso, idiota?!

—¡Los simios no hablan! —gritó en respuesta.

—Quiero ir al departamento antes de ir a trabajar —gritó apretándose contra el fuerte cuerpo.

—No voy a perder tiempo en eso, nos vamos directo —señaló acelerando aún más, riendo ante el chillido asustado del menor.

Al llegar, Jimin no espero a que su estúpido y desconsiderado vecino terminara de estacionar bien su cohete andante cuando ya había saltado en un movimiento osado.

—Estás loco —gruñó entre dientes el castaño, el enojo brillaba en sus palabras.

—No me volveré a subir en esa cosa si sigues conduciendo así —se quejó quitándose su casco.

—Lastima, no cambiaré mi forma de conducir —se lamentó con total falsedad, bajándose y sacándose su casco—. Ahora, entraremos ahí y fingiremos ser una feliz pareja por el resto de la tarde y noche.

—Pues ésta pareja acaba de tener una discusión —dictó caminando hacia el bar.

—La cual ya fue olvidada —ordenó alcanzándolo para rodear la estrecha cintura justo antes de cruzar la puerta.

Kyungsoo que estaba tras la barra, dejó caer libremente su mandíbula en una clara expresión de sorpresa.

Se imaginaba que estaba soñando o delirando mejor dicho pero el ver a Jimin permitir que el alfa siguiera apegado a su cuerpo mientras se dirigía hacia él se lo impidió.

—Yo... ¿Hay algo que me quieras contar, Minnie? —preguntó ahora sonriendo.

El omega gimió bajito, solo para el oído de Yoongi. Le quitó el casco al alfa y se perdió en la parte trasera de la tienda.

—¿Guardaespaldas? —pregunto alzando una ceja.

Yoongi se encogió de hombros.

—Es algo reciente y él no quería que nadie se enterara, en especial su hermano.

—Tiene sentido —murmura Kyungsoo—. Ahora al jefe no le quedará de otra que aceptar que lo perdió por no moverse nunca.

—Hyung ya llegue —informó un sonriente chico.

—Oh Hoseok, se supone que empiezas mañana —regaño con una sonrisa maternal.

—Lo sé pero estoy emocionado y aburrido en mi departamento —sonrió ya parado frente a él.

El alfa que había pasado totalmente a un segundo plano, se acomodó en su habitual lugar.

Jimin al volver a aparecer le saco infantilmente su lengua a Yoongi al verlo, en respuesta este le cerró un ojo, para nada afectado con su comportamiento.

—Jimin, este es Hoseok, trabajará desde hoy con nosotros —informó Kyungsoo.

—Hola —saludo el menor algo tímido—. Por favor cuide de mí.

—Será bueno tener ayuda desde el principio —cambió su expresión a una más suave—. Puedes llamarme Minnie o Hyung, desde hoy seré tu hermano mayor —exclamó con confianza, rodeando los hombros del omega que no podía tener más de 17 años.

Hoseok rió y asintió con su cabeza—. Gracias. Voy a ir a dejar mi mochila y vuelvo —aseguró desapareciendo.

—¿No es algo joven? —cuestionó preocupado.

—Su situación familiar no es muy buena y estaba tan desesperado por conseguir trabajo que Jaebum solo aceptó —respondió Kyungsoo encogiéndose de hombros—. Por cierto, me gusta lo que le hiciste a tu cabello —halago—. Esos tipos de colores realmente se te ven bien, como cuando te lo teñiste rosa pastel —recordó.

—Gracias —exclamó más feliz, comenzando su tarde de trabajo junto al joven omega con sonrisa cálida.


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