Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 39

— ¿Ya están todos? — Me dirijo a la tatuada.

— Sí, creo que sí.

Repase cada rostro que se encontraba en el interior del almacén, habían muchas personas, líderes de La Mara Salvatrucha, algunos amigos pertenecientes a la Brava y otros de La Cosa Nostra, entre otros conocidos y amigos.

Visualice en una esquina a Le Brun, Elliot, Axel y Zachary.

Suspiré y me acerque al centro, me preparaba mentalmente para lo que sucediera, éramos muchos, sí, pero no sabíamos cuántos eran los contrarios, teníamos que estar bien equipados para atacar. En este almacén descuidado, muchas personas se encontraban dentro, todas con el mismo propósito: recuperar a Aarón.

Al estar al centro poco a poco fueron callándose, sentía como me miraban, pero nunca deje intimidarme por las miradas.

— Buenas noches. — Saludé con voz gélida, no podía mostrarme débil, tenía que ser fuerte.

Comenzaron a hacer un gran círculo a mí alrededor, poniéndome atención. Algunos saludaban de regreso, otros solo me observaban.

— Todos saben por qué están aquí, recuperar a alguien importante, alguien que me quitaron y que ahora están torturando. ¿Saben que significa eso? — Hice una pausa y recorrí cada rostro con mi vista. — Que me han hecho enojar, por lo que los causantes de eso, pronto morirán. — Sonreí clínicamente. — Tenemos que formular un plan, para llevar acabó eso, La Bestia es un hombre con muchos al mando, no sé qué tan fuerte sea, pero lo que si se, es que pronto suplicara por vivir. — La mayoría sonrió ante eso, la otra parte se encontraba completamente sería, sin expresiones.

— ¿Cómo haremos eso? — Pregunto un hombre, al que reconocí como el líder de la Mara Salvatrucha.

— Buena pregunta. — Saboree cada palabra. — Iré a la dirección que me pide, llevaré un collar que tiene un GPS escondido, así sabrán a donde me llevan o si nos quedamos ahí. Este collar... — Lo alcé a la vista de todos. — Tendrá un pequeño micrófono por lo que escucharan todo lo que digan. ¿Dudas?

Negaron con la cabeza.

— Bien, el plan se llevara a cabo mañana casi al anochecer, los necesito listos a todo, armados y protegidos. Si tiene dudas recurran a alguno de ellos. — Señale el círculo donde se encontraban los chicos. — O a ella. — Apunte a Freya.

— ¿Preguntas? ¿Dudas?

De nuevo negaron.

— Bien. — Me acerque a la salida. — Tienen que estar aquí a las seis de la tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos.

Seguido de eso me marché.

Di un golpe, seguido de otro, después otro, así hasta que el sudor picaba en mis ojos y mis brazos no daban para mucho más. Me quite los guantes de boxeo un poco brusco y tome una pequeña toalla y limpie mi sudor.

Apoye mis manos en mis rodillas tratando de calmar mi respiración agitada, hoy era el día, toda la mañana me la pasé entrenando, tenía que distraerme para no morir desesperada. Mi estómago se encontraba tan cerrado que si veía comida me inundaban unas grandes náuseas, no me preocupe, pues aquello era causado por el nerviosismo que me provocaba la pelea que daremos.

— ¿Estás bien? — Escuché la voz de Freya, lo que causó que saliera de mis pensamientos.

— Sí, claro. — Esboce una sonrisa.

— Por favor tienes que prometerme algo. — Se oía preocupada.

— Si ¿qué cosa?

— Prométeme que tendrás mucho cuidado. — Musitó.

Suspiré y la abrace.

— Lo prometo. — Susurré en su oído.

— Está bien, confiaré en ti.

El tiempo paso rápido, para cuándo acordé me encontraba en camino al almacén a encontrarme con el resto del equipo.

Al bajar del auto respire el aire fresco, el sol aún alumbraba el día, pero no tardaba demasiado para desaparecer. Llena de superioridad y poder me adentre al almacén, viendo como aún más personas de más que hubieron ayer, se encontraban ahí.

Silbe para llamar la atención.

— ¡Están listo! — Grite al ver que la mayoría ya me miraba.

— ¡Si! — Gritaron al unísono.

Esboce una gran sonrisa y les indique a unos de mis hombres que subieran a la mesa una caja negra que manteníamos ahí.

Al tenerla ya sobre la mesa me acerqué a abrirla. Seguido de eso hablé.

— Tomen las que quieran, las necesitaran. — Un cosquilleo invadió mi vientre al ver como todos los hombres sonreían y se acercaban a tomar armas de la caja. En la caja había armas largas y cortas, peligrosas, también navaja, cuchillos, granadas, entre más cosas.

Suspiré y me acerque a mis hermanos.

— No me aparece del todo esto que estás haciendo, pero sé que no serviría de nada el oponerme. — Comento Elliot al momento de posicionarme a un lado.

— Te amo hermano. — Me conteste abrazándolo.

Un carraspeó notoriamente fingido nos interrumpió.

Reí mentalmente y tome a Axel para que se uniera el abrazo.

— Lo amo chicos, de verdad.

— Te amamos hermanita. — Exclamaron al unísono, causando risas por parte de los tres.

— Es hora. — Murmuré y me aleje de ellos.

— Es hora. — Escuché decir a Elliot.

— ¡¿Están todos listos?!

— ¡Si!

— Muchas gracias, es hora de empezar, ya saben qué hacer. Esta noche sucederán cosas que cambiarán nuestro futuro, es duro decirlo, pero algunos regresarán y tal vez otros no. Pero quiero que sepan que, es increíble recibir su ayuda y siempre estaré eternamente agradecida con todos. — Sonreí.

Mi estómago se apretó más de lo nervios al ver como sonreirán.

— Espero ver a todos de nuevo.

Abrace a mis hermanos, a Le Brun, Lei, Zachary y Freya, antes de montarme al coche y marcharme a toda velocidad, sintiendo como la adrenalina comenzaba a crecer.

Media hora después llegue al lugar, habían solo árboles, casi no podía apreciar nada, quedaba solo muy poca luz del día.

Apreté mis labios y procedí a bajar del auto, sentía un cosquilleo en las llemas de mis dedos, estaba ansiosa. Mire a mis alrededores esperando ver a alguien, pero no había nada. El fresco viento golpeaba mi rostro, revoloteando mi pelo. Sin saber qué hacer, camine por donde mi instinto indicaba.

Estaba por dar otro paso, pero me piernas chocaron con algo, causando que por poco cayera, después de eso todo paso muy rápido. Hombres salieron de los árboles y me tomaron a la fuerza, sabía que no debía de resistirme, pero fue inevitable hacerlo. De pronto sentí como un paño cubría mi nariz y boca, intenté no inhalar el olor, pero fue imposible, al hacerlo los ojos se me fueron cerrando y poco a poco fui cayendo en una obscuridad abrumadora.

Pronto te veré cariño.

Aarón Blake

Solté un quejido de dolor al sentir como presionaban con un poco de fuerza la navaja contra mi pierna, primero quemaba y después dolía, sentía las gotas de sangre escurrir. Me encontraba tan débil, muy apenas puedo ver con un ojo, hay demasiados moretones, cortadas y quemaduras en mi cuerpo.

No hable, nunca lo hice, nunca dejaría que La Bestia toque a Arabella. Respiro muy pesadamente, me duele todo, me cuesta tanto respirar, creo que tengo un par de costillas rotas. Me encuentro en un estado tan lastimero y deplorable.

— Ya déjalo. — Hablo un hombre.

— ¿Por qué? Si lo estoy disfrutando.

— Ya no tiene caso, La Bestia ha hecho un intercambio, daremos el chico a cambio de que se entregué la chica.

¡¿La chica?! ¿Qué chica? Espero no hablen de Arabella, no puede entregarse a cambio de mí, es tan tonta, tuvo la oportunidad de huir ¿por qué no lo hace? Mierda, espero no le haga daño, en estos momentos estoy tan débil que no podré protegerla ¡Maldición!

— Oh ¿sí? — Un golpe. — Es una lástima. — Otro golpe. — La estábamos pasando de maravilla. — Varios golpes más.

Ya no sentía los golpes como antes, me habían golpeado tanto que ya me había acostumbrado. El dolor era mínimo.

— ¿Donde está la chica? — Pregunto el mastodonte al separarse de mí.

— No lo sé, pero escuché que la traerán aquí para que La Bestia le mire.

Maldición ¿por qué Arabella? ¿Por qué?

Medio gruñí del enojó.

— ¿Que dices? ¿Qué podemos follar con la chica?

¡Hijo de perra!

Gruñí y me removió ignorando el dolor. Estaba tan furioso, quería matarlo.

— ¿Que haremos con el chico?

— Aun no sé, espero pero espero que La Bestia no cumpla el trato y nos dé la oportunidad de matarlo.

— Sería increíble. — Exclamó el mastodonte que me golpeó.

Solo espero que estés bien cariño, no creo poder salir de esta, pero de que tal vez a ti te encuentren y puedas vivir un a mejor vida, tal vez no conmigo, pero si lejos de esto.

$$

Holaa, espero les haya gustado ☺️

Muchas gracias por sus lindos comentarios, los amo con todo mi corazón ❤️
Xoxo 💖

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro