Capítulo 15
Salgo corriendo al baño, me arrodillo en el retrete y expulso todo lo que he comido hoy. Termino de vomitar y salgo del cubículo; me lavo la cara y la boca, al salir del baño veo a Fernando recostado en el marco de la puerta.
—¿Estás bien? —pregunta preocupado.
—Sí, eso fue por el embarazo —respondo y él me besa en la frente.
—Imagino que ahora debes tener hambre —dice.
—Sí, pero no quiero comer nada, siento que si como algo terminará en las alcantarillas —hago una mueca y él ríe.
—Está bien, ¿quieres ir a tu casa? —pregunta mientras caminamos a la salida.
—Sí por favor, me siento algo cansada, tengo mucho sueño —me hace caso y caminamos a su auto.
Me abre la puerta y rodea el auto para entrar. En el viaje a mi casa no decimos nada, no tengo ánimos para hablar ahora mismo.
—Llegamos —dice Nando y se baja para abrirme la puerta.
—Gracias por traerme, Nando —lo beso tiernamente.
—No fue nada pequeña, cuídate ¿si? —asiento.
Entro a mi casa y mi mamá no está, al parecer está trabajando y Lucas está en la escuela. Subo a mi habitación y me acuesto en la cama, me pongo a pensar en que ya es tiempo de independizarme, si voy a ser mama necesitaré un espacio grande para mi hijo y para mí. En mi casa hay muchas personas y a veces eso me estresa, debo ir consiguiendo un departamento; también debo trabajar para mantener a mi hijo e ir comprando todo lo que necesite. Debo buscar trabajo. Tomo mi celular y marco el número de Bruno, un amigo de mi papá que trabaja en una empresa de diseño.
—Hola, Bruno ¿cómo estás?, hablas con Abigail, la hija de Charlie.
—Hola nena, estoy bien, tiempo sin hablarte, ¿cómo estás?
—Estoy bien Bruno, te llamo para pedirte un favor.
—Dime.
—Para ver si podría trabajar en tu empresa.
—Claro que sí nena, ven mañana a las 12:30 P.M. y hablamos.
—Gracias, Bruno.
—De nada cariño, cuídate, nos vemos mañana —dice y cuelga.
Pongo mi celular en la mesita de noche y me acuesto en la cama. Cierro los ojos.
Me levanto por el ruido de mi celular. Miro la hora y son las 4:50 p.m. Me quedé dormida y ahora tengo hambre. Escucho mi celular sonar y contesto antes de bajar a comer algo.
—¿Bueno? —digo al contestar.
—Hola Aby, ¿estás en casa? —pregunta mi mamá, ¿llorando?.
—Sí mamá, ¿qué pasa?
—Es que... Lucas está en el hospital.
—¿Qué? ¿por qué?
—Estábamos en el colegio, en una reunión y le dije a Lucas que se quedara quieto, pero como tú sabes, él nunca escucha, y se adelantó. Cuando iba a cruzar un camión lo atropelló...
—Mamá no sigas, voy ahora mismo para allá.
—Bueno mi amor, aquí te espero —cuelgo.
Me levanto de la cama y voy a bañarme. Al salir me pongo un jean, una blusa blanca de encaje y unos vans azules. Me hago una coleta alta, tome mi celular y bajo las escaleras. Tomo un poco de leche y en eso mi celular suena, contesto.
—¿Bueno?
—Hola preciosa, ¿cómo sigues?
—Bien, Fernando.
—¿Qué haces ahora?
—Estoy saliendo de mi casa para el hospital.
—¡¿Qué?! ¿te pasó algo?¿le pasó algo al bebé?
—No, nosotros estamos bien, es mi hermano, Lucas. Lo atropellaron cuando iba saliendo de una reunión en la escuela.
—Ay nena lo siento, no te nuevas de donde estás, yo voy a buscarte.
—Está bien, pero no te demores —digo y cuelgo.
Me dirijo a la puerta y cierro con llave. Me quedo afuera esperando a Fernando, que llega diez minutos después. Se acerca a mí y me abraza, no puedo más, y rompo en llanto.
—Ya preciosa tranquila, todo va a estar bien —dice abrazándome y acariciando mi espalda.
—Eso espero, por que Lucas es alguien muy importante para mí, si se llega a morir yo... —me interrumpe.
—No digas eso, Lucas es muy fuerte, vamos a verlo y ya no llores, tienes que ser fuerte para tu hermano —seca mis lágrimas y yo le sonrío triste.
Subimos al auto. Llegamos al hospital 20 minutos después, preguntamos en recepción por Lucas y nos dicen que está en cuidados intensivos.
Mi corazón se arrugó al escuchar eso. Nos dirigimos a la sala de espera y encontramos a mi mamá, mi papa, Azael y Laura. Mamá y papá están abrazados, al igual que mi hermano y Laura.
—Mamá, ¿cómo está Lucas? —pregunto con preocupación.
—Abigail, mi amor llegaste —me abraza.
—¿Cómo está Lucas? Mamá —pregunto nuevamente y ella se separa de mí.
—Tienes que ser fuerte Aby —dice y yo miro a todos en la sala.
Están llorando, hasta Azael, bueno Fernando no, él me tiene abrazada.
Frunzo el ceño.
—¡¿Que pasa?! —pregunto angustiada e histérica.
Tengo el corazón a mil.
—Lucas está... Está en coma —responde mamá entre lágrimas.
Me quedo en shock. Esto no puede ser cierto, mi hermanito, el que siempre está alegre y bromeando, ahora está postrado en una cama.
Empiezo a sentirme mareada y un poco débil, hasta tal punto de no poder sostenerme por mí misma. Siento las manos de Fernando agarrarme con fuerza. Sus labios se mueven pero no escucho su voz. Comienzo a ver borroso y de un momento a otro todo se vuelve negro.
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