26: ᴀᴍʙᴇʀ ᴅᴇꜱᴀᴘᴀʀᴇᴄɪᴅᴀ.
ᴀᴍʙᴇʀ ᴅᴇꜱᴀᴘᴀʀᴇᴄɪᴅᴀ.
— ¿Por qué hiciste eso? — me preguntó Robert al salir de la casa de Christopher Vélez.
— Porque tenía que hacerlo, Robert. Las cosas tienen que ser asi.
Subí al auto y me coloqué el cinturón de seguridad.
Necesitaba tomarte un tiempo y pensar en todo lo que estaba pasando, todo esto no era fácil para mí. Pierdo la memoria, me enamoro del hombre que me rescató, y ahora encuentro a mí familia, y resulta que tengo un marido y, ¿Que estoy por tener un hijo?
Es todo muy confuso, y muy difícil de entender, puede que sentí algo cuando lo vi por primera vez, pero ahora no causa nada en mí, y eso es lo que temo, hacer las cosas como todos esperan y que yo no sea feliz, prefiero tomarme un tiempo y pensar bien lo que voy a hacer, antes de apresurarme y causar un revuelto en medio de todo este problema.
— Detente, Robert. — pare en alto, y el auto se detiene. Él me miró con cara de no entender por qué fue que lo detuve. — No puedo, necesito estar sola, y para eso tengo que alejarme de ti también. Lo siento, pero no aguanto esta presión. — él no dijo ni una palabra, lo miré por última vez y salí casi corriendo de ahí.
La noche ya empezaba a refrescar, y yo me encontraba caminando por las calles sin saber a dónde ir, lo mejor iba a ser que me hubiera ido a la casa de mí madre, pero lastimosamente no me acordaba por dónde ir, quizá habré cometido un error al no decirle a Robert que me lleve a mí casa, pero ya está, no puedo retroceder el tiempo.
Las calles estaban vacías y no pasaba nada, me daba terror de tan solo pensar que me encontraba sola en ese lugar, hacía frío y tenía sueño.
—Okey, estoy perdida. — dije a lo bajo.
(…)
— Papá, es Amber. El amor de tu vida, ¿Dejarás que esté con otro y que tenga un bebé con otro hombre?
— Ya no puedo hacer nada, Valentina. Se enamoró de otro, y no se puede hacer nada para cambiarlo.
— Yo sé que por dentro te sigue amando, solo que no sabe ni quien eres para reconocerlo, papá, es Amber, tu gran amor, y tu eres su qgran amor también. Lucharon tanto para estar juntos, ¿Y ahora? ¿Dejarás que se vaya de tu vida así de fácil?
—¡Basta, Valentina! Las cosas se dieron así, y no quiero volver a hablar del tema.
En eso tocaron el timbre, a lo que voy a abrir, no me esperaba aquella visita. Fruncí el ceño, me encontraba con aquel hombre, con cara de desesperación, asustado y sin saber a dónde ir.
—¿Que quieres en mí casa, Robert? — pregunté de mal humor, pero este entró como si nada y comenzó a buscar por todos lados, quien sabe que. —¿ Que es lo que buscas?
— ¿Amber está aquí? — yo solo arrugué el entrecejo sin saber a lo que se refería.
—Ella se fue contigo ayer, claro que no está conmigo, imbécil.
—¡Christopher, Amber no está por ningún lado! — mí corazón se paralizó por completo, a pesar de tener el corazón roto por el amor de mí vida, iba a preocuparme por ella, porque aún así la amo más que a mí propia vida, y me muero si algo más le llega a pasar.
—¿Cómo que no está? — reaccioné.
— Ella me dijo que quería estar sola, que ya no aguantaba esta presión, se bajó del auto y se fue, pensé que se había ido a su casa, con su mamá y su hermana, pero no está ahí, y acá tampoco.
— No, ¿Entonces?
—¡Hay que buscarla! No puede estar sola en medio de la calle a estas horas de la noche, está embarazada y se desmaya por su amnesia. — Nos apuró Valen.
— Tienes razón, es muy peligroso para que ella esté allí afuera sin saber a dónde ir. — Dijo Robert preocupado.
— De acuerdo, pero yo la buscaré por mí lado y tu por el tuyo. — coloqué mí chaqueta y agarré mis llaves.
— No es momento de pelear, papá. Es Amber quien está pérdida en medio des la oscuridad de la noche.
— Ella tiene razón, Vélez. — lo pensé unos segundos, y si, no podía comportarme de esta manera cuando Amber estaba perdida.
— Bien. Pero vamos en mí auto.
(…)
Después de estar buscando a Amber durante 2 horas, se nos fue imposible encontrarla, recorrimos toda la ciudad y no había rastros de ella por ningún lado, era como si la tierra se la hubiera tragado.
Eran las 4 de la mañana y los 3 ya estábamos cansados y con sueño, pero no podíamos ir a dormir cuando Amber estaba perdida.
— Sería mejor que vayamos a descansar, en unas horas seguiremos buscando.
— No. — dije con la mirada al frente. — No puedo, si quieren ustedes vayan a descansar, yo la seguiré buscando, tiene que estar en algún lado.
— Yo te acompañaré. — asentí y seguí con la mirada en la carretera.
No podía dejar que nada malo le pase, a pesar de todo lo que pasó, yo la sigo amando y sigue siendo el amor de mí vida, tal vez nada vuelva a ser como era antes, pero tenía que hacer hasta lo imposible por encontrarla, no podía dejar otra vez que algo malo le pase, no me lo perdonaría nunca más.
Sigo con la mirada al frente, pero siento mis ojos cerrarse, no, no podía rendirme ahora.
— Vayamos a tomar un café a una cafetería, señor Vélez. — mencionó Robert. — Y después seguimos con la búsqueda. — por primera vez estaba de acuerdo con él.
— Bien. — estaciono el auto afuera de una cafetería donde está abierto toda la noche, por suerte.
Al bajar del auto siento mí celular vibrar dentro de mí bolsillo, al mirar el identificador, dudo en atender, ya que se trataba de Melissa, me daba un poco de vergüenza y a la vez sentía culpa, porque desde que volvió Amber no le presté atención y nunca más la llamé, me siento un idiota por una parte.
— ¿Que ocurre? — me preguntó Valen mirándome fijamente.
— Nada, ustedes entren que contesto una llamada y los alcanzo. — dije para luego alejarme para poder contestarle a Melissa. —Hola, Melissa. — digo apenas le contesto. — Perdona que no te llamé estos días pero... — me interrumpe.
— Chris, estoy con la chica que tenía amnesia, tu mujer. Dice que no recuerda nada de lo que le pasó y se encuentra perdida.
Sentí que mí alma volvió a mi cuerpo cuando escuché que dijo que estaba con Amber, por suerte se encuentra bien, y está a salvo.
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