-¡Cristy!-exclamó Steve contento de verla al fin. Se acercó para abrazarla, pero ella estendió su brazo apartándolo antes de que se aproximara más.

-No soporto a los niños... sueño, dormir, hablamos mañana...-murmuró entrando en casa y yendo directa a su habitación.

-Tren, niños llorando, Cristy estresada.-resumió Luka sonriendo.-¿Que tal todo?-saludó.

-Oh, bien, supongo...-dijo el castaño sonriendo.-pero me esperaba al menos un beso...-suspiró.

-¿Un beso? No me digas... ¿quieres que te de yo uno?-preguntó burlandose el padre de Luka saliendo del coche.

-Oh, señor Strauss... no, gracias. Eso sería desagradable...-murmuró.-¡pero me alegro de verlo! ¡Nos vemos luego, adios Luka!-se apuró él en marcharse. Luka supuso que aun no le resultaba comodo hablar con él saliendo con Cristy.

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Me disgustaba admitir que me esperaba econtrar con Keith en la puerta de casa, al igual que a Cris le había aguardado Steve... aunque claro, no habría hecho lo mismo que ella...

Por otra parte me alegraba un poco, hoy era la cita, la dichosa cita que me había comido la cabeza durante semanas... necesitaba un par de horas para descansar al menos, estaba destrozado, no podía ni doblar bien el cuello del dolor.

Pero claro, ¿cuando yo, Luka Strauss, tenía un momento de paz? Respuesta: nunca. 

De pronto sentí como todos los huesos de mi cuerpo se juntaban hasta casi dislocarse en un fuerte abrazo y poco después noté la boca de Keith estamparse contra la mía en un esporádico pero inesperado beso.

No tube tiempo de reaccionar ante los sucesos cuando mi padre ya se encontraba a mi lado mirando a Keith atónito.

Keith, beso, mi padre... ¡mi padre!

Me giré rápidamente hacia él sin saber muy bien lo que decir. 

Si Steve se controlaba delante de los adultos, el rubio era todo lo contrario.

Mi padre me miró pidiendo una explicación, yo solo pude balbucear palabras sin sentido hasta conseguír componer una oración coherente.

-Papá, este es Keith... mi, mi...-me aclaré la garganta.-es mi... novio...-casi susurré.

-¿Perdón?-preguntó al no haberme escuchado.

-Buenos días, disculpe mi mala educación, no me he presentado.-intervino Keith.-Me llamo Keith Hitomi Rickford, un placer, soy el novio de Luka.-exclamó sonriendo tranquilo. Mi padre titubeó un poco antes de responder.

-Oh, bueno, eso tiene sentido... eh... encantado chico. Yo soy el padre de Luck.-se presentó de alguna manera.

-Oh, a que lo adivino, ¿Darth Vader?-bromeó riendose. Yo no pude evitar darme una palmada en la cara. Sin embargo, mi padre no pudo evitar reirse, algo que siempre me hizo gracia de él, se reía con todos, y con todos me refiero a absolutamente todos, los chistes malos. De alguna manera eso había hecho que empezaran con buen pie... claro, saltándonos la parte del beso...

-Va a ser que no, si mi hijo fuera tan talentoso lo sabría ¿no crees?-bromeó.-es un desastre, ¿sabes que una vez rompio el microhondas intentando cocinar?-se burló.

-Algo había oido de que... no era precisamente bueno en la cocina.-se rio mirandome de reojo.-Un día que estaba enfermo solo me preparo una sopa precocinada para evitar destrozos...-recordó.-yo muriéndome y ni un caldo casero.-se quejó dramatizando.

-¡A mi una vez me tiro un cazo hirviendo! ¿Te imaginas? ¡Tuve que ir hasta el hospital! 

-¡Fue un accidente!-reclamé.-¿Quién le da una olla hirviendo a un niño de ocho años!

-Luka, por favor... no intentes excusarte...-me dijo Keith finjiendo seriedad. Yo puse un mohín y los dos se rieron de mí.

-Bueno, hablando serios, pareces buena gente, pero te aviso, cuidadito con Luka, ¡y a las doce en casa como mucho!

-¡Papá! ¡No soy una chica!-grité avergonzado.

-Oh, lo se, a Cristy no le dejaría más de las once...

-¡Eso no es justo!-gritó la castaña desde la ventana de su habitación.

-¿Estabas cotilleando?-le grité para que me oyera.

-¡No! Pero las burlas sonaban muy alto... y eso que me quede medio sorda ayer...

-¿Que has dicho?-preguntó mi padre.

-¡Nada! ¡Que ayer me lo pase muy bien y te quiero mucho papi!-exclamó antes de cerrar de nuevo la ventana con prisa.

-Bueno, no aseguro la hora de vuelta...¡pero un placer!-dijo sonriente el rubio.-Nos vemos luego Luka, avísame a que hora es, espero la cita.-dijo riendose. Luego de eso me plantó otro beso, esta vez más duradero, y se fue en la misma dirección que Steve despidiéndose con la mano.

Sonreí levemente y suspiré dirigiéndome a casa, no necesitaba girarme para saber que cara tendría mi padre.

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-¡Lo he intentado, te lo juro!

-Pero Keith...-se quejó Malcon infantilmente.-no has servido para nada...

-Bueno, al menos ahora sabes que no le gustas solo por tu físico...-me reí burlándome.

-Tu misión no era complicada, me has defraudado soldado.-suspiró.

-lo siento capitán.-dije finjiendo pena.-¡pero sí era complicada! Es como si te pidiera que convenciaras a Luka de ser cariñoso en público.-dije riendome.

-No... creo que eso sería aun más difícil...-murmuró riendo.-bueno, pues me da igual lo que diga, voy a ir ahora mismo a su casa ¡y le voy a hacer perder!

-Si, claro... avísame cuando acabes para que te lleve al hospital...-bromeé.

-¿Tú tambien? Puedo ganar... que poca confianza me tenéis...

-Tus ganas te pueden, vas a caer porque estas desesperado por tirartelo... Dereck ha estado totalmente tranquilo... lo siento amigo, pero la jugada te salió muy mal.-le dije poniendole una mano en el hombro.

-¡Mala gente!-sollozó finjiendo deprimirse, luego se fue en dirección a casa del pelirrojo.-¡Os tragaréis vuestras palabras!

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-James...

-¿Qué?

-Baja la música...

-No

-¿Por qué siempre la pones tan alta? Eres un fastidio...

-Cállate Dereck, ya acabamos los exámenes así que ¿qué mas te da?

-Mucho...-me quejé, mi hermano era igual siempre... 

-¡¡Ooh, she's a little runaway

Daddy's girl learned fast

All those things he couldn't say

Ooh, she's a little runaway!!-empezó a cantar el estribillo a todo pulmón subiendose sobre su cama y agarrando el mando que controlaba el reproductor como un micrófono.-

¡No one heard a single word you said!

¡They should have seen it in your eyes!

¡¡What was going on your head!!

Mi madre paso cerca de la habitación y se asomo a la puerta por el ruido, sonrió un poco al ver a James sobre la cama haciendo el tonto.

-Chicos, voy a salir al mercado ¿quereis algo en especial?-preguntó cuando el enano apagó la música para escucharla.

-Nada en especial.-contesté.

-¿Hay palomitas?-preguntó mi hermano.

-No, las acabamos anteayer entre Steve, Malcon y yo...-recordé.

-Vale, pues palomitas ¿algo más?

-Un hermano menos ruidoso.-respondí riendo, él me sacó la lengua.

-Si los niños se pudieran comprar en los supermercados me habría ahorrado dieciocho meses de mi vida...-suspiro mi madre riendo.-y la fábrica de bebes está cerrada, lo siento.

-Una pena, tendrás que conformarte.-dijo James burlandose.

-Ya sabes lo que dicen... si no los puedes vencer, únete a ellos...-se despidió saliendo del cuarto. Acto seguido la música volvió a sonar. Yo me encogí de hombros.

-Que remedio...-me quejé subiendome a la cama y acompañando a James en sus intentos de no desafinar.

____________ 

-¿A la playa?-pregunté sorprendido.

-Sí, a la playa.

-¿En serio?-repetí mirando a Luka.

-Totalmente.-afirmó. ¿Estaba loco? ¿Quería matarme de una pulmonía?-Vamos, deja de poner caras, que me pensé mucho a donde te podría llevar.-se rió.

-¿En serio? Habías dicho que había sido muy fácil... que ya habías preparado muchas citas anteriormente.-dije metiéndome con él.

-Bueno... tampoco me lo pensé tanto... pero, era tu regalo de Navidad ¿no? Tenía que esforzarme un poco al menos...-murmuró sin mirar atrás, yo le seguía en dirección a una parada de autobus. Llevaba una mochila a la espalda, pero no me había querido decir que llevaba dentro, tanto secretismo me hacía tener cierto interes, a pesar de que no me hacía mucha ilusión ir a la playa... pero bueno, en cualquier caso, si me da frío ya es una excusa más para abrazar a Luka sin forma de que lo evite.

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Nos sentamos en la arena sobre una toalla, hacia bastante viento, aunque era lógico.

Keith estaba observándome entretenido a ver cuál era mi próximo movimiento. Yo le mostré entonces el contenido de la mochila, en la cual se encontraba un papel que indicaba la reserva de una noche en un hotel cercano y una cena en un restaurante también próximo.

-¿Un hotel?-preguntó sorprendido.-pero si tu padre dijo que...

-No hay problema, de eso se encargará Cristy.-respondí mientras jugaba pasando un dedo sobre la arena. Keith me agarró la mano y me tiró fuera de la toalla cayéndome encima.

Comenzamos haciendo el tonto y acabamos como niños pequeños en un guerra para mantener el control. Mi pelo estaba ya completamente lleno de arena y Keith me había conseguido atrapar dejando caer todo su peso muerto sobre mí y sosteniendo mis manos para evitar que forcejeara.

-Gané.-dijó riendose y rodando hasta mi lado. Yo me giré y nos quedamos mirando al cielo un rato. Después de eso nos mirámos y comenzámos a reírnos de nuevo.

-Sabes... tengo la impresión de que no te conozco tanto como pensaba...-dije sonriendo.

-Pues yo siento que hoy te quiero mas de lo normal.-soltó tranquilamente.

-Como siempre, dices cosas innecesarias tan directamente...-murmuré mirándolo de reojo. Él estaba apoyando la mejilla contra la arena y mirándome sonriendo de lado.

-¿Por qué piensas que no me conoces?

-He pasado muy poco tiempo... pero hemos estado tanto juntos que se me hace más... pero, no  se decir mucho de ti. Me di cuenta planeando la cita.

-Mi color favorito es el amarillo.

-¿Qué?-pregunté confuso.

-Se bailar salsa.-dijo soltando una pequeña risa.-mi madre me obligó a ir a clases cuando tenía doce años... mis amigos se rieron de mi todo un año.-dijo incorporándose y con la mirada perdida en dirección al mar. Yo no le interrumpí.-también se tocar la guitarra, aprendí solo, me regalaron una en un cumpleaños y quise aprender a tocarla; Antes le tenía miedo a las alturas... lo superé mas o menos cuando vi a Steve divertirse tanto trepando árboles. Era aun pequeño y no sabía el idioma, por lo que por medio de gestos el me decía que subiera y yo me negaba. Pero acabé intentándolo y lo logré.

-¿No te caíste?

-Oh, claro que si, me caí de espaldas y me di un gran golpe contra una rama...-recordó riendo.-pero cuando llegué al suelo me di cuenta de que seguía vivo y pensé "vaya, pues no es para tanto, me lo imaginaba peor".-ese comentarió me hizo reir a mí.- y después de eso trepamos hasta llegar al tejado de casa... nuestras madres casi nos matan. Sobre todo porque después Alex quería imitarnos.-contó soltando una carcajada.

-¿A caso estabaís locos?-pregunté sorprendido.

-Y me lo dice el chico suicida quién bajó el instituto agarrándose a salientes de la pared...-exclamó sarcástico. Yo miré hacia otro lado.

-No se de que me estas hablando...-susurré entre risas. 

-Yo creo que hay cosas más peligrosas que esas...-comentó el rubio muy cerca de mi nuca.

-¿Como cuales?-pregunté girándome en su dirección de nuevo.

-¡Como estas!-exclamó antes de lanzárse de nuevo sobre mí haciendome caer sobre la toalla. 

-Yo no lo veo muy peligroso.-le piqué.

-¿Tú crees?-preguntó aproximándose.-observa, ahora estoy acercándome peligrosamente.-murmuró recalcando la palabra y rozándome con sus labios.

-Hemos estado más cerca...-mencioné riendo. Él me besó con vehemencia y se apuró en apartarse de nuevo.-más cerca...-repetí susurrando.-el volvió a besarme con frenesí agarrándome con una mano la cara e introduciéndo su lengua. Solté un suspiro por lo repentino de su acción y no pude evitar agarrarle del pelo cuando pretendió separarse.

-¿Más cerca?-preguntó sonriendo.

-Mucho más cerca.-respondí tentándolo. Él simplemente me hizo caso.

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-¿Que crees que estarán haciendo ahora esos dos?-preguntó Sara mirándo al techo.

-No lo se, quizás dándose el lote, es lo más posible conociendo a Keith.-respondió Alex riendose.

-Sí, y Luck estará "Oh, no, aquí no..."-se burló la chica poniendo voz sensual.

-Y Keith no le hará ni caso.-se rió esta vez el castaño.

-Oye, ¿me ayudas a estudiar el último punto de sociales? Ya casi me se todo para la recu pero no quiero estudiar en mi cumple...-suspiró.

-Claro, tenemos toda la tarde, y no creo que pase nada más interesante... todos están ocupados hoy y tú no puedes salir.

-Ya... cierto, menos mal que mamá no está en casa casi todo el día, o me la pasaría en mi habitación chapando.

-Si... la tía se enfada bastante por las notas... y da gracias que sigues viva después de meter a Victoria en casa así.

-Cuando vea la luz del sol de nuevo sere feliz...-exclamó. Instantes después sonó el timbre del piso. Sara miró a su primo rogándo con la mirada, y este en un acto de caridad fue a abrir la puerta.

Al otro lado del recividor se encontraban dos chicas, una de ellas entro sin ningún reparo en la estancia, la otra sin embargo espero paciente a que el chico la invitara a pasar.

-¡Sara! ¿me echabas de menos?-exclamó la primera alegre.

-Scarlett se suponía que después de salir de aquí debías encargarte de ella...-se quejó desde el sofá.

-Es muy persuasiva...-murmuró riéndose la pequeña.

-En fin... ¿ya la besaste?-preguntó burlándose Sara.

-Fue lo primero que hice al verla.-admitió.-pero he de decir que ninguna de las dos me habeis gustado... sois muy sosas.-reclamó.

-Puede ser quizás porque las tomas por sorpresa...-sugirió Alex bromeando.

-Es una posibilidad...-afirmó la peliazul.-Oye, ese chico... Matt ¿se llamaba así?-Scarlett asintió.-¿Besa bien?-preguntó directa.

-Eh... bueno, no lo se...-titubeó su amiga.-no es que tenga muchas opciones de compararlo... él y tú fuisteis mis únicos besos... y ambos fueron repentinamente.-suspiró.

-¿Y te importaría que lo compruebe?

-¿Qué?

-Ya sabes... ¿puedo intentar ligarmelo  o te molestaría?

-Puede que me moleste un poco.-murmuró Scarlett.

-¿Te gusta el hermano de Dereck?-curioseó Sara interesada.

-Chicas, no es que no me interesen vuestras opiniones sobre los chicos, pero... nah, sere sincero, esto me aburre. Me voy a casa a jugar a la play y comer pizza, cuando quiera hablar de chicos le preguntaré a Luka sobre su cita.-bromeó el castaño saliendo de la casa.-Luego, si al final estudias algo, vuelvo a ayudarte.-dijo Alex como despedida, luego se escucho la puerta cerrarse.

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¿Como habíamos acabado en esta situación? Es decir... mentiría si dijera que no me esperaba este final. Y también mentiría si dijese que no lo quería... pues, a ver, cualquier persona que conociera a Keith sabía que no podría quedarse dormidito a mi lado sin intentar algo... 

Pero no me esperaba este comienzo... 

Durante la cena estubimos bromeando todo el rato, charlamos como personas normales... por extraño que parezca. Él continuó hablandome de su vida o sus gustos para que dejara de decir que no lo conocía bien; a cambio, también él me hacía preguntas sobre mí. 

Todo fue normal hasta el segundo plato, cuando sin querer le di un golpe bajo la mesa y comenzamos una batalla estupida de patadas. De nuevo todo empezó como un juego de niños, me atrevería a afirmar que hasta llegamos a formarnos moratones por los golpes... pero acabamos por finalizar la guerra y surgieron ciertos roces con las piernas diferentes... y con "surgieron" me refiero, obviamente, a que comenzó Keith.

Esos roces disimulados por el mantel fueron sucedidos por un progresivo acercamiento del rubio, que pasó de estar sentado enfrente mía a ubicarse prácticamente a mi lado. Lo suficientemente cerca para poder continuar con sus caricias con la mano.

Por su culpa acabamos de pagar sin pedir siquiera postre y básicamente salimos corriendo en dirección al hotel...

Y ahora mismo, me encontraba tirado en la cama mirando a Keith, quién parecía estar observando a una presa antes de cazarla.

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-Oh, Malcon ¿vienes a ver a Dereck?-me preguntó su madre,  a quien me encontré saliendo de su casa.

-Buenas tardes, si, venía a verlo ¿está en casa?

-Si, pero tendrás que subir, está en la habitación de James, no te oira llegar hasta que entres, tiene la música altísima, a estas alturas no se como no estoy sorda aun.-bromeó la mujer dejándome pasar. Yo reí.-Intenta no romper nada esta vez, hay bollitos en la cocina, puedes comerte dos, ¡no más!-me advirtió conociéndome.

-¡Si, genial! ¡Como me encantas!-exclamé dándole un beso en la mejilla, había confianza, era como mi segunda madre. Ella rió y fue hacia su coche, el cual estaba aparcado en la acera de enfrente.

-Si te vas a quedar a cenar ordenad la cocina antes de que llegue, pero no picoteeis mucho, que luego no teneís hambre.-advirtió antes de arrancar el coche.

-¡Vale!-exclamé despidiéndome con la mano del coche. Después entré y cerré la puerta con seguro, ¡debía conseguirlo hoy! Tenía que darme prisa y convencer al pelirojo. Pero primero... -¡A la cocina!-exclamé feliz encaminándome hacia los bollitos.

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-Me encantó el día de hoy...-murmuró Keith rozando sus labios por la clavicula del menor.-te hechaba de menos...-le susurró al oído haciendolo estremecer. Luka escuchaba atento pero no contestaba, se mantenía con los ojos cerrados respirando con dificultad y agarrando las mantas entre los puños. El rubio fue depositando un camino de besos y caricias hasta su abdomen, el cual estaba en tensión, al igual que todo su cuerpo. Estaba apoyado en sus codos y su pecho subía y bajaba con su respiración agitada. La posición del rubio era similar, pero él se encontraba encima suya, aunque sin apoyarse sobre su cuerpo.

Luka estaba rojo por el calor que sentía en aquel momento, Keith, aunque su estado no era muy diferente, aparentaba mas relajado con la situación.

-Luka...-susurraba el chico acariciando su piel con la punta de su nariz y produciendole un cosquilleo agradable al castaño.

Él tambien intentó pronunciar algo, pero de su boca solo salieron exhalaciones de placer.

Aun con los ojos cerrados, el más pequeño tanteó con sus manos hasta dar con Keith, a quien agarró y atrajo hacia si mismo con delicadeza.

Cuando lo tubo tan cerca que notaba su respiración se decidio a entreabrir los ojos para mirarle. Él rubio le sonreía entre los mechones de pelo que le caían despeinados sobre la cara. Luka le devolvió la sonrisa y le apartó el pelo, después de eso se aproximó más a él para darle un beso en los labios. Keith no le dejo apartarse de esa posición durante un buen rato, el cual el castaño aprovecho bastante bien. Le exitaba que el otro chico le agarrara del pelo para besarle con tanto énfasis. Sus labios ahora estaban hinchados debido a las succiones y mordiscos del otro, pero Keith no se quedaba atrás en ese aspecto, pues Luka también había participado en esa acción y había llevado su boca desde sus labios hasta su cuello y toda zona que alcanzase.

Pero eso se quedaba corto en comparación a lo que se avecinaba, pues ambos chicos ya estaban en su límite de paciencia y pronto comenzarían a dejarse llevar.

Sorprendentemente el primero en hacerlo fue Luka, quien inició el juego cuando se desprendió de su camisa obligando al otro a hacer lo mismo. 

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-Dios mio...-murmuré intentando respirar hondo, mi corazón latía a cien por hora. Luka estaba sonrojado, con el pelo revuelto y sin camisa en frente mía. O más bien, debajo de mí.

Estaba tirado en la cama con los brazos extendidos a sus lados, para mi mente eso era una clara invitación, era como decirme "Estoy indefenso, ven a por mí".

Coloqué mi mano sobre su cintura notando el calor que desprendía, nuestras pieles ardían cuando se juntaban.

Me recosté completamente sobre Luka pudiendo sentir sus brazos rodearme. Me aparté un poco para quedar de frente a él.

Luka se aproximó a mí y yo cerré los ojos esperando sentir de nuevo sus calidos labios, pero al ver que no terminaba de juntarse abrí los ojos interrogante.

-¿Qué ocurre?-me preguntó sonriendo con picardía.-a caso... ¿querías que te besara?-cuestionó ampliando su sonrisa, pareciendo un niño pequeño adorable. 

Recordé de pronto esas mismas palabras, la primera vez que le di un beso a Luka... ¿se acordaba de eso? 

-No quería, aun quiero.-le contesté riendome por su intentó de meterse conmigo. Después acabé juntando yo nuestras caras.-¿Aun piensas que no me conoces?

-Puede que no te conozca suficiente pero... no necesito saberlo todo de ti para saber que quiero tenerte en mi vida...-respondió sonriendo.

-¿Luka?¿te das cuenta de que siempre me declaras tu amor sin darte cuenta?-pregunté volviendo a recorrerlo con la mirada.

-No mucha...-respondió riéndose.-Será esa clara del restaurante...-bromeó.

-¿No me lo vas a decir nunca directamente?

-Ya te lo he dicho muchas veces...-se quejó rodando los ojos.

-Borracho o por teléfono no me sirve.-le dije mirándole a los ojos fijamente. Luka suspiró.

-Te quiero, Keith Hitomi Rickford. Y no necesito estar borracho para decirtelo. Al menos no ahora...-murmuró.-delante de la gente tócame y te corto la mano.-respondió riéndose. Yo sonreí sin hacerle caso a su último comentario. Luka había cambiado mucho desde que lo conocía... pero, no en el mal sentido. Cada vez me gustaba más.

-Te voy a hacer el amor.-le dije sin apartar la mirada.- Hoy, señor Strauss, sera todo mío.

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Y después de casi dos meses de estrés y exámenes... ¡aquí está el capítulo!

Suerte a los que aun tienen que estudiar y ánimo, que ya falta poco para el Verano.