Capítulo 28
"¿No es encantador estar completamente sola? Corazón hecho de vidrio, mi mente de piedra."
Después de esa clase, la cual se me hizo eterna, al fin escuchó el timbre, es solo para cambiar a la otra clase, pero algo es algo. Odiaba estar en el mismo lugar que Melissa.
Salí del salón muy alegre, tenía quince minutos para llegar a la otra clase, todo está bien. Mientras caminaba por los pasillos, en los cuales también transitaban alumnos de otros grados, justo cuando estaba dando vuelta por un pasillo, un cuerpo choco con el mío.
Solté un gruñido de frustración.
— Maldita sea. — Masculle entre dientes agachándome a recoger los libros que se me cayeron, o que me tumbaron.
— Uy, lo siento chica.
Esa voz, esa maldita voz.
Levanté mi vista a dónde provenía esa voz y me topé con el mismo pelo rosa que vi la última vez en el centro comercial.
¡No! ¡Maldita sea! Se suponía que hoy sería un buen día.
— ¿Arabella?
¿Por qué a mí Dios? ¡¿Por qué?!
— Em... lo siento chico. Creo que te has confundido. — Me hice la tonta y fingí una sonrisa.
— No, no me he confundido, eres Arabella Acker.
— Mi nombre es Zoé, no Arabella.
— Claro y yo nací ayer. Sé que eres Arabella Acker, hermana de Axel.
— Lo siento chico, me tengo que ir.
Camine unos pasos cuando escuché que hablo de nuevo.
— Adiós Steel Doll.
No detuve mi paso y solo seguí caminando.
Maldición, si pudo ser peor.
— ¡Te estoy diciendo que si era el! — Susurré fuertemente.
— No puedo creerlo, que imbécil es.
Seguimos hablando en susurros. Una clase antes de que fuera la hora de comer, embosque a Freya antes de que entrara a su siguiente clase y nos dirigí al baño, lugar en el que nos encontramos ahora mismo.
— Y eso no es todo, maldita sea. — Hablé apretando los puños, encajando mis uñas en las palmas de mis manos.
— ¿Qué sucede?
No conteste y solo apreté mi mandíbula.
— Arabella ¿qué sucede? — Frunció el ceño con preocupación.
— Melissa también está aquí.
Note como su mandíbula de tensaba, ella sabía quién era Melissa y lo perra que había sido. Cuando yo estaba con Jayden, la mayoría del tiempo que estaba con él fue en su departamento, donde vivía con su hermana menor, Melissa. Ella llegó a ver lo que Jayden me llegó a hacer y nunca dijo nada ni lo impidió. También intento acostarse con mis hermanos, cosa que ellos impidieron por respeto a Jayden. Pero eso no es todo, no solo veía lo que hacía Jayden, también se burlaba de eso, es una perra sarnosa y cínica, que ante las personas se hacía pasar por una inocente niña y amiga mía.
— Maldita perra, ¿dónde la has visto?
— Está en mi estúpida clase de dibujo publicitario. Y eso no para ahí, ¡Me saludó como si fuera amiga mía! — Chille eso último como niña pequeña.
— Me gustaría moler a golpes esa cara de perra que se carga.
— Yo también quisiera eso.
En ese instante el timbre para comer se escuchó.
— ¿Vamos a comer? — Pregunté.
— Claro. — Contestó tomándome la mano para marcharnos juntas.
Mientras caminábamos nos mantuvimos en silencio, mis pensamientos me mantuvieron desconectada de la realidad, solo me deje guiar por Freya.
En mis pensamientos solo me recordaban a Aarón y lo extraño que era no poder hablar con él, lo extrañaba mucho, sentía que algo había cambiado, sentía que ya no miraba las cosas como antes. Los besos que nos dimos, las caricias, las palabras, todo lo que vivimos solo será un recuerdo más y es algo que me molesta, en el fondo sabía que sólo sería algo efímero.
Tal vez él no era lo que el destino tenía para mí, supongo que en el fondo eso tenía que suceder para conocer a quien de verdad amare por el resto de mis días. Honestamente no lo sé, solo quiero engañarme por un momento y hacerme creer que alguien llegará a mi vida y aceptara la forma en la que vivo. Solo espero que no falte tanto, eso de sentirme sola a pensar de no estarlo, es un sentimiento que daña mucho.
De la nada sentí como de nuevo chocaba con alguien.
— No, no de nuevo, por favor. — Murmuré entre dientes.
Alce mi mirada deseando que no fuera Jayden la persona con la que choque. Al verlo me lleve una sorpresa al ver que no era Jayden, por lo que agradecí mentalmente, pero aun así hubiera deseado que no fuera esa persona con la que choque.
Agradecí el hecho de que me tomara de la cintura para evitar caerme.
— Lo siento. — Murmure cerca del rostro de Aarón.
— Como sea. — Me soltó.
Me saco la vuelta y siguió caminando como si nada. En ese momento solo me trate de tranquilizar.
Respira, respira, tranquila. No pasa nada, todo estará bien.
— ¿Estás bien? — Escuche a Freya preguntar.
Alce mi cabeza y le sonreí, le sonreí a pesar de sentí un mar de lágrimas querer formarse, le sonreí tratando de ignorar el dolor de mi pecho.
— Sí, claro. Vayamos a comer.
¿Por qué Aarón? ¿Por qué te has comportado así? Me gustaría ser dura contigo, pero no puedo, no puedo por qué te sigo queriendo como antes.
Después de comer regresamos a clases, durante el resto de las clases no volví a ver a Jayden ni a Aarón, pero si a Melissa. Ahora no solo está conmigo en dibujo publicitario, si no también en Filosofía.
La odio tanto.
En este momento estoy conduciendo al apartamento sola, pues Freya tenía planes con Lei.
Cuando estaba a punto de llegar al edificio del apartamento decidí pasarme derecho y dirigirme al muelle de Santa Mónica, dure casi veinticinco minutos en llegar, ya que casi no había tráfico.
En el camino me mantuve escuchando música de la radio y tarareándola.
Al llegar el lugar se encontraba casi vacío, había muy pocas personas en él. Apague mi teléfono y baje del coche para luego dirigirme a la punta del muelle, una vez que llegue, me senté ahí. Cruce mis piernas modo indio y deje que la brisa del mar y el aire me golpearan en el rostro, sintiendo como mi piel se estremecía ante eso.
Mientras me encontraba en una tranquilidad profunda cerré mis ojos y me deje llevar, solo podía escuchar el sonido del mar, en ese momento no pensaba en nada. En mi solo había paz y tranquilidad.
No sentía nada más que eso, ni si quiera el tiempo, no sabía lo bien que se sentía, ni lo mucho que deseaba estar sola, hasta que lo estuve.
Cuando sentí que ya había pasado mucho tiempo abrí mis ojos y me topé con un atardecer hermoso, suspire llena de emociones acumuladas.
— Creo que es hora de marcharme. — Murmure para mí.
Me levante del lugar y ya parada volví a recorrer el lugar con mi mirada, el aire despeinaba mi pelo, pero eso me importaba poco. Solté otro suspiro antes de marcharme de nuevo a mi coche.
En el camino de regreso solo vi como poco a poco los puestos se iban cerrando, como las pocas personas que quedaban se marchaban, hasta que llegue a mi auto.
Me monte a él, me coloqué el cinturón de seguridad y salí del estacionamiento, olvidando encender mi móvil.
Mientras manejaba el sol se ocultó por completo, dejando solo la luz de los coches, no encendí la radio por lo que me encontraba en completo silencio.
Mientras manejaba por la carretera, visualice a un coche detrás de mí, pero no se veía sospechoso así que lo ignoré, no iba entrar en pánico por cosas insignificantes. Estaba por encender la radio cuando sentí un golpe en la parte trasera de mi coche.
— ¿Que carajos? — Masculle frunciendo el ceño.
Observé por el retrovisor con más atención al auto que se encontraba detrás de mí, solo alcancé a distinguir que era del año y era negro, el hecho de que llevara encendidas las luces largas me impedía ver mucho.
Pise más fuerte el acelerador para tratar de alejarme de ese coche. Hasta que de pronto sentí otro golpe un poco más fuerte.
— Maldita sea, ¿ahora que mierda quieren de mí?
Aumente la velocidad hasta llegar a los cien kilómetros por hora.
Me encontraba manejando muy rápido, pero el coche de atrás al igual que yo aumento la velocidad. Sentí de nuevo otro golpe causando que me fuera levemente hacia al frente.
— Mierda. — Dije y seguí maldiciendo.
Aumente la velocidad hasta ciento veinte y mire hacia atrás por el espejo retrovisor. El auto se encontraba increíblemente cerca de mí, tenía que alejarme de él ya.
Al volver mi mirada al camino visualice una señal que indicaba que habría una curva pronto, si el conductor del coche de atrás era muy estúpido para conducir saldría de esta rápido.
Aumente nuevamente la velocidad y pase con un poco de dificultad esa curva. Al estar ya en carretera recta volví mi mirada al espejo retrovisor y vi como ese coche logró atravesarla al igual que yo.
— Maldita sea. — Golpee con una mano el volante.
Para cuando volví a mirar al frente sentí como otro coche impactaba a un lado de mi cofre, causando que perdiera el control y me saliera del carril, aquel impacto provocó que saliera volando con todo y coche, dando vueltas por el aire. Conscientemente tome mi cuello rápidamente tratando de tocar el botón escondido del dije. Pero sentí como todo se escapaba de mis manos cuando no lo sentí.
Sentí como mi vida se escapada de mis manos, todo sucedió en cámara lenta ante mis ojos, no sabía que sucedería conmigo.
El golpe al tocar el suelo fue muy duro, las bolsas de aire se activaron, un pitido molesto comenzó a escucharse, los recuerdos volvieron a mí, sentía algo caliente bajar por mi rostro y dolor en algunas extremidades.
Mi respiración empezaba a fallar, sentía aún el momento en el que los vidrios se quebraron y cómo algunos llegaron a encajarse en mí.
— Este es mi fin. — Alcancé a murmurar con dificultad antes de perder poco a poco el conocimiento.
Solté mi último aliento antes de cerrar mis ojos por completo y dejarme llevar por esa oscuridad tan abrumadora.
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Holaaa, quería agradecer a todas las personitas que se están tomando el tiempo de leerme, muchas gracias por todo 💗
Los quierooo 💜
Xoxo💖
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