36: Un año después...
Un año después...
—¿Y como estás después de todo? — me preguntaba mi amiga del otro lado de la pantalla.
Ya ha pasado un año desde que me vine a Londres con Robert, un año desde que decidí alejarme de todo y de todos, un año desde que renuncié a aquel amor, que me atormentaba.
Durante este año tuve flashes, recordaba partes de mi pasado, y sinceramente, me hizo peor, habría preferido no poder recordar nunca más nada de mi pasado junto a ese hombre. Pero hoy puedo decir, por fin, que ya logré olvidarme de él, con Robert estoy perfectamente bien, hemos pasado tantos momentos hermosos, es perfecto, no volví a saber más nada de Chris, y eso me da tanta paz. Cada vez que hablo con Valen quiere nombrarlo, pero no lo hace porque sabe que me hace mal. Pero ya que, estoy viviendo felizmente con Robert, quien me ha demostrado que puedo volver a enamorarme de nuevo, él es increíble.
—¡Estoy bien! Tú sabes que no fue fácil de un día para el otro mudarme a otro lugar, el cambio de horario y las cosas de la vida, pero hoy estoy muy cómoda aquí, con Robert quien me ama y me mima siempre.
— ¿Te enamoraste de Robert? — la escuché decir con una sonrisa en su rostro.
— No sé si podría decir que estoy enamorada, pero lo quiero, y me hace feliz.
— Estoy muy contenta por ti.
—¡Valen! ¿Viste mi corbata azul? — se escuchó de fondo, Valen me miró con una sonrisa y luego su mirada se dirigió a otro lado, mi piel se erizo al volver a escuchar nuevamente su voz. — La necesito para ir a cenar con Melissa y sus padres.
— Está en tu placard, papá. Te la planché y la guarde.
—Gracias, pequeña.
En la pantalla pude divisar a Christopher, con una sonrisa dándole un beso en la mejilla a Valen, abrí los ojos como platos, al ver que su mirada se dirigió a la pantalla, dónde yo estaba. Me puse nerviosa y apagué la compu rápidamente, me levanté y me tiré en la cama, pasando mis manos por mi rostro.
Me sigo poniendo nerviosa cada vez que lo veo, ¡Diablos!
Narra Christopher.
Y ahí estaba ella, creí que no la volvería a ver, ella no se esperaba verme, sus ojos estaban muy abiertos y su boca igual, tenía unas mechitas color negras al frente de su rostro, colgado de su cabello rubio, estaba tan diferente, pero tan igual a cuando me enamoré de ella, que loco que fue todo después de lo que pasó, yo creía que iba a vivir mi vida junto a ella, a su lado, y que ella jamás se iba a olvidar de mi, me lo prometió, pero la vida es una montaña rusa, nunca sabes con lo que te vas a encontras, ¿Habrá recuperado la memoria? ¿Se habrá acordado de todo lo que vivimos juntos? ¿O se habrá olvidado del todo de mi? Todas esas preguntas pasaban por mi cabeza.
—Papá, ¿estás bien? — cuando me di cuenta, Amber ya no estaba más en la pantalla, y Valen estaba frente mío, tratando de que reaccionara de alguna manera.
— Eh... —me senté en el sofá y pasé mis manos por mi rostro. — si, estoy bien. — dije con una sonrisa fingida. Supongo que verla de nuevo me trajo tantos recuerdos, y me dejó alocado, creí que ya había pasado todo, que pude sacarla de mi cabeza, pero no, ¡Es imposible! Ella está, una y otra vez allí metida, dónde nada ni nadie pueda sacarla, y es todo tan loco, ya pasó un año desde que se fue de mi vida para siempre. Hace un año me comprometí, me casé por civil con Melissa, y en dos meses me caso por iglesia.
Todo este tiempo me he dedicado a mi noviazgo con Melissa, y ahora que ya es mi esposa, pero volver a ver a Amber, aunque sea por pantalla, me marcó mucho.
(…)
— Señor Vélez, el señor Leonardo se encuentra en la línea, dice que quiere hablar urgentemente con usted. — dijo mi secretaria entrando a mi oficina.
— Gracias, ya puedes retirarte. — ella asintió y se fue.
Tomé el teléfono y se escuchó un suspiro de parte de mi padre, sabía que algo me iba a pedir.
— Hola, papá. — hablé.
— Bryant, sabes que la empresa de Londres no está yendo como queremos, hemos perdido mucho dinero, y las cosas no están funcionando. — sabía por dónde venía la mano.
—¿Entonces? ¿Que quieres que haga?
— De acuerdo, voy al punto. — tomó aire. — Necesito que vayas a Londres por unas semanas, 2 o 3 semanas son suficientes para arreglar el gran problema, quizá va a ser menos tiempo, o capaz es solo una semana, se que tú puedes y vamos a salir adelante y sino lo que va a quedar es llevar a la quiebra todo, y vamos a tener un gran problema de parte de los trabajadores de allá y...
— Está bien, papá. Voy a ir a Londres, no te preocupes.
— Sabía que ibas a aceptar y lo vas a arreglar, confío en tí. — dijo para luego cortar la llamada.
(…)
— Volveré antes de lo planeado, Meli. — besé su frente para despedirme de ella. Ya nos encontrábamos en el aeropuerto, mi vuelo está a punto de despegar y Melissa estaba a mi lado despidiéndose de mi.
— Me harás mucha falta.
— Y tú a mí, te extrañaré, para los días pasarán rápido, cree en mi.
— Creo en tí. — le di un último beso en sus labios para dirigirme a las escaleras eléctricas dónde mi destino me estaba esperando.
(…)
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