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Solo hay un primer beso y solo una princesa

Narra Luka:

Me despedí de Cristy y salí de casa, tenía que ir a recoger a Marta y se me estaba haciendo tarde.

Mi hermana al parecer también iba a una fiesta, así que no había dejado de ocupar el baño intermitentemente desde hacía una hora. Eso me había demorado.

Cuando estuve a mitad de camino me encontré a Malcon por la calle y le saludé animado.

-¿Qué haces aqui princesita?-me pregunto sonriendo.

-Ya deja de llamarme así.-me queje.-Voy a un cumpleaños ¿y tú?

-Yo estoy preparando una sorpresita para Dereck.-dijo sonriendo travieso.

-¿sorpresita?-pregunte con temor, quién sabría qué se le habría ocurrido.

-¡Sí, pero no te asustes, es algo bueno!-exclamó emocionado.-Pero es una pena que aun quede una semana, no puedo hacerlo hasta que acaben los exámenes.

-¿De que se trata?-pregunté curioso.

-¡Ya lo verás!-dijo yéndose en mi dirección contraria.

-Qué extraño...-murmuré siguiendo mi camino.-No debía hacerle demasiado caso, estaba peor que Alex...

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Narra James:

Estaba con Javi y Matt, habíamos quedado despues de clase, había pasado por casa para dejar la mochila y luego me fui corriendo, siempre me regañaban por ser inpuntual...

Matt estaba muy extraño, parecía pensar en algo, lo que si sabia es que no estaba atento a lo que hablábamos en este momento.

-¿Entonces te parece bien que me tiña el pelo de rosa? Javi me sugirió el verde, pero no sienta bien con mis ojos.-recite mirando al rubio.

-Eh, si, claro.-respondió ausente. Javi comenzó a reírse por su distracción.

-Planeta tierra llamando a Matt ¿Me recibe?-le pregunto el castaño pasando su mano por delante de la cara y poniendo voz robótica.

-Perdón, estaba un poco despistado.-sonrió.

-Ya nos dimos cuenta.-le dije riendo.

-Oye, yo me tengo que ir ya, que hoy vienen a cenar a casa las sobrinas de mí padre...

-Es decir, tus primas.

-Si, es lo mismo.-dijo encogiéndose de hombros.-La cuestión es que son muy molestas.-suspiró resignado.-Nos vemos.-se despidió cogiendo su skate y alejándose por la calle. Nosotros seguimos sentados en la acera mirando a la nada.

De pronto comencé a oler a tabaco y me gire hacia Matt, quien, efectivamente, estaba fumando.

-Tío, te he dicho que dejes ya esa mierda.-me queje apartando el olor, no lo soportaba.

-Lo siento James, se me olvidaba.-dijo apartándose un poco.

Después de un rato lo tiro al suelo y lo piso, luego volvio a sentarse a mi lado en la acera.

-¿En que piensas? Llevas todo el día muy raro.-le dije. No le había visto fumar en casi un mes, se suponía que lo estaba dejando.

Espere una respuesta, pero no llego, se mantuvo callado y yo me gire hacía él para saber que pasaba, sin embargo, estaba tremendamente cerca de mi cara y me sorprendí echándome para atrás.

Fue todo muy confuso y extraño.  Primero lo vi alejarse, con una expresión de duda, pero de pronto me agarró de la nuca y tiró de mí hacia él. Lo último que asimilé fue el sabor del tabaco en mi boca y el contacto de sus labios pegados a los míos. Unos labios calientes y ásperos, unos labios con sabor a ceniza.

No me moví ni reaccioné, sólo me quede quieto, con los ojos bien abiertos, y sintiendo un escalofrío por todo mi cuerpo.

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Narra Matt:

¿Que estaba haciendo? ¿me había vuelto loco? Cuando me quise dar cuenta ya lo estaba besando. Me separe bruscamente de James y me aleje de golpe. El estaba estático en el lugar con los ojos desorbitados. Yo solté una especie de gruñido extraño y me di un golpe en la cara.

-eh... P-pe... Per... P-por que... ¡T-tu!-tartamudeo señalándome sin entender nada.

-Pestañea anda.-le dije.- No estoy seguro...-murmuré.- Pero es posible...

-¡¿De que estas hablando?!

-A ver, no se como explicártelo, estaba pensando... que si a Malcon le gustan los tíos no debe parecerme mal... Entonces, me pregunte si besar a un chico era igual que a una chica, pero claro, para comprobar eso hay que besar a un chico...-dije de carrerilla.

-¡Pues avisa o algo! ¡Que susto joder!-me grito apartando la mirada avergonzado.

-¿Por que te enfadas tanto? Solo fue un besito, un roce de labios, nada mas.-dije como si tal cosa. El me miro furibundo y puso un mohín.-No es posible...-murmuré sonriendo.-¡Es tu primer beso!-exclamé divertido.

-!Vete a la mierda!-grito levantándose y yéndose.

-Hey, hey perdona...-le dije sosteniéndole del brazo.-no lo sabía.

-Ya se que es triste no haber besado a nadie a los quince... Pero no hace falta que me lo recuerdes.

-Pero si tu no eres feo.-le dije.-recuerdo perfectamente que un par de chicas quisieron liarse contigo durante el curso.

-Pero les dije que no...

-¿Por que?

-¡Por que no se!-exclamó. Yo comencé a reír.

-¿solo por eso? Nadie sabe al principio.

-¡Pero con quince años me da vergüenza! ¿Y si beso mal?- dijo completamente serio. Yo no pude aguantar una carcajada. James molesto volvio a intentar irse.

-Para, para.-le volví a detener.- ¿toda tu preocupación es no saber dar un beso?-le pregunté. Él asintió.- Nunca te preocupo eso... ¿Por que ahora si?

-Pues... Por que vi a una chica muy guapa... Y pensé, ¿y si saliera con ella?

-Y pensaste en que no sabrías besarla...-acabe yo.

-Exacto.-yo sonreí de nuevo.

-Mira que eres tonto.-me reí.- Pues es muy sencillo.-le dije.

Le volví a agarrar y le besé de improvisto de nuevo. Pero esta vez, introduciendo mi lengua y haciendo que se sobresaltara. No duro mucho pero despues de apartarme el volvía a estar como antes.

-Bien, ya se puede decir que has dado tu primer beso, real.-aclare.- Es cierto, no eres un experto, pero con que abras mas la boca... y partícipes, valdrá.-dije riendo por su expresión.-Con una chica supongo que te saldrá natural, asi que estas listo.-exclamé divertido.

-¡Eres un idiota!-grito todo rojo.-¿Estas loco?

Yo seguí riendo de camino a casa, el solo me seguía por detrás gritándome cosas.

Yo ya podía pedir perdón a Malcon tranquilamente y el podía besar a una chica. Y modestia aparte, tubo un primer beso de fabula. No había quejas por mi parte.

Ahora, solo tenía que taparle la boca al tomate andante y entrar en casa.

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Luka:

No era posible... Marta estaba... Increíble.

En cuanto llame a su casa me abrió ella, vestida de rojo con un vestido holgado, pero que le sentaba muy bien. Su pelo estaba ondulado, mas de lo normal, y los tacones la hacían de mi altura.

Cuando cerro la puerta tras de si yo solo sonreí y me acerque a ella, que estaba dirigiéndose a su coche.

Era un poco triste, yo la venía a buscar, pero era ella quien me llevaba...

El trayecto fue rápido y conversamos sobre trivialidades, pero yo solo me preguntaba de quien seria el cumpleaños y si conocería a alguien.

Mi sorpresa fue enorme cuando tras la puerta de aquella casa me encontré con las gafas de pasta de Eloy.

Mi primera reacción fue algo tonta, ya que aunque debería preguntarle que hacia alli, lo primero que me salio fue:"¿Llevas gafas?"

Él se rió ante mí comentario y me respondió.

-Si, pero suelo llevar lentillas.

-¿Os conocéis?-inquirió Marta extrañada.

-Algo así...-respondió sonriendo Eloy.

Hablamos un poco y entramos, resultaba que él era el cumpleañero, eso explicaba que el regalo de Marta fueran materiales de pintura...

Cuando pase me imaginaba una fiesta, si, pero pensaba que sería mas... Pequeña...

-Menos mal que iba a haber poca gente.-murmuré. Marta se rió.

-No todos los días se cumplen dieciocho años.-añadió el pelínegro contento.

Estaba mas expresivo que en el colegio... Parecía mas alegre o menos sobrio...

Otra cosa en la que me fije es que, obviamente, no me confundía, Eloy tenía un piercing en la labio inferior.

Fuera del colegio aparentaba mas mayor.

Eloy y Marta estuvieron hablando un rato, mientras tanto, yo observe a mi alrededor curioso, no conocía a mucha gente, la mayoría eran mayores y algunos incluso aparentaban universitarios.

Marta cuando Eloy se alejo, volvio conmigo y me dijo para bailar, yo asentí y la agarre de la mano empujandola a la pista.

La ultima vez paso de todo, pero no tuve ni tiempo de bailar un ratito.

Era aun temprano, asi que decidí no beber en exceso... Me divertí bastante, pero me canse asi que ahora estábamos en el sofá hablando con un grupo de gente que me había presentado Marta.

Roger, el mas mayor, estaba completamente ebrio, ya llevaba como mínimo cinco copas. Estaba tonteando con una chica rubia del grupo, Silvia. Ella no había bebido, asi que aunque se divertía viendo como el castaño hacia el tonto, no le seguía el juego.

Al parecer Marta conocía a todos, yo la verdad nunca los había visto. La única que me sonaba era Jenifer, ya que era el tercer miembro del grupo de mi hermana.

Se empezó a hacer tarde, y la casa comenzó a llenarse bastante. Cristy llego y se unió a nosotros, al parecer nos había buscado una excusa para llegar tarde a los dos, era genial.

Aunque diciendo que nos quedaríamos a dormir en casa de Marta, significaba que no podríamos volver hasta el día siguiente...

Aunque supongo que no habría mucha diferencia... Al fin y al cabo, por las cinco aún estaría la fiesta animada.

Cristy estuvo un rato con nosotros, dijo que había venido con alguien.

Me extraño bastante, ya que salia con Steve, así que la seguí para ver a quien se refería.

Me relaje un poco al ver que era Steve el que la acompañaba.

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Narra Steve:

-La verdad, esto es bastante tonto.-me reí.-No podías venir a la fiesta, porque ya tenías otra, pero resulto ser la misma...

-Bueno, yo vine porque me invito Marta, y tu porque conoces al cumpleañero, aunque deberíamos haber supuesto que podría ser la misma.-sonrió.

-Bueno, pues ¿quieres bailar?-le pregunte haciendo un intento de reverencia.

-Claro.-Afirmo ella limitándome y tirando de mi hacia la pista de baile.-Por cierto, ¿viniste solo?

-No, me traje a Keith, pero estará por ahí.-dije como si nada.

-Oh no...-murmuró ella parando de moverse.

-¿Que pasa?

-¡Que Luka esta aquí! Y viene con pareja...

-Bueno... Keith vino a distraerse, seguro que tambien esta ligando con alguien.-dije encogiendome de hombros.

-¡Ese es el problema, idiota! Si se ven seguro que se ponen a discutir.-dijo preocupada. Yo le puse una mano en el hombro.

-Déjalos, ya son mayorcitos para pensar por su cuenta.-le dije. Ella me miro confusa, pero luego asintió y siguió bailando.

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Narra Keith:

-¿Cómo te llamas, guapo?-me preguntó una chica acercandose a mí. Parecía mayor que yo, aunque no lo podría asegurar con certeza. Era bastante alta y esbelta, aunque su rostro todavía se veía infantil.

-Keith.-mencioné distraido.

-Bonito nombre, yo me llamo Zaira.-dijo aproximándose más a mí.

-Encantado.-murmuré mirándola de reojo.

Steve se había largado con Cristy hacía un buen rato y yo no podía evitar estar vigilando a Scarlett, asi que estaba ignorando bastante a la chica.

Scarlett estaba muy guapa despues del arreglo de Sara, y muchos chicos la miraban de reojo. Aquello me estaba molestando mucho, ya que la mayoría de los chicos de la fiesta eran de dieciocho para arriba y ella tan solo era una niña... A pesar de que fuera arreglada, eso se podía observar a lo lejos. No entendía como había chicos siquiera replanteandose la idea.

-¿Te apetece bailar un rato?-me preguntó la castaña sonriendo coqueta. Yo me lo pensé por un momento, pero acabe aceptando. Así podría observar más de cerca a Scarlett sin que pensara que la estaba vigilando. Al fin y al cabo, al entrar por la puerta prácticamente había huído de mí. Así que no estaba seguro de si era porque no quería molestarme o porque no quería que yo la molestara...

La chica me arrastró veloz a la pista de baile y comenzó a moverse de manera muy provocativa. Yo no me interesé demasiado en sus movimientos. De hecho, si no fuera por que así podía observar a mi prima, me habría apartado de inmediato.

Aunque ella pareció notar mi desinterés y molesta intento seguir llamando mi atención. Yo únicamente me movía un poco, siguiendole mínimamente el ritmo, y miraba hacia otra dirección.

Zaira, cansada, empezó a restregarse contra mí. Era demasiado molesto, así que decidí volver a mi posición de antes, sin compañía.

Me aparté de ella un poco, tratando de sonreir como disculpa, pero cuando quise darme cuenta, me estaba sujetando del brazo.

-¿Me vas a rechazar?-me preguntó irritada con un tono que me pareció excesivamente agudo. No la conocía, pero me estaba resultando insoportable.

-Eso parece.-respondí intentado soltarme. Pero ella no cedió.

-¿Se puede saber por qué? Soy guapa y mayor que tú, deberías estar rezando por conseguir algo como yo.

-Me da igual que seas guapa o mayor, no soporto a las niñatas engreídas...-le solté, ya molesto-y agradecería que me soltaras ya-dije señalando mi brazo.

-No quiero-dijo-.Yo hago lo que quiera y te quiero a ti, ahora.-ordenó.

Un poco más y me echaba a reír, ¿estaba hablando en serio? ¿De verdad acababa de decir aquello?

-Mira, guapa, no voy a hacer lo que tú quieras, porque resulta que no eres una princesa, aunque claramente te lo creas. Así que suéltame el brazo y vete a buscar otro lío de una noche, porque a mi no me interesa lo mas mínimo.-le dije de malos modos. Ella me soltó mirándome con odio.

-Si no te gusto será porque eres maricón.-soltó dándose la vuelta orgullosa. Pero esta vez la detuve yo.

-Es verdad, soy maricón-admití.-Pero te aseguro, que aunque tuvieras una gran polla en vez de eso-mencioné señalando hacia su pecho-, tampoco me agradarías .-solté tranquilamente dedicándole una desagradabe sonrisa. Tras eso me di la vuelta, dejándola con las palabras en la boca, y me fui, dirigiéndome hacía mi prima con calma. No había sido demasiado fino en cuestión de palabras, y definitivamente no la había atacado de manera muy correcta... pero ella se lo había buscado, no me gustaban las princesitas...

Bueno, tal vez sí, pero solo una...

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Narra Luka:

No era posible... ¿Lo que había visto era verdad? Cuando estaba volviendo a la mesa con los demás, reconocí a lo lejos esa cabellera rubia inconfundible...

No se suponía que él estuviera aquí, tan solo quería un día tranquilo y sin Keith, ¿era eso tanto pedir? Al parecer sí.

No sabía que sentir, simplemente su presencia me alteraba. Ya no solo estaba confundido, sino también enfadado... Ni siquiera me merecía estar enfadado, pero lo estaba...

Keith estaba en la fiesta, pero no estaba solo, sino que le acompañaba una chica... Una chica muy guapa de su misma altura, de pelo largo castaño y con un vestido pegado que marcaba cada parte de su figura. Era indudablemente atractiva y estaba muy cerca de él.

Estaban bailando, ella estaba todo lo pegada a él que era capaz, Keith no hacía nada por evitarlo...

No quise mirar más y me alejé respirando aceleradamente. A Keith ni siquiera le gustaban las mujeres, lo sabía... Lo sabía pero, ¿por qué estaba tan enfadado?

-¡Como podía estar haciendo eso! ¡Ni siquiera le gustaban las chicas! ¡Maldito idiota mentiroso!-grité a pleno pulmón dándole una patada a la pared. Me había salido de la fiesta, estaba en el jardín de la casa, no creí que hubiera nadie, así que no me contuve.

Él me había intentado besar apenas un día... él, él...

¿Cómo puede sustituirme tan rápido? Yo estoy intentando no pensar en él... y aparece en la fiesta... y encima con esa, esa... ¡Furcia!

Cerré los ojos con fuerza y me senté sobre la hierba dejandome caer hacia atrás. Respiré un par de veces hasta conseguir tranquilizarme.

Entonces, di un sorbo a la botella que llevaba en la mano acabando su contenido y la tiré al suelo, más desganado que otra cosa.

No me iba a emborrachar, no quería olvidarme de todo como la última vez... pero de pronto me había inundado la rabia. Ni siquiera tenía derecho  a estar enfadado con él, había sido yo quien le había rechazado.

No tenía motivos para estar enfadado con Keith, tampoco con aquella chica... pero por mucho que lo supiera, esa presión en el pecho no desaparecía...

Miré la botella vacía y comencé a jugar con ella distraidamente. No era cierto eso de "ahogar las penas con alcohol"...  Al fin y al cabo, lo único que hace el alcohol es hacerte decir tonterías. Y para eso ya valía yo solito.

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Narra Keith:

-¿No te diviertes, verdad?-le pregunté a Scarlett, quien estaba apoyada sobre una mesa bebiendo un refresco.

-¿Tú que crees?-preguntó sarcástica. Yo sonreí a modo de disculpa, al fin y al cabo, la había arrastrado a venir.

-Has cambiado mucho-mencioné.

-Lo sé.

-Pero te prefiero ahora que antes.

-Serás el único-se rió. Yo me encogí de hombros.

-¿Te apetece que vayamos a tomar algo a otro sitio?-le ofrecí, yo tampoco me lo estaba pasando demasiado bien.

-¿A las doce?-pregunto divertida.

-Cierto... ¿Te apetece comprar una bolsa de patatas en una gasolinera e irnos a casa?-Me corregí riendo. Ella sonrió y asintió ante la propuesta.

-Vale, pues ve saliendo, yo voy al baño y ya te alcanzo.-respondió.

-Mmm... de acuerdo, pero ve a los de arriba, al final.

-¿Por?

-Tú solo ve, y si escuchas ruidos raros, preferiblemente ve al jardín.-le aconsejé.

-¡Keith! ¡Que soy una chica!

-Tú solo ve al del final, házme caso-le dije. Ella se dio la vuelta, rodando los ojos, y subió las escaleras. Yo me despedí rápidamente de Eloy y me dirigí a la puerta, la esperaría en la entrada.

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