Baile de Graduación Gyutaro×Tomioka×Daki
♡Dedicado a @Brideseidaii
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Se miró al espejo delineando su figura bajo el traje, la larga falda en la espalda caía con gracia poco más de medio metro en el suelo, su cabello recogido en una hermosa trenza de lado con algunos accesorios que hacían resaltar sus ojos. El rojo de la vestimenta contrastaba con el blanquecino de su piel.
Ese era el vestido que su hermana iba a usar en su graduación, se encargó de, tras unas largas clases de costura, transformarlo en algo para él honrando su memoria. Esa noche sería la noche de su vida y la disfrutaría por ambos.
Su abuelo lo vio salir y le dio un ramillete, era sencillo pero lo apreciaba bastante; Urokodaki sabía bien cuan difícil podría ser ese momento, sin embargo lo afrontaba con una suave sonrisa.
--Ve y disfruta tu noche, Giyuu --Acomodó algunos cabellos rebeldes y subieron al auto.
En la escuelo se veían las múltiples luces, la música se oía hasta el exterior, los nervios de Tomioka se asomaban y los pensamientos de huir lo invadieron. Una mano en su hombro lo calmó.
--Todo saldrá bien, te lo prometo --Con una sonrisa compasiva lo dejó ir; al entrar algunas personas se le quedaban viendo pero rápido volvían a lo suyo.
--¿Tomioka, eres tú? --Se giró para ver a su amigo --¡Te ves asombroso!
--Gracias Murata, te ves muy bien --El nombrado se sonrojo por las palabras dichas.
--¿Quieres pasar al baile? --Asintió y juntos se dirigieron al centro de la fiesta, justo al entrar se toparon con una persona del consejo estudiantil.
--¡Tomioka, te queda bien el traje! --Le dijo un rubio. Agradeció y decidió entablar una conversación con Rengoku, a veces le era difícil seguirle el paso al hablar pero a decir verdad lo disfrutó bastante.
Se paseó por el lugar, hablaba con sus compañeros y solo faltaba bailar, aunque en realidad no tenía con quien y menos el valor de pedirle a alguien.
Algo llamó su atención, con el micrófono en mano Shinobu los llamaba al escenario, por lo que dejó a un lado su bebida y subió junto con todos.
--Esta es una noche hermosa, espero que todos se estén divirtiendo tanto como nosotros --Hubo un gran gritó en afirmación --Me alegró, ahora, tal como dijeron creo que hay que agradecerle a quienes hicieron esto posible --Empezó a nombrar a cada uno de sus colegas y eran recibidos entre aplausos. Al final llegó su turno.
》Y por último, pero no menos importante, Giyuu Tomioka --Fue en un parpadeo lo que sucedió, antes de darse cuenta litros de pintura azul cayeron sobre él.
Todos se quedaron impactados, callados ante lo que acababa de suceder. Con lentitud quitó la pintura de su rostro, observó con horror el vestido rojo ahora manchado de azul. Miro a las personas a su alrededor y sin siquiera dejarlos decir algo con lágrimas en los ojos bajó del escenario.
--¡Tomioka, espera! --Murata lo siguió pero se paró en la puerta --¡Debería darles vergüenza! --Corrió por su amigo que ya salía del lugar.
No se detuvo ni por un momento, las lágrimas salían en mayor cantidad cada que veía el traje manchado. Una noche, solo pidió una noche en la cual fuera feliz, donde ningún pensamiento intrusivo lo torturada; pensó que esa vez podría agradarle a las personas pero se equivocó, siempre lo odiarían.
Se escondió en uno de los callejones que se le cruzó, abrazó sus rodillas contra su pecho y liberó todos los sollozos que se acumulaban en su garganta creándole un nudo que le impedía hablar; quien sabe cuanto tiempo pasó así hasta que escuchó a algunos tipos gritar.
--Les dije que hoy era día de pago, debieron tener el dinero --Observó a los chicos ser golpeados y entregar algunos billetes --¿Ven? Por arte de magia les aparece el dinero --Las personas salieron corriendo apenas tuvieron la oportunidad, él se quedo quieto para no llamar su atención pero no funcionó.
》¿Eh? ¿Qué hace alguien como tú aquí? --Lo examinó de pies a cabezas, su piel se veía suave y sin ninguna marca, lo que alcanzaba de ver era un bien cuidado cabello negro y las hermosas pestañas que cubrían sus zafiros; el único problema era toda pintura que le cubría, por como iba vestido pudo deducir que venía de una fiesta, uno que no terminó bien.
--No traigo dinero conmigo --Fue lo único que alcanzó a decir, ¿Esa noche no podía empeorar más?
--Yo no quiero tu dinero, esos tipos me debían --Oh, eso era, solo se quedó callado mirando al suelo --¿Mala noche? -Asintió con simpleza.
--No fue como que creí que sería --El chico se sentó a su lado para escucharlo --Mi baile de graduación fue un asco y... --sentía las ganas de llorar una vez más --Esté vestido e-era de mi h-hermana... --Aceptó el pañuelo que le ofrecían --Quería sentirla conmigo hoy...
--Tsk, imbéciles --Se levantó decidido y extendió su mano hacía el chico, quien lo miró confundido --Hoy también es mi baile, aun no comienza así que ¿Quieres ir a la graduación conmigo? --¿Hablaba en serio? Se lo pensó unos momentos, ¿Valía la pena volverlo a intentar? Sus ojos se cruzaron con los del otro y decidió mandar todo al diablo.
Tomó su mano con determinación, con una sonrisa lo guió hasta su moto, harían una parada antes de ir al salón donde se celebraba la fiesta. Al arrancar se agarró con seguridad de la cintura del hombre, los cascos se sincronizaban así que podrían escuchar al otro.
--No me dijiste tu nombre.
--Gyutaro, lindo --Se sonrojo por el apodo que le puso, nadie le había llamdado así nunca --¿Y el tuyo?
--Giyuu, dime así --Quien sabe si vuelva a verlo así que qué más da, que lo llamé por su nombre.
Al llegar se vio frente a una casa sencilla de dos pisos, lo siguió al interior que parecía vacio, eso hasta que escuchó un grito.
-¿Eres tú hermano? Ya bajo --De las escaleras llegó una chica muy linda de cabellos blancos con un hermoso maquillaje que hacía resaltar su belleza --¿Quién es él hermano?
--Mi cita para el baile, Giyuu ella es mi hermanita, Ume--La chica lo miró con desconfianza, no la culpa a decir verdad --Ocupó tu ayuda, hablemos --Los dos van a la cocina donde se murmuran entre ellos hasta que salieron de ahí.
--El baño esta arriba, segunda puerta a la derecha --De un armario la joven sacó una toalla --.Pondré a lavar tu traje, mientras date un baño --Agradeció y se marchó hasta la regadera, luchó contra la pintura que se secaba ya entre las hebras pero al final las puntas solo se veían mal. Cansado suspiró pues entendía que era una batalla perdida.
Salió con una bata al pasillo, al lado de la puerta lo esperaba la chica quien lo llevó a su habitación. Había bastantes productos de belleza, tantos que perdía la cuenta después de dos docenas; se sentó en el suelo cerca de la cama.
--Agh, tu cabello se ve fatal, quien le haya hecho esto es alguien feo y envidioso --rió por la declaración algo infantil, la vio sacar algo de su cajón --¿Te has pintado el cabello alguna vez? --En su mano traía unas tijeras y tinte azul.
--Yo --Se debatía entre hacerlo o no, una voz llegó a su mente, esa iba a ser su noche --, lo haré --Ume le sonrió y comenzó a aplicar a lo largo de las puntas cuidando de no marchar a ninguno.
Observo que su teléfono tenía llamadas perdidas de todos sus amigos y compañeros, mensajes en su buzón preguntando de su paradero, sin embargo solo le respondió a su abuelo que se hallaba bien. A excepción de Murata todos podían irse a la mierda esa noche; bloqueó su celular y se concentró el la música que sonaba.
Al princicio solo tatareaba la melodía, conforme más canciones sonaban mayor eran sus ganas de cantarlas, apenas escuchó el suave canto de Daki decidió acompañarla y así comenzaron a gritar a todo pulmón las letras. Tomaban cepillos como micrófonos, bailaban --más que nada saltos sin ritmo--con toda la pasión del mundo, ¡Hasta se grabaron frente al espejo! Y terminaron cayendo entre risas.
Igualmente se maquillaron un poco, él la ayudó con los accesorios necesarios y salió cuando ella se fue a poner el vestido. Fue al baño a lavarse el cabello apreciando el hermoso azul que ahora decoraba sus puntas; junto a algo de ropa vio en un cesto su traje antes rojo ahora de un tono más violeta burdeos.
--Lo siento, no lo pude dejar como antes --se disculpó la chica desde la puerta.
--No importa, se ve mejor así --Con una sonrisa entró al baño a cambiarse, al verse al espejo pensó que hasta se veía más guapo que antes. Puede que sea el maquillaje en su rostro, el nuevo tinte o la ropa pero se sentía aliviado, se atrevería a decir que hasta feliz.
Salió para encontrarse a la peliblanca con un vestido rosado con algo de encaje negro, delineaba bien su cuerpo y resaltaba sus atributos.
--Déjame ayudarte --Al verla batallar con el ramillete se acercó y con cuidado lo puso en su muñeca --, listo.
--Gracias --dijo algo sonrojada, escucharon la puerta abrirse y vieron salir a Gyutaro con un traje gris y detalles rojos, sus cabellos recogidos hacía atrás con una coleta y un listón que debía ser la corbata.
--¿Puedo? --Ahora era al hermano a quien ayudaba con su vestuario, hizo el nudo y observó al hombre, se veía apuesto --Te ves muy guapo --confesó en un susurro.
--¿De verdad lo crees? --Asintió, ambos desviaron las miradas avergonzados --¿Listos para irnos? --Afirmaron y subieron a la moto, sorpresivamente tenía espacio para los tres. Enfrente manejaba Gyutaro, en medio iba Giyuu y por último Ume.
Era un salón de eventos algo conocido, bien decorado en la entrada y la música era animada. Al entrar varios chicos se acercaron a ellos para invitar a bailar a la ojiazul, quien solo los pasó de largo y fue a encontrarse con sus amigos.
Una mano se extendió frente a él, al voltear notó como Gyutaro trataba por ocultar su sonrojo al chico.
--¿Bailamos? --Se quedo estupefacto unos momentos pero rápido tomó tímido su mano, juntos fueron a la pista donde se dejaban llevar por la música.
No era como si fuesen los mejores bailarines, estaban lejos de serlo, sin embargo al estar los dos frente a frente es que por primera vez se olvidan de todos: no hay miradas que los juzguen, nadie que susurre o se burle, solo son ellos dos disfrutando de la música y dejándose llevar por el momento.
Ríen, saltan, Ume se les une junto a su amigo Kaigaku y se la pasan genial. Graban algunos vídeos que ella sube a sus historias, antes seguramente ninguno de los dos se hubiera dejado ver por la cámara pero ahora nada importaba. Tomioka saca su teléfono e igual toma sus propias fotos que sube en su perfil, ni siquiera lee los comentarios de sus amigos preguntando por él.
Comen un poco, Ume casi escupe su comida por los cometarios que hacían, ella igual sentía libre; siempre tener que ser la chica linda con mucha etiqueta, ser Daki. Pero con ellos se sentía como su verdadero yo, una adolescente que se emocionaba por cualquier cosa y con ganas de conocer todo. ¿A quién le importa si se ve mal riendo a carcajadas? Estaba con las mejores personas para pasar el rato y no se estresaria por los demás.
--¡Doy un brindis por los feos que se perdieron de Giyuu! ¡Sin ellos no lo tendríamos hoy! --"Salud" fue lo que todos gritaron al unísono en la mesa, bebieron sus jugos y siguieron con su noche.
Al momento del baile lento las primeras piezas las bailo abrazado del cuello de Gyutaro, relajado y sintiendo su corazón acelerarse al sentirse tan en contacto con el chico. Después de esa ronda una mano dio pequeños toques en su hombro para llamar su atención.
--¿Puedo bailar contigo, Giyuu? --le dijo en voz baja la peliblanca, asintió y dejó que el hombre se alejada. La tomó de la cintura mientras que ella se recargo sobre su pecho.
Casi siempre los chicos solo se le acercaban por su cuerpo o belleza para algo que seguro terminaba en la cama, pero se iban tras eso. Juzgaban a su hermano por su apariencia aun sabiendo cuánto lo estimaban, cosa que mataba la pasión al instante, por lo que dejó de intentarlo. Esa noche que conoció a Giyuu no se fiaba de él para nada, su hemano jamás traía nadie a casa ¿Qué era lo que quería? Pensó que no sería distinto a los interesados que siempre ve, y sin embargo nunca intento o dijo algo cuando estuvieron solos en la habitación. Es más, le siguió la corriente en su locura sin cometarios sobre lo infantil que podrían verse.
Sabía con solo ver la sonrisa de su hermano que se sentían cómodos en su presencia.
--¿Quieren dar una vuelta? --Les dijo Kaigaku con las llaves de su moto en mano, los cuatro se miraron entre ellos y con una sonrisa en rostro sabían lo que se venía.
Las dos motos manejaban a gran velocidad por la calle sola, lado a lado; el viento contra su cuerpo, la Luna sobre ellos alumbrando el camino junto a las farolas, la música que se escuchaba en los cascos. Todo el ambiente era espléndido, Tomioka nunca había sido tan feliz en su vida como esa noche.
Reía por las cosquillas de las brisas contra su cuerpo, los cabellos que volaban por el aire. Se aferró a la cintura de Gyutaro y se pegó a su espalda en un abrazo, acción que calentó el rostro del conductor. Pararon en un puesto pequeño de comida, pidieron comida y en la espera tomaron más fotos de recuerdo, en ellas se veía las verdaderas sonrisas de los chicos.
Comieron como nunca con platillos que muy posiblemente no se atreverían a probar en circunstancias normales pero ahí estaban. Luego fueron a un puesto de helados cerca y se sentaron con los conos en mano a las orillas de un río, solo observando el cielo. Ume se recargo sobre el hombro de Tomioka, él por su parte hizo lo mismo en Gyutaro.
Esa noche su perfil se llenó de cantidad inimaginable de fotos que mantendrían el recuerdo de la vez que fue su noche, unas que reflejaban su verdadera felicidad que nadie más había logrado ver en mucho tiempo.
Más tarde regresaron al hogar de los hermanos donde se desarreglaron y solo se pusieron la ropa más cómoda que vieron en su closet, Gyutaro le prestó a los dos chicos algunas de sus prendas; se sentaron en el sofá para ver una película, cualquiera que apareciera, y antes de darse cuenta ya estaban dormidos en bolita los cuatro, cansados de toda su aventura.
[•]
--¡¿Dónde estuviste Tomioka?! ¡Me tenías muy preocupado! --le recriminó Murata, le había enviado un simple mensaje de "Estoy bien " Pero eso no tranquilizó a su amigo.
--Salí con unos amigos --respondió con simpleza, todo el fin de semana se la pasó con ellos y tenía algo de resaca.
--Me doy cuenta, nunca había visto tantas fotos tuyas en tu perfil --Deslizaba con el dedo la pantalla que mostraba las imágenes --Todos se preocuparon por ti.
--Cómo no --dijo con sarcasmo.
--¡Es cierto! Escuché a Uzui decir que el tipo con el que estabas era un delincuente peligroso y a Rengoku insistir en ir por ti --¿Cómo decirle a su amigo que conoció al chico después de que golpeo a otros dos? Si lo supoerase volvería loco.
--¡¡Tú!! ¡¿Cómo conoces a la famosa Daki?! ¡¡Alguien tan aburrido como tú jamás podría interesarle a alguien como esa belleza!! --Tapó sus oídos por los gritos del menor.
--¡Zenitsu, se más respetuodo! Lo lamento mucho Tomioka-san --Vio al chico llevarse a su amigo a rastras por el pasillo. Rió por lo tonto que se veía el chico, ahora entendía cuando Ume decía que la seguían muchos hombres necesitados de amor.
Caminó hasta la salida donde una mano lo jaló de los hombros hasta un grupo, sus compañeros del consejo estudiantil estaban alrededor de él con una cara de preocupación.
--¡¿Dónde estabas?! ¡Te buscamos como locos, no respondías nuestras llamadas! ¿Sabes si quiera con quienes saliste? --le recriminó Uzui.
--Estoy bien, y sí --quitó las manos de sus hombros --, lo sé bien.
--¿Entonces idiota? --preguntó con obviedad Sanemi.
--Fui a mi baile de graduación, uno donde no te echan pintura --Algunos se veían avergonzados por lo dicho, puede que no participarán en la broma pero aun así no hicieron nada para ayudarlo, no hasta que lo vieron irse --, además, me la pasé bien. Fue la mejor noche de mi vida --dijo con una sonrisa. Un claxon llamó su atención y al voltear observó a los hermanos en la entrada, esperándolo con un casco en la mano.
》Si me disculpan, me tengo que ir --Los dejó con las palabras en la boca y corrío al encuentro del duo. Shinobu pudo observar un sonrojo en su rostro, al igual de ligeros jugueteos con su cabello.
--Ay Tomioka, entre tantas personas --El trío se fue de la escuela a toda velocidad, entre risas y sonrojos.
Esa relación no era de amistad, iría para algo más y los tres lo sabían. Disfrutarían cada momento juntos, que se jodan las demás personas, mientras estuviesen juntos el mundo podía irse al diablo por qué solo importaban ellos.
Su abuelo tuvo razón, esa noche fue esplendida, un baile inolvidable.
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¡¡Hasta aquí el capítulo de hoy!! A decir verdad disfruté mucho escribiéndolo, escuchaba Prom Drees cuando se me ocurrió la idea y cuando uno de ustedes me pidió la idea supe que calzaria como anillo al dedo. Creo que a sido de mis favoritos a decir verdad, al imaginarlo me encanta cada vez más.
Su autora los ama, les aprecia mucho. Besitos, ¡Bye <3!
Ahora, algunos Secretos de la Era Taisho:
♧Gyutaro no planeaba ir a la fiesta cambio de opinión al conocer a Tomioka. Por eso es que su hermana se sorprende cuando dice que va a ir pues siempre dijo que odiaba esos eventos.
♧Ume tiene varias cuentas con bastantes seguidores y su nombre de usuario es Daki_06.
♧El color final del traje de Tomioka representa su unión con los hermanos pues si se dan cuenta ellos usan rojo y rosa, así que busqué un color intermedio entre ellos sin dejar de un lado el rojo, que representa a su hermana.
♧Tras ese día ellos siempre fueron por Giyuu a la escuela, hasta conocieron a Murata y auqnue al principio no les agradó terminaron por tenerle aprecio.
♤Dato de la Autora: Una de las cosas que he querido hacer para mi cumpleaños es una carne asada estilo Kimetsu no Yaiba. Por ejemplo: un Rengoku norteño o son sombrero jsjsjsjs.
♤Tengo una cuenta donde voy a subir contenido de mi oc de KNY. Al igual que una historia que voy a subir aquí, no tiene mucho que ver con esta pero se que les gustará.
Hasta aquí mis datos Joaquín, si quieren saber más solo dejenmelo saber y podría incluir algunos más en el borrador de la segunda parte de Geisha que ya va a medio escribir.
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