me da asco
Habíamos estado todo el día dando vueltas por mil sitios, primero tocó una lujosa comida en el Burger King, en la cual Victoria consiguió que los dependientes y medio local comenzaran a cantarme el cumpleaños feliz... después Scarlett quiso que fuéramos a ver una película, una de esas de amor adolescente cliché pero que aun así disfrutamos riéndonos de los protagonistas y causando quejas por parte de medio cine, fue divertido... sobre todo en la parte en la que Lett se puso a gritarle a la pantalla "Fóllatela ya" y una señora se giró a regañarla. Yo no pude aguantar una carcajada y nos acabaron echando del cine porque Victoria se entretenía tirando palomitas a la mujer.
No me lo había pasado tan bien en mucho tiempo, debía reconocerlo, tener a Luck y Alex de amigos era genial, pero tener amigas de tu mismo sexo era algo que disfrutaba después de estar rodeada de chicos desde hacía años. Pero con la llegada de Keith y la unión de nuestros grupos todo había cambiado, Cris seguía con sus amigas de antes pero pasaba mucho más tiempo con nosotros y la aparición de la prima de Keith y su mejor amiga en escena habían mejorado las cosas.
Nunca me habría imaginado tiempo atrás que Scarlett podría ser tan desinhibida y graciosa, pero supongo que la presencia de su peculiar amiga de pelo azulado influía en ella, y el ser tan solo nosotras le conseguía traer confianza. Aun me acordaba la primera vez que la había visto, era una chica anoréxica, vestía siempre de negro y era prácticamente imposible mirarla a los ojos, y no solo por su flequillo sino también porque apenas levantaba la vista del suelo. Solo había pasado un mes pero había cambiado ligeramente, al menos yo lo notaba. Había ganado varios kilos necesarios, aunque aun así siguiera esquelética para mí. Continuaba con su forma de vestir, pero mostraba más confianza y era más alegre.
Y bueno, ¿qué decir de Victoria? Está como una cabra, tan solo la conozco de una semana y ya me ha besado más que mis ex todos juntos.
Ahora estábamos en una tienda de ropa haciendo un cambio de look por turnos. La primera que había entrado al probador era la heterocrómica, le habíamos dado una camisa naranja fosforito y unos vaqueros blancos, no me imaginaba como le quedaría la ropa que no fuera oscura.
-¡Sal de una vez!-le gritó Vic al otro lado de la cortina.
-Oh, dios mío...-murmuré al verla.
-Parezco... no sé qué parezco.-mencionó mirando a su reflejo con la boca abierta.- Creo que me voy a volver a cambiar.-susurró agarrando de nuevo su camiseta.
-¡Pues claro, pero no con eso!-exclamó Victoria quitándoselo de las manos.-Hoy es un día especial, debemos celebrarlo a lo grande, ¡hoy se sale!
-¿Solo nosotras tres?-pregunté riendo, el problema no era salir, en mi cumpleaños no me lo podían negar.
-Bueno, conozco a unos chicos muy peculiares a los que les encantaría acompañar a una jóvenes tan encantadoras como nosotras.-respondió sonriendo.
-Pero el problema de esos chicos peculiares es que o son mi familia o son de la otra acera.-protesté.
-Matt y James son hetero.-mencionó Scarlett.
-Pero no son mi tipo.-contesté riendo.-Matt está demasiado agujereado... y James es demasiado pequeño para mí.
-Pues a mí me pone el agujereado.-afirmó Victoria sonriendo.-y a la enana le gustan ambos, así que ya ves.
-¡No me gusta ninguno! Solo que uno me beso y el otro... ¿fue mi primer amigo?-dijo insegura.
-Vale, pues James para Scarlett, Matt para ti y falta el mío.-me quejé.
-¡A ese lo encontramos en la fiesta!-exclamó.-por eso nos vamos a comprar vestidos muy sexys y bonitos.
-Y baratos...-mencioné.-yo no soy tan rica como Keith.
-Shhh, no cortes la emoción del momento, lógicamente van a ser baratos.-dijo riendo y arrastrándonos a la zona de los vestidos.
______________
-Esto no está bien....-murmuré respirando de forma entrecortada.
-Dame tres razones por las cuales no esté bien.-respondió Keith alzándose sobre mí.
-Primera: mi padre está en casa...
-No haremos ruido.-me susurró al oído. Claro, para él era fácil decirlo, era yo quién debía evitarlo.
-Segunda: deberíamos ir a ayudar a Steve y Alex con los preparativos...
-Se las arreglarán bien solos... no nos echarán en falta.-volvió a contradecirme mordiéndome el lóbulo de la oreja.
-Tercera... eh... no deberíamos...-me callé al no tener en mente lo que pretendía decir, había muchas razones por las cuales esto estaba mal, era a destiempo, ¡no era el maldito momento! Pero el idiota del rubio no me dejaba pensar con claridad si tenía sus manos sobre mi pantalón... y su lengua sobre mi piel... ¡no conseguía formar una frase con coherencia en mi cabeza! Era como cuando poco a poco sientes que estas perdiendo el hilo de una conversación o cuando estás quedándote dormido mientras ves una película... solo sabía que mi mente poco a poco se iba quedando en blanco y tan solo se centraba en el contacto de Keith... era desconectarse del mundo exterior. ¡Pero no podía permitirme eso en mi casa!-¡Tercera: ayer ya tuve suficiente!-exclamé en casi un grito levantándome de golpe.
Pero Keith no me permitió eso, cuanto más lo apartaba más me agarraba.
-Déjame.-le regañé mientras intentaba alejarlo a la fuerza. Mis golpes no le surgían el efecto que pretendía lograr.
Keith tan solo me agarró las manos para detenerme y comenzó a besarme. No le permitía el paso, pero era muy persistente.
-¡Pesado!
-Quiero cariño.-replicó infantilmente.
-No vamos a acostarnos ahora...-afirmé con convicción.
-Hay otros medios.-sugirió sonriendo burlón. Me fijé en su sonrisa socarrona... siempre igual, nunca cambiaría esa estúpida y atractiva sonrisa suya, que desde un principio me puso de los nervios y me sacó de mis casillas. Su actitud era tan odiosa cuando lo conocí...-Luka si quieres empiezo yo, pero tienes que bajarte los pantalones.-dijo con un sutil tono de burla en su voz.
-Eres exactamente igual...-mencioné más bien para mí.
-Pues nada, tendré que tomar la iniciativa, como siempre.-se quejó mirándome de reojo con un brillo travieso en sus ojos. Cuando observé como Keith me abría los botones de los vaqueros al fin reaccioné y volví a intentar apartarme.
-¡Keith, ninfómano!
-¡Luka, frígido!
-Te falla un dato, solo las mujeres pueden tener frigidez...-me burlé.
-No estamos en clase, no tengo porque aprender nada nuevo.-se rió.-ahora podrías callarte y dejarme hacerte una ma...
-¡No lo digas en alto!-exclamé avergonzado. Me estaba consiguiendo poner histérico. Pero lo que más nervioso me puso fue escuchar el sonido de mi cremallera bajándose.
Keith dijo alguna de sus elocuentes frases en aquel momento, pero no conseguí oírla debido a los latidos de mi corazón desbocándose.
Noté como mis pantalones se deslizaban hasta el suelo y un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando se escuchó un portazo y unos pasos subiendo las escaleras a prisa. Sufrí una especie de mini paro cardiaco en aquel momento y me los subí hasta su posición inicial abrochándomelos de nuevo. Keith rechistó y se hizo a un lado.
Yo no perdí el tiempo y fui hasta la habitación de mi hermana, sabía que había llegado y era una excusa perfecta para alejarme de ese degenerado al que tenía como novio.
Me arreglé un poco la camisa y el pelo, su imaginación era muy dada a ser malpensada.
Toqué un par de veces a su habitación llamándola por su nombre. Ella respondió desde dentro, sin embargo no me abrió la puerta.
-¿Estás bien? me tenías preocupado. No sabía dónde estabas desde ayer.
-Fui a ver a Steve esta mañana, después de eso simplemente estuve dando un paseo.-dijo con un ligero temblor.
-¿Te ocurre algo?-pregunté de nuevo sin obtener respuesta.
-Solo, solo estoy un poco cansada.-me respondió un poco después con una voz más apaciguada.
-¿En serio?-murmuré inseguro.- ábreme la puerta Cristy, no quiero hablar a través de ella.
-No tenemos nada más que hablar, Luka déjame descansar un rato... luego ya hablamos todo lo que quieras.-dijo con desesperación.- ¡Por favor, déjame sola!-casi rogó. Yo simplemente me alejé de la puerta desconcertado por su comportamiento. Cuando me di la vuelta me encontré con un Keith más extrañado que yo saliendo de mi cuarto. Supuse que había escuchado eso último.
-Bajemos...-dije agarrándolo de la mano para que me siguiera.
Cuando llegamos, acabamos saliendo a la calle.
-Nunca había pasado esto antes... hay algo que no me está contando.-mencioné.
-¿Crees que habrá discutido con Steve?-inquirió con una nota de duda en su voz, eso sería una posibilidad para explicar tal reacción.
-Bueno, es su vida, si no me lo quiere contar es cosa suya, ya es mayorcita...-me quejé algo molesto. Keith sonrió por mi reacción y me agarró el brazo girándome hacia él. Cuando estuve enfrente suya me dio un corto beso, no sin antes murmurar un: 'me encanta tu lado de hermano mayor'.
Yo resoplé pero me calmé un poco.
-Vamos donde los Martínez, según me contó el mini Steve su hermano está teniendo problemas con los muebles.-se rió Keith. Yo asentí, así de paso le preguntaba sobre lo que acababa de pasar...
____________
-¿Qué hora es?-le pregunté a James mientras me sentaba a su lado en el autobús.
-Hora de que te calles...-murmuró ofuscado, llevaba tratándome así desde que salimos de la tienda.
-¿Qué te pasa? ¿Estás enfadado por lo que te dije?
-¡Claro que lo estoy! ¡Matt, no soy tu juguete, soy tu amigo, y si no eres capaz de notar la diferencia tienes un problema!-me gritó molesto.
-¿Es porque soy un chico?-comenté decepcionado. Él puso una mueca sin comprender la pregunta.- ¿Por eso no te puedo besar? ¿Es eso lo que te molesta?
-Por supuesto, esa es una de todas las razones. A mí no me gustan los chicos y aunque de lo contrario se tratase, no puedes hacer lo que te dé la gana cuando te dé la gana. No quiero que me utilices para tus "investigaciones" o por "curiosidad".
Ni tampoco por el simple hecho de que te guste.-agregó antes de que pudiera replicarle nada.-es decir, que te guste hacerlo... no que te guste yo.-aclaró.
-¿y si me gustaras tú?-dije serio agarrándole la cara con una mano para que no desviara la mirada.
-Entonces estarías enfermo...-murmuró una señora que había escuchado nuestra conversación.
____________
-Mujer, no sea tan mala por favor, James no es tan feo. Y si lo conoces... a veces hasta resulta agradable.-bromeó Matt sonriéndome burlón.
Estábamos en medio de una discusión, y aunque agradecía esa oportuna interrupción, no entendía como Matt podía habérselo tomado tan la ligera. Era algo muy ofensivo.
-Chico, no te acerques a la gente como él, no debes escuchar esas tonterías sobre que puede haber amor entre hombres.-me aconsejó aquella señora mirando a Matt como si fuera la peor escoria del mundo.
-Me da asco.-susurré levantándome de mi asiento.
-¿Perdona?-me preguntó temiendo haber oído mal.
-He dicho, que usted... ¡Me da asco!-le grité levantando la voz. Me hervía la sangre tan solo escucharla.
-¿Apoyas a esa gente? ¡Estás loco! Todos ellos son asquerosos, hacer esas cosas con otros hombres... ¡es repugnante! Seguro que viven de bar en bar buscando a otros como ellos. ¿Por algo tendrán la fama de promiscuos no? ¡Hazme caso chico, aléjate de la gente como él, no los conoces!-me dijo. No pude evitar, ni lo intenté siquiera, que una risa amarga saliera de mi garganta.
-No solo se ha metido con mi amigo delante de mí, sino que por encima de eso se atreve a decir tremendas gilipolleces sin argumentos válidos... ¿sabe qué? Hablar con tanta seguridad sobre algo que no conoce... la hace verse estúpida, inculta y de mente cerrada. Oh, y ¿sabe algo más? Mi hermano mayor es gay... y no va de bar en bar, mi madre no le dejaría... ni su novio tampoco, ya sabe, es lo que ocurre cuando amas a alguien desde hace aproximadamente cinco o seis años... quizás sigan juntos otros cinco o seis años, o para siempre... porque si no los tacharían de promiscuos ¿no cree?-solté aguantándome las ganas de escupirle y sentándome de nuevo.
Matt me miraba entretenido desde su asiento, ¿para él todo lo que acababa de pasar no tenía importancia? ¡Uno de sus mejores amigos era gay! ¡Él mismo dudaba sobre su sexualidad! ¿Por qué se mantenía tan tranquilo? Me miraba sonriendo y echaba la cabeza para atrás como si tan solo estuviéramos conversando con normalidad... ¡me daban ganas de golpearlo! Estaba tan molesto, estaba reprimiendo las ganas de llorar por la rabia que sentía.
La mujer no agregó nada más, después de aquella reacción por mi parte había levantado la cabeza orgullosa y salida en la próxima parada. Algunos pasajeros que habían observado la escena murmuraban entre ellos pero ninguno se atrevió a comentar nada en alto. Cosa que agradecí enormemente, tanto si me apoyaban o estaban en mi contra.
Bajamos en la próxima parada, era una antes a la que debíamos, pero Matt me arrastró hasta la salida igualmente.
Ya en la calle le miré a los ojos enfadado.
-¿Por qué no dijiste nada? ¿Por qué te mantuviste al margen? ¿Por qué maldita sea? ¡Te insultó! ¡A tú, a Malcom, a Dereck!- le grité.
-Porque sabía que eso te afectaría a ti.-dijo tranquilamente tomando dirección a casa.-Sabía que reaccionarías de forma parecida. Solo quería verlo. Yo no pierdo el tiempo con esa gente idiota.-murmuró respirando el aire frío y soltando vaho. Yo no pude aguantarlo más y me paré enfrente de él deteniéndolo.
-¿No lo entiendes verdad?-le pregunté intentando ignorar el hecho de que se me resbalaban lágrimas por las mejillas. Él me miró a los ojos.-No entiendes porque me molesta tanto...-afirmé.-es justamente porque... ¡Nosotros éramos iguales! ¡Yo era igual! ¡O peor! No me gustaban, ¡no lo aceptaba! Odiaba a mi hermano... odié a mi hermano.-grité deslizándome hasta el suelo y llorando. Me sentía mierda.
Sentí una presión en el hombro y en segundos ya me encontraba de pie frente a Matt agarrando su brazo con fuerza para que me soltara, me hacía daño.
-¡No somos iguales! ¡NO ERAMOS IGUALES!-me gritó asustándome.-tú no odiabas a tu hermano por el hecho de que le gustara Malcon, de que le gustaran los hombres... ¡Tú le dejaste de hablar porque no te lo dijo! Yo hice lo mismo.
-No Matt, ¡No!-me quejé sin poder evitar las malditas lágrimas.-Yo no era como tú, yo era peor... yo odié su mentira, lo admito, fue lo que más me dolió ¡Pero tardé en asimilarlo! ¡No podía comprenderlo! No lo toleraba... ¡Me doy asco!
-Escúchame James, porque no lo voy a repetir... tú has cambiado, yo he cambiado, tú lo has comprendido.
-¿A qué te refieres?-murmuré casi sin voz.
-La comprensión es el primer paso para la aceptación... y solo después de haberlo aceptado puedes pensar como ahora piensas. Son nuestras elecciones las que muestran quienes somos.
-No te entiendo...
-¡Pequeño cabeza hueca! Quiero decir que quizás antes estabas equivocado, pero ya no y eso es lo que importa ¡Así que deja de llorar como un crío!-me regañó antes de besarme... pero no fue un beso en la boca como supuse que haría, sino uno en la mejilla, cálido y acompañado de un abrazo... no era típico de Matt. Pero tampoco era típico en mí llorar delante de él...
-No le digas a nadie lo que ha pasado hoy...-murmuré apretándole más fuerte.
-¿Crees que voy a caer tan bajo de decir que siento debilidad por un estúpido crío llorica?-Se burló devolviéndome el apretón.
-Dejando eso de lado... quiero que quede claro que sigo siendo hetero al cien por cien.-murmuré apoyándome sobre él.
-Pues yo creo que son hetero con matices Jamesexuales.-se rió echándome el aliento sobre el cuello.
__________
-¿Listas?-les pregunté a Sara y Lett mirando la hora. Eran las ocho en punto, era el momento de la sorpresa. Ellas asintieron ya con sus vestidos puestos y arregladas.
Sara llevaba uno negro amplio, yo uno azul a juego con mi pelo, y Scarlett, tras mucho esfuerzo, conseguimos que se pusiera uno verde clarito... eso sí, la chaqueta, los botines y todos los adornos eran indiscutiblemente oscuros...
Llegamos a casa a las ocho y media, todo parecía en orden, pero solo entre en la casa cuando recibí el mensaje de Alex de "todo listo".
Nos abrió la puerta la tía de Sara, la cual la saludo con dos besos y le felicitó el cumpleaños. Le dijo que fuera hasta el salón, que allí estaban los chicos. Nosotras la seguimos por detrás evitando reírnos.
Cuando dio un paso dentro todas las luces se encendieron y paquetes de confeti cayeron sobre nosotras, mientras todos los presentes gritaron a coro un gran "¡Sorpresa!".
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro