Capítulo 36
Abrí los ojos incómoda, estaba confundida. Hasta que los recuerdos que sucedieron me atacaron. Senti algo vibrar en mi abdomen por lo que dirigi mi vista para ese lugar, encontrando mi teléfono. Lo tome rápidamente y al encenderlo me encontré con veinte llamadas perdidas de Freya y quince de Axel.
Maldición.
Rápidamente desbloquee el teléfono y llamé a Freya.
— ¿Arabella?
— Si soy yo, tienen a Aarón. — Las lágrimas volvieron a salir.
— ¿Quienes? ¿Cómo? ¿Porque? — Pregunto tan rápido que tarde un poco en entender.
— No sé quiénes mierdas sean, habla con Zachary, estoy en un lugar secreto de su habitación. No sé cómo salir de aquí.
— Mierda. — Masculló. — Vamos para allá, tranquila ¿si? verás como lo encontraremos y haremos pagar a esos malditos hijos de perra.
Son decir palabra alguna colgué, seguido de eso baje lentamente las escaleras, encontrándome con un cuarto un poco grande, habían sillones, una cama, comida enlatada.
Mierda, esto es un puto búnker.
Comencé a recorrer el lugar, abría los cajones de los muebles, pero no encontraba nada interesante.
Hasta que abrí uno, habían un par de papeles doblados, algo en mi me decía que sacará uno y lo desdoblara.
Un poco indecisa saque uno, lentamente y con torpesa lo comencé a desdoblar, hasta ver lo que tenía. Era un especia de nota o carta. Al leerla sentí algo quebrarse.
No podía asimilarlo, tenía que volver a releerlo.
Después de verla asustada y llorando lo único que sentí fueron grandes ganas de protegerla, de taparle los ojos para evitar que viera todo el desastre hecho. Me gusta Zoe, no lo negare, es una chica preciosa y distraída, lo que causa que se mira tierna, sus pecas al aire libre cundo no se maquilla.
No tuve una buena niñez, ni mucho menos buena adolescencia, pero siempre mantuve la esperanza de llegue a conocer a alguien que me provoque lo que me causa Zoe, ella sin saber despertó muchos sentimientos en mí. Asusta, asusta mucho, pero si es lo mejor luchare por ello hasta el fin. Me tomare el tiempo de conocerla más, de conocer sus miedos, su felicidad, todo de ella, porque es lo que hacen las personas que aman, porque las que no lo hacen pueden hablar lo que quieran y no sentirlo. Aquí lo único que importa es demostrar lo que sientes, no evadirlo.
Sé que será difícil, pues mi trabajo es peligroso, pero cuando el sentimiento es fuerte, no me interesara poner en riesgo mi vida solo porque la de ella este bien.
Un sollozo salió de mis labios, tenía que encontrarlo, no podía con esto, no podía respirar con normalidad, no podía con todos estos sentimientos, tenía que sacarlo ya, así que grite, grite lo más fuerte que pude, hasta que cai desmoronada al suelo, llorando, sientiendo dolor, mi corazón estaba en pedazos.
No sé cuánto tiempo estuve así, parecía que estaba en el limbo, el tiempo no pasaba, solo caían muchas lágrimas. Apreté los puños con fuerza, me sentía tan inútil. Lentamente me pare y sentí un mareo, el que causó que cayera de rodillas.
No sé detenía y comenzaba a sentir arcadas, de la nada escuchó ruidos, unos brazos rodeandome, preguntas, sin respuesta de mi parte.
Mi mirada solo estaba centrada en un punto, sentía como desfallecía lentamente, no comprendía nada, me sentía tan débil.
Hasta que poco a poco, la obscuridad me cubrió los ojos y no supe nada.
Aarón Blake
Gruñi al sentir un nuevo golpe en las costillas, después otro en el rostro, en el abdomen, parecían nunca terminar, hace días que estaba aquí, aún no puedo borrarme el rostro de Arabella antes de que llegarán, La Bestia me acusa de traición, me golpean para que les diga dónde está Arabella, pero no diré nada, no importa que me maten, nunca dejare que le hagan algo.
Un nuevo golpe me saco de mis pensamientos, solo veía con un ojo y muy poco, tenía el cuerpo entumecido por tantos golpes.
Los más dolorosos eras los de abajo de las costillas, me sacaban por completo el aire, no podía atajarme, me tenían con las manos encadenadas al techo.
Volví a gruñir, a pesar de encontraerme débil, La Bestia me llegó a entrenar para nunca darme por vencido, aún así, nunca lo hice, cada que trataba de escapar de las casas de acojido, donde me maltrataba y me utilizaban para cosas horrible, nunca me di por vencido y luche por salir, hasta que encontré a Zach en un callejón.
— ¡Dinos donde se encuentra la chica!
Silencio.
Jamás.
— ¡Hijo de perra! Hablaras, tarde o temprano lo harás.
No podía concentrarme en pensar, me dolía el cuerpo, días de solo golpearme me debilita mucho, no he probado ningún bocado, ni bebido nada, mi garganta se encuentra tan seca y rasposa.
— Como ví que no hablaras con golpes, probaremos con otra cosa. — Sonrió malévolo.
Mierda.
Arabella Acker.
Seguí presionando el cuchillo, escuchando sus gritos de dolor, la sangre manchar mi mano.
— Tu decides cariño. — Murmuré en su oído. — ¿De verdad quieres morir así?
— Pudrete. — Siseó con rabia.
— Claro. — Sonreí falsa. — Pero primero lo harás tú. — Saque la navaja de su pierna y corte su yugular.
Me acerqué a Freya que se encontraba a unos pasos.
— No tenemos nada maldición. ¡Nada!
Me enojaba, me enojaba mucho saber que ya han pasado días y aún no hay pista de el, Zachary nos habló del los lugares donde sabe que La Bestia puede estar, recorrimos cada uno de ellos, pero cada uno estaba vacío y abandonado. No sabemos si sigue en Los Ángeles o lo sacaron de país. El hombre que acabo de asesinar lo encontramos por los alrededores del almacén, era muy sospechoso eso así que lo trajeron para interrogarlo, lástima que no salió con vida.
— Lo se, maldición. Estamos haciendo todo lo que podemos, Zachary no recuerda en que otro lugar podemos buscar, Axel sigue buscando en las cámaras de seguridad las placas de los vehículos en los que llegaron, Lei pregunta en sus contactos sobre La Bestia, pero no hay nada. Es como si la tierra se los hubiera tragado.
Me sentí impotente, no sabía que más hacer para poder encontrarlo, hasta que se me ocurrió buscar a Zachary.
— ¿Y Zachary?
— Creo que está en el apartamento de Axel, increíblemente se han convertido en muy buenos amigo.
— Lo sé, voy a ir a buscarlo, tengo que preguntarle algunas cosas.
Salí del almacén y me monte al coche.
Media hora después está subiendo por el elevador, con destino al Pent-house de Axel.
Se abrieron las puertas del elevador y avance a paso rápido, saque la llave que tenía del lugar y pase.
No sé escuchaban ruidos, recorri la planta baja, pero no encontré a nadie, así que subí, mientras subia las escaleras deduci qué tal vez se encontraban en el cuarto de Axel por lo que me dirijo a su puerta, está se encontraba entre abierta. El sonido de dos personas besándose me desconcentro, crei que se encontraba Zachary ahí, no sabía nada sobre alguna pareja de Axel, bueno, no es como si el fuera muy abierto, pero no sabía con quién se pudiera encontrar dentro.
Me asome lentamente, tratando de ver quién se encontraba ahí, al hacerlo me lleve una sorpresa enorme, no creía lo que veía. No estoy en contra de eso, pero no tenía ni la más mínima idea de que Axel fuera... Gay.
Parpade un par de veces tratando de asimilar la imagen de Axel arriba de Zachary, besándolo como si no hubiera mañana, a pesar de eso, en el fondo me sentía feliz de que ellos estuviera juntos, Zachary me caía muy bien y sabía que era buen chico, en cambio Axel... Solo le deseo suerte a Zach con Axel, mi hermano es un pesado de mierda, aveces malhhumorado y enojón.
Mucha suerte Zach.
Decidí hacerles una pequeña broma.
Abrí la puerta de golpe, asustando a ambos.
— ¡¿Que mierda hacen chicos?! Está mal, Dios creó al hombre y la mujer como única pareja. Lo de ustedes es una abominación.
Sus caras de espanto eran únicas, veía temor en sus ojos, ambos se alejaron rápidamente e intentaron comenzar a explicar, pero los callaba diciendo estupideces sobre lo mal que era hacer lo que ellos hacían.
Segundos después me calle abruptamente y solo los observe, sentía su miedo, ambos estaba sentados en la cama y observando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo.
Me causaba tanta risa, por lo que las carcajadas comenzaron a escaparse de mí, no podía retenerlas, de verdad habían creído tal show.
Ellos solo me observaba sin entender ni una mierda,mientras yo solo reía.
— No... no sé crean... chicos... — Tome una gran bocanada de aire para tratar de recuperarme del ataque de risa, después de unos segundos precegui. — Ustedes son dueños de sus propias acciones, pueden hacer lo que quieran, era solo una broma.
Me acerqué a ellos y los abrace.
— Los amo mucho y espero sean felices juntos.
Soltaron pequeñas risas nerviosas y correspondieron mi abrazó.
— ¿De verdad no te molesta? — Pregunto de manera muy dulce Zachary.
— ¡Claro que no! ¿Por que debería de molestarme?
— Por lo mismo que dijiste cuando entraste.
— Lo que dije cuando entré solo son estupideces chicos, se que es una mierda ocultar sentimientos por lo que dirán las personas, pero eso es una mierda. No valen la pena prestarle atención a ese tipo de comentarios, lo que importa es ser feliz a lado de la persona que amas. — Sonreí risueña.
— Te queremos Ara. — Hablaron al unisono.
— Y yo a ustedes chicos.
Después de eso recordé la razón por la que venía a buscar a Zach.
— Hey Zachary.
— ¿Si?
— Necesito que me cuentes, absolutamente todo lo que sepas de La Bestia.
Suspiró pesadamente.
— Está bien, La Bestia...
$$
Holii, espero que se encuentren de maravilla, estaba haciendo cuántas y creo que ya falta poco para el final, no muy poco ya que tardó en desarrollar algo pero al empezar hice una lista de cosas por las que tuvieran que pasar y lo de esa lista ya se está acabando.
Parte 3/4
Los quierooo mucho, mucho.
Xoxo💖
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