Aun es extraño
Después de comprender que quejándome no solucionaba nada decidí ponerme a estudiar, al fin y al cabo, que me gustara un chico no lo podía solucionar, pero si sacaba malas notas me castigarían durante las vacaciones.
Paso una hora y cerré el libro enfadado ¡no iba a aprobar matemáticas ni aunque sucediera un milagro! En estos momentos me vendría bien la ayuda del idiota de Keith, pero no podía llamarlo, estaba enfadado con él...
Paso media hora mas en la que me entretuve con todo lo que encontraba en mi habitación, no era precisamente una persona muy centrada... hasta que escuché un grito desde abajo y corrí para ver que pasaba.
Cuando entre al salón me sorprendí al ver a mi padre de pie frente a Cristy y Steve.
-¡Papa! ¿que haces en casa tan temprano?- gritó Cristy sorprendida.
-¿Y tu que haces besando a ese chico en el sofá?-le respondió mi padre alterado. En ese momento me fije en Steve, quien se mantenía callado y rígido. Mira por donde, no pensé que vería nunca a Steve sin palabras.
-¡Tengo dieciséis años!-le dijo avergonzada.
-Y yo cincuenta y dos y no voy besando por ahí a mujeres.-replicó infantilmente.
-¡Porque estas casado y tienes CINCUENTA Y DOS AÑOS!-le respondió.
Si Cristy era igual a mi físicamente, mi padre, era igual a ella mentalmente...
-¿Y quien es este chico?-le preguntó en el mismo tono.
-¡Es el hermano de Alex,lo llevas viendo toda la vida!
-¿Porque estáis gritando?-les pregunté elevando la voz para que me vieran.
-¡PORQUE SINO PARECERÁ QUE HE PERDIDÓ LA DISCUSIÓN!- gritaron a la vez. Yo comencé a reírme.
-entonces... ¿que haces tu aquí?-le pregunté curioso.
-Vaya recibimientos.-contestó.-¡Me cogí una semana de vacaciones!-dijo alegre.
-¿Mama lo sabe?-le pregunté.
-No,sera una sorpresa.-dijo contentó. Nosotros asentimos.
-Bueno, y ahora el tema del chico.-dijo entornando los ojos hacia él.
-Yo soy Steve Martínez señor, salgo con su hija desde el principio de curso.-dijo levantándose de pronto y haciendo una especie de reverencia. Cristy comenzó a reírse.
-¡Desde principios de curso! ¿Y cuando pensabas decírmelo?- le preguntó a Cris.
-¿Nunca?-preguntó inocente. Él la miro mal. Luego volvió a mirar a Steve.
-¡No quiero nietos!-le gritó. El asintió enérgico.
-¡Papá!
Después de eso el fue a su habitación y Cristy hecho a Steve a regañadientes.
-Ya has oído.-le dije pasando por su lado.-No quiere nietos.-le susurré riendo.
-Aquí no soy yo la que hace cosas indebidas...-dijo ella sacándome la lengua.
- Si... Por ahora.-conteste riéndome.
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Las nueve y media... ya habían pasado mas cuatro horas y James no salía de su habitación, me di por vencido y deje de intentar hablar con el, no me haría caso.
Entre en mi habitación y pase las hojas de mi libreta distraido, supuestamente iba a estudiar física hoy... Pero ya no tenía ganas.
Deje mis gafas a un lado y cogí el movil, la pantalla se iluminó al instante, tenía un mensaje nuevo, era de Malcon.
Cuando lo abrí me sorprendió que fuera tan corto, generalmente se ponía a hablar solo, incluso si no le contestaba, siempre me encontraba mil mensajes suyos.
Pero no, solo era una línea:
«Ven a buscarme por favor...» seguida de una dirección.
Me levante rápido y me puse lo primero que vi, después salí de allí corriendo, sin despedirme siquiera.
La dirección no quedaba demasiado lejos de mi casa, así que apurándome un poco llegue en unos diez minutos.
Lo que me extraño fue verlo sentado contra una pared escondiendo la cara.
Me acerque a él y puse una mano sobre su hombro, Malcon levanto la cabeza sorprendido por el contacto.
Cuando le mire a los ojos pude comprobar que estaban rojos y algo hinchados, no sabía que había pasado, pero me puse de rodillas a su lado y le abrace. Él empezó a agarrarme con fuerza y a llorar abrazado a mi, yo simplemente le devolvía el abrazo intentando consolarle.
Estuvimos así durante un largo periodo de tiempo, hasta que se separo de mi y se coloco de nuevo como antes.
-¿Que ha pasado?-le pregunté sentándome a su lado, era tan raro ver a Malcon sin una sonrisa en la cara...
Solo le había visto así de triste cuando hace cuatro años se separaron sus padres.
-No quiere... No me va a perdonar... No cumplí la promesa...-dijo entristecido.
-¿Quien no te va a perdonar?¿Que promesa Malcon?-le pregunté sin entender.
-Matt... La promesa que le hice a Matt... Debía confía en el...-susurró.
De pronto caí en la cuenta de que ese era el nombre del rubio... Y comprendí lo que había sucedido.
Le di un corto beso en la mejilla y le pase un brazo por el hombro acercándolo hacia mi, lo mio no eran precisamente las palabras, así que no podía hacer mucho mas...
-Dale tiempo, pronto pasara todo esto...-le dije, el asintió cerrando los ojos.
-Dereck... ¿te quedas conmigo esta noche?-me preguntó en voz baja, yo asentí y le acaricie el pelo.
Después de un rato le ayude a levantarse y le acompañe a su apartamento, donde vivía su padre, era miércoles y le tocaba con él esta semana.
Entre con él, como le había dicho, y subimos hasta su planta, vivía en el segundo C, así que no utilizamos el ascensor.
Cuando saco la llave de su casa, pude comprobar lo llena de llaveros que la tenía, la mayoría regalos de viajes que ponían "I love México","Madrid" o algunos con muñequitos, como una de un mono azul que le había regalado hace unos años. Era gracioso, pues solo tenía tres llaves y unos siete llaveros.
Cuando entramos su padre estaba sentado en el sofa con un portátil en las piernas.
Era un hombre bastante alto, tenía el pelo oscuro, como Malcon, aunque sus ojos eran marrones. Tenía bigote y gafas, aunque en esta ocasión no las llevaba puestas. Siempre pensé que su sentido del humor venía de el, siempre estaba bromeando, aunque su madre no se quedaba corta en ese aspecto, exepto con las notas de su hijo, entonces era la mujer mas seria del mundo. Nunca entenderé el motivo de su separación, si es que son tal para cual.
-Pa, Dereck se queda a dormir.- aviso pasando por su lado. Él apartó la mirada del ordenador y se giro hacia nosotros.
-Claro ¿que hay pelirrojillo?- dijo saludandome, yo sonreí, simpre me llamaba así.-Ya sabeis las normas: "No meter aquí animales"," las chicas se esconden en el armario, no debajo de la cama","no levantarse en medio de la noche a comer, llevaros las reservas" y "a partir de las doce chitón, que los del piso me regañan a mi"-recitó de memoria. No eran unas normas muy comunes, pero venían como resultado de anteriores ocasiones...
Nosotros asentimos y nos encaminamos a su cuarto.
Malcon se tiro en la cama y yo a su lado.
-Pensé que era mas fácil.-dijo.
-Pues ya ves...-le respondí.
-Gracias por venir...
-No me las des.-le contesté girándome hacia él.-¿Sabes? Aun me es extraño todo esto...
-A mi también.-dijo sonriendo.-Pero me gusta.
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Siento tardar,pero estoy de vacaciones y no tengo internet, pude subir este por suerte, despues del dieciséis no tardaré tanto y perdón si no contesto lo comentarios,ahora no puedo. Espero que os guste :)
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