Trabajo por parejas
Había sonado el timbre y Keith tenía que volver a clase, al final no le había dado tiempo a comer nada.
Fue a paso lento hasta la clase de biología, la profesora por lo que le habían comentado no era la reina de la puntualidad, así que no se molestó en apurarse.
Por el camino se encontró con un chico castaño de aproximadamente su misma altura y se detuvo a saludarlo, este le dedicó una sonrisa y se detuvo a su lado.
― Hey, ¿dónde has estado? Te he estado buscando― exclamó el joven dándole una palmadita sobre el hombro― ¿Pero qué te ha pasado?― le preguntó sorprendido al fijarse por primera vez en su pelo ennegrecido y la ropa manchada.
― Strauss me ha pasado... ― contestó entonces con un tono que reflejaba irritación.
― ¿Strauss? ¿El hermano de Cristy? ― preguntó curioso.
― ¿Quién? ¿La chica con la que estabas intentando ligar esta mañana?― comentó riendo.
― ¡Si, esa! Va en un curso menos que nosotros y tiene un hermano mellizo, Luka. Se llama Luka Strauss.
―pues sí, ese mismo...
― ¿Él te hizo eso?― Preguntó señalándole el pelo―No parece muy típico de él...―murmuró.
― No, fueron sus amigos. Pero él es un idiota también.
― ¿Por?―El rubio se encogió de hombros―No te puede caer alguien mal sin motivo― se rió―.Entiendo que sí te molesten Alex y Sara, son bastante incordios ¿pero él por qué?
― ¿Los conoces?―Esta vez fue él quien se encogió de hombros.
―Algo así...―exclamó sonriendo―¿Y tú de que conoces a Luka?
―Se sienta a mi lado en clases...
― ¡Hablando de clases! ¡Llegamos tarde!―dijo antes de salir corriendo―¡Suerte con los enanos! ¡Y recuerda, yo ya me pedí a Cristy!
―Díselo a Derek, no a mí―le respondió sonriendo antes de que se fuera. Steve salió disparado por las escaleras riendo.
Keith entró en su propia clase y se dejó caer sobre la silla suspirando, acto que se había convertido en costumbre. Estar en una clase llena de gente menor que él no le molestaba, pero, aparte de Steve y un par de chicos más, no tenía amigos.
Steve era de su misma edad, tenía los ojos castaños a juego con su pelo y llevaba un tipo de tupé extraño con las puntas más claras. Era la segunda persona que veía con ese peinado y le parecía que le quedaba realmente mal cuando le ponía gomina, sin embargo a él le encantaba y nadie le había convencido para que se lo quitara.
Desde la llegada del rubio le había sobrado con Steve, Malcon y Derek, su grupo de amigos, pero, eso solo serviría si fueran a la misma clase. Los veía fuera del colegio y había ido a sus casas en un par de ocasiones, pero al estar en otra aula, se la pasaba aburrido durante todo el periodo escolar. Aun así agradecía poder ir al mismo instituto que el castaño y que este le presentara a sus amigos, pues sino le habría costado muchísimo más integrarse a esas alturas.
La profesora entró en la clase un par de minutos después y sin siquiera saludar procedió a encomendar diferentes tareas.
―Para el mes que viene tenéis que hacer un trabajo sobre las posibles enfermedades del sistema nervioso y sus causas. Tendréis que hacerlo por parejas―todos comenzaron a cuchichear― ¡Que yo elegiré!―Dijo alzando la voz para que cesara el ruido.
A Keith aquello le pareció bien, podría conocer a alguien de su misma clase y además se evitaría ese horrible proceso en el que dos desconocidos tienen que juntarse de manera incómoda por ser los únicos sin pareja.
―Voy a ir diciendo las parejas en alto. Escuchad bien, no lo repito dos veces.
«García y Martínez, no me hagáis arrepentirme ―añadió echándoles una mirada seria tanto a Alex como a Sara.
«Paredes y González
«Strauss y Hitomi
La profesora siguió diciendo nombres pero Keith había dejado de escuchar ¿le tocaría hacer el trabajo con Luka? ¿Qué tipo de suerte tenía?
―Os voy a dejar esta clase para organizaros, pero deberéis hacerlo en vuestras casas. No hagáis mucho ruido, intenté elegir las parejas por vuestra cercanía en clase. Y no, no podéis hacer grupos de tres, y no, no voy a hacer cambios en las parejas―exclamó haciendo que un par de alumnos bajaran las manos de golpe.
Luka se giró hacia el rubio y se levantó de su asiento, como la mayoría de la clase. Cogió su silla y la puso más cerca para poder hablar.
― ¿Cómo lo vamos a hacer? ―peguntó directamente sin mirarle siquiera a los ojos.
―No sé―exclamó el chico encogiéndome de hombros y apoyándose en el respaldo de la silla―se mordió el labio en un gesto que denotaba incomodidad, no le agradaba el castaño, era muy impulsivo y siempre acababan discutiendo. Además, esa situación de la enfermería le había resultado desconcertante.
―Mira, si a ti esto te da igual muy bien, pero yo necesito aprobar. Si no piensas hacer nada avísame y yo organizo el trabajo―dijo de pronto serio y comenzando a fruncir el ceño ligeramente. Definitivamente a Luka tampoco le agradaba la idea de pasar tiempo con él y eso en cierto modo relajó al rubio, dándose cuenta de que ambos habían empezado con muy mal pie.
―Hey, tranquilo, yo tampoco quiero suspender. Y no me gusta que me hagan el trabajo―exclamó adoptando una posición algo más firme― ¿Qué te parece si quedamos un día el fin de semana para ir empezándolo? Por el día no van a estar mis padres probablemente, así que estaríamos tranquilos sin molestar y podríamos terminar rápido.
Luka estuvo callado un rato mirándole pensativo, como debatiéndose en su cabeza si debía confiar en él o no.
―Está bien ¿a las 11 te viene bien? No es por nada, pero no me voy a perder la tarde del sábado por un trabajo que es para el mes que viene.
―Si, claro, luego te doy mi dirección. Es una presentación ¿verdad? No necesitamos materiales―comentó dudando.
―No, solo un ordenador.-contestó el castaño relajándose un poco.
―Bien―afirmó el rubio, después de eso se formó entre ellos un silencio incómodo. Keith reprimiendo todo lo que pudo su forma de ser respiró hondo e hizo un esfuerzo por ser agradable―Oye, no sé por qué te caeré mal, pero ya que tenemos que aguantarnos durante casi un mes, vamos a intentar llevarnos medianamente bien.
― ¿Qué?―saltó Luka enseguida. No entendía como había podido usar la duda en aquella frase, estaba bastante claro que si no lo tragaba era por sus comentarios contra él― ¡Pero si eres tú el que me sacó de la cafetería como un loco! ¡Eres tú el que tienes algo contra mí!
― ¡No es verdad!―le dijo, aunque sabía que estaba mintiendo deliberadamente― ¡Eres tú!―le respondió infantilmente. Momentos después se reprendió a sí mismo por actuar como el castaño, ¿qué tenían, cinco años?
―Mira―dijo suspirando Luka―Es verdad que hay momentos en los que no te soporto, porque me pareces un egocéntrico de los pies a la cabeza, y eso que solo te conozco desde hace dos días― le espetó. Keith, a pesar de ser consciente de que su actitud frente a él no había dicho otra cosa, puso una cara de molestia ante sus palabras―Pero, eso no significa que me caigas mal, o al menos no del todo. Sólo que tampoco siento precisamente idolatría hacia ti―exclamó Luka en un intento bastante fallido de ser agradable.
―Oh...―murmuró Keith como contestación―Pues deberías, soy maravilloso―soltó él riendo. Luka le dirigió una mirada y él enseguida paro y se disculpó. Por una vez a Luka esa actitud le hizo gracia y tomándoselo como la broma que había sido expresó un amago de sonrisa.
La campana sonó y todos comenzaron a recoger para irse.
Keith una vez hubo terminado se dirigió a la salida, pero antes de cruzar la puerta notó una mano agarrándole de la camisa y se giró para comprobar quien le retenía, entonces vio una cabeza de pelo castaño bastante revuelto mirando hacia el suelo.
―Gracias por lo de antes... ―murmuró aun desviando la mirada y saliendo por la puerta.
Keith, sorprendido por aquello, volvió a notar la misma sensación de la enfermería. De nuevo, Luka le había parecido bastante adorable. Ver a alguien con un carácter tan fuerte como el del pequeño pidiendo perdón de aquella forma le hizo esbozar una pequeña sonrisa.
Luka se había puesto a hablar con sus amigos cerca de la entrada y el rubio, después de aquello, no pudo evitar molestarlo un poco antes de irse. Así que se acercó a él por detráscon delicadeza y estando lo suficientemente cerca de su oído como para que el castaño notara su aliento le respondió un «De nada» en forma de susurro, haciendo que se estremeciera y se pusiera levemente rojo.
Al final hacer aquel trabajo no iba a ser tal suplicio, pensó el rubio. Luka era un poco testarudo, incluso a veces molesto, pero parecía poder ser amable si quería y eso le gustaba.
Keith se fue de bastante mejor humor a casa pensando en sus primeros días de clase. Tendría que bañarse y cambiarse de ropa en cuanto llegara a su casa si no quería que su madre empezara a hacer preguntas. Además, tenía que replantearse seriamente porque ese renacuajo gruñón le parecía mono.
También tenía que hacer deberes, tenía casi el doble de tareas que cualquier alumno y le resultaba un verdadero coñazo.
Cuando llegó a su casa y tras saludar a sus padres en su idioma natal desde la puerta fue directo al baño y se miró brevemente al espejo suspirando. Como ese pringue no saliera ni Luka ni sus dos amigos saldrían vivos de aquella.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro