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Una fiesta interesante |||

Luka estaba yendo a casa de Alex junto a Sara, que se había cambiado en su casa. Un amigo de Steve se había ofrecido a acercarlos. Luck se lo había encontrado un par de veces con Steve, pero no le conocía en lo absoluto.

A primera vista, Dereck parecía un chico serio, pero según las descripciones de los hermanos Martínez era todo lo contrario cuando cogía confianza.

Luka no tenía muy claro porque se había ofrecido sin conocerlos, pero suponía que era porque Steve le había pedido el favor de acercar a su prima y eso le incluía en el pack. Sara pareció no replanteárselo demasiado, ya que al rato de entrar en el coche se había enfrascado en una interesante conversación con él.

Luck no prestó mucha atención, simplemente tarareó la canción que estaba sonando en la radio hasta que llegaron. En coche estaban a penas a cinco minutos, andando habrían tardado el triple.

Cuando los chicos llegaron a la fiesta, todavía no había demasiada gente. Lo malo de conocer a los anfitriones era que ellos debían ayudar también, tanto al principio de la noche, cosa que no les suponía ningún inconveniente, como al día siguiente, para recoger, cosa para la cual ya sabían que iban a carecer de ganas. A pesar de ello todos habían accedido de buena gana, al fin y al cabo, no solo les iban a dejar dormir allí, sino que Steve había conseguido comprar alcohol suficiente para todos sin pedir nada a cambio.

Los chicos se adentraron en el salón, siguiendo a Dereck, pasando a través de la poca gente que había llegado, y buscaron a Alex con la mirada.

El castaño se encontraba en una esquina, cerca de una ventana, hablando animadamente con una chica pelirroja que aparentaba ser algo mayor que él.

Cuando sus amigos de acercaros un poco más pudieron observar que estaban colocando refrescos y vasos de plástico sobre una mesa. No todas las bebidas llevaban alcohol, pero si la gran mayoría. Y si no lo llevaban eran para usarlas como mezclas.

Luka no quería admitirlo delante se sus amigos, pero estaba algo asustado con el tema de beber. No es que le temiera a la bebida, pero temía emborracharse y decir alguna estupidez que no debería.

Había tenido el placer de ver a Steve en su primera fiesta, hacía un año aproximadamente, y a pesar de que únicamente se tomara un par de copas, al día siguiente no había sido capaz casi ni de levantarse de la cama por la resaca y decía no recordar gran parte de la noche.

Y lo peor no había sido eso, sino los vómitos al llegar a casa.

Había coincidido que ese día Luka se había quedado a dormir en casa de Alex, y presenció todo el espectáculo.

Él castaño le había asegurado que únicamente había ocurrido eso por ser la primera vez y que no debía preocuparse, pero eso era lo que más le preocupaba al pequeño Strauss.

Todo sea dicho, el problema de Steve había sido pasarse de la raya y él lo sabía, ni siquiera había sido la primera vez que bebía, pero eso también se lo guardó para sí mismo. Se suponía que era el hermano mayor y que tenía que dar buen ejemplo, y si sus padres hubiesen sabido que había empezado a salir de fiesta con apenas 15 años, probablemente le hubieran castigado de por vida. El fatídico día que Alex y Luka le habían pillado, él acababa de cumplir los 16 y les hizo prometer que no le dirían nada a nadie mientras vomitaba en el baño.

Por culpa de esa imagen Luka había atrasado todo lo posible la ingesta de esas bebidas. Además, tampoco es que hubiera tenido muchas oportunidades de ir a ninguna fiesta hasta aquel momento, y diría que tampoco el permiso, pero tampoco estaba teniendo permiso para estar en aquella, al fin y al cabo.

Cuando Sara y Luka terminaron de acercarse la pelirroja les sonrió a modo de saludo y les dejó a solas con Alex.

― ¡Hey!― saludó Alex alegre. Para sorpresa de los chicos, el castaño no se había repeinado como siempre y su pelo liso y corto caía con gracia sobre su cabeza.

― ¿Quién era esa chica? Era bastante guapa para estar hablando contigo―le soltó Sara tranquilamente.

―Se llama Verónica, al parecer es la prima de Dereck―respondió él ignorando el comentario.

― ¿El chico que nos trajo?

―Ese mismo―respondió sonriendo.

― ¿Cuánta gente va a venir?―preguntó Sara.

―Todos los del insti entre quince y dieciocho años más sus amigos―respondió Steve apareciendo por las escaleras. A Luka le pareció demasiada gente para caber en aquel lugar sin atraer a la policía, pero no dijo nada.

― ¡Guay!―exclamó Sara emocionada sin replanteárselo demasiado. Parecía una niña pequeña a la que le acababan de regalar un caramelo.

― ¡Oye, Luck!―le llamó Steve― ¿Me ayudas a bajar algunas cosas?

―Claro―contestó el chico siguiéndolo escaleras arriba― ¿con que todo el instituto, eh?―inquirió divertido una vez estuvieron lejos de los demás.

―Bueno, quizás no todo―murmuró sonriendo―pero en total cuento con por lo menos  30 personas―afirmó convencido―tampoco quiero destrozar mi casa...―exclamó con una expresión preocupada―mis padres me matarían si se enteran... y los vuestros también, ¡así que más vale que no rompáis nada!―advirtió riendo. Luka también rió.

Al llegar a su habitación, Steve abrió la puerta invitándolo a pasar primero. Sobre la cama había todo tipo de bolsas con comida basura, todas enormes y con las etiquetas de "pack ahorro". El chico empezó a cargar a Luka con ellas, dejándolas en perfecto equilibrio sobre sus brazos, Luka no podía ver lo que tenía delante.

Luego se acercó a la puerta de su baño y llamó un par de veces.

― ¡Tío, date prisa y sal de la ducha! ¡No te vas a librar del trabajo, tú también tienes que ayudar!―gritó.

Luck, que se había girado para poder ver de reojo, miró la puerta del baño interrogante. ¿Sería algún amigo de Steve?

― ¡Ya voy pesado, ya voy!―respondió una voz al otro lado.

El castaño tropezó y por poco se le caen las cosas ¡era la voz de Keith!

De pronto el chico recordó la voz de la madre del rubio. «Si cielo, Steve es el mejor amigo de Keith». Lo había olvidado por completo...

Luka empezó a ponerse nervioso, así que decidió bajar las cosas y tranquilizarse.

Iba a haber mucha gente en la fiesta. ¿Qué posibilidades habría de que se encontrara con él? Pensó Luka. "Muchas, de hecho, muchísimas" pensó, respondiéndose a sí mismo.

Bajó las escaleras apresuradamente, pero teniendo el máximo cuidado posible, no tenía ningunas ganas de caerse tirando todo y quedar en ridículo.

Dejó todo sobre la mesa de la cocina y ayudó a colocarlo junto a un chico de pelo negro y Dereck.

Sara y Alex estaban en el mismo sitio de antes hablando con la pelirroja.

Luka se acercó a ellos al terminar y se unió a la conversación ya más tranquilo.

La chica, Verónica, era muy agradable, tenía cierto parecido con su primo, pero no tenía esa apariencia seria de primeras, más bien, estaba siempre sonriendo.

―Tú eres Luka ¿verdad?―preguntó la chica cuando se acercó, él asintió― ¿Conoces a Keith?―preguntó.

―Si... Somos compañeros de clase.

― ¿Sólo eso?―preguntó curiosa.

―Si... ¿Por qué lo preguntas?―preguntó el chico notando como se ponía tenso. ¿Le había hablado de él? ¿Serían amigos? ¿Le habría contado algo?

―Es que siempre está hablando de ti―sonrió ella―Bueno, más bien quejándose―se rio la chica―No le conozco demasiado, pero ya he escuchado tu nombre un par de veces en las conversaciones―comentó.

―Entonces es igual a Luka―se rio Sara.

―Digamos que tenemos una relaciona algo extraña...―murmuró el castaño rodando los ojos.

―Así que tenemos una relación ¿eh?―preguntó el rubio apareciendo por detrás y apoyándose en el hombro de Luka. El pequeño pudo notar el olor a champú de su pelo, lo tenía mojado y le rozaba con él la mejilla. Su respiración se aceleró notablemente y notó aquel hormigueo en sus mejillas, indicador de que se iba a poner rojo. Respiró tranquilo―Lo siento―dijo fingiendo tristeza―Eres mono, pero no me van los bajitos gruñones.

En ese momento no le estaba mirando, pero el chico pudo imaginarse que estaría poniendo su típica sonrisa burlona.

Luka apretó los puños con fuerza y lo miró desafiante.

― ¡Yo no soy bajito ni gruñón!―gritó molesto― ¡sólo es que tú eres muy alto!―se quejó infantilmente.

―Claro, eres un amor...―dijo sarcástico mientras le agarraba los mofletes y se los pellizcaba con fuerza.

― Suéltame, idiota―balbuceo Luka mientras le apartaba a manotazos y se frotaba las mejillas doloridas.

―Dejad de discutir, parecéis niños pequeños―les regañó Steve acercándose, poniendo sus manos sobre sus caras y separándolos unos metros―Esto es una fiesta y la gente está empezando a llegar, así que dejad vuestros berrinches infantiles por una noche y divertiros―Les ordenó empujándoles a la improvisada pista de baile que se estaba formando y dándoles a cada uno un vasito con un líquido parecido al Vodka.

En fin... ¿qué podría pasar? Pensó Luck mientras se lobebía de un sorbo.

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