Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Sin escapatoria

Mientras Luka estaba en la habitación contigua, Keith se encontraba sentado en su escritorio, deslizando la pequeña silla sobre sus ruedas y volviendo a su posición original con ayuda de la mesa. Estaba muy concentrado mirando a un punto fijo de la alfombra, una de sus esquinas estaba empezando a deshilacharse. Aún con la mirada perdida se dio cuenta de que seguía con sus dedos sobre los labios, entonces levantó la vista y la fijó en su cama, donde acababa de ocurrir todo.

El rubio llevaba unos días dándole vueltas a una idea, y es que el pequeño Strauss no dejaba de llamarle la atención, para bien o para mal. La mayoría de las veces le venía su imagen a la mente por simples tonterías, casi siempre con un deje de irritación. Pero era innegable que le suscitaba cierto interés y aquello le molestaba a la vez que le provocaba mucha curiosidad.

No tenía la certeza de si era atracción física o si simplemente le había estado rondando aquel pensamiento de la enfermería. Quizás solo le estaba dando muchas vueltas a algo que no se lo merecía, eso pensaba él.

Pero entonces entró en su habitación y lo vio dormido sobre la cama, y esa sensación de la enfermería le volvió a invadir. Y pensó, tan solo por un momento, que podría salir de dudas si hacía algo, que podría comprobar aquello si se acercaba un poco a él, a escasos centímetros. Y lo había hecho, no sin dudar un poco de si aquello era lo correcto. Porque obviamente no lo era, pero le pareció un mal menor, nada excesivamente grave.

Pero las cosas no habían salido como él pensaba. Keith se había acercado a Luka y había besado sus labios, con escaso roce, con mucho cuidado de no despertarlo. Pero Luka había reaccionado al contacto, probablemente inmerso en algún sueño muy distante a aquella situación, tal vez visualizando a una chica guapa... y le había devuelto el beso, con más énfasis de la que se cabe esperar de una persona dormida.

Muy sorprendido por aquello Keith se apartó de golpe, asustado repentinamente y terriblemente avergonzado, pero tras comprobar que Luka seguía en los brazos de Morfeo su preocupación de disipó tan rápido como le vino y comenzó a rozarle el rostro con menos tacto que antes, el castaño se removió repetidas veces sobre las mantas, hasta que Keith se calmó y pudo despertarlo sin que su cara reflejara nada.

Definitivamente su teoría había sido comprobada, aquel chico normalucho, de pelo alborotado y ojos verdosos le atraía indiscutiblemente. El por qué no lo sabía, pero era así.

Quizás si no estuviera siempre con el ceño fruncido...

En cualquier caso, lo que había pasado le hacía demasiada gracia, nunca habría esperado hallarse en tal situación. Luka estaba en el baño de su casa, intentando calmarse, o quizás calmándose... debido a un sueño erótico provocado por él. No pudo evitar sonreír y pensar en la cara de Steve cuando le contara aquello.

Mientras tanto Luka se encontraba de pie, frente a la habitación del extranjero, con las mejillas completamente coloradas y los nervios a flor de piel.

Había conseguido relajarse, pero estaba extremadamente tenso por aquella situación.

Un hombre puede despertarse con una erección sin necesidad de haber soñado nada fuera de lo normal, pero su reacción al levantarse lo había delatado bastante. Aun así no era capaz de abrir la puerta y hacer como si nada. Su cuerpo había reaccionado a un sueño homosexual con un compañero de clase, cuantas más vueltas le daba más confuso estaba. En su vida había soñado algo como aquello, en su vida había sentido atracción hacia un hombre. Y por supuesto, en su vida había soñado con besar a un hombre que por encima conocía. ¿Qué demonios acababa de ser eso?

Mientras Luka le daba vueltas al asunto la puerta se abrió frente a sus narices y Keith se asomó por ella con una amplia sonrisa en sus labios.

― ¿No piensas pasar?

―Sí...―murmuró el chico pasando por su lado.

―Bien, ¿por dónde quieres empezar?―preguntó notablemente contento con situación.

Luka desvió la mirada hacia el ordenador y dio un par de datos relacionados con su tema de trabajo.

―Bien―dijo simplemente el rubio sentándose a su lado y rozándole brazo durante el movimiento. A Luka se le puso la piel de gallina y se apartó disimuladamente.

Tenía claro que Keith no iba a mencionar nada del asunto, pero también sabía que no lo había olvidado.

No dejaba de sonreír y mirarle con sorna. Aquellas horas iban a resultarle terriblemente largas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro