Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 46

Sonreí con suma felicidad, ver a Aarón mejorar en su rehabilitación inflaba mi pecho con orgullo, han pasado dos semanas desde que despertó, esas dos semanas lo han mantenido bajo chequeos, observaciones, rehabilitación. Estar dos meses sin mover ni un solo hueso perjudica la movilidad, recuerdo lo mucho que llore y lo pasmada que quede al verlo abrir sus sublimes y perfectos ojos. No podía creerlo, tal vez era el milagro que tanto esperaba, por fin algo bueno sucedía. Estar siempre en desgracia afectaba mi bienestar, agradecía que Aarón saliera de ese estado.

La movilidad de sus brazos casi era recuperada por completo, para sus piernas aún se le dificultaba un poco, algunos calambres y adormecimientos, pero nada fuera de eso. La recuperación está siendo corta por su corto estado catatónico. Si él hubiera estado seis meses o más, tardaría más en recuperarse y en recuperar el movimiento de su cuerpo.

Veía como se sostenía con ambos brazos fuertemente a las barras de metal que se encontraban a sus costados, el fisioterapeuta lo acompañaba a un lado, cuidando sus movimientos, sus piernas se movían con lentitud, su rostro mostraba desesperación por recuperarse por completo, faltaba poco para que eso sucediera.

Suspiré colmada de emoción.

Eso es cariño, tú puedes. Eres fuerte.

Sus rehabilitaciones eran cada día, por lo que aquí estábamos de nuevo, esperando su recuperación absoluta.

Aplaudí con entusiasmo al verle caminar un poco más rápido que el día anterior, podía ver una sonrisa de felicidad brotar se sus labios, sé que a él también le alegraba, se sentía impotente andando en una silla de ruedas, siendo manejado por mi o por Zachary. Pero también sé que si sigue así esa ayuda acabará pronto.

Estaba a punto de tomar la botella de agua que había comprado en la entrada, cuando vi el momento exacto en el que sus manos resbalaban de los tubos y su cuerpo caía con fuerza al suelo. Inmediatamente me puse de pie y corrí hacia él.

— Mierda cariño ¿Te encuentras bien? — Le pregunté a la vez que ayudaba al fisioterapeuta a ponerlo de pie y acercarlo a una silla que se encontraba cerca.

— Si, no sé qué sucedió. Mis manos resbalaron, tal vez era el sudor, no lo sé.

— Lo siento, no alcance a tómalo, mil disculpas de verdad joven.

— No se preocupe, no tiene la culpa, está bien. No ha sucedido nada malo. — Contesto comprensivamente.

— Gracias, de verdad gracias, quiero felicitarte, has mostrado buenas mejoras, en tan poco tiempo has podido superar ese trauma, y también sé que en poco tiempo estarás volviendo a caminar como normalmente lo hacías antes del coma, pero por ahora eso ha sido todo por hoy. Ya te puedes marchar.

Las palabras de ese señor causaban estragos mi pecho, tenía ganas de gritar, de gritar muy fuerte, hacerle saber al mundo que por fin la persona que más amo podrá volver a caminar, tal vez el amor que siento por él es ridículo, pero nadie entiende lo que me hace sentir, nadie se imagina lo mucho que me ha hecho amarlo en poco tiempo, y sé qué, que él me ama así como yo lo amo a él.

— Gracias. — Sonrió alegré.

Verlo sonreír, verlo feliz, el simple hecho de verlo, hacía que mi corazón brincara de felicidad, que la sonrisa boba emergerá de mis labios.

Dios, solo tú sabes lo mucho que lo amo.

Camine por la silla de ruedas que se encontraba pegada a la pared en un lugar donde no estorbara, caminaba feliz, estaba feliz. Por fin me sentía bien.

En el fisioterapeuta y yo ayudamos a que Aarón pudiera sentarse en la silla de ruedas.

— Muchas gracias. — Le sonreí amable.

— Hasta mañana. — Respondió.

Comencé a caminar al auto, para luego dirigirme a casa de Aarón, por hoy no había nada más que hacer, planeaba llegar a su casa y convencerlo de ver alguna película o hacer algo.

Abordamos el elevador y esperamos a que bajara. Estaba de pie frente a las puertas, con Aarón frente a mí, dándome la espalda.

— Me siento tan feliz por tu nuevo avance. — Me incline hacia enfrente y bese su mejilla.

Giró su rostro y me miró a los ojos.

— Yo igual, aunque espero poder caminar bien pronto, me exaspera estar así.

— Lo sé cariño. — Susurré contra su mejilla, donde fui dejando besos, cuando llegue a sus labios solo los roce con los míos, su contacto visual conmigo me ponía nerviosa, procedía a separarme cuando su mano se alzó y me tomo de las mejilla, haciendo presión, pegando mis labios a los suyos.

El beso se sentía perfecto, un cosquilleo en mi estómago se hizo notar, cerré mis ojos y me deje ir, disfrutando sus labios. Recordando el castigo que tuve al no haberlo podido besar por muchos días.

Al separarnos sentí como mis labios temblaron levemente, sin respiración apoye mi rostro en el suyo.

— No sabes lo mucho que extrañe. Cada día sin ti se sentía mal, parecía que la maldad no tendría fin.

— No me encontraba del todo consiente, pero sé que si lo hubiera estado, no hubiera podido estar así sin saber sobre ti, sin saber cómo estabas, que hacías, sin besarte. — Dio un pequeño beso en mis labios.

Estaba a punto de contestarle cuando las puertas del elevador se abrieron y procedimos a salir.

Una vez estando en el auto salí del estacionamiento y nos dirigí a su casa.

— ¿Quieres ver alguna película? — Pregunto con la vista centrada en el obscuro paisaje.

— Justo te iba a preguntar eso en casa. — Sonreí.

— Está bien. — Se giró a mí y me tomo de la mano.

Mientras manejaba, trataba de no dejar de estar centrada en el camino, pero las caricias de su mano en la mía me distraían, la sensación de sus dedos rozar mi piel.

Suspiré y aparte mi mano de la suya para tomar.
El volante con ambas manos, lo último que quería era provocar algún accidente, la noche era obscura, el camino a su casa era largo. Estaba casi segura de que eran las nueve.

Todo parecía ir bien, hasta que de pronto siento como su mano se posiciona en mi pierna, el hecho de que estuviera utilizando una falda no ayudaba mucho.

Maldición, maldición...

Reprimí un suspiro cuando su mano comenzó a dar suaves caricias en mi muslo, yendo cada vez más al centro.

— Detente. — Ordene con la mandíbula apretada.

Estar más de dos meses sin tener nada con él me ponía sensible y no solo sentimentalmente.

— ¿De qué hablas? — Fingió no entender.

Un dedo acaricio mi centro, por fuera de mis bragas.

Aarón. — Jadee.

Quería que se detuviera, pero mi cuerpo no reaccionaba a las órdenes que emitía mi cerebro, más bien parecía que hacían lo contrario.
Mi cabeza decía que parará y mi cuerpo habría las piernas para que tuviera espacio.

Sintiendo como sus dedos daban suaves caricias en la parte interna de mis muslos y en mi centro, trataba de mantener mi total atención en la carretera vacía.

Mi respiración era cada vez más pesada, trataba de morder mis labios para evitar soltar cualquier sonido. Enterré con fuerza mis uñas al volante cuando su mano aparto mi ropa interior a un lado, dejando expuesta mi parte íntima, acariciando piel con piel.

Ah, maldición. — Solté un gemido involuntario. — Tienes que detenerte... — Tragué duro. — Podría causar un accidente. — Comenté en un hilo de voz, sintiendo como un dedo travieso se adentraba a mi interior. — Aarón.

— Sé que lo deseas, sé que extrañas esto tanto como yo. Solo déjate llevar.

Por más intentaba recuperar mi compostura detenerme era imposible, trataba de no cerrar mis ojos, la sensación de su dedo entrando y saliendo lentamente en mi causaba que mis labios soltaran jadeos.

Se siente tan bien, mierda.

Mordí mi labio inferior con fuerza cuando un segundo dedo le hizo compañía al otro. Ahora tenía dos dedos penetrándome, mientras manejaba por la carretera y en la noche. Uno que otro carro pasaba del lado contrario, agradecía que los vidrios fueran polarizados.

Intentaba controlar mi desbocada respiración, trataba de detenerlo, trataba de concentrarme en la carretera, pero todo se me hacía imposible.

A la mierda todo maldición.

Orille el coche a un lado de la carretera, medio escondiéndolo entre los árboles. Apague el auto e inmediatamente me pase a su lugar, posicionando ambas piernas a sus costados.

Mierda, no puedo más. — Masculle en un jadeo.

Lo sé nena, lo sé. — Contesto con voz ronca.

Sentí como sonreía, no le tome importancia y procedí a besarlo, nos besábamos con fuerza, anhelábamos estar juntos, unir nuestros cuerpos y convertirnos en uno.

Acariciaba su abdomen sobre la camisa, hasta que está me desesperó y con su ayuda la saqué.
Con los ojos cerrados y sin romper nuestros besos escabullí mi mano y busque la palanca para inclinar el asiento, al encontrarla la jale hacia arriba para que el asiento quedará un poco más inclinado hacia atrás.

El ambiente era denso y caliente, indescriptible. Los besos trataban de saciar nuestro sufrimiento y espera.

Baje mis besos de sus labios a su cuello, donde hice un recorrido hasta llegar a su abdomen, donde bese y mordí suavemente. Mi corazón bombeaba con fuerza, mi pecho subía y bajaba, mis manos parecían curiosas, tocaban cada parte de su piel.

Estando frente su abdomen alcé la vista hacia él, una gota de sudor corrió por su frente, notaba el deseo y la excitación, las ganas por estar dentro de mí. Aun viéndolo di un último beso antes de volver hacia arriba con mi lengua tocando su abdomen, después su cuello, hasta llegar a su rostro, donde volvimos a unir nuestros labios.

Me deje caer un poco más sobre su regazo, lo suficiente para sentir su entrepierna emocionada, hice pequeños movimientos de enfrente hacia atrás, rozando nuestros sexos, siendo separados únicamente por ropa.

Sus manos subieron mi blusa, por encima de mis pechos y mientras bajaba los tirantes de mi brasier, con mis manos desabrochaba su cinturón. Estaba a punto de desabrochar su pantalón cuando el contacto de su boca a uno de mis pechos me hizo gemir y temblar. Deseaba tenerlo dentro de mí ya, había fuego en mi interior, fuego que solo era apagado por el contacto de mi piel con su piel.

Besaba con suavidad mis pechos, sus manos los recorrían, hasta que fueron bajando lentamente hasta llegar a mis piernas, donde subieron, pero ahora por dentro de mí falda.

Con torpeza y apuro desabroché su pantalón y lo baje junto a su bóxer, dejando a la vista su entrepierna.

Con una mano me apoyaba en su pecho, con la otra procedí a acariciarla, estaba dura, suave, caliente.

Mordí deseosa mi labio.

Sentí como sus manos bajaban mis bragas, con mi mano dirigí su entrepierna a mi entrada, donde sin tantos preámbulos fue entrando en mí, sus manos me tomaron de la cintura y me acercaron más a él, a sentirla entrando fue inevitable poner mis ojos en blanco, no me gustaba hablar de tamaños, pero sin duda alguna, su miembro me dejaba alucinando.

Al tenerla por completo en mi jadee con fuerza, no sentía como algunas palabras incomprensibles eran murmuradas por mí, tal vez eran por él, no tenía la más mínima idea, el placer que sentía me dejaba delirando.

Después de unos segundos, comenzó a salir de mí, tal vez mentía y no eran segundos, tal vez eran minutos, tal vez hasta horas, no lo sabía con exactitud, con él, el tiempo no pasaba. Estaba a punto de salir por completo cuando embistió duro.

Me canse de apoyar mi mano en su pecho por lo que la pase a la ventana,  el sonido de su miembro entrar y salir me causaba algo, sentimientos indescriptibles encontrados

Fue inevitable soltar ese gritillo que escapó de mí. Las embestidas comenzaban a ser más rápidas, una de sus manos apretaba mi trasero, la otra mantenía el ritmo en mi cintura, su boca estaba pegada a mis pechos y yo lo único que hacía era gemir, jadear, respirar entrecortadamente, todos estos sentimientos eran mi perdición.

No podía con tanto placer que me proporcionaba, sentía como subía y bajaba, mis ojos cerrados, sintiendo como la explosión se aproximaba, pase mi mano libre por su espalda, arañaba sin querer, no estaba consiente de nada, era incómodo tener la blusa arriba de mis pechos, el brasier casi cayendo, las bragas casi en los tobillos, no estaba consiente de absolutamente nada de eso.

Sentí como la mano que mantenía en mi trasero se movía hasta llegar a mi centro, donde comenzó a juguetear con mi clítoris, acariciándolo rápido, después lento. Estando así no resistí mucho más, mis músculos se contrajeron, seguido explote en un grandioso y liberador orgasmo que me saco más de un gemido.

Mis paredes vaginales se apretaron alrededor de su miembro, escuché como soltaba un gemido ronco y luego algo caliente chocaba en mi interior. No presté mucha atención, sentía como había desfallecido y me encontraba flotando sobre una nube.

Me deje caer contra él y procedí a descansar, necesitaba tranquilizar mi respiración. Pase mis brazos alrededor de su cuello abrazándolo, sintiendo como los suyos rodeaban mi cintura.

— Eso... fue increíble. — Tome grandes bocanadas de aire.

— Opino lo mismo. — Contestó intentando recuperar su respiración.

Extrañaba tanto esto, lo extrañaba mucho, no hablo del sexo, hablo de estar abrazándolo, de hablar con él, de tocarlo, de besarlo, de saber que estará para mí como yo estaré para él.
No quiero que esto acabé nunca, no quiero que me vuelvan a alejar de él.

$$

Holiss ¿Cómo están? Espero les este gustando mucho.
Los quiero tanto 🤧🧡

Xoxo💖

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro