Quien lo diría
-Así que esta era la idea de Scarlett.-murmuré mirando de reojo el piso en el que me encontraba. Sinceramente, ya me estaba imaginando durmiendo en un banco del metro; bueno, ni siquiera, porque aquí no había metro, esto ya no era Madrid.
-Keith me aviso hace unas horas, pero no creo que tenga problemas en alojarte unos días, y si los tengo, ¿que mas da uno más? al fin y al cabo, ya estoy castigada.-murmuró Sara sonriedo y encogiendose de hombros. Era una persona agradable, aunque en lo primero que me fije de ella era en sus ojos, eran preciosos, grandes y azules. Casi me gustaron tanto como los de Scarlett.
-Me alegra oir eso-exclamé.-¿donde puedo dejar mis cosas? ¡Me apetece ver toda la ciudad!
-¿Ahora? ¿Después del viaje aún te apetece salir por ahí?-preguntó el chico que la acompañaba, no recordaba su nombre, de hecho, me parece, que ni siquiera se había presentado; ni él ni yo... solo sabía que eran primos; eso, y que tenía un peinado de lo mas curioso... y eso que mi pelo era azul.
-Claro, no se viaja todos los días. ¿por qué no vamos a la playa?-sugerí emocionada, vivía en el centro así que apenas en alguna ocasión había ido a una.
-Estamos en invierno.-dijo la chica riendose.-¿estas loca?
-Mmm... ¿si?-pregunté ampliando mi sonrisa.
-Respuesta...
-Correcta.-termino por ella el chico. Después de decir eso se miraron complices y asinteron. Raro...
-Victoria, por favor deja las maletas en mi habitación.-me indicó señalando un cuarto.-compañera.-agregó feliz.-¡Nos vamos a la playa!
-¿Pero tú no estabas castigada?-le pregunté enarcando una ceja.
-¿Y tú no tenías el pelo castaño?-me respondió ella dirigiendose a la entrada.
-Eso... no tiene ningun sentido...-murmuré riendo.
-En este lugar nada tiene sentido, acostumbrate.-me sugirió su primo abriendo la puerta.-cogé ropa de repuesto.-dijo guiñandome un ojo y saliendo de la casa.
-Sabes, Victoría... el color de tu pelo me gusta, el azul me trae buenos recuerdos.-comentó Sara soltando una pequeña carcajada.-o malos, depende por donde se vean...-dijo mas bien para si misma.
-Eres una chica un poco extraña...-le dije entre risas.
-Y me lo dices tú, la que quiere ir a la playa en invierno.
-Y me lo rebates tú, la que hace caso a una chica que quiere ir a la playa en invierno.-bromeé.
-Ahí le has dado. Bueno... ¡coge una bufanda y un bikini! Que si no nos vamos ahora me va a entrar hambre por el camino.-exclamó agarrando su móvil de la mesa y saliendo del piso junto a su amigo.
-Dios... es mas extraña que Scarlett.-murmuré sorprendida.-¡Me encanta!
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-Cariño... que horror, ¿como te sucedio esto? Que desastre... siempre vienes a casa golpeado, pero esto es demasiado.
-Mamá estoy bien... solo necesito un poco de hielo para el moratón...-me quejé apartando la mirada.
-Nada de eso jovencito, al coche, ¡ahora! No quiero ninguna excusa, me da igual como te lo has hecho ni si te has peleado con alguien, pero te vas a venir conmigo al hospital ahora mismo Mathew.-me gritó mi madre cogiendo las llaves.
-Pero...
-¡Nada de peros! ¡Al coche, ya! Dios santo... se esta inflamando.-exclamó preocupada agarrandome por la barbilla.
-¡Auch! ¡Suéltame que me haces daño!-me quejé. La mirada que me dirigió me hizo callarme de golpe. Ya no había rastro de la afable señora de esta mañana.
Aunque no quisiera, fui arrastrado al hospital... aunque para mi fuera una reacción un tanto exagerada.
A ver, lo admito, nunca me habría imaginado que ese mequetrefe de James tuviera tanta fuerza, pero no era para tanto, tan solo había sido un puñetazo en la mejilla, debería estar ya mas que hiper acostumbrada a los golpes; al fin y al cabo, a la semana recibía dos o tres. Eso si, tendría que haber pensado que un puñetazo no es igual a una bofetada...
Estuve esperando un buen rato, hasta que una enfermera me llevó a observación.
Lo único que me hicieron fue ponerme una especie de pomada antinflamatoria, me la extendieron por la mejilla, y después me pusieron una pequeña venda, nada del otro mundo, de hecho, seguía pensando que si me hubieran dejado aplicarle hielo al golpe hubiera sido más efectivo. Eso si, el no sentir la parte izquierda de mi cara era molesto, pero no tanto como sentir el hormigueo de los nudillos del pelirrojo sobre mi piel.
Hablando del cual, me lo encontre en sala de espera; sí, James tambien estaba en el hospital, con su hermano...
-¿Matt?-preguntó Dereck al verme allí, la cara del pequeño fue todo un poema al darse cuenta.
-Hey, ¿qué tal?-pregunté sonriendo por lo irónico de la situación. Bueno, o intentando sonreir, aunque lo máximo que saldría sería una mueca, pues los musculos de la mitad de mi cara estaban dormidos.
-Esto es ridículo...-dijo el menor soltando una especie de risa por lo bajo.
-¿Por qué estas aquí?-inquirí curioso, él levanto su brazo derecho y me enseño una amplia venda que le cubría los dedos y la muñeca.
-Me he fracturado un dedo y los demas están ligeramente... magullados.-murmuró sonriendo de lado.-Una idea genial para arreglarlo, inteligencia ante todo.-se burló.- Mis padres me enviaron derecho aquí por esta tontería...
-Y a mí...-se quejó su hermano haciendose notar.-y te aseguró que tenía mejores planes.-le recriminó.
-Oh, cállate, ya pasaste la noche con tu querida "Malen" ¿cierto?-soltó James haciendo que su hermano se callara de golpe y mirara hacia otra dirección con un mohín.
-¿Malen?
-Si, bueno, una larga historia...-murmuró Dereck rascandose la cabeza.
-No tan larga... pero bueno, dejando eso de lado...¿qué tal estas?-preguntó mi amigo con cara de lastima.
-Ya sabes, como siempre, llevo haciendo las cosas mal desde tiempos inmemorables, al final te acostumbras a las consecuencias.-bromeé.
-¿Eres imbécil?-se burló James.-tu cara ¿que tal?
-Preciosa, de una belleza inigualable, pero James, por favor, no es un buen momento para presumir.-continué riendome de él mientras me pasaba una mano por mi precioso pelo.
-Toda una diva.-ironizó él.-al parecer el dicho de "las rubias son tontas" también es aplicable en los chicos.
-Ja-Ja-Ja, me parto.-dije sonriendo, me alegraba que no se hubiera enfadado conmigo hasta el punto al que había llegado con su hermano; aunque al parecer, aunque muy poquito, había madurado; pero repito, muy poquito.-y ya te he dicho miles de veces que mi pelo no es exactamente rubio.
Bueno, señores, si me disculpais, vuelvo ahora...-comenté siguiendo por detras a una de las enfermeras, que a juzgar por su apariencia no debía pasar los veinti pico, y no estaba nada mal, por lo menos por la parte posterior...
-¿Pero no era que te gustaba Scarlett?-me preguntó sorprendido James.
-Amigo, ¿aun ahora no me conoces lo suficiente? Me gusta, pero recrearse la vista no es un pecado, ¿cierto?
-Necesitas aprender unos cuantos valores...
-¡Y tu necesitas aprender a disfrutar de la vida!
-Ya lo hago... pero tengo algo de respeto y cerebro, sobretodo cerebro.
-Pues señor cerebro, utiliza tu materia gris para algo y razona; si las chicas fueran comida, piensa que hay muchas comidas ricas, unas mas que otras, pero es aburrido comer siempre lo mismo ¿cierto?, porque por muy rico que esté, al final te acabaría cansando, ¡y no es saludable! Lo mejor es variar cada día, aunque siempre te quedes con el mismo postre ¿comprendes?
-Si, comprendo que tienes un grave retraso. Porque ¿sabes que? Las chicas no son comida, y si lo fueran, yo he encontrado a una que cambia siempre de sabor, y cada uno es mejor que el anterior ¿comprendes?
-Comprendo...-susurré tan bajo que no lo lograra oír.-pues eso, libertad de opiniones, eres un chaval de lo mas filosófico, pero sabes que yo soy idiota.-dije riendome en alto y llamando la atención de algunas personas. Sin embargo, después seguí tranquilamente a la chica sin ningun reparo. Cuando me aleje un poco de ellos y conseguí despistar a mi madre, que seguía por allí, salí a la puerta principal y saque mi paquete de cigarrillos, ya solo quedaba uno, el último, ese que se coloca al reves hasta el final para pedir esa tontería del deseo, sí, una ridícula superstición, que mas bien se hace por aburrimiento. Aun así, hice la petición "algo de suerte", eso era todo lo que quería. Con ese numerito de la enfermera y la comida ya le había dejado claro que "no me tomaba enserio eso del amor", así que para él las cosas se solucionaban con la chica, de todas formas, yo era muy mayor para ella ¿no?
Por una vez en mi vida me replanteé la famosa duda ¿me gustaría tener novia? ¿salir con alguien? ¿hacer todas esas tonterías con las que parecen disfrutar las parejas en las películas? ¿yo? ¿Mathew? ¿el imbécil rompe corazones? ¿me gustaría después de todo enamorarme? Y la respuesta era simple, quién sabe, quizas me había llegado el momento.
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Dios, en estos momentos odiaba a mi hermano con todas mis fuerzas, ¿en serio? ¿tenía que pelearse justo el día de hoy? No lo soportaba, además, ese comentarío sobre Malcon era incesesario...
Me había tenido que ir de casa de mi novio a las doce de la mañana para llevarlo al hospital... Después del día de ayer todo fue genial, pero mi cuerpo estaba hecho una mierda, después de caminar y caminar, de todas las atracciónes, y bueno, de la noche... pues, estaba agotado.
Y al recibir esa llamada preocupada de mi madre, pues claro, salí disparado hacía mi casa. Porque cuando dijo las palabras James y hospital en la misma oración me preocupé. Pero claro, no me esperaba que fuera una tontería tal como un dedo fracturado por andar haciendo el imbecil por ahí...
Y yo que podría estar desayunando tranquilamente la rica comida de la madre de Malcon, junto a Malcon...
Y luego si, ya me volvería para abrír los regalos con mi familia, pero no me iría corriendo...
Hablando de lo cual, tampoco había podido abrírlos.
-Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?-soltó James alejandome de mis divagaciones.
-¿Mmm? Si, claro ¿que pasa?-murmuré distraido.
-¿Que crees que debería hacer en esta situación, en la cual a Matt y a mi nos gusta la misma chica?
-Lo sabía.-dije en alto felicitandome por averiguarlo.-pues la verdad James... nunca estuve en una situación parecida...-realmente nunca me había pasado algo así, desde hacía años a mi me gustaba Malcon es secreto, pero mientras tanto siempre había ligado con chicas para disimular, si le gustaban a un amigo, pues le dejaba el camino libre, porque lo mio no era verdadero amor ni nada parecido... y siempre salía con ellas como mucho un mes, pues no quería ilusionar a las chicas sin motivo. Así que no sabía que consejo darle, eramos totalmente diferentes...-Yo creo que esto deberíais solucionarlo entre vosotros, pero ¿acaso nunca has visto una peli romantica de estas en las que siempre dan como moraleja que los amigos van antes que las chicas?
-Si, aunque en la que vi una de las amigas traicionaba a la otra y la otra acababa muerta en medio de un crucero...
-James... no creo que esa película fuera del tipo que te estoy diciendo...
-Ya, ni yo.-se rió él.-vale, ya entiendo. Por cierto, siento haber hecho que vinieras aquí...-se disculpó.
-No pasa nada.-le dije revolviendole el pelo.
-Por cierto, solo por curiosidad... ¿tú eres virgen?-preguntó de repente sorprendiendome por completo.
-¡James!
-¿Qué? Tienes ya casi dieciocho años, me parecería de lo mas normal que... ya sabes.-murmuró tranquilamente encogiendose de hombros.
-No, no lo soy...-le respondí en voz baja mirando hacia otro lado. ¿Desde cuando era tan directo?
-¿y lo hiciste con Malcon?
-¡No pienso seguir respondiendo estas preguntas!-le dije saliendo de la sala acalorado.
-Eso es claramente un sí...-mencionó él riendose antes de que saliera.
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-Luka, ¿sabes que día es mañana?
-Si, lo se, lo se, mañana al fin iremos al concierto.-mencioné feliz.
-¡Exacto, y por eso tienes que irte a dormir ya!
-¿Qué? ¿Por qué? si aún solo son las seis de la tarde ¿Cristy, estás loca?
-No, mañana es el concierto, en Madrid, tenemos que llegar por las ocho de la mañana en el tren y estar allí al menos a las diez, y eso ya sería tarde ¡tenemos que hacer la cola y quiero estar en primera fila!
-Ya lo se Cristy, pero no tengo sueño, no me voy a costar tan pronto.
- Vale, pero cómo se te ocurra quejarte de que estás cansado mañana, te voy a mandar a la mierda.
-Que fina... vale, vale, no me voy a quejar.-respondí con voz cansada.-no se si prefería cuando te gustaba esa música comercial de grupos formados por chicos guapos.
-¿A que te refieres?
-Ya sabes, al pop, cuando toda tu habitación estaba llena de posters con tios buenos sin camisa y te la pasabas escuchando su música mientras soñabas mil formas de hacerles cochinadas...-me burlé de ella.
-Hey, mis diversiones mentales y yo eramos felices, por lo menos yo no me la pasaba viendo videoclips de tías que cantan medianamente bien pero que como hacen un striptease frente a la cámara son famosas.-me cortó ella devolviendome la pulla.
-Bueno, no diré que estaba bien. Pero por lo menos yo tenía algo que ver, tú solo te lo podías imaginar.-constesté infantilmente.
-¿Ah, sí? ¿Y que preferirías ahora? ¿Las vistas de lo videos o las de Keith?-me preguntó entrecerrando los ojos con malicia. Yo, cómo no, me empece a sonrojar. Cosa que ya se me había vuelto costumbre...
-Pues no lo sé, no se puede comparar un video con la realidad...-murmuré respondiendo a su pregunta.-Pero entonces, dime ¿tú preferias tus fantasías de antes o las de ahora con Steve? Al fin y al cabo... tú si puedes comparar, las dos cosas nunca pasaron.-reí, yo también podía jugar al mismo juego.
-Y ahora es cuando entro yo en la sala y digo "Zas, en toda la boca".
-Mira por donde, hablando del rey de Roma.-comentó Cristy girándose hacia él y sonriendo.
-¿Qué tal? Pasaba por aquí y algo me decía que estaban hablando sobre mí, así que decidí echar un vistazo.-bromeó el castaño.-notó cierta tensión en el ambiente...
-Yo le llamó tener la regla.-murmuré echándole una mirada de reojo a mi hermana-al menos eso demuestra que naciste mujer...
-Mira quien fue a hablar, como si tu fueras muy hombre.-respondió ella cortante.
Yo fingí mirar dentro de mis pantalones y después me encogí de hombros, sonriendo sin ninguna vergüenza.
-Para lo que lo utilizas...
-Uuoh, eso a sido un golpe bajo...-exclamó Steve poniendo una mueca.
-Vete a la...
-Luka Strauss, ese lenguaje.-dijo mi madre apareciendo en el salón.
Todos nos volteamos hacia ella olvidando la disputa. Hacía días que no nos dirigía la palabra más que para decir "la cena esta lista" o "no llegueis tarde"; por lo que su aparición nos resultó extraña.
-Ehm...
-Buenas tardes señora.-saludó Steve. Cristy no añadió nada; aunque eso era mejor que no decir ninguna palabra inteligible como había hecho yo.
-Steve, cuanto tiempo.-le respondió mi madre afable.-Perdona, Luka, ¿puedo hablar contigo un momento?
-¿Acaso tengo otra opción?-le pregunté acercandome a la puerta después de dirigirles una rápida mirada a todos ¿y ahora qué quería? ¿Volvería a insistir en ir a terapias? ¿o quizás es sobre el tema del divorcio? quién sabe, pero fuera lo que fuese, estaba seguro de que no era nada bueno... Desde hacía aproximadamente dos meses, nada de lo que salía de ella era bueno...
Pero nada ni nadie me molestaría hoy, al fin y al cabo mañana iba a un concierto de rock en Madrid con mi hermana, y a la vuelta volvería a ver a mi nov... a Keith... a Keith, el cual ahora... era mi novio. Se me hacía raro incluso pensarlo... quien lo diría; Al final la historía no llevaba el rumbo que había pensado, ni mucho menos...
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Perdonad la espera, estube ocupada y sinceramente, no estoy demasiado inspirada con tantos lios. Discúlpame si tardó más, pero no me gusta escribir capítulos sin ganas, siento que salen mal. Un saludo :)
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