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El sabio consejo de un gay

No me lo creía, estaba aquí, de verdad. Estaba en Madrid, a las ocho de la tarde, en una fila en la cual ni se veía el final, para ver al mejor grupo de música de todos los tiempos ¡AC/DC! 

Estaba eufórico, no cabía en mi la emoción, en apenas un par de horas estaría en primera fila de uno de los mejores conciertos de la historia, al final agradecería y todo a mi hermana el haberme arrastrado aquí a las nueve de la mañana sólo para poder estar tan cerca de mis ídolos.  llevábamos once horas esperando, pero se nos habían pasado volando, sobre todo a mi. A pesar de haber llegado tan temprano, aún había gente delante de nosotros, sin embargo, la compañía había sido otra de las mejores cosas del momento; delante nuestra había un grupo de chicos un par de años mayores que nosotros, eran mayores edad todos, por lo que no tenían inconvenientes en entrar, sin embargo, nosotros al ser menores lo teníamos más complicado pero habíamos tenido la suerte de que el concierto se organizará al aire libre, ya que si no hubiera sido así, no se nos permitirá la entrada ni aún con un permiso. Pero a lo que iba, el grupo de adelante, nos habló nada más llegar, éramos uno de los primeros aunque ya había bastante gente, pero nos llevamos muy bien sobre todo por mi hermana, ya que fue tan extrovertida con las personas que rápidamente se ganó su amistad. El grupo constaba de cinco personas, entre las cuales había dos chicas y tres chicos. Ambas chicas tenían dieciocho años, al igual que uno de sus amigos. Una de ellas, Amby, tenía el pelo corto y teñido de rojo, era de la altura de Cristy aproximadamente y pareció congeniar con ella. La otra, tenía flequillo y el pelo castaño y largo, se llamaba Samantha, aunque todos la llamaban Sam, desde el primer momento estubo bromeando y haciendo tonterías, era muy divertida, sobre todo ahora, ya que había bebido un poquito a partir de las siete, aunque claro, aun no estaba ebria. 

Los chicos eran Andrew, el mas pequeño, tenía pelo largo, demasiado, y una pequeña perilla; Mikey, de veinte años, era rubio con algunas rastas, él si que se había pasado con el alcohol desde bastante temprano; y Daniel, no intervino demasiado en la conversación, pero parecía agradable, tenía diecinueve por lo que había entendido.

-¡Cuando acabe el concierto tenemos que despedirnos, eh! No os 

Vayais a ir sin nosotros.-exclamó Sam sonriendo.

-¡Claro, pero hay que correr para coger buenos sitios, en cuanto entremos, no mireis atras!-gritó Cristy. Yo comence a reirme.

-No penseis en el final, aun queda la mejor parte.-agregé.

-¿No teneis calor con esa ropa?-preguntó Amby mirandonos calculadoramente. Cris y yo nos dirijimos una mirada confusa.

-¿Calor? Pero si es invierno.-murmuré sonriendo. Mi hermana llevaba unos vaqueros y una camisa negra del grupo, a parte de una chaqueta por encima. Yo iba practicamente igual pero con unos vaqueros negros algo rotos, la verdad, si mis amigos me vieran así se reirían de mi, me gustaba ir así vestido, pero no solía ponerme mucho este tipo de ropa, pues hacía un tiempo me había dado una epoca "rockera" y Alex y Sara me decían que parecía un niño bueno vestido de malote... la verdad, con mi cara de niño pequeño y mi altura, era cierto que se veía extraño, de hecho, mucha gente no sabe que me gusta esta música porque siempre la asocian a sexo, alcohol y drogas, y pues no necesariamente era así siempre... 

-Vais a pasar calor dentro.-afirmó Andrew.-entre la música, la gente gritando y bailando y la multitud de personas que estaran practicamente pegadas a ti, acabaras sudando. 

-¡y no nos olvidemos del alcohol Drew!-exclamó el rubio levantando una botella de cerveza y riendo.

-Es cierto, eso tambien te hace entrar en calor.-concedió el castaño riendose.

-Por cierto melenas, cuando entres te vas a afixiar con tanto pelo ¿te dejo una coleta?-le preguntó la pelirroja burlandose.

-¡Tú no lo entiendes!-gritó el chico acusándola.-la gracia es mover el pelo.-explicó moviendo la cabeza de arriba abajo y arrastrando con ella su cabello.

-¡Claro!-le apoyo Sam añadiendose al movimiento.

-Luka, tu podrías hacerlo tambien, te ha crecido mucho el pelo desde él verano.-menciono Cristy mirandome el flequillo que ya casi me tapaba los ojos y el pelo que me llegaba por poco a los hombros. Aunque claro, no lo podía comparar con el de Andrew, el cual le llegaba casi a la cintura.

-Si, la verdad es que lo tengo bastante largo.-mencioné moviendolo hacia un lado.

-Bueno, ahora lo importante no es el pelo, sino que a penas en unas horas estaremos ante ¡Angus Young! Es un dios.-habló Daniel.-es mi ídolo desde niño.-dijo sonriendo con sinceridad.-¡y al fin voy a poder verlo en persona!

-¡Si, va a ser una pasada!-exclamó Cristy.

¡Estaba emocionado, euforico, entusiasmado y todos los sinonimos de estas palabras!

El día de hoy sería inolvidable.

_____________

-¿Que haces?

-Es obvio ¿no?

-Si, pero te estoy dando una oportunidad para excusarte...-murmuré.

-¿Crees que me voy a excusar?¿en serio?¿aun no me conoces Sara? Llevo casi una semana viviendo contigo... 

-Han pasado cuatro días...-me quejé mirandola divertida.

-Es que contigo pierdo el sentido del tiempo...-se exculpó mirando hacia el techo y riendose.

-Claro, y en estos cuatro días ¿no te ha quedado claro que... ME GUSTAN LOS TÍOS?-le grité a Victoria.

-¿No?-preguntó inocente.

Victoria se había pasado todos y cada uno de los días acosandome, de manera sutil y entre bromas, pero notablemente. A mi me daba igual, pero creo que la cuestión principal era que no había captado el mensaje...

En este momento estaba tirada sobre mi en el sofa, y mientras yo intentaba mirar la tele ella intentaba besarme el cuello, bueno, intentaba no, lo lograba, principalmente porque a mi me traía sin cuidado lo que estaba haciendo y solo quería apartarla para ver hora de aventura... tarea complicada si me tapa con sus mechones azules los ojos...

-Bésamee...-se quejaba como una niña pequeña.-¿que te cuesta?-preguntaba infantilmente.-Dame un besoo, Saraa... bésame, bésame,

bésame, bésame...-repetía una y otra vez sin cesar, me estaba poniendo histérica.

-¡Cállate!-me quejé yo rodando los ojos y echando la cabeza para atrás. Sin embargo ella no dejaba de decirlo minuto tras minuto sin aburrirse ni cansarse.-¡Victoria!

-¿Si?

-¿te puedes callar? Por favor.-rogué.

-Claro.-accedió.-si me das un beso.-yo suspiré sonoramente.

-¿Si te doy un beso te vas a callar de una vez y me vas a dejar ver mi serie?-pregunté cansada. Ella asintió con la cabeza riendose.-Vale.-acepté yo sentandome bien, aunque sin conseguir quitarmela de encima.

-Pero no me sirve cualquier beso.-aclaró.-si es malo no pararé.

-Por favor... ¿yo besar mal?-me burle sin modestia alguna. Claramente sabía que no era verdad, de hecho me hizo recordar mi desafortunado primer beso... pero logicamente, no se lo iba a decir.

-¡Bien, pues entonces comienza!-exclamó cerrando los ojos y poniendo morritos. Yo comencé a reirme.

-Te comportas como una niña de tres años.-bromeé. Ella entreabrió un ojo y sonrió.

-Sigo esperando.-canturreó. Yo negué con la cabeza y le cogí por los mofletes con una mano para acabar de una vez esto.

La acerque a mi sin vergüenza alguna y uní nuestros labios sin delicadeza, no estaba nerviosa, ni me importaba darle un beso, pero no me hacia sentir nada, simplemente es que no  era de esas chicas a las que le podría dar asco besar a otras, me daba igual, como si me piden que me coma una hamburguesa... bueno no, esa comparación no tendría mucho sentido, sobre todo porque disfrutaría mas la hamburguesa... esto era como dar un paseo, ni me gustaba, ni me dejaba de gustar. Simple.

Victoria entreabrió los labios e introdujo su lengua en mi boca, yo no la detube ni la aparte, por el simple hecho de que sabía que si la paraba me estaría molestando el resto del día con lo mismo. Un beso era un beso, ya me imaginaba que no solo se referiría a lo primero.

Dejé de darle vueltas a tonterías sin sentido en la cabeza y decidí seguirle el beso, al fin y al cabo había fardado de habilidades y no iba a quedar como una mentirosa.

Victoria parecía estarlo pasando bien, ella dirigía el beso a su gusto y de vez en cuando sonreía en mi boca, yo no pude evitar reírme en un momento dado. La agarre de los hombros y la eché hacia atras un poco, pero sin separarme del beso, solo pretendía apartarla de mis piernas, no era una pluma y se me estaban entumeciendo de tenerla encima. De alguna manera ella lo interpretó de otra forma, pero me dio lo mismo, ahora estaba yo encima así que estaba mucho mas comoda que antes. Abrí un momento los ojos y revise la pantalla, la serie ya se había terminado... me había perdido a la princesa chicle pegándole al rey hielo... pero bueno, ya lo pasarían de nuevo, ahora lo que tenía era hambre... 

Me separé de la madrileña y me levanté del sofá acercandome a la cocina, vería lo que tenía por la nevera. Victoria me siguió y cogió un cartón de leche, despues de revisar la fecha de caducidad lo abrió y le dio un par de tragos desde el mismo envase.

-¿Que tal estuvo?-me preguntó.-¿A su altura mi lady?-bromeó.

-Fue divertido.-respondí encogiendome de hombros.

-Estuviste poco participativa y distraída, pero te lo pasare por esta vez porque a la mitad del beso tomaste la iniciativa.-dijo hablando como un profesor tras una evaluación de su alumno. Luego comenzó a reirse.-¿damos una vuelta?

-No puedo... ¿sigo castigada recuerdas?

-Ah si, la expulsión...

-y las notas, el escaparme a la playa, el meter a una desconocida en casa... ya sabes, pequeños detalles.-dije riendome.

-Pues ya no se que hacer... ya hemos visto pelis, jugado a todos tus juegos de mesa, y al poker con comida... Oh, ya se... aun hay algo a lo que no hemos jugado.

-Sorprendeme.

-A siete minutos en el paraíso.-murmuró sonriendo socarronamente.-aunque como solo somos dos... podemos aumentarlo a media hora para cubrir todos los turnos...

-Ah, ¿te refieres a ese juego en el que dos personas se encierran para toquetearse en un armario?-pregunté con voz curiosa y alegre.

-¡Ese mismo!-exclamó.

-¡Pues va a ser que no!-dije imitando su tono. Ella resopló apartandose un mechon de pelo.

-Que aburrida eres...

-¿Que mas te da? Al fin y al cabo me tocas cuando te apetece y me acabas de dar un morreo, ya deberías estar satisfecha pervertida.

-Yo nunca estoy satisfecha...-murmuró con un puchero.

-Pues liate con Scarlett, llega hoy ¿verdad?

-Oh, ¡es verdad! ¡Tengo que hacer la maleta!-Dijo volviendo a la normalidad.-¡Al fin la vere en persona!-exclamó emocionada.

-Que rápido te olvidas de mi...-bromeé riendo.

-Fue bonito mientras duro...-afirmó poniendome una mano en el hombro y fingiendo lastima, luego soltó una carcajada.-Que va, no te libraras de mi tan facilmente chica guapa ya conocida.-dijo refiriendose a como me había llamado la primera vez que me vio.

-Una pena bisexual en practicas.-le respondí.

-¿en practicas?-preguntó confusa sonriendo.

-Es que viendo como besas no puedo decir que seas una experta...-me burle finjiendo decepción. Ella me pegó un codazo.

-Perdona pero beso de fábula. Hágame caso señorita García, antes de irme usted sera mía.-rimó sonriendo.

-Hazme caso pedazo retrasada, como los tíos no me atrae nada.-le contesté con un verso espontaneo, poco fino y muy cierto. Ella comenzo a aplaudirme riendose.

-¿nada de nada?-preguntó.

-Nada de nada.-afirmé. Victoria sonrió de lado.

-Eso es que has provado muy pocas cosas...

_______________

Las cosas habían vuelto a la normalidad desde la partida de Scarlett, ahora James y yo volvíamos a estar como siempre, y de todas formas, aunque ambos sabíamos que llegaba hoy, ninguno de los dos mencionó nada al otro, igualmente, yo ya había decidido dejarle el camino libre a James, al fin y al cabo, lo mío no eran las relaciones. Todos a mi alrededor estaban emparejados, los únicos que faltábamos se podría decir que eramos James y yo, hasta Javi tenía una novia ahora, por eso ya no pasaba casi tiempo con nosotros.

El hermano James, estaba saliendo con Malcon. Malcon con Dereck, lógicamente. Inclusive mi madre ahora había conocido a un hombre... Si ahora James acababa con ella, me quedaría solo... Ya no me importaba que la chica nos gustara a los dos, solo quería que todo volviera a ser como antes... 

-¿Por qué todos se enamoran de alguien?-me quejé en alto sin despegar la mirada de la pantalla de mi ordenador.

-Es el ciclo de la vida...-murmuró riendo Malcon, quien estaba tirado a mi lado en la cama.- lo extraño es que a ti no te guste nadie estando en plena adolescencia.-me dijo, yo resople.

-Que estupidez...-murmuré.

-Es irónico, la primera chica que te gusta y te apartas de ella.

-Prefiero conservar a mis amigos...

-¿Y por qué no vas a conservarlos? Al fin y al cabo, James podría pensar lo mismo que tú. Te dejaría el camino libre si tú se lo pidieras. 

-Pero no es necesario pedirle nada.

-Le proteges demasiado... Al final voy a acabar pensando que te gusta James.-bromeó.

-Yo no soy como tú.-me quejé.-me gustan las chicas, las curvas, las tetas ¿comprendes?-solté un poco a la defensiva.

-¿Y por qué besaste al pelirrojo entonces?-me preguntó riensose.

-Eso solo fue por...-espera... ¿como sabía eso? 

-No me mires así, me lo contó Dereck...-se burló Malcon riendose de mi mientras se metía en la boca un puñado de palomitas.

-¡James se lo ha contado a su hermano!-exclamé sorprendido.

-Bueno... después de que él le sonsacara cierta información comprometida a Dereck... le exigió a James que él tambien soltara prenda.-sonrió el pelinegro.

-¿Que información?-pregunté extrañado.

-Le preguntó si era virgen y si se había acostado conmigo... y cuando lo supo tuvo mas curiosidad y por tanto... muuchas preguntas.

-¿¡Te acostaste con Dereck!?-casi grité. Malcon salto encima mía para taparme la boca.

-Idiota, no grites, que tu madre esta en la habitación de al lado.-susurró regañandome.

-Perdón.-murmuré entre sus dedos. Él me solto suspirando y se volvió a tumbar.

-Espero que no lo haya oído... y sí.-retomo la conversación.-dos veces.-agregó.

-No puede ser...-dije dejando de mirar el juego y pausando la partida. Me sente más cerca de Malcon mirandole a la cara como para comprobar si mentía y suspire tranquilizandome.-¿por qué no me lo habías contado? Yo también tengo muchas preguntas que hacerte ahora.-comenté con cara de estupido, probablemente. 

-No es algo que se suele ir contando como si nada.-contestó riendo.-y bien... ¿que quieres sabes?

-No se...-exclamé rascandome la nuca.-ya sabes, ¿como fue? Y eso...-titubeé. Tampoco iba a preguntarle tan directamente las cosas, me daba corte. Malcon soltó una carcajada.

-Veamos... la primera vez dolio... mucho.-murmuró poniendo una mueca de sufrimiento, como si estuviera recordando una mala experiencia. Luego sacudio la cabeza y continuó hablando.-pero de alguna manera... ¿no estuvo mal?

-¿me lo preguntas?-me burlé. Él se encogió de hombros. 

-Sin embargo la segunda vez, estuvo...

-Espera.- le detuve cayendo en la cuenta de un gran detalle.- si te dolió, ¿significa que tú eras el...? ya sabes...

-¿Pasivo?-me ayudo él a pronunciar.-si, para mi desgracia yo fui debajo.-resoplo resentido. Yo me tape la boca para evitar soltar una carcajada. Malcon me miro molesto.-Tss, cállate, no fue divertido...-murmuró.-Además, tuve que ir al colegio después.-se quejó haciendo un mohín. Yo no pude aguantar más la risa y me deje caer sobre la cama agarrandome el estomago. Él me dio un almohadazo en la cara...

Cuando me calmé me incorpore y seguí mi interrogatorio.

-¿y que se siente?-pregunté realmente extrañado.

-No... quiero decir en alto eso...-murmuró haciendo una mueca.

-¿Por qué?-me quejé.

-Tú hazme caso, por una vez... no quieras saberlo.

-Pero...

-¡Matt!-me regaño.-se siente raro y más tarde creeras que te han roto en dos mitades.-exclamó.-con saber eso te basta y te sobra.-me dijo metiendose otro puñado de palomitas. Quizás era mi impresión, pero sus orejas se habían puesto bastante rojas.

-¿y la segunda vez?-seguí preguntando. Malcon sonrió ligeramente.

-Esa vez fue mucho mejor.-afirmó. No dijo nada más, pero se quedo unos diez minutos mirando a la nada, sonriendo y comiendo del bol. Yo suspiré.

-Si yo quisiera hacer eso con Scarlett, por ejemplo... ¿sería importante la diferencia de edad?

-Muchísimo...-respondió sin dejar de soñar despierto.-¿Por qué no te buscas novia? Pero ahora en serio, una de verdad.-sugirió.-¿Como te gustan las chicas?

-Guapas.-exclamé riendo.

-¡Superfucial!-exclamó Malcon con una voz aguda.-por tu culpa bajas la autoestima a las demás chicas...-continuó finjiendo una voz de niña. Luego comenzó a reirse.-no, en serio, ¿como te gustan?

-Así.-me reí señalando a mi ordenador, en el cual aparecía la imagen pausada de un hada con alas y botines negros, que convinaban con su ropa, la cual era bastante escasa, y el pelo corto y azul.

- para ser de un videojuego, cada vez los gráficos son más realistas y sexys...-murmuró sonriendo mi amigo.

-¿Ya claro y de donde saco una así?

-Bueno, si le quitas las alas, las orejas puntiagudas y el hecho de que va en sujetador... alguna habrá.-bromeó.

-Bien, cuando encuentre una chica así, me tomare en serio las relaciones.-me burlé.-Tú mientras preocúpate por otras cosas...

-Ya lo hago, y mis preocupaciones son muy graves.-mencionó tornandose serio.

-¿Que ocurré?

-No podré hacer el amor en mucho tiempo...-sollozo. Yo le miré y enarqué una ceja sorprendido.-Estúpido Dereck.-se quejó hablando solo. 

-Mas bien... estúpidas hormonas.-me reí yo.-¿regalices?-le ofrecí lanzandole un paquete sobre la cama.

______________

-¡Steve!-gritó Keith antes de lanzarse sobre mi y aplastarme contra el colchón, me estaba asfixiando.

-Keith, ¡fuera de encima, gordo!-le empujé. Luego cogí una buena bocanada de aire.-Casi muero...-dramaticé soltandolo.

-¡Que cálida bienvenida!-exclamó con ironía riendose.

-Fue una bienvenida aplastante.-me quejé mirandolo de reojo, el sonrio inocente.-¿Que tal el viaje? ¿Que te regalaron por Navidad?

-Bien, ropa y dinero. Lo de siempre.

-¿Echaste mucho de menos a tu amorcito?-le pregunté sonriendo.-Luka casi muere por falta de sexo.-me burlé.

-Pues hay que solucionar eso pronto...-afirmo poniendose una mano en la barbilla pensativo, luego rio.- ¿y que tal todo por aquí? ¿te afectó mi ausencia?-dijo poniendome una mano en el hombro. Yo sonreí. 

-Si, casi no podía ni dormir de la preocupación...-bromeé agarrando su mano.

-Ahora en serio ¿alguna novedad interesante?-curioseó el rubio.

-Depende... ¿el hecho de que Cristy me pida sexo es de tu interes?-mencione riendo. Él me miro sorprendido y asintió rápidamente.-Bien... pues sienta, ¡necesito el sabio consejo de un gay!-exclamé levantando los brazos.

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