Capítulo 26
Fernando se acerca a mí y me ofrece su mano, pero yo no la recibo.
—Aby perdón, déjame explicarte ¿si? —suplica con sus manos juntas en frente de su rostro —se ve tan tierno.
Abigail, por favor, ya no dejes que siga así —me reprendo a mí misma.
—Está bien Fernando, dame una explicación —respondo seria y sus ojos brillan.
—Camila es mi ex. Yo estaba desprevenido cuando sentí sus labios sobre los míos, yo me resistí, pero justo en ese momento llegaste tú y lo mal pensaste todo —me explica.
—A ver, y ¿qué hacía ella en el mismo lugar que tú? —pregunto con mis brazos cruzados.
—No lo sé, creo que me siguió. Pero Aby, yo te amo sólo a ti y a la bebé; no te quiero perder por culpa de Camila, alguien que ya está fuera de mi vida y no me importa. Sería darle el gusto a ella de vernos mal, ¿me perdonas? —me muerdo el labio.
Dice esas palabras con tanta sinceridad que me llegan al corazón y no me resisto más. Me abalanzo sobre él y lo beso apasionadamente con ternura, como extrañaba esos labios. Nos separamos por falta de aire.
—Entonces, ¿estoy perdonado? —pregunta con una media sonrisa y yo sonrío.
—¿Me prometes que esto no va a volver a pasar? —pregunto de vuelta.
—Te lo prometo —responde con una mano en el corazón y la otra en el aire, me hace reír.
—Está bien Fernando, te perdono —él sonríe y me vuelve a besar.
—Gracias Aby, me haces el hombre más feliz del mundo —vuelve a poner el anillo en mi dedo anular.
—¿Cómo lo encontraste? —le pregunto sorprendida.
—Estaba en el baño, en el lava manos —responde sonriendo.
Lo abrazo.
Cenamos y hablamos sobre la boda, nos casáremos un mes y medio del nacimiento de mi hija. Él dice que ese es el tiempo de reposo que piden luego de tener un bebé. Yo estoy de acuerdo con lo que decidimos, ya me quiero casar y también tener a mi bebé en brazos.
—Aby, cuando preparé todo esto vi unas cajas en el cuarto de la niña —levanto mi cabeza para verlo a los ojos.
Estamos viendo una película abrazados en la cama.
—Esas son las cosas para su cuarto pero no lo he organizado, porque tendría que desorganizarlo para cuando nos casemos —respondo.
—Y si comenzamos a vivir juntos Aby, ¿te parece? —pregunta.
—Claro que sí Nando. Lo haríamos en esta semana que tengo libre —digo con una sonrisa de oreja a oreja —vendería mi depa y con eso compramos una casa, ¿te parece? —pregunto.
—Está bien, hay que arreglar eso. Yo feliz que sea lo antes posible, quiero un futuro contigo —lo beso.
—Yo quiero todo contigo, nunca me arrepentiré de haberte dicho que sí —acaricia mi mejilla sonriendo.
Quitamos la película y nos quedamos dormidos.
* * *
Al día siguiente Fernando se va a trabajar y Laura y yo vamos a comprar nuestros vestidos. Para ella uno de novia y para mí uno normal, pero no tan simple, porque soy la madrina de su boda. Las damas de honor que son la hermana de Laura y dos amigas más de ella comprarán su ropa después, de acuerdo a la mía. Luego de comprarlo terminamos de arreglar otras cosas que les hacen falta, como: Flores, decoración, etc...
Tres semanas después
En estas tres semanas entré a trabajar nuevamente y estamos preparando la mudanza, ahora me encuentro en la casa de Laura ayudándola con el peinado y el vestido al igual que su mamá. Yo la peino y maquillo conforme su personalidad, entre las dos le ayudamos con el vestido para que no se dañe nuestra obra de arte.
—Estoy nerviosa, mamá —dice con cara de preocupación y yo me rio.
—Yo también estaba así el día de mi boda hija, eso es normal —le dice su mamá y se escucha la bocina de un auto.
—Ya es hora Lau —ella me sonríe.
Se ve hermosa y tiene una sonrisa que no se le despega del rostro, así nerviosa y todo.
—Yo me voy en otro carro con Aby hija, nos vemos allá —dice su mamá saliendo del cuarto.
—Más te vale que estés a la 1:00 P.M. en la iglesia, porque te recuerdo que el que te espera es mi hermano —le advierto y salgo del cuarto, escucho su risa a lo lejos.
Cuando llego a la iglesia Fernando me recibe con un beso y un abrazo, sin antes decirme lo hermosa que me veo; a los 20 minutos de haber llegado, llega Laura y todos entran a la iglesia. Laura se engancha del brazo de su padre y comienza a caminar dentro de la iglesia con la típica música de fondo. La ceremonia comienza y media hora después ya están casados. Todos los felicitan y yo estoy feliz por mi hermano y mi amiga. Ojalá Nando y yo nos veamos así el día de nuestra boda.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro