Capítulo 41
Empuje muy fuerte las puertas del hospital que hasta temí quebrarlas, me acerqué a la recepcionista pidiéndole a gritos ayuda, al llegar tratamos de bajar a Aarón y nos dimos cuenta de que no reaccionaba, sus ojos se encontrabas cerrados y su pulso débil.
En palabras entrecortadas le expliqué a la recepcionista lo que sucedió , mientras Le Brun se encontraba detrás de mí tratando de mantener a Aarón de pie. Rápidamente llegaron unos enfermeros y montaron a Aarón a la camilla que traían, después de eso desaparecieron por las grandes puertas del final del pasillo, no corrí detrás de ellos, sabía que no dejarían pasar. Solo los haría perder tiempo.
Miles de lágrimas corrían por mi rostro, sentía mi corazón hacerme pedazos, sabía que se encontraba en un muy mal estado, sabía que había una posibilidad de que no sobreviviera, pero aún así mantenía la esperanza, el tenía que sobrevivir, tiene que recuperarse.
El aire me empezó a faltar, la garganta se me cerró, estaba desesperada, trataba de que el aire entrará por mi nariz o boca, pero no lo lograba, solté un quejido de desesperación llamando la atención de Le Brun. Se acercó con rapidez a mi, lo miraba moviendo sus labios, pero no entendía lo que decía, otros enfermeros hicieron acto de presencia y sentí como me inyectaban algo, causando que mis ojos se cerraran y me dejara llevar en la inconsciencia.
Lentamente abrí mis ojos, estaba sobre una cama de hospital, la habitación estaba vacía, el olor a desinfectante, típico de los hospitales, me causo arrugar la nariz.
Volteo a ver a la ventana y me di cuenta que ya era de noche, no sé cuánto tiempo había pasado desde que llegamos, quiero saber qué tal estaba Aarón, necesitaba saber.
Tome el control que reposaba a un lado de mis piernas y pulse el botón rojo, esperando que alguien viniera.
Sin saber que hacer me quedé esperando, hasta que minutos después una enfermera atravesó la puerta.
— Hola cariño, buenas noches ¿Cómo te sientes? — Me dedicó una sonrisa maternal.
— Bien. — Mi voz salió rasposa y casi en un susurro.
Se acercó a un estante que había y sirvió agua en un vaso, para después tendérmelo.
Tome el vaso con ambas manos y bebí el agua con rapidez, refrescando mi seca garganta. Al terminar observe lo que hacía. Se encontraba leyendo algo en unas hojas que tenía en mano.
— ¿Cuento tiempo he estado aquí? — Pregunté nerviosa.
— Casi dos semanas.
Dos semanas... Maldita, mierda ¿qué sucedió? ¿por qué tanto tiempo?
— Mierda. — Masculle sin querer. Recordé la enfermera, por lo que rápidamente me disculpé.
— Está bien cariño, no te preocupes.
— ¿Porque he estado así tanto tiempo?
— Tu sistema inmunológico se encontraba muy débil, no recibía comida, proteína, nada. Más la sobrecarga que le hacías, causó que estuvieras inconscientemente por tanto tiempo. Solo se encontraba en estado de recuperación.
— ¿Cómo está el chico con el que llegue? — Sentí como mi mano comenzaba a temblar.
Suspiró sonoramente.
— Cariño, no es mi debe decir eso, puede causarles alteraciones, tienes que cuidarte.
— Por favor. — Eleve mi labio inferior.
— Llegó con múltiples heridas, tanto interiores como exteriores, no puedo darte un informe más detallado por qué no fui yo quien lo atendió, solo sé que no ha despertado y que no se sabe cuándo lo hará, puede durar así días, semanas, meses o hasta más tiempo. Lo siento, cariño.
La noticia me llegó como un puñetazo a la cara, no podía ser posible, no, él está bien, él tiene que estar bien.
— No. — Susurré. — Está mintiendo, es una broma, dígame qué es una broma. — Articule sintiendo como mis ojos ardían.
— Tranquila, no te alteres, no le hará bien al bebé. — Menciono.
¿Qué? ¿Bebé? ¡¿Que mierda?!
— ¿Bebé? — Apostaba que estaba tan pálida que parecía un fantasma.
— Si cariño, ¿no lo sabes? Tienes tres semanas semanas de gestación. Da gracias que no te afecto esto, pudo haber tenido daños severos. — Frunció el ceño.
Solamente mire a la nada, asimilando cada palabra que salió de la enfermera.
— ¿Estás bien cariño?
— Si... solo estoy tratando de asimilarlo. —
Musite.
— Entiendo, sé que es difícil de procesar pero verás que todo estará bien. — Sonrió.
— ¿Cómo... cómo es que teniendo tan poco tiempo ya tenía algunos síntomas? — Pregunté al recordad todas esas veces en las que me sentía mareada o con náuseas.
— ¿Que síntomas tenías?
— Mareos, náuseas. Cómo tenía muchas preocupaciones no me pasó por la cabeza el estar embarazada, más aparte de que nos estábamos cuidando.
Mentira. — Escuché una voz en mi cabeza.
Recordé la última vez que lo hicimos, el día que se lo llevaron, no utilizamos protección.
— Puede que aquello si era por el estrés y las preocupaciones, más aparte de que no cuidaras tu alimentación. Hay casos de que los síntomas de embarazo llegan hasta desde la primera semana, pero es muy raro.
— ¿Cuando me darán de alta? — Pregunté sintiendo como una desesperación me atravesaba.
— Por ahora tienes que descansar, mañana tengo que hacerte otro chequeo para revisar que te encuentres bien, veremos cómo va el proceso de gestión, te recetaran unas vitaminas y una dieta con lo que puedes consumir y lo que no estando embarazada.
— Está bien. — Murmuré.
Seguido de eso abandonó la habitación. Me acomode en la camilla viendo hacia afuera.
Embarazada... No me lo creó.
Está aterrada, no tenía ni la más mínima idea de lo que haría, el único bebé que he cuidado fue Lucy de pequeña, pero solamente ella. Aun así no pensé en abortar, no estaba a favor, pero aun así respetaba la decisión de las mujeres que lo hacían, cada quien tiene el derecho de decidir sobre su cuerpo y yo he decidido tener el bebé, mi bebé.
Sonreí sintiendo las lágrimas correr por mis mejillas, abrace mi vientre pensando en lo que sería de mi vida con un bebé, tenía que tener más cuidado, no podía exponerlo. Hay tantos peligros que tendré que mantenerlo sumamente protegido siempre.
Después de eso me pregunte si los demás sabrán de esto, tal vez a la enfermera se le escapó por accidente, espero y no, me gustaría decírselo por mi propia voz.
Imaginando una escena en la que estuviéramos el bebé, Aarón y yo me emocionaba.
Aarón...
No podía estar triste, no podía entrar en pánico, no podía hacer muchas cosas por tratar de mantener a salvó a mi bebé. Recuerdo que hace mucho leí una nota, donde explicaba el proceso de gestación de un bebé, pero lo que más recuerdo es que en las primeras semanas el bebé parecía una semilla de uva.
Son saber que más hacer, me volví a recostar en la camilla y trate de conciliar el sueño, aún faltaban un par de horas para que amaneciera. Yo solo quería estar en casa junto Aarón.
— ¿Y si la despertamos? — Escuché a alguien susurrar.
— Se mira tan tierna dormida. — Otra persona diferente susurro.
— La despertaremos, a la cuenta de tres.
— Uno...
— Dos...
Sonreí divertida y antes de llegar al tres me levanté de golpe gritando.
Me carcajee al ver como se sobresaltaba asustados.
Freya, Lei, Elliot, Axel y Zachary se encontraban parados frente a la camilla, sosteniendo diferentes cosas. Flores, regalos, peluches.
¿Qué día es hoy? ¿Será que hoy es mi cumpleaños?
— ¡Feliz cumpleaños!
Oh si, si lo es.
Sonreí encantada y alcé mis brazos esperando a que me abrazarán.
Uno por uno se acercó a felicitarme y darme lo que me había traído.
Al abrazar al último procedí a sentarme en la camilla, con mi espalda pegada al muro.
— ¡Hola! — Exclamé emocionada.
— ¿Cómo te encuentras cariño? — Pregunto con delicadeza Freya.
Se los diré, no hay nada que perder.
— Bien, nos encontramos bien. — Sonreí mostrando mis dientes.
— ¿"Nos"? ¿Cómo que "nos"? — Pregunto Axel.
— Estoy embarazada. — Dije de golpe.
— ¡Ay! Felicidades cariño. — Se acercó Freya a abrazarme.
Elliot quién estaba bebiendo agua, al escuchar eso, escupió todo, ensuciando el suelo.
— ¿Que mierda? — Pregunto acercándose.
Reí nerviosa.
— Pues nomás, sucedió.
— ¿Estás consiente de tu edad, de tu estilo de vida, de los peligros que enfrentas al tener un bebé?
— Elliot. — Masculló Axel.
— ¡¿Estás consiente de todo eso?!
— ¡Cállate, maldita sea! — Espetó Axel, molesto.
Apreté la mandíbula, teniendo unas increíbles ganas de llorar. Sintiendo mis ojos cristalizarse.
Nunca creí que Elliot reaccionara así, me lo esperaba de Axel, pero no de él. Me dolió tanto la manera en la que lo dijo.
— Si, lo estoy y opino que te vayas a la mierda si no apoyas mi decisión de tenerlo. — Masculle con la voz ronca.
— Tú sabes lo que haces. — Comento para después marcharse.
Al verlo atravesar la puerta sentí como las lágrimas comenzaba a descender. Solo me tape mi rostro, tratando de detener las lágrimas.
De pronto sentí como distintos pares de brazos me rodeaban.
— Todo estará bien cariño. — Susurro Freya a mi oído. — Verás que dentro de unos meses tendrás una hermosa pancita con un hermoso bebé creciendo dentro de ella, no te desanimes por qué él se fue. Nosotros aún seguimos aquí. — Beso mi cabeza.
— Lo siento. — Murmuró Axel. — Sabes que es un imbécil.
— Gracias. — Sonreí limpiando mi rostro. — Gracias por estar aquí.
Uno a uno se separó de mí, hasta que el último fue Zachary. El cual más bien abrazaba mi estómago.
— Zachary. — Murmuré pasando mi mano por su largo pelo rizado.
— Lo siento. — Se separó rápidamente y nos dio la espalda.
— ¿Te encuentras bien? — Pregunté.
— Si sólo, necesito ir al baño. — Contesto y rápidamente abandonó la habitación.
— ¿Se encuentra bien? — Mire a Axel.
— No lo sé, iré a ver qué sucede.
— ¿Ya decidiste nombre? —Pregunto Freya desde el sofá. En donde estaba sentada con Lei.
— No. — Solté una pequeña risa.
— ¿Cuándo te enteraste? — Pregunto Lei.
— Anoche.
— ¡Que emoción! — Exclamó con felicidad Freya.
— ¿Y Aarón? — Pregunté.
Cómo si hubieran escuchado, ambos giraron su rostro para diferentes partes.
— Sé que no está despierto y sé que puede que no lo haga pronto, pero quiero saber cómo esta.
Suspiró Freya.
— Se encuentra bien.
— ¿De verdad?
— Si, aún se encuentra en observación, pero se encuentra bien. — Contesto Lei.
Suspiré y presione el botón para que una enfermera hiciera su aparición.
— Una enfermera me menciono que solo me revisaran de nuevo, y más cosas más sobre el bebé y me podré ir.
— Oh ¿sí?
Asentí.
— ¿Estás emocionada? — Pregunto Freya.
— Si, mucho. — Admití.
Seguimos conversando de lo que sucedió durante el tiempo que no estuve, hasta que una enfermera diferente hizo su aparición.
Después de casi dos horas de chequeos, aburrida, fastidiada a más no poder, me mandaron a visitar a la doctora que tenía mis papeles del embarazo y la encargada del proceso de el mismo.
Antes de dirigirme a ese lugar aproveche para pasar a la habitación de Aarón, no podía entrar, pero si verlo desde la gran ventana, era doloroso verlo conectado a tanto cables, con muchas vendas, pálido. Dolía, de verdad que lo hacía.
Suspiré y luchando con mis ganas de entrar, me dirigí al área de maternidad.
Al llegar me acerqué a la recepcionista.
— Disculpé, buenas tardes. — Saludé cortés
— ¿Tiene cita?
Fruncí el ceño al ver que no contestaría mi saludo.
— Si. — Conteste si tiendo mi corazón latir con fuerza.
— ¿Nombre?
— Ar... Perdón, Zoé, Zoé Cooper.
Tecleo por unos minutos y después se acomodó mejor en su lugar, viendo fijamente la pantalla.
— No aparece. — Se giró a mí.
— Debe haber un error, me mandaron a este lugar, estoy embarazada, me dijeron que la doctora Linda me recibiría.
— Si no hay cita no puedo dejarla pasar. — Contesto la muy zorra.
Bufé dispuesta a pelear, cuando llegó la enfermera de anoche.
— Hola Breana, venía por los archivos que te pedí.
La recepcionista, que al parecer se llama Breana comenzó a buscar algo en su lugar.
— Disculpé. — Llamé a la enfermera.
— Hola cariño, ¿ya te atendieron? — Pregunto girando se a mí.
— Oh, no. Me ha dicho que no hay agendada ninguna cita.
Arrugó las cejas y se giro a la recepcionista.
— ¿Puedes buscar a la señorita Hilary en la agenda?
Espera... Yo no me llamó Hilary.
— No me llamo Hilary. — Mencioné rápidamente.
— ¿No? — Pregunto la enfermera, mientras tomaba los papeles que le tendía Breana.
— No, me llamo Zoé Cooper.
— Acompañarme por favor. — Indico la enfermera.
Suspiré y le hice caso.
Llegamos a la entrada a urgencias y se acerco a recepción.
— Me puede leer el archivo de Zoé Cooper.
La recepcionista tecleo con rapidez y minutes después hablo.
— Paciente ingresada hace dos semanas, diecinueve años de edad, débil, ataque de pánico, aún no es dada de alta.
Mientras escuchaba atentamente, tenía por aceptar la verdad.
— Hay un error, ¿solo menciona eso? — La recepcionista asintió. — ¿Nada de un embarazo?
Negó.
En ese momento sentí ganas de llorar, tenía tanta mala suerte, parecía una broma. Primero Elliot se molesta por mi embarazo, después resulta que no estoy embarazada.
Mierda, este es mi fin.
— Lo siento mucho señorita, al parecer ha habido un error, lamento decirle que no está embarazada, no sé cómo sucedió, de verdad lo siento mucho.
Solo asentí sin saber que más hacer, tenía la mirada perdida, al igual que mi mente, la vida que ya había soñado, resultó ser falsa, ser una mentira, no había nada creciendo dentro de mí. No estoy embarazada, no tendré un bebé.
Me dirigí al ascensor dispuesta a marcharme de una vez por todas de ese horrible lugar, al momento de abrirse las puertas escuché a alguna llamarme.
— ¿Arabella? — Escuché a Freya llámame desde el interior del elevador.
Solo me adentre a él y me coloque a un lado de ella, aun tratando de asimilar todo.
Al momento de cerrarse las puertas, las lágrimas salieron de mí sin piedad.
— Arabella ¿qué sucede? Dime, me estás asustando ¿te sucedió algo? ¿Se encuentra bien el bebé?
Al escuchar esa última palabra, un gemido de dolor salió de mis labios, de verdad que me hacía ilusión tener un hijo.
Solo deje abrazarme por ella, esperando tranquilizarme.
— No...no e...e... estoy em...embarazada. — Explique entre hipos.
— Ay nena, ¿qué sucedió? ¿porqué lo dices?
Las puertas se abrieron y aún abrazada de mi me dirigió al auto. Al salir del hospital me separé de ella, limpiando con brusquedad el rastro de lágrimas.
— Confundieron los resultados, me confundieron con alguien más. No estoy embarazada, Aarón está en coma, Elliot fue un imbécil. Quiero morir. — Conteste llorando.
Sentí como ella solo se dedicaba a abrazarme, trataba de hacerme sentir mejor, pero aun así, no lo lograba.
No hay nada más triste que creer algo, soñar con eso e imaginarse viviéndolo, para que al final sea una cruel y triste mentira.
$$
Holaa, espero les guste🤗
Estoy muy feliz por las 7k leídas, muchas gracias por todo, son lo mejor.
Xoxo💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro