I.- La vida de Sheila
Sheila esta muy preocupada por lo que le pasa desde hace dos años. Su vida antes era normal.
Ella todos los días se despertaba y ayudaba a sus hermanas pequeñas a desayunar. Después se despedía de sus padres y se iba al establo a dar de comer a los caballos de la familia. Además ella también tenía uno desde los diez años cuando sus padres decidieron regalarle una preciosa yegüa a la que llamó Ángela. Ahora ya tenía catorce años.Cuando terminaba el mantenimiento de los caballos, iba a recoger los huevos de las gallinas y las dejaba comida, siempre a la hora de recoger los cultivos se encontraba con su vecino Richard, del que estaba enamorada desde que iban juntos a la escuela de su pequeña aldea. Todos los días se veían a la misma hora, el siempre la saludaba y comentaba algo sobre el trabajo de las granjas que cada uno tenía que cuidar. Ella siempre se lo encontraba en el pozo común que se encontraba muy cerca de su casa. Los dos siempre volvían a sus casa con una sonrisa en la cara. De vuelta a casa con un cubo de agua, siempre se iba directa al corral de las vacas para proceder a alimentarlas y darlas de beber. Cuando eso ya estaba hecho, las ordeñaba. Al acabar las tareas se limpiaba el sudor de el gran esfuerzo que hacia cada día, aunque se consolaba al pensar que cada día se encontraría con Richard, además sabía que cuando acabara las tareas le esperaba la apetitosa comida de su madre.
Asta ahí todo era normal, pero un día cuando ella estaba en sus labores de la granja, vio no muy lejos de donde estaba un claro en el bosque, un bosque que limitaba su granja y las de algunos vecinos. Como nunca antes había visto ese claro en el bosque, decidió ir a investigar sin importarle las tareas que tenía que hacer.
Cuando llegó se encontró con un lago precioso. Este lugar era el más bonito que había visto en su vida. Los árboles no eran como los demás que había en el bosque. También se encontró con un lago de agua cristalina en la que había una cascada preciosa adornada con flores y otras plantas. Desde entonces decidió que ese iba a ser su lugar de descanso.
Ahora Sheila como todas las mañanas atrás en las que había visitados su escondite hoy se disponía a volver. Cuando llegó se tubo tan tranquila. De repente notó que alguien la estaba observando y que fuera lo que fuera se diriguía a ella.
Cuando se quiso dar cuenta ya era de noche. -¡Queeeee!- gritó ella sin saber que había pasado. Desde el instante en el que se tumbo, no recuerda nada más que haya pasado, solo recuerda un extraño ser que se acercaba a ella y la observaba...
Espero que os haya gustado en el próximo capitulo veréis porque la gente se comporta así con nuestra bella protagonista Sheila.
Muchas gracias por leerlo. Espero que os guste, votar y comentar. Besoooos.
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