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¿Tarta o Pastel?

No me esperaba su visita, de hecho, no me imaginaba el ver a Matt en un tiempo...

Me extraño mucho su llamada y aun mas el verlo en frente de mi sosteniendo una caja envuelta en papel de regalo.

-No digas nada.-se adelantó.-solo déjame hablar.-dijo.- Lo siento, lo siento mucho, nunca quise decir todas aquellas cosas y me arrepiento profundamente.

Joder te quiero Malcon, jamás pretendí hacerte llorar y mucho menos decir que no volveríamos a ser amigos. Soy un idiota por no haberte escuchado cuando me hablaste y comprendo que no me quisieras decir nada antes, porque me di cuenta de como reaccione la primera vez que lo descubrí y supongo que para ti no fue agradable... Por eso he venido, se que es tarde y quizás ahora seas tú quien no me quiera perdonar, pero de verdad me gustaría que lo hicieras, te hecho de menos... Y no quiero perderte por una estupidez tan grande... Además, mi madre no deja de preguntar por ti y ya no se que excusa darle para no invitarte a cenar.-dijo sonriendo, yo me reí.

-Claro que te perdono, yo siento no habértelo dicho antes... También te hecho de menos a ti y tus vídeo juegos. Y hace mucho que no pruebo esa deliciosa tarta de manzana que hace tu madre.-añadí bromeando.

Matt prácticamente se lanzo a abrazarme y ambos caímos al suelo riendo, realmente estaba feliz de recuperarlo como amigo, sabía que iba a suspender el examen de hoy así que una buena noticia alegraba mí humor. Además, nunca me había dicho que me quería, directamente, así que ahora podría chantajearlo en muchas cosas...

Siempre parecía que Matt pasaba de todo, pero yo sabía que no era así, por eso me dolió tanto lo que me dijo la otra vez. Pero no podría hacerle lo mismo, nunca me enfade con el por más de una semana, y esta no seria la excepción. Ya había pasado tiempo de sobra y aunque pudiera arreglarme las sin él, prefería que no fuera así.

Antes siempre bromeaba con Dereck sobre "que la comida era mi único amor" pero eso era por que siempre que sacaban el tema y empezaban a hablar de chicas no sabia como evitarlo, sin embargo el pelirrojo hablaba con tanta naturalidad, que aun ahora me sorprende lo bien que actuaba.

Con Matt no pasaba lo mismo, siempre le hablaba de "la chica" que me gustaba desde hace tiempo... Pero siempre acaba dándome una colleja por no decirle quien era y por no atreverme a pedirle salir, claro que él no entendía la situación del todo...

Pero si ahora podía volver a lo mismo esta vez hablando sobre Dereck... Pues igual era interesante el tipo de consejos que se le ocurrirían a ese idiota.

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Ver a Malcon y a Matt abrazándose me parecía genial, es decir, me alegraba mucho que hubieran arreglado las cosas entre ellos... No quise interrumpirlos así que me quede dentro esperándolo. La verdad es que no pude evitar sentirme un poco celoso al ver como Malcon abrazaba al rubio con tanta confianza, pero eran solo amigos... No debía pensar nada raro.

Llevaba mas o menos un mes saliendo con el pelinegro, o por lo menos eso me parecía a mi, era extraño, después de tantos años pensando en que pasara esto y que al final resultara tan sencillo...

Antes mi mayor preocupación era que dejara de ser su amigo si descubría que me gustaba, ahora... Bueno, ahora es que no se le ocurra usar mi deuda en mitad de la semana de exámenes...

Malcon entró en la habitación después de un rato, traía una caja en sus manos y sonreía de oreja a oreja.

-¿Que es eso?-le pregunté extrañado. El se sentó a mi lado en el sofá y dejo la caja entre los dos. Dentro de ella había una tarta de chocolate cubierta de regalices rojos y nata.

-¡Es el mejor regalo de perdón que me han hecho!-dijo emocionado y con un brillo infantil en los ojos. Yo me reí.-bueno, por ahora...-menciono mirándome burlón.-aun no se me olvido tu trato.-yo suspiré y rodé los ojos.

-Si, si... No me olvido.-murmuré.

Malcon metió la mano en el pastel y cogió un gran trozo de chocolate que fue directo a su boca.

-¿pastel?-me ofreció riendo.

-¿Te recuerdo lo que paso la ultima vez que comimos juntos?-me metí con él.

- Me acuerdo muy bien.-asintió.-primero yo empecé jugar con la comida.

-Como siempre.-añadí.

-Luego empecé a echarte la comida encima.-continuo narrando.-mas adelante comencé a lamer la comida de tu cara.

-Sirope de chocolate.-especifique.

-Luego te quite la camisa, te lleve a la sala que hay carca de tu salón y fo...

-Ya se lo que paso... -le corte tapándole la boca.

-Entonces... No comprendo que hay de malo en que volvamos a "comer juntos".-dijo sonriendo de lado.

-No me digas ¿en serio?-le seguí el juego.-porque según el trato, 'eso' va después de ir al parque de atracciones, por lo tanto, puede volver a pasar lo mismo... Y puedo volver a elegir... La misma posición.-en cuanto dije eso la sonrisa se le esfumó.

-Sabes... Creo que mejor guardo esto en la nevera y seguimos estudiando biología...-dijo con la voz ligeramente aguda y escapándose con el pastel, yo comencé a reírme.

Este niño nunca aprendía.

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-¿Entonces te gusta?-preguntó Victoria al otro lado de la pantalla.

-No, no es eso...-murmuré.-simplemente me cae bien.-dije encogiendome de hombros.

Vic se aparto un mechón azulado de la cara y comenzó a reírse.

-Vale, pues repíteme de que estabais hablando al final.

-Ya te lo dije, todo fueron preguntas y respuestas...

-Si, pero prácticamente os contasteis un resumen de toda vuestra vida.

-Ya, bueno. Puede ser.

-¡Cuéntame como es él, de físico y de forma de ser, cuéntame todo!-me apremió impaciente mi amiga.

-A ver, el es un chico de quince años, medio pelirrojo, de pelo corto, pero no demasiado. Es bastante mas alto que yo, me lleva una cabeza, y es delgado.

¿sabes? Al principio el pensaba que tenía catorce y no trece.

-¿por que pareces mayor?

-No, porque a su amigo le grite 'tengo catorce años imbécil'-respondí riendo.- por lo de la discusión y eso... Es que si decía trece si que iba a quedar muy pequeña frente a él...-Vic se rió, pero pronto volvió a lo mismo.

-¡Continua!¿Forma de ser?

-Es gracioso, parece ser bastante extrovertido, por lo menos conmigo; Y es impulsivo... Según me contó hace bastantes cosas sin pensar demasiado...

-Mnm... Esta bien, esta bien. ¿Y ha habido algún indicio de flirteo?

-No creo...-me reí.- ¿como va a querer ligar conmigo? ¿tu me has visto? Estoy anoréxica, tengo dos años menos que él y en resumen, soy muy rara... Y solo estoy hablando de mi físico, si empiezo con mi personalidad...

-Eres idiota, lo único malo que te permito decir es lo de la anorexia, ¿por que eres rara?

-Tengo el pelo teñido de negro, un ojo de cada color y un flequillo que me tapa la mayor parte de mi cara...

-Eres guapa, tienes unos ojos preciosos, tu pelo y tu peinado solo muestran tu estilo, y eres genial en cuanto a personalidad. Si no estuviera a quilómetros de ti te aseguro que sufrirías una violación diaria como mínimo.- dijo de forma rotunda.

-Tan delicada como siempre.-me reí.

-¿Que te esperabas?-bromeó.-Bueno guapa ya me contaras tu avance con el pelirrojo, ¡tengo una cita!-se despidió.

-¡Que rápido te olvidas de mi!-exclamé fingiendo indignación.

-¡Tu siempre serás la primera en la lista! De segunda esta Joan Jett y de tercera la morena que me espera abajo.-se rió.

-¿Pero tu no tenías un novio?

-Oh, si, pero a Tomas lo deje hace una semana, ¡ahora es el turno de Emili! Deséame suerte.-dijo antes de apagar la pantalla.

Ahora que lo pensaba, eso de ser bisexual tenía sus ventajas y todo...

«Últimamente todos los de mi alrededor eran homos o bisexuales. Al final iba a tener razón la loca de Victoria con su famosa frase de "Los heteros siempre caen"» pensé riéndome.

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-Scarlett... ¿puedo hablar contigo?-le pregunté a mi prima tras la puerta de su cuarto. Nadie contestó, pero oí unos pasos dentro de la habitación y mas tarde la puerta se abrió dejándome ver a una niña de pelo oscuro recogido en un moño mal hecho y una sudadera que aparentaba caliente. Me sorprendió verle la cara, es decir, toda su cara, incluyendo su frente y sus dos ojos.

-¿que pasa?-me preguntó apartándose de la entrada para dejarme pasar. Yo me aproxime a su cama y me senté en un borde, poco después ella se sentó con las piernas cruzadas como un indio a mi lado.

-Oye, tenemos que hablar de lo del otro día, creo...-mencione.

-No es necesario que digas nada, si te gustan los chicos o las chicas es cosa tuya...-dijo incómoda.

-¿Pero si ya me viste, que mas da decirte la verdad...?-le dije, ella se encogió de hombros.- A ver, si me gustan los chicos, siempre me han gustado y ese en especial mas... De hecho, estoy saliendo con él. Y bueno, quería decírtelo porque... Últimamente casi no nos hablamos, y pensaba que antes de eso nos estábamos empezando a llevar bien...

-Si, claro, no hay problema, no te hablaba mucho porque no sabia si estabas molesto o algo por haberte visto...

-oh, bien, pues entonces genial. Voy a casa de unos amigos, vamos a estudiar todos juntos ¿te apetece venir?-le ofrecí.

-No debería... Yo no tengo nada que hacer allí, solo molestaría.-me dijo.

-Para nada, me puedes ayudar con el Español, tu lo llevas estudiando años ¿verdad?

-Si,pero tengo trece años y tu diecisiete... No tenemos el mismo nivel, claramente...

-Bueno, de todas formas ven, en los descansos seguro que te lo pasas bien. Quedamos a las ocho, vamos a estudiar hasta tarde, pero si quieres nos podemos venir antes. Así que preparáte para esa hora.-le dije, no quería que durante su estancia en España se la pasara en casa, así conocía a alguien, no la había visto salir en todo el día.

Sacarlett asintió perezosa y se tumbo en la cama con un manga, hacia mucho que no veía uno, y menos en japones, aquí no existían, en todo caso hacían cómics, pero no eran lo mismo... A veces me entraban ganas de volver a Japón, estuve poco tiempo allí pero tenía muchas costumbres debido a mi padre y a los viajes de visita a familiares, como a Scarlett. La verdad es que los países en los que estuve eran todos tan diferentes que no se como me acostumbraba...

Salí del cuarto de mi prima y baje a comer algo antes de salir, cuando entre en la cocina mi madre me esperaba sentada en una silla.

-¿ocurre algo?-pregunté extrañado por su mirada.

-¡Claro que si, te he preparado una tarta!- dijo alegre como si fuera lo mas normal del mundo. Yo la observe intentando descubrir de que hablaba.-¡Para Luka tonto!-exclamó al ver mi reacción.

-¿Que?-pregunté sin entender absolutamente nada.

-Para celebrar vuestro noviazgo os he preparado una tarta.-aclaró hablando lentamente.

-Ah vale...-dije comprendiéndolo al fin.-Oye... ¡espera! ¡Pero si yo no te había dicho nada!-agregé cayendo en la cuenta.

-Cuantas veces te lo tendré que decir, nunca intentes ocultarme nada, te sera imposible cielo.-dijo sonriendo de una forma aterradora.

-En cualquier caso... Yo voy arriba...-dije escaqueándome.

-¿no habías bajado para comer algo?

-Si, cierto, pero... Me reservo para la tarta.-inventé cogiéndola y subiendo las escaleras a prisa. A veces mi madre me asustaba, en todos estos años ¿de que mas cosas se habría enterado?

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