-¿Estas bien? - Robert me sacó de de mis pensamientos. 

-Sí, -lo miré. - voy al baño, ya vuelvo. - me levanté de la mesa, él asintió.

Me dirigí al baño, y rompí en llanto a penas entré.

-¿Qué me pasa? - me miré al espejo, tenía los ojos rojos e hinchados, abrí la canilla y mojé mi rostro, volví a mirarme al espejo, sequé mi cara, y suspiré. - Basta, Amber. - me dije a mi misma, y salí del baño chocando con una persona. - Lo siento. - dije cabizbaja, levanté la cabeza y me encontré con él. Lo único que me faltaba. 

-Siempre fuiste así de torpe. - dijo él con una sonrisa, lo miré mal. 

-Permiso. - dije esquivándolo, pero me tomó del brazo. 

-Qué casualidad, ¿No crees?  

- No lo creo, déjame pasar. - quise esquivarlo pero se interpuso en mi camino. -¿Qué quieres?- suspiré.

- ¿Estás con él? 

-Eso no te incumbe, no te entiendo, ¿no era que no querías verme más? déjame tranquila, por favor. - sentí su respiración chocar con la mía, se había acercado a mí, puso su mano en mí mejilla, lo miré extraño. 

-Espero que él te haga feliz. - se alejó de mí y se fue sin decirme nada más. Era extraño lo que había pasado, definitivamente no lo entendía,  lo miré irse y volví a la mesa donde Robert me estaba esperando.

-Ya estaba por irte a buscar. - me dijo él cuando me vió.

-No me sentía bien y fui a mojarme la cara. 

-¿Quieres irte? 

-¿No te enojas? - él sonrió para luego negar.

- No, ¿Cómo me voy a enojar contigo? Nunca. - Se levantó y estiró la mano para que yo la tomara, lo hice y nos dirigimos a la salida. Miré hacia atrás y me encontré con la mirada de Christopher en mí, su mirada estaba rara, parecía una mirada triste., tan triste que me daba lástima, pero, ¿lástima de qué? si fue él quien me lastimó, fue él quien quiso alejarse de mí, él fue quien me dijo que no quería verme más, no puedo sentir lástima por él después de todo lo que me dijo.

Robert abrió la puerta del copiloto para que yo subiera, y luego él. Robert me miró y me sonrió, le devolví la sonrisa.

-Estas rara desde que entramos al restaurante, ¿pasó algo? 

-No, -negué de un lado para el otro. - me sentía mal, es eso. 

-Si no quieres contarme está bien, lo entiendo. Pero no me confundas, sabes lo que siento por ti, te amo, Amber. No quiero sufrir.

-Quiero enamorarme de ti, Robert. Quiero estar contigo y ser feliz contigo, te quiero a ti. - me acerqué a él y agarré sus manos, él miró mis labios, no dudé ni un segundo y lo besé. Quiero darle una  oportunidad.

-No me esperaba esto. - dijo él con una sonrisa, cuando nos separamos por falta de aire. 

-Empezá a acostumbrarte. 

Narra Christopher.

Ella estaba acá, con él, me odiaba, ella me odiaba. No soporto verla con otro, pero así tiene que ser. Él la quiere, no más que yo, pero la quiere, y la va a hacer feliz. Ella estaba tan hermosa como siempre, tanto que cuando estuve tan cerca de ella quería besarla, abrazarla, tenerla cerca mío, para mi, pero todo era inútil, se nota que ella lo quiere a él, y no se podía hacer nada contra lo que ella siente, ella quiere estar con él, Amber y yo no volveremos a estar juntos, y lo tengo que aceptar.

Ella se estaba yendo, agarrada de la mano de Robert, me miró y nuevamente nuestras miradas se cruzaron, le tire una pequeña sonrisa, una sonrisa triste, ya que me dolía verlo con otro, pero esto tiene que ser así.

- ¿Te pasa algo, mi amor? - Me preguntó Melissa, sacándome de mis pensamientos. 

-No, - negué. -está todo bien, cielo.

-Sé sincero conmigo, Chris. -me miró fijamente. - yo no soy jueguito de nadie, y si no quieres estar conmigo es mejor que me lo digas ahora. 

-No. -tomé sus manos. - Quiero estar contigo, estoy seguro de que quiero estar contigo. -le sonrié y besé sus manos. 

-De acuerdo. 

-De hecho, yo.. - tragué saliva. - quería proponerte algo. -ella me miraba. - Melissa, eres una chica maravillosa, y muy muy hermosa, por eso me gustaría que te cases conmigo, ¿aceptas?

¿Si! -dijo casi en un grito. -claro que quiero casarme contigo, Chris, te amo tanto. -se lanzó sobre mi y ambos nos besamos.

Salimos del restaurante tomados de la mano, y a lo lejos pude divisar a Amber en un auto con Robert, besándose, me dolía tanto, pero tanto que ya no quería mirar más, hace como dos años nosotros estábamos así, amándonos, dándonos amor, eramos una pareja feliz, no eramos perfectos, pero nos amábamos, y eso era suficiente. Nuestro amor se podía ver a miles de kilómetros. Ella me amaba, yo era el único hombre para ella, y ella era única para mi, y ahora, ambos tendríamos que rehacer nuestras vidas, por separado, con otras personas, ¿podríamos volver a ser felices? Quizá sí, el tiempo lo dirá. 

-Sabes amor, quiero que nuestra boda sea única, pero algo íntimo, donde solo parientes cercanos estén, no quiero que hayan muchas personas, sino sería muy agobiante.

-Me parece perfecto. -le sonreí.

-Tenemos que poner fecha, corazón.- empezamos a caminar por las calles frías de la ciudad.- yo digo que sea en primavera, es una de mis estaciones favoritas, aparte nos hace mucho frío ni mucho calor, sería perfecto. 

-Sí.- suspiré. -Si tú lo dices, está bien. 

(...)

-¿Cómo que te casas? Papá, ¿te volviste loco? Melissa no es la persona que amas, ¡por dios! 

-Valentina, es mi vida, ¿okey? Amo a Meissa, y si con Amber fui feliz en algún momento de mi vida, también puedo ser feliz con otra persona que no sea ella, no puedo estar tan aferrado a algo que pasó hace mucho tiempo, ya no siento por Amber lo que sentía antes, fue solo un momento, ahora quiero casarme con Melissa, la amo. 

-¿Qué te pasó, papá? -Valen se sentó frente a mi, tapando la televisión que minutos antes estaba viendo. - Amber era el amor de tu vida hace unos meses, y ahora piensas en casarte con otra persona que no es el amor de tu vida, y no me vengas con que dejaste de amar a Amber de un día para el otro, porque no te creo, ¡por dios, papá! es Amber, la persona por la cual dabas tu vida, a la que amabas sin fronteras, por la que dejaste todo, por la que luchaste, y no te importaba lo que la gente diga. 

-Las personas cambian, y los sentimientos también, tú no sabes nada.

- Quizá me esté confundiendo, o estoy diciendo cualquier cosa, pero estas siendo un inútil, estás perdiendo a la mujer de tu vida, por tonto. - se levantó y se fue, dejándome con un nudo en la garganta, revoleé el control remoto, rompiéndolo en mil pedazos. Pasé mis manos por todo mi cabello, desordenándolo y mis lágrimas cayeron una detrás de otra como si estuvieran jugando una carrera de velocidad. Ella tenía razón, por más que quiera olvidarme de Amber, no podía, ella estaba todo el tiempo en mi cabeza, y dios, que difícil se me hace, pero no se puede volver el tiempo atrás, ella está con otro, y yo me voy a casar con Melissa, esto tiene que ser así, por más que me duela, ojalá pudiera olvidarme de todo esta mierda,, como quisiera que esto sea de otra manera, pero así se dio y ya nadie podrá cambiarlo, tendré que vivir con este remordimiento, y tratando de enamorarme de alguien más aunque sea casi imposible, pero dicen que nada es imposible.