#Narra Steve:

Mientras esperaba a Keith cerca de las escaleras vi a Cristy bajar hecha una furia, no entendía que podría haberle pasado, pero era bastante raro verla tan alterada.

Me acerqué para preguntarle qué ocurría, aunque mi instinto me decía que no era buena idea aproximarse demasiado... Sin embargo, cuando la tuve a mi lado fue ella quien me dirigió la palabra en primer lugar.

-Si ves a Keith ¿le puedes dejar un mensaje de mi parte?-me preguntó adoptando una sonrisa bastante forzada. Yo asentí sin saber de lo que hablaba.-Como se acerque a Luka le castro.-exclamó con una mirada inquietante.

Tras esa amenaza se alejó por la pista de baile dejándome atónito y la perdí de vista.

Poco después Keith bajo también.

-¿Sabes que le pasa a Cristy?-le pregunté dudando.

-Luka le contó todo y luego ella me pego una bofetada.-dijo simplemente encogiéndose de hombros.

-Ya... ¿y ahora me puedes explicar que fue ese "todo"?

-Te lo explico mañana, creo que ya se acabó la fiesta para mí.-respondió estirándose y bostezando.-Venga, divertiros vosotros.-dijo en referencia a Malcon y Dereck.-Yo creo que me voy a dormir.

-Tú mismo, pero duerme en tu cama, que siempre me quitas la mía...-me quejé mirándole de reojo, parecía realmente cansado.

-Que sí pesado...-contestó mientras volvía a subir.

Vaya lío se había creado.

Bueno, yo no podía hacer nada por ellos, buscaría a Dereck y me olvidaría de todo este repentino drama hasta mañana.

Di una vuelta por la casa hasta que lo encontré, estaba cerca de una mesa, bebiendo de un vaso y mirando hacia la improvisada pista de baile con cara de pocos amigos.

Me acerqué a él y dirigí mi mirada hacia su punto de vista.

-¿Te puedo hacer una pregunta?-le dije apoyándome sobre su hombro.

-Ya lo estás haciendo.-murmuró mirándome durante unos segundos.

-¿Por qué miras a mi prima como si la quisieras asesinar?

Él se giró por completo hacia mí.

-No estoy haciendo eso.-negó.

-Si las miradas mataran Sara ya estaría bajo tierra.-me reí.

-No es nada.-contestó haciendo un amago de sonrisa.

-Pues vale.-le dije alejándome de allí.-pero que raros están hoy todos...-murmuré para mí mismo.

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#narra Dereck:

Vale, quizás Steve tuviera razón en eso, estaba mirando mal a la pobre chica, pero era culpa suya, cómo no quería que la mirara mal si se estaba restregándose contra Malcon de esa manera.

Mierda, ya habían pasado años... ¿cinco? ¿Seis? quién sabe... tenía que aceptarlo, a Malcon le gustan las chicas, yo no tenía ninguna posibilidad con él, nunca la había tenido y probablemente nunca la tendría. Y aun así, sabiendo eso, ¿por qué no podía olvidarlo y pasar página? ¿Por qué seguía doliéndome tanto cada vez que lo veía con una chica a pesar de saber desde un principio que era heterosexual?

Mientras me lamentaba en mi interior volví a llenarme el vaso.

-Oye pelirrojo.-me llamó la chica con la que había hablado antes.-no seas aburrido, ven a bailar, esto es una fiesta.-me dijo tirándome del brazo.

-Sandy...-me empecé a quejar.

-Sandy nada, a bailar me ordenó conduciéndome al montón de gente en el centro de la habitación.

Sandy era mi compañera de ciencias, la misma rubia de la apuesta. Llevaba un vestido verde a juego con sus ojos. Sinceramente, si me interesaran mínimamente las mujeres, ella sería una buena opción. Sin embargo, estaba ahí bailando con ella y pensando en el moreno.

Ahora que me fijaba, Malcon miraba a Sandy interrogativamente ¿tan raro era que yo estuviese con una chica? A pesar de mi orientación sexual, no es como que dejara que la gente lo descubriera con facilidad. Siempre conseguía excusarme, sin resultar demasiado obvio, a la hora de salir con chicas. Además de que muy de vez en cuando comenzaba una breve relación, a pesar de ser unilateral, para poder mantener mi secreto oculto durante el mayor tiempo posible.

Por eso, ¿qué es lo que le parecía tan extraño como para mirarme de esa manera?

Sin darme cuenta acabamos bailando muy próximos a ellos, no es como que la estancia fuera muy amplia, pero terminamos prácticamente a su lado.

No sé porque razón, pero Malcon comenzó a bailar más animado y provocativo desde que yo me había unido a la pista. Estaba agarrando a Sara por la cintura y cada vez se pegaba más a ella, no aguantaba tener que seguir viendo eso.

Sandy hacia algo parecido, pero sin exagerar tanto ya que no intentaba ligar, eso lo sabía. Era una amiga que llevaba un par de copas encima y era divertido verlo.

Dejé de pensar en Malcon durante un momento e intente divertirme, el alcohol que había ingerido no me había causado ningún efecto excesivo, pero ayudaba un poco a alejar mi mente de aquello.

Cogí a Sandy por la cintura y comencé a bailar algo más animado que antes.

-¡Eso es!-gritó entre la música.-ya estás empezando a cogerle el ritmo.-rio ella.- ¿A que esto es más divertido que mirar?-Yo asentí sonriendo.

Pasado un rato la canción acabó y yo estaba exhausto, no comprendía como la gente llevaba allí horas sin cansarse.

Me acerqué a un sofá dejando a la rubia bailando la siguiente canción y me tiré sobre él sin ningún cuidado apoyando la cabeza sobre el reposabrazos.

De pronto sentí una presión sobre mi abdomen y abrí los ojos sorprendido. Malcon estaba sentado sobre mí sin ningún reparo.

-¿Qué, te estas divirtiendo?-me preguntó.

-Sí, aunque me divertiría más no tenerte sobre mí ¿sabes que pesas ligeramente mucho?-me quejé apartándole y dejándole un hueco en el sofá.

-Al final has conseguido ligar con la rubia ¿no?-sonrió.

-No creo, solo me sacó a bailar porque me veía aburrido.-expliqué encogiéndome de hombros.-y tú, ¿Qué tal con Sara?-le pregunté intentando no sonar resentido.

-Bueno... Es guapa, pero a mí ya me gusta alguien, así que no me interesa particularmente-soltó natural.

-Oh ¿de verdad?-pregunté intentando no mostrar mi decepción. Él asintió.-¿La conozco?

-Algo así.-respondió.

-¿De veras? ¿Y quién es?-pregunté, aunque viendo su negativa a una respuesta formulé mejor la cuestión.-¿Cómo es?

-Es muy guapa...-murmuró sonriendo.- Tiene el pelo rojizo, es muy llamativo, es lo primero que me llamó la atención de ella.

-¿Y qué fue lo segundo?

-Su personalidad, por supuesto.-exclamó.-Tiene gustos muy parecidos a los míos, y eso me encanta. Le gusta  jugar videojuegos y se enfada tontamente al perder, igual que le molesta que sea más alto que ella. El hecho de que sea tan sencillo hacerla rabiar me divierte mucho.-expresó mostrando un brillo en los ojos que no solía tener cuando hablaba de otras cosas. Me molestaba.- También me encanta su sonrisa, antes llevaba aparato, pero desde que se los quitaron está mejor que nunca.-siguió contando el moreno alegre inmerso en sus recuerdos. -Lo mejor de todo es que es mi mejor amiga desde hace años.

-Parece que te gusta mucho...-afirmé sonriendo levemente. ¿Por qué nunca me había hablado de ella? ¿No éramos acaso como hermanos? Si le llevaba gustando una chica desde hacía tanto tiempo, ¿no sería lo normal compartirlo con tus amigos?

-Ni te lo imaginas...-suspiró Malcon.- Aunque dudo que ella piense en mi de esa manera. Así que me conformo con tenerla a mi lado.-exclamó ampliando su sonrisa y levantando la mirada hacia el techo.

Escuché todo con detalle, y aunque odiase admitirlo, parecía que realmente le importaba y la quería... Así que tragándome mi impotencia intenté actuar con tranquilidad.

-Parece genial-intenté sonreír.-seguro que tú a ella también le gustas, sólo inténtalo.-le aconseje.-Nadie puede saber lo que piensas si no se lo dices por ti mismo, nada va a cambiar si no lo cambias por tus propios medios. Así que inténtalo, no vas a perder su amistad si las cosas no van bien, no desaproveches tu oportunidad.-"Tú al menos tienes una" pensé para mis adentros.

-¿Y qué debería hacer?-me preguntó mirándome con la intensidad que reflejaban sus ojos en aquel momento.

-Primero, dile todo lo que me has dicho a mí y luego...-le dije atragantándome con las palabras y sintiendo un nudo en la garganta.-bésala.

-¿Que la besé?-Yo asentí.

-Acércate a sus labios, pero deja que ella termine la unión, que no sea a la fuerza.-le aconsejé. Me estaba clavando las uñas en las palmas de las manos debido a la fuerza con la que me las apretaba en aquel instante.

-Está bien, lo intentaré, espero que funcione.-expresó con seriedad antes de acercarse peligrosamente a mí y dejar nuestros labios a milímetros de rozarse. Mi mente se quedó en blanco por unos instantes y aflojé la presión de mis manos involuntariamente.

- ¿Qué...?

-¿Aún no lo has pillado? Eres tú Dereck, "la chica que me gusta" eres tú.-exhaló haciendo que notara su respiración sobre mi boca.

Tardé un rato en procesar lo que me acababa de decir cuando cometí la mayor imprudencia de mi vida.

No solo me acerqué lo poco que quedaba para unir nuestros labios, sino que lo hice en medio de todo el mundo, a la vista de cualquier mirada curiosa, en una casa repleta de adolescentes alcoholizados y eufóricos que no estarían prestando atención a una acción como esa... "no estarían prestando atención a una acción como esa". Con ese último pensamiento en mente, y ya demasiado tarde para retroceder, decidí cerrar los ojos y disfrutar del momento, ese momento que pensé que nunca llegaría. Mientras me repetía a mí mismo que me olvidaría por una vez de lo que pensaran los demás, mi cuerpo se movió por voluntad propia y aferró a Malcon con mayor vehemencia, quién respondió a ello profundizando el beso. Yo sin oponer ninguna clase de resistencia me dejé llevar por él, deleitándome en mi pequeño triunfo personal.

Las manos que me sostenían con delicadeza no eran las finas y suaves manos de una mujer, ni tenían un tacto tan apacible como se cabía esperar de una... Eran unas manos grandes y fuertes las que me agarraban con cuidado y me acariciaban cálidamente. Eran las manos de un chico, y no de un chico cualquiera, eran las manos de Malcon.