|Disclaimer: El universo de Naruto no me pertenece pero si a Kishimoto. Himari y esta historia con fines de entretenimiento sí.|

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Capítulo uno: Cuéntame

La pequeña Himari estaba con una sonrisa radiante en su rostro mientras su padre se encogía de hombros, él aún no descifra como negarse cuando se trataba de su princesa.

—Esta bien... —le sonrió, algo habitual en el Uchiha pero solo sucedía con su única hija.—Te contaré la historia de tu madre.

—Corrección, —la pequeña alzó un dedo. — la historia de amor de la bella y amable Hinata Hyuga con el gran y poderoso Sasuke Uchiha. —Himari sonrió satisfecha con sus propias palabras.- Ahora sí Padre, puede continuar.

Sasuke sonrió internamente mientras veía como los oscuros ojos de su hija brillaban de la emoción, y aunque él haya contado la historia de su romance con Hinata más de lo que él mismo se imagina su hija siempre se emocionaba al escucharla, una y otra vez.

—Todo comenzó cuando regresé a la aldea después de la cuarta guerra ninja, eran momentos de paz y decidí volver para renacer mi clan pero primero tenía que demostrar que era fiel a la aldea y tuve que hacer todo lo que me pedían para demostrarlo mientras todo eso pasaba y pudiera demostrar mi inocencia y librarme de todos los cargos comencé a vivir en un departamento mientras el barrio Uchiha estaba siendo reparado para poder ser habitado.

—Y gracias a eso fue como todos específicamente las chicas en la aldea supieron que volviste para quedarte a rehacer el clan, es decir casarte con una joven digna de llevar la insignia y el apellido Uchiha—. Himari como comúnmente hace, ayudaba a su padre con el relato.

—Así es... Fue realmente un infierno. —su hija soltó una carcajada.— Volvieron las fans locas. Estuve a punto de rendirme y comenzar a vivir como un ninja renegado. 

—Pero no lo hiciste y aquí estoy, —la pequeña dio un sorbo a su té.— Un miércoles de verano el equipo 7 se reunió junto a los demás equipos de su generación. Tenten-sensei no estaba ¿verdad Papá?

—No, ella y Rock Lee no son parte de nuestra generación son un año mayor.

—Cierto, lo había olvidado, entonces ese fue el primer día que te fijaste en Mamá la Kunoichi más hermosa de toda Kohona.

Sasuke volvió a sonreír, la fascinación con la que hablaba Himari de su madre lo llevaba a compararlas.  ¡Himari es el retrato de su madre! Tiene ese cabello negro azulado que solo ella tenía.  Su color pálido de piel, lo único que las diferenciaba es que Himari tenía los ojos negros azabaches del clan Uchiha y no los perlados como el clan Hyuga, aunque esta podía activar el Byakugan sin ningún problema. En cuanto a su carácter, Himari suele ser muy comunicativa solo cuando está en confianza de lo contrario se muestra fría o tímida si conoce a alguien por primera vez pero sin duda lo que mas destacaba de ella son sus largos silencios típico de sus padres, solo hablaba lo necesario incluso solía ser cortante pero no cuando estaba frente a gente de confianza.

—Sí, ese día vi lo diferente que estaba Hinata de la niña tímida y torpe que recordaba antes de irme de la aldea, ella... Había crecido mucho, era un poco baja de estatura pero no perdía su elegancia y ese cabello tan largo de ese color tan poco común y por supuesto era mucho más fuerte, guardaba ese toque inocente ni siquiera la guerra pudo robarle eso.
—suspiró y cerró sus ojos ante el recuerdo de su amada. 

—Deberíamos reunirnos más seguido, y esta vez me aseguraré de que Tenten y Cejota vengan con nosotros.
—comentaba un alegre Naruto mientras observaba como las chicas recogían el picnic. 

—Naruto... Deberías venir ayudarnos—se quejaba Sakura.

—¡Pero el Teme tampoco esta haciendo nada! —se defendió. 

—¡No molestes a Sasuke-kun! —le gritó apretando sus puños.  El portador de Kurama tembló. 

—Descuida Sakura, yo puedo hacerlo,—se ofreció la única Hyuga del grupo presente.— Ya terminé con mi parte no me molesta hacer esto.

—Como quieras Hinata.

Hinata se acercó primero donde estaba Sasuke para recoger todo lo que habían traido y ahora es basura sobrante.

Sasuke no le había quitado el ojo de encima aunque lo quisiera negar no podía, la Hyuga era muy hermosa y lo que más le molestaba era que ni siquiera ella lo volteó a mirar.

¡Ignorandolo como si no existiera!

Estaba claramente molesto por eso pero eran tonterías que no puede darse el lujo de mostrar.  A él no le importaba la tonta Hyuga.

Se paró de su lugar y Hinata se detuvo al recoger los desperdicios.

—Yo lo hago. —dijo secamente tomando la funda dónde debía hechar la basura.

Hinata se sonrojó y bajó la mirada, no sabía como actuar con el Uchiha era primera vez que ambos se dirigían la palabra.

—Yo pue-do hacer-lo Uchiha-San.

Sasuke frunció sus cejas, el había visto y escuchado como ella podía hablar claramente frente a todos, y con él estaba tartamudeando. ¿A caso le tenía miedo? Negó mentalmente cuando descubrió un pequeño sonrojo en las mejillas de la Hyuga. Solo estaba avergonzada pero ¿Por qué?

—

Hmp...

—¡Hinata-chan deja que el Teme limpie lo que hizo! —gritó Naruto haciendo que la ojiperla temblara levemente. 

Naruto gritó de dolor al sentir el puño de Sakura en su rostro. Aunque esto solía ser muy común Hinata no podía dejar de sentirse preocupada, corrió hasta el rubio para auxiliarlo, Sasuke siguió a Hinata con la mirada viendo como lo intentaba reanimar del golpe.

—Porqué me golpeas Sakura... si yo te amo. —lloriqueó el rubio semi inconciente.

A Hinata esas palabras le habían dolido mucho, más de lo que quería mostrar, se levantó del suelo y agradeció mentalmente de que todos sus amigos ya se habían ido a excepción del equipo 7.

—Me tengo que ir, a-adi-os. —se despidió en un susurro, no le importó si la escuchaban o no, ella sabía que se iba a romper en cualquier momento y debía alejarse. 

—¡Sasuke-kun espera! —gritó Sakura al ver al moreno querer irse de aquél lugar.— ¿A dónde vas?

—No te importa Sakura, cuida al dobe, esa es tu responsabilidad por haberlo noqueado. —contestó secamente y empezó alejarse. 

Caminó lejos de aquél campo en el que se encontraba minutos antes y se dispuso a seguir a la Hyuga. Cuando ambos estuvieron cerca su aroma se apoderó de sus fosas nasales brindándole un exquisito olor diferente de flores lilas, miel y canela, su mente guardó aquél olor único para siempre, un olor así difícilmente puede ser borrado.

Escuchó pequeños sollozos y se acercó más a un árbol a las afuera de Kohona. No fue precavido y piso una rama quebrandola.

Hinata dejó de llorar y con el Byakugan activado salió de su escondite. 

—¿Uchi-ha san? —tartamudeo. —¿Qué ha-ce aquí?

—Este es un lugar libre. —le contestó rápidamente, no quería que ella pensara que la estaba persiguiendo aunque esta sea la verdad.

—Tiene razón, dis-cúlpame. Será mejor que me vaya.

—No, —dijo tragándose su orgullo que le gritaba que la dejara ir, que no debía importarle lo que ella hiciera.— ¿por qué estabas llorando?

—Yo no... Yo, —secó su rostro. —lo siento Uchiha-San, no se lo pu-edo decir.

—Es un tonto, —dijo sorprendiendo a Hinata sin dejar de soltar su brazo.—es tan idiota que todos estos años nunca se ha dado cuenta de la chica que tiene en frente. Eres mucho para él y para cualquier otro.

Sin más la soltó y se alejó de ella, porqué sí, el recordaba a la pequeña niña que siempre se ocultaba para seguir a Naruto, y tanto él como muchos otros se han dado cuenta el notable interés de la heredera del clan Hyuga por el Uzumaki, y aunque el no estuvo presente en muchos años juraría y apostaría todo lo que tiene a que ella estuvo en los peores momentos del rubio apoyándolo y en vez de maltratarlo o gritarle le brindaba cariño y fuerza.

—Realmente es un dobe.