Cuando me levanto, estoy muy adolorida, como si un camión me hubiera pasado por encima.

—Al fin despierta, ¿cómo se siente? —pregunta una enfermera que me está poniendo algo en la dextrosa.

—Me duele el cuerpo —digo con una mueca.

—Eso es normal cuando acabas de traer al mundo a dos bebés, es muy valiente, yo me hubiera desmayado —me inyecta algo, y yo me río.

—Yo pensaba eso cuando estaba pequeña, pero lo que te motiva es saber que vas a poder abrazar a tu bebé —respondo.

—Palabras de una madre ¿ya se siente mejor? —pregunta.

—Un poco, ¿dónde están mis hijos? —pregunto.

—Se los traen en un momento para que los alimente —Asiento y sale dejandome sola.

No por mucho tiempo porque al rato entra Fernando.

—Mi amor —dice, me besa y abraza.

—Fernando, no sabes cuanto esperé este momento para poder besarte y abrazarte —se separa de mí.

—Yo también, te amo mucho —sonrío.

—¿Y Victoria? —pregunto.

—Está con sus abuelos, la revisaron y al parecer, ella está perfecta —suspiro con tranquilidad.

—Fernando ¿qué pasó con Leonardo y Camila? —pregunto y él suspira.

—Pues a Camila la atraparon y créeme que le van a caer muchos años de cárcel encima, y a Leo... —lo interrumpo.

—También está en la cárcel, ¿cierto? —pregunto ¿preocupada?

—No... Él está.. Muerto —siento algo que se estruja dentro de mí.

—¿Qué? —pregunto triste y se me escapa una lágrima.

—No llores —me limpia la lágrima.

—Es que... Él sí quería a Victoria... Murió para salvar a su hija... Y me siento culpable porque yo quería negarle el derecho de verla —respondo llorando.

—No es tu culpa —Fernando me abraza.

Nos quedamos así por unos minutos hasta que me calmo y traen a los mellizos.

—Ya llegaron mis bebés —digo, me entregan al niño y a Fernando la niña.

La enfermera sale del cuarto.

—Mira, se parece a ti —me la muestra, es hermosa.

—Sí, y Taylor a ti —mi bebé se mueve y comienza a llorar —ya mi rey, estás con mami, no pasa nada —comienzo a mecerlo.

Su hermana comienza a llorar también.

—Ya bebé, no llores —le dice Fernando.

Se escucha el llanto de los dos, meto mi seno en la boca de Tay y se calma.

—A ver chiquita ya, shh acercala Fernando —hace lo que le pido y deja de llorar.

—Wow ¿cómo haces para calmarlos? —pregunta con asombro y yo me rio.

—Experiencia materna —le guiño el ojo.

Miro a Tay y ya está dormido.

—Se durmió, ¿quieres cargar a Allison? —pregunta y lo miro obvia.

—Eso no se pregunta —respondo e intercambiamos de bebé.

Tomo a Ally y veo que también tiene cosas de su papá, pero más de Victoria. Abre los ojos y veo que los tiene azules, igual que mi abuela. Los de Tay no los vi, porque no los abrió.

—¡Hola! —gritan todos al entrar.

Con todos, me refiero a mis padres, hermanos, suegros, cuñadas.

—Shhhh, están dormidos —los regaño.

—Yo los quiero ver —dice Lucas.

—Subete, para que los veas —él asiente y se sienta a mi lado

Mira a la niña en mis brazos y sonríe.

—Son tan lindos, Ally se parece a Victoria —dice Lucas y yo asiento.

—Sí y tiene los ojos de la abuela —miro a mi niña.

—Y Taylor, se parece a ti Fernando —vuelve a decir Lucas.

—Si, lo sé —responde Fernando con orgullo.

—¿Manos? —pregunta mi hija y Lucas se baja.

Fernando carga a Victoria y la sienta donde estaba Lucas anteriormente. 

—Hola —dice y los besa en la mejilla.

Le sonrío a mi hija y acaricio su mejilla, Fernando besa su frente.

—Los quiero mucho. Los amo con todo mi corazón, tú eres el amor de mi vida —señalo a Nando y me da un beso —Y ustedes, un pedacito de mí —digo y les sonrío.

—Mamá —Vicky me da un abrazo.

—Esto se merece una foto —nos acomodamos como la familia que somos y mi suegra toma la foto.

FIN

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Hola, les agradezco a todos los que votaron y comentaron, aunque todavía falta el epílogo 😆😝😘