Inocencia interrumpida
La chica que se encontraba a mi lado era casi tan alta como yo, cosa que me agradó bastante, igual que las chicas prefieren a los chicos altos, yo prefería a las chicas altas, o por lo menos, no demasiado diferentes a mi estatura. Nada más entrar quise arrastrar a Cristy, Sara y Scarlett conmigo, pero ellas se negaron y quisieron esperar al resto del grupo para iniciar la diversión.
Sin embargo alguien observo mi entusiasmo desde algún punto de la sala y se acercó a mí, y no precisamente con intenciones de entablar una conversación ¿pero, desde cuando a mí, Victoria, me importaba eso?
La afortunada de la noche fue una castaña de pelo corto, no sabía aun su nombre, pero eso era lo menos importante ahora mismo.
Los chicos habían logrado pasar después de nosotras, los había visto de reojo mientras bailaba. James y Scarlett estaban muy juntitos pero lo que más me sorprendió fue la actitud del pequeño Strauss. Cuanto más le llenabas el vaso más se vaciaba su sentido común... cosa que no me molestaba en lo absoluto.
Sara también consiguió una buena compañía, de hecho estaban tan concentrados en conocerse mejor el uno al otro que casi ni respiraban de la emoción, atentos a la ironía.
-Parece que todas tus amigas encontraron un entretenimiento.-exclamó la chica a mi lado.
-No son las únicas.-murmuré deslizando la mano que apoyaba sobre su cintura a su cadera. Ella sonrió.
-Cierto, yo también encontré uno.-bromeó introduciendo una de sus piernas entre las mías para aproximarse más. Yo me mordí el labio para evitar reír.- ¿en qué piensas?-me preguntó. Yo le dije exactamente lo que pasaba por mi mente en ese momento: "Esto no pasaba antes, joder viva el siglo XXl".-grité. Mi acompañante sonrió y tiro de mí hacia un lugar más alejado, mi vista rápidamente echó un vistazo a los baños y en sincronización nos adentramos en una de las cabinas del de mujeres.
Extrañamente para mi experiencia de Madrid, el baño estaba vacío y no del todo asqueroso, podría deberse a diversos factores tales como que esta ciudad no estaba tan poblada y la noche apenas comenzaba, pero en cualquier caso era un gran golpe de suerte para mis planes.
Antes de continuar con mi encuentro tuve la curiosidad de preguntarle a la chica como se llamaba.
-Jésica...-murmuró echando la cabeza hacia atrás y esperando a que me acomodara sobre ella, quién estaba sentada sobre la tapa del inodoro.
-Bien Jésica, pues vamos a divertirnos un rato.-exclamé haciendo lo que me pedía y deshaciéndome de mi camisa instantes después. Ella se tomó su tiempo para observarme de arriba abajo, pero mi mirada impaciente la obligo a continuar realizando la misma acción que yo. Sin embargo mi actitud ante ella no fue la misma, pues yo prefería no solo disfrutar con la mirada...
-Pareces un ángel, pero toda la inocencia se deshace al mirarte a los ojos...-murmuró mientras mis manos la acariciaban produciéndole escalofríos.
-¿Inocencia?-pronuncié riéndome a carcajadas.- ¿te parece que una persona inocente haría esto?-murmuré deslizando mi mano dentro de sus pantalones. Ella se sobresaltó y me agarró más fuerte.-En ese caso... soy un ángel que nunca pisara el cielo.
-Quemémonos juntas pues...-dijo mirándome excitada y tomando la iniciativa.
-Dame motivos para hacerlo...-la provoqué.
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-Oye, ¿alguien ha visto a Victoria?-preguntó Scarlett buscándola con la mirada.
-No, la perdí cuando se fue con la castaña de antes.-le respondió Cristy también echándole un rápido vistazo al panorama.
-No te preocupes, debe estar bien, conociéndola se debe de haber ido con la chica, ya sabes, a un lugar más... ¿íntimo?-sugirió Sara, quién ya había regresado con el grupo, eso sí, no sin antes conseguir el número del chico.
-¿Lo sabes por experiencia?-bromeó Alex. Ella rodo los ojos y le dio un golpecito en la cabeza a su primo.
Steve la abrazó fuertemente por detrás y le dio un beso en la mejilla.
-Sara García es única y exclusivamente de mi propiedad.-afirmó.
-Eso no es lo que decía Martín...-murmuró Sara riéndose de la mueca que puso el castaño.
-Con que Martín, ¿y él que decía?-le preguntó el pelirrojo sonriendo.
-No lo sé, la verdad no tuvimos demasiado tiempo para charlar...
-Sara por favor... no me esperaba esto de ti...-exclamó Malcon divertido.
-Es que llevaba una camiseta de
Green Day... ¡y un collar de One Piece! ¿Que tenía que pensarme?-exclamó riéndose.
-¡Coff, coff, friki!-gritó Alex a su lado.
-¡Coff, coff, soltero!-se la devolvió ella sacándole la lengua.
-No por mucho tiempo...-refunfuño molesto colocándose el pelo.
-Creo que esa chica opina igual...-exclamó sorprendido Dereck observando a una pelirroja que le sonreía desde una zona de la barra. Alex se quedó embobado mirándola.
-¿A qué esperas?-le preguntó Malcon dándole un empujón.
-No puede ser... es demasiado guapa para mi hermanito.-exclamó divertido Steve mirándola sin ningún disimulo.
-No está mal...-afirmó Sara sonriendo.-Alex, no te quita el ojo de encima... Ve a descubrir qué tipo de retraso tiene, y si no es muy grande aprovecha, no todos los días se fijan en tus pantalones de chándal y tú tupe amorfo.
-Eres un amor, no sé cuándo fue la última vez que me dijiste algo tan bonito.-dijo con un tono cargado de ironía el castaño.
-Quién sabe, hace un mes te dije que me gustaba tu forma de cantar.-recordó.
-Lo decías mientras me grababas para poder chantajearme más tarde...
-Lo que cuenta es la intención.-se rió Sara incitándolo a que se acercara a la desconocida.
-Vale, vale... ya voy.-exclamó apartando a todos sus amigos. La chica no le había dejado de observar de refilón con una sonrisa en la cara. Le resultaba llamativo, se había fijado en él cuando estaba solo y bebía un cóctel de lo que le pareció reconocer como Maracuyá y algún tipo de alcohol. No parecía aburrido, no dejaba de mirar hacia un grupo de gente cada cierto tiempo y sonreír. Cuando se dio cuenta de que eran amigos suyos comprendió sus sonrisas furtivas que denotaban felicidad por ellos. Además de eso, la chica tampoco pudo evitar ver sus peculiares pasos de baile, que le hicieron reír en un determinado momento.
Ahora Alex se estaba aproximando a donde se encontraba, y ella mientras tanto escuchaba de fondo la charla que mantenían sus amigas sin ocultar el claro interés por su llegada.
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-Scarlett...-murmuró James mirándome a los ojos. Yo le devolví la mirada.- ¿Cuando vuelves a Japón?-me preguntó con una voz algo apagada. Ahora que estábamos fuera del local se nos escuchaba mucho más claramente.
-Supongo que dentro de un par de días ya estaré en el avión de regreso...-susurré desanimada jugando con uno de mis pies. Recordarlo me entristecía, cuando vine solo pensaba en que sería un poco de paz al alejarme de mis padres, pero ahora que había convivido con mis tíos y Keith durante aproximadamente un mes, había descubierto lo divertido que resultaba la vida aquí. Había conocido a personas geniales sin estúpidos prejuicios, encontrado a mi mejor amiga en persona, cosa que nunca llegue a imaginar que pasaría. Había hecho amigos de verdad e incluso dado mi primer y segundo beso, cortesía de Victoria.
Sentí por primera vez que se preocupaban por mí...
Nunca soñé con algo tan bonito. Mi primo me cuidaba como si fuera su hermana pequeña, la tía se preocupaba por mi alimentación y vigilaba que mi peso llegara a un estado normal... Matt me hablaba con naturalidad sobre temas desagradables de su vida, solo para que viera que no era la única a la que le ocurrían este tipo de cosas... James me hizo darme cuenta de los fallos de las personas, pero dejó su orgullo de lado para intentar arreglarlo. En tan solo unas cuantas semanas viví todas las experiencias que había perdido durante casi catorce años... y ahora tendría que aprender a desprenderme de nuevo de lo que la gente define como "felicidad" para volver a mi antigua y deprimente vida. Eso sí, este viaje no sería en vano. No volvería a caer en depresión, no volvería a dejarme llevar por esos sentimientos que me llevaron a la bulimia, no haría caso a los comentarios de gente que no me conoce... intentaría rehacer mi vida desde cero y encontrar allí personas como Sara, Steve o Cristy, el novio de mi primo, el pelirrojo... gente así debe de haber en todas partes, solo debía comenzar a buscar.
-Te echaré de menos...-murmuró James respirando profundamente el aire frío de la noche.
-Yo también...-contesté girándome hacia él por un momento.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-¿No lo has hecho ya?-respondí sonriendo levemente. Él asintió.
-¿Te gusta alguien?-preguntó sin desviar los ojos de un punto fijo en el suelo. Yo le dediqué una mirada sorprendida.-Bueno, a estas alturas creo que solo debo decirlo claramente...-exclamó aclarándose la garganta.- ¿te gusta Matt o te gusto yo? O ninguno de nosotros... es decir, no tenemos porque...
-Ya te entendí.-le detuve evitando que se complicara con las palabras.
-y bien...-murmuró.- ¿cuál es tu respuesta?
-No lo sé.-le dije.-Si pienso en lo que ocurrió desde que nos conocimos... he de admitir que no soportaba a Matt desde un principio y tú realmente me agradaste...
-¿En serio?-preguntó sin contener una pequeña sonrisa. Yo moví la cabeza en una afirmación.- ¿pero?-agregó dudando.
-Pero más adelante Matt me demostró que no era tan imbécil como pensaba. Y tú me demostraste que no eras tan bueno como suponía...-él bajó la mirada dándome la razón.
-Yo... sé que lo que hice en aquella ocasión fue detestable... pero, te juro por lo que más quieras que me arrepentí de inmediato de mi comportamiento. Sé que no fue adecuado y que mis palabras te pudieron herir mucho... pero, no estaba molesto por ti, tú no habías hecho nada... solo que en ese preciso momento estaba muy mal con mi hermano, habíamos discutido mucho sobre ciertas cosas y todo junto me hizo estallar y decir estupideces que nunca pensé... así que aunque sea demasiado tarde para decirlo... lo siento mucho.
-Lo sé.
-¿Lo sabes?
-Matt... aquel día me dijo que no me enfadara contigo, me explico las cosas y yo no te guarde demasiado rencor. Ya estabas perdonado, pero me alegra que me lo dijeras de todas formas.-exclamé.
-Matt... ¿fue a pedirte que me perdonaras?-preguntó sin poder evitar sorprenderse.-pero él me dijo... y vosotros...
-¿Que me beso?-pregunté algo avergonzada.-Sí, me beso. Pero... eso ocurrió de forma tan inesperada que ni siquiera creo que se imaginara que iba a pasar algo parecido.-El pelirrojo no respondió, tan solo se quedó quieto y se apoyó contra la pared.
-Me gustas.-murmuré, él volvió a prestarme atención.-pero también me gusta Matt.-confesé.-es algo extraño, pero no puedo evitarlo...
-¿Cómo es posible?-preguntó riéndose.-De alguna manera comprendo lo que dices y lo más sorprendente es que no me molesta.
-Si te molestara yo sería la primera en quejarme, ¿te recuerdo que hace menos de una hora besaste a Matthew delante de mí?
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-Oh, Matthew, que formal.-exclamó el chico riendo. Scarlett también sonrió.-según lo que está pasando... ¿significa que nos gustamos entre tres personas? Y de las cuales hay dos chicos... eso son totalmente imposibles.-se rió James.
-Bueno, entonces simplemente digamos... que somos amigos que nos tenemos mucho cariño.-bromeó la heterocrómica riendo.
-Scarlett... ¿puedo darte un beso?-preguntó de repente algo más calmado. Ella simplemente se quedó quieta, mirándolo a los ojos durante un largo rato, y tras un pequeño silencio movió la cabeza de arriba abajo por inercia. En ese preciso instante, James, lo más sereno que podía permitirse estar, dio un paso hacia ella con los nervios a flor de piel y le poso una de sus temblorosas manos en la mejilla.
Cuando se acercó a Scarlett lo suficiente como para poder sentir su proximidad, cerró los ojos con lentitud y respiro profundamente. La chica apoyó una de sus manos sobre el pecho de James, notando completamente los acelerados latidos de su acompañante y entonces ocurrió, acabaron con el escaso espacio que había entre los dos. Fue un beso cuidadoso, lento y, para que mentir, bastante torpe. Pero para ellos fue su primer beso como es debido.
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-Malcon, te quiero.-murmuró el pelirrojo dándole un beso en la mejilla.
-¿A qué se debe esa muestra de cariño? ¿Qué has hecho?-le pregunté instintivamente dando un paso hacia atrás. Él se rió.
-¡No he hecho nada! Solo me apeteció decirlo...-se quejó. Yo sonreí y le abracé apoyándome sobre su cabeza.
-¡Quiere que le des un hijo!-gritó Keith apenas un segundo antes de juntarse de nuevo con Luka.
-Le doy siete si quieres.-bromeé.
-Yo quiero.-murmuró en mi oído. Yo solté una carcajada.
-¿Empezamos pues?-murmuré besándole de forma brusca. Él se dejó mientras me agarraba de la camisa.
-¡Eso en la cama!-volvió a interrumpirnos el rubio.
-¿Estas de broma? ¡Pero si vosotros estáis más cachondos que dos perros en celo!-le contesté echándoles un vistazo.
-Por eso lo sabemos.-afirmó Luka riéndose.
-¿Cuánto crees que habrá bebido?-bromeó el pelirrojo.
-Para que el pequeño Strauss diga eso... te aseguro que mucho.-dije asintiendo y riéndome.
Keith se nos acercó un poco más calmado junto al castaño, quién se había quedado con las ganas de continuar.
-Por curiosidad... ¿quién gano la apuesta la última vez?-nos preguntó sonriendo de lado. Yo sonreí complacido y contesté un "obviamente yo" con la mirada.
Sin embargo él me devolvió la mirada con un deje de incredulidad.
-Hicimos un trato.-contestó Dereck.-uno cada vez.
-¿Tenéis turnos?-se rió de nosotros el mayor.
-Podrías probar, seguro que es interesante para Luka tenerte debajo.-solté aguantándome la risa. Luck estaba con los ojos abiertos como platos. Parecía haberse imaginado algo diferente...
-Quizás lo haga.-soltó ampliando su sonrisa.-parece ser divertido, Luka tiene siempre una cara de placer cuando lo hago...-se burló. El pequeño tenía sus mejillas tan rojas como el pelo de Dereck.
-No negaré que cuando te acostumbras no está tan mal.-afirmé.- eso y cuando tu acompañante aprende a hacerlo...-dije con algo de rencor avergonzando está vez a mi novio. Keith rió con fuerza.
-¿Y a quién le toca hoy?-preguntó. Yo refunfuñe.
-Comprendo... no rompas a Malcon.-bromeó dándole una palmada en el hombro a Dereck y alejándose de nuevo con Luka de la mano. Tras eso fui agarrado por sorpresa y la fiesta continuó en el punto en el que lo habíamos dejado.
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La música sonaba y Steve parecía haberse relajado por completo, al final todos estábamos disfrutando de la noche, eso sí, unos más que otros...
-¡Sube!-gritó Steve riendo.
-¿Estás loco?-le respondí en el mismo tono.
-¡Sí!-exclamó extendiéndome la mano. Yo acabé cediendo y se la agarré para impulsarme sobre la tarima, que no era más alta que un par de escalones desde el suelo.
Empezamos a bailar sobre ella captando la atención de las demás personas del establecimiento. Algunas voces nos animaban de entre el ahora público, de hecho, pude reconocer la de mi hermano.
-Alguien me ha tocado el culo...-murmuró Steve riendo.
-A mí también.-exclamé de pronto mirándole.
-¡Ups, que fallo!-dijo riéndose y apartando la mano.
Pasado un rato utilizamos la improvisada pista de baile como un banco y nos sentamos a descansar un poco.
-¿Cuando me lo vas a contar? Me muero por dentro cada vez que te miro a la cara...-murmuró Steve observándome con detenimiento el ojo. Yo mire la hora en el movil《01:53》.
-Te quedan aproximadamente nueve horas, suponiendo que me levante temprano.-le respondí intentando olvidar el tema de nuevo.-Mira, Alex está con una chica.-exclamé desviando su atención hacia la barra.
-Lo sé, la vio antes.-afirmó con desgano fijando su mirada de nuevo en mí. Yo mantuve la vista sobre su hermano y la pelirroja, no quería soportar el regaño sin palabras que reflejaban sus ojos.
La chica se reía alegremente mientras le pasaba un brazo sobre el hombro. Alex sonreía y hablaba sin parar sobre algún tema de su interés. Mientras ella se acercaba más a él disimuladamente. De alguna manera me fije en la sutil forma en la cual acercaba su mano al vaso del castaño, pensé que tan solo pensaba darle un sorbo a su bebida, pero cuando note como soltaba algo en su interior la única reacción que tuve fue la de levantarme de inmediato y correr junto a él. Steve me siguió rápidamente sin entender mi acción.
-¡Serás zorra!-le grité lo suficientemente alto para que me escuchara a través de la música. Alex sorprendido se puso en pie y me miro sin entender.
-Cristy, ella es...
-¡Me da igual quien coño sea! ¡Te ha echado algo en la bebida!-exclamé enfadada mientras señalaba el vaso.
-¡No es verdad!-contestó la chica defendiéndose.
-¿Que dices Cris?-me preguntó Steve.
-Lo vi desde la tarima, su mano, la vi introducir algo en la bebida de Alex.
-¿Puedes comprobarlo?-preguntó la pelirroja "ofendida".- ¿por qué querría drogarlo? Todo iba bien...
-Bien, pues bébetela.-exclamó Steve.
-¿Qué?
-Eso, si no le echaste nada no te importara, ¿verdad?-preguntó Alex esperanzado.
-Bueno, pero solo un sorbo, que ya bebí mucho.-dijo mientras agarraba la copa y se la acercaba a los labios bajo mi mirada de estupefacción ¿de verdad iba a hacerlo? ¿Había imaginado aquello? Quizás había sido un malentendido y yo estaba confundida...
La chica dio un trago de aquella sustancia y volvió a dejar el vaso en su lugar. Estuve a punto de disculparme con ella, pero un grito me lo impidió.
-¡María! ¿Te has vuelto loca? ¡Escupe eso de inmediato!-gritó un chico alto de pelo castaño acercándosenos.
Alex miró el vaso asustado y derramó el contenido en un pequeño lavamanos del otro lado de la barra.
-Tan solo fue...
-¡No importa! ¿Qué demonios pretendías? ¡Nos vamos a casa! Me lo contaron tus amigas... eres una niñata inmadura.
La escena duro apenas unos segundos pero el chico antes de nada nos explicó la situación.
Al parecer aquella a la que llamaba María era su hermana pequeña. Supuestamente ella y sus amigas habían apostado quien se acostaría antes con un chico y la perdedora tendría que hacer algo verdaderamente desagradable... a medida que pasaba el tiempo sus amigas habían cumplido su trato pero tan solo quedaba ella y otra más, por lo que había pensado acabar con todo hoy.
-Y si pensabas hacer eso desde un principio... ¿por qué demonios me elegiste a mí?
-Me pareciste un buen chico... y aunque fuera de malas maneras no quería acostarme con cualquier persona...-mencionó avergonzada.
-Joder ¿y tenías que echarle Antropina en la bebida?-exclamé aun alterada, Steve me puso una mano en el hombro.-No puedes obligar a alguien a quererte por la fuerza ¡pero mucho menos obligar a una persona a acostarse contigo!
-De verdad que lo siento mucho, me la llevare a casa, juro que no volverá a pasar algo así...-se disculpó su hermano agarrándola de un brazo y tirando de ella hacia la salida.
-Demasiado bueno para ser verdad supongo...-susurró Alex.
-Estaba loca, pero te eligió porque sí que le gustaste, piensa en eso.-le animó el castaño más mayor.
-Alex, ven conmigo, te voy a conseguir un ligue decente.-exclamé agarrando su mano y acercándome a la pista de baile, Steve vino detrás riéndose.- ¡Hoy no nos vamos de aquí sin un final feliz para todos!
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