ʏᴀ ɴᴏ ᴠᴏʟᴠᴇʀÁ...

— Papá, es Amber.

— Lo sé, de eso quería hablarte, cariño. — tomé aire y me recargué en el marco de la puerta.

— Vine a explicarles lo que me pasó, y les juro que no es lo que piensan, no fingí mí muerta para alejarme de ti, ni muchos menos dejé de amarte, según mí hermana yo te amaba más que a mí vida y siempre estuve enamorada de ti.

—¿Según tu hermana? ¿De qué hablas?

— Ven, Amber. Pasa y hablemos tranquilos.

Robert quedó afuera y los tres pasamos a la sala para acomodarnos en los sofás, así hablábamos mejor sobre el tema. Al escuchar decir a Amber todo eso, sentí un alivio, porque eso quería decir que me sigue amando y que todo lo que pensé sobre ella era mentira.

— Yo no recuerdo quienes son ustedes. — dijo ella rápido. Valen y yo la miramos sin entender. — en el accidente perdí la memoria, y fue pura suerte que estoy viva ahora, ni yo sé cómo hice para salvarme.

— ¿No me recuerdas? ¿No sabes quién soy? — me acerqué a Amber y me arrodillé frente a ella.

— No, lo siento. Lastimosamente no logro recordar nada, por eso los desmayos.

— Discúlpame. — tomé sus manos y una lágrima salió de su órbita, no pude evitar llorar, me sentía súper mal, no la traté bien, y resultó ser que ella sufrió mucho, tanto en el accidente como para encontrar a su familia. — Yo... no sabía nada, reaccioné mal, y me siento mal con todo esto.

— Te entiendo, no tienes que disculparte.

— Yo te traté mal, y tu pasaste por un mal momento. — necesitaba tenerla en mí brazos nuevamente, necesita sentirla cerca mío, tenerla para mí, de nuevo. Volver a estar con ella sin que nadie lo impida. — No te das una idea lo que te extrañé, — me acerqué a su rostro y besé su frente, para luego darle un abrazo merecido, me sentí tan idiota al haberla tratado mal, cuando ella ni siquiera sabe quién soy.

— Amiga, todo va a salir bien, y más pronto de lo que tú crees vas a volver a ser la Amber de siempre, nuestra Amber.

— Solo quiero saber una cosa, y espero seas sincera, — tomé aire para seguir hablando. Amber asintió. — ¿Ese bebé, es de Robert?

— Christopher...

— Por favor, dime la verdad. Porque hoy cuando los vi estaban agarrados de la mano, y no se cómo es que están juntos, si son algo más, dímelo, por favor.

— ¿Quieres que sea sincera? — yo asentí. — Robert es muy importante para mí, él... él me salvó, me ayudó cuando más necesitaba a alguien, estuvo siempre para mí desde que me encontró sin saber quién yo era, él es muy especial para mí, y es un hombre increíble, — ella me miró con tristeza en su rostro. — siento algo por él, Christopher. Siento que lo amo, y...

No pude dejar que siga hablando, rompí en llanto al escucharla decir todo eso sobre otro hombre que no era yo, quizá me veía muy débil, pero no podía evitar llorar frente a ella, porque me dolía, me dolía demasiado, de tan solo pensar que ella estaba armando su vida con otro hombre, se me rompía el corazón en millones de pedazos, ahora sentía que ya nada sería como antes, que perdí al amor de mí vida, ama a otro hombre, y no puedo aceptarlo, hace apenas unos meses íbamos a casarnos, teníamos nuestro futuro pensando, y ahora... todo se derrumbó.

— ¿Estás embarazada de él? — yo ya estaba de pie, dándole la espalda al amor de mí vida, no podía dejar que me vea así, destruido. — Por favor, dime la verdad.

— Si. — terminó ella. Pasé mis manos por mí cabello despeinandolo por completo, sequé mis lágrimas pero seguían cayendo, una detrás de otra. Me dolía toda esta situación, y no la soportaba. — Perdón. Yo no quería que esto pasara, pero se dió, lo lamento.

—No me amas, ¿Amber? ¿No hiciste caso a lo que tú hermana dijo? ¿Que siempre me amaste? ¿Que siempre fui el amor de tu vida?

— No lo sé. No recuerdo nada de ti, ni mucho menos lo que siento, Christopher. Las cosas se dieron así.

— ¿No te pasa nada cuando me ves? — pregunté resignado. Ella no dijo ninguna palabra. — De acuerdo, entonces así será. — me di vuelta chocando con su mirada, ella tenía los ojos rojos de aguantarse las lágrimas. — Eres otra persona, hace 6 meses íbamos a casarnos, nos amábamos, nuestro amor era hermoso, todos envidiaban el amor que nos teníamos, lo nuestro no fue fácil Amber, sufrimos al no estar juntos por pensar en lo que la gente diría de nuestro romance, porque lo que impedía que estemos juntos era la edad, y que eras la mejor amiga de mí hija, pero a pesar de todo, estuvimos juntos, después de todo. Íbamos a formar una familia, una hermosa familia, pero pasó lo que pasó. Y entiendo que no te acuerdes de mí, ¿Pero no sientes nada cuando estás cerca mío? — me acerqué a ella. —¿Cuando me miras a los ojos? — tomé su mano. — ¿Cuando te toco?

— Discúlpame. — se alejó de mí. — no puedo seguir con esto, lo siento. — Amber agarró su bolso y salió casi corriendo de mí casa.

Siempre soñé con este momento, nuestro reencuentro, todas las noches soñaba con volver a verla, y que todo haya sido una pesadilla, pero no así, es todo tan distinto, me quitaron a mí mujer, y quien sabrá cuando volverá, solo sé que ya no la tengo, y que otro hombre está ocupando mí lugar en este momento, otro hombre va a tener lo que yo no pude formar con mí gran amor, si, serán una familia, y yo ya no puedo hacer más nada para que todo cambie, porque el destino lo quiso así, y así tiene que ser. Yo ya no tengo fuerzas para seguir, esto me duele cada vez más, no puedo dejar de pensar en todo lo que me dijo ella, cada palabra me dolía, y ahora ya no la tengo, se fue Amber, la mujer de mí vida, y volvió otra distinta, que ya no siente lo mismo por mí, que ya no me ama como solía hacerlo, ya no es la misma, y quién sabe cuándo volverá.