🕊️ Linger 🕊️
¡Aquí está, chicooooos! El último capítulo :3. Espero que les guste :D
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Grace miraba las hojas balancearse desde la ventana de su habitación. Todos estaban reunidos ahí ese día, sus padres seguían en otra de las incesantes juntas que se habían convocado para ir perfeccionando el nuevo plan de acción de la escuela. Si sus padres estuvieran presentes, estarían desvaneciéndose con el hecho de que Bryce, Ryan y Therry estaban invitados a esa charla. Mucho más si supieran la intención de la misma.
—¿Qué es lo que vamos a hacer? —preguntó finalmente Bryce soltando un suspiro.
El ambiente era verdaderamente triste. Sus rostros mostraban un profundo arrepentimiento, pero la nula capacidad de entender cómo debían actuar a partir de ese instante.
—¿Qué más podíamos hacer en ese momento? —intentó decir Ryan para tranquilizar sus conciencias.
—No dejarlo de lado —respondió Therry acomodando sus lentes—. No ser unos cobardes.
—Sabemos que lo somos —replicó Grace alejándose por fin de la ventana—, el asunto es... ¿cómo lo resolvemos?
—Las normas continuarán. Seguirán haciendo juntas y volviéndolo más oficial. No hay manera —dijo Ryan metiendo sus manos en los bolsillos de su chamarra.
Se quedaron unos momentos en silencio. Resentían con todo el corazón lo que estaba pasando
—No —sentenció finalmente Grace levantándose.
Alice se apartó un poco para evitar que la empujara por el golpe, la rubia era la que menos hablaba. La que menos quería recordar lo que le hizo a Alter.
Grace pareció tomar más aire de lo normal y se intentó llenar de la mayor fuerza posible para pronunciar sus palabras.
—La razón por la que todo sigue funcionando es porque nadie ha puesto resistencia —dijo la chica frunciendo el ceño.
—Eso es obvio —remarcó Therry.
—Parece que no lo suficiente. Bryce, Ryan, Alice... es momento. Es momento de hablar con nuestros padres. Es la única manera.
Las palabras de la chica resonaron en cada uno y les provocaron dolor de cabeza y náuseas.
—Grace, sabes que no puedo —expresó Bryce con pesar.
—No será sencillo —intervino Ryan antes de que la chica retomara la palabra—, pero creo que Grace tiene razón. Encontremos la forma de contraponernos. Quizá no sea perfecta, siempre será mejor que continuar así.
—¿Y qué haremos con Alter? —cuestionó Bryce y las miradas volvieron a caer.
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El gris de los edificios apenas lograba traspasar la tristeza del ambiente. Alter había olvidado la intensidad con la que se escuchaban las bocinas de los automóviles, el viento rompiendo en la ventana y el humo de la ciudad viajando en lugar de neblina.
El estéreo tenía conectado su celular, así que la música que tanto amaba el muchacho, podía escucharse por todas partes. Era como si fuera una hermosa serpiente que intentaba envolverse alrededor de la tristeza de Alter.
Pasaron los días después de esa junta. Alter no quizo regresar a clases y sus padres lo entendieron, lo único que quedó sin explicación para los Smith fue por qué nadie fue a buscarlo en ese tiempo que desapareció.
Con sus contactos y la inercia de proteger a su hijo, Joe y Matthew habían logrado conseguir un trato rápido por la casa de Herthbroke y habían arreglado, de igual manera, una mudanza pronta para poder volver a Nueva York a una vida más tranquila.
Era curioso, aquella era su misma intención al mudarse al pueblo, pero finalmente Herthbroke los había orillado a estar estacionándose enfrente de su viejo apartamento.
El cuarto realmente se veía mucho más decolorado de lo que era. Alter nunca se había fijado demasiado en eso, pero ahora estaba muy consciente de que el color se había quedado en ese hermoso y curioso pueblo.
Su corazón también estaba anclado en ese lugar, en los árboles que parecían hechos de gelatina. En sus bellísimos cielos azules y en el ímpetu que mostraba cada uno de los elementos al mantenerse de pie como en una coqueta pastelería.
El hermoso ambiente en la familia Smith no había bastado para suavizar el impacto del golpe, así que simplemente permitían que largos silencios acompañaran las comidas y las cenas.
Joe y Matthew siempre sabían qué decir, pero después de haber llorado los tres juntos y expresado lo mucho que se querían a pesar de las circunstancias, realmente ya no había más que añadir.
Esperar a que alguien levantara la voz para indicar lo contrario no era más que intentar poner en marcha un auto sobrecalentado.
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Ese lunes todo parecía mucho más tranquilo. Después de un buen tiempo de estar lejos de Herthbroke le parecía que volver a clases era lo más adecuado para refrescarse.
El ambiente era muy frío porque ya estaba cercano el invierno y Alter caminaba con demasiada tranquilidad por su antigua escuela. Era el primer día, pero no tenía demasiadas ganas de entrar a la primera clase. Mantener su espíritu animado frente a todos le parecía un poco forzado si es que necesitaba explicarle a la clase entera lo que había vivido en ese pueblo.
Procuró no avisar a demasiadas personas que estaba de vuelta.
Todos sus amigos neoyorquinos le habían ayudado a escudriñar en los buscadores de internet cada detalle sobre el nuevo hogar de Alter antes de irse y las expectativas habían estado demasiadas altas.
—¡Alter! —gritó una voz conocida detrás de él.
El muchacho bajó un poco el ritmo de la caminata, al tiempo que movía la cabeza a modo de saludo.
—Me dijiste que llegarías pronto, pero no me dijiste que hoy era tu primer día —expresó Camryn lanzándose en un abrazo inesperado.
El campo de fútbol de la secundaria Franklin estaba totalmente despejado. Ese sitio le recordaba demasiado el sitio de reuniones principales en Herthbroke, claro, con un tono un poco más sombrío.
El pasto era más oscuro definitivamente y las gradas no estaban pintadas de un azul chillón, sino de un blanco bastante desgastado.
Alter no pudo evitar sonreír al notar el entusiasmo de su vieja amiga.
—¡Cam! —dijo después de que ambos cayeran al piso—. ¿Qué te pasa?
Su sonrisa volvía a elevarse y una cadena de risas prosiguió ese momento.
—Te extrañé... mucho —confesó la muchacha acomodándose en el frío pasto para ver el cielo.
Ambos se quedaron un buen rato observando el bello cielo de Nueva York , cubierto a cachos por los edificios y árboles de la ciudad. Alter alcanzaba a ver su dolor pintado a pinceladas en las nubes y los recuerdos repartidos en esas pequeñas chispas que se ven cuando miras demasiado ese precioso telón azul grisáceo.
Camryn se fijó un instante a Alter. Él le había contado a grandes rasgos lo que había sucedido. En parte porque no quería revivirlo demasiado, pero también porque estaba llorando mucho cuando lo hizo y casi no se entendía lo que relataba.
—¿Has recibido algún mensaje de ellos? —preguntó la chica cuando finalmente decidió escupirlo.
Alter se quedó un momento sin responder y después colocó una de sus manos sobre la frente.
—Ni una llamada —respondió sonriendo con amargura—. ¿Sabes lo que es más doloroso? —El corazón comenzaba a punzarle—. Creo que todos tenían razón y puse demasiado en ser su amigo.
Camryn estaba a punto de asentir, pero se detuvo al reflexionar con mayor profundidad esa aseveración.
—Yo también lo dije —confesó suspirando—. No lo retiro retiro, en más de una ocasión te has desvivido por ser amigo de alguien y eso no es bueno, Alter; sin embargo, algo que no puedo negar es que eres de las pocas personas que pueden alcanzar a percibir la clara importancia de un amigo. Tu corazón es enorme y eso nunca debe ser criticado —dijo la chica generando una de las pocas sonrisas que se le habían visto al muchacho.
—Gracias —expresó dejando que una lágrima se resbalara por el costado de su mejilla—. A veces me siento un verdadero tonto.
Camryn lo codeó y ambos empezaron a reír para intentar dejar esa nube oscura detrás.
Alter estaba empezando a sentirse en casa, empezaba a comprender que todo lo que le sucedía tenía una razón de ser y que quizá si las cosas no habían resultado como le hubiera gustado, no interfería con que él había dado lo mejor. Eso es lo que realmente importa. Eso es lo que siempre importa.
Después de un rato de charla y de risas, ambos se levantaron del pasto para sacudirse toda la ropa, apenas empezaban a caminar de regreso a los edificios cuando el ruido de pasos los interrumpió. Ambos se giraron y no dieron crédito a lo que veían acercarse por la acera más próxima.
Alter tuvo que aclararse la vista varias veces para asegurarse de no estar alucinando. Pero finalmente, después de comprobarlo mil veces, el chico notó que no. No era un espejismo. Ahí estaban sus antiguos amigos de Herthbroke. Cada uno de ellos de pie con las caras más largas posibles.
Se miraban contratantes al punto de rayar en lo exagerado. Sus suéteres pastel y chamarras perfectamente coloreadas, ya estaban en un desentono que lastimaba la vista y provocaba que las personas que caminaban por la calle voltearan a verlos.
El campo de fútbol de la preparatoria Franklin tenía una cerca de metal oxidada, vencida y vieja, así que fue muy sencillo para los chicos entrar. Lo que no era sencillo en aquel instante, fue quedar frente a frente. Con Alter que evitaba sus miradas y Camryn que miraba por los dos con un instinto asesino aflorando por cada poro.
—Hola, Alter —dijo Ryan dando un paso adelante.
Los demás parecían gatitos asustados debajo de un puente. Grace mantenía las manos en su abrigo azul pastel y mantenía el brazo entrelazado con el de Alice. Esta última tenía la mirada bien puesta sobre el suelo, como si supiera que se fuera a quemar en el instante que Alter la mirara.
Therry estaba tranquilo, muy al contrario de Bryce que se balanceaba sobre las puntas de sus pies y tosía de vez en cuando, intentando sacar los nervios.
—Hola —respondió finalmente el muchacho.
—¿Qué demonios hacen aquí? —preguntó Camryn colocándose enfrente de Ryan—. ¿No les bastó ser unos traicioneros? ¿No les bastó ser unos cobardes que prefirieron lastimar a su amigo?
—Cam —dijo Alter aún sin levantar la mirada—. Tranquila.
Alter se acercó hacia donde estaba Ryan y suspiró antes de hablar.
—¿Por qué están aquí?
—Nosotros... es que... Alter —empezó a decir con la voz entrecortada. Era raro ver a Ryan reaccionando de esa forma, porque usualmente era el chico más audaz que se podía conocer.
Therry se colocó su mejor saco de seguridad y apartó a Ryan con delicadeza para ponerse frente a Alter. En esta ocasión, el moreno levantó la mirada y le dedicó una sonrisa pequeña al joven de las pecas.
—Alter. Después de que todos te traicionaran y te fueras, las cosas tomaron otro rumbo —empezó a explicar el muchacho ajustando sus lentes—. Todos acordamos venir aquí y dejar notas, aunque realmente yo no tuve problemas. Mis padres están alejados de todo esto.
—¿Notas? —preguntó Alter levantando un poco la cabeza.
—Bueno, Therry lo explica demasiado escueto —dijo Bryce tratando de sacudirse los nervios—. Alter... sabemos que lo que hicimos no estuvo bien. No hicimos lo que debíamos hacer en el momento en que más nos necesitabas.
Camryn soltó una risa irónica y Alter asintió como asegurando que lo que mencionaba era cierto.
—Somos unos cobardes —dijo Ryan que se había recompuesto—. Unos cobardes totales. Así que hasta el día de hoy no tenemos el valor de decirle lo que pensamos a nuestros padres de frente.
—Así que decidimos escribirlo —secundó Grace sacando las manos del abrigo para desdoblar una pequeña hoja de papel—. Hablaremos con ellos, pero ya saben nuestros secretos. Juntamos nuestros ahorros y te perseguimos.
—Nos robaron todo lo que traíamos —añadió Therry provocando la risa nerviosa de los demás.
—Es cierto —confirmó Grace empezando a limpiarse las lágrimas—. Pero es que necesitábamos leerte esto.
—A ver... —dijo Camryn moviendo la cabeza—. ¿No hablaron con sus padres, pero sólo se dieron una escapada vacacional?
—Regresaremos —dijo Bryce asintiendo—. A enfrentarnos con todo... pero necesitábamos unos días fuera de Herthbroke.
Todos miraron al muchacho esperando una respuesta. Había estado esperándolos por varios días y el hecho de que se presentaran de la manera menos conveniente, decrementaba sus ganas de escucharlos. Pero Alter, era Alter y Camryn le sonrió cuando volteó a mirarla como pidiendo autorización para volver a confiar.
—¿Qué escribieron? —preguntó el chico desganado.
—Es una fotocopia de lo que dejamos —explicó Grace mostrando la carta. Estaba tan nerviosa que la hoja se movía y sus lágrimas ya empezaban a caer sobre ésta mojando la tinta— Inicio yo.
»Mamá, papá. Me fui a Nueva York. No me fui porque estuviera buscando una beca, ni porque encontrara un marido rico y guapo que me pueda mantener. Vine a Nueva York a disculparme con un amigo. Mi primer mejor amigo. Nunca creí que podría charlar con alguien por varias horas y querer contarle todo lo que me pasaba. Siempre pensé que la amistad entre un hombre y una mujer era imposible. Imposible y abominable.
»Alter es mi amigo y no me importa lo que piensen de eso. Sé que enfurecerás y me hablarás de la peor forma que puedas encontrar, madre. Sé que me sermonearás, padre. Pero él es mi amigo. Él es el amigo que siempre soñé tener cuando lloraba por las noches en la infancia.
»Llamaré cuando llegue. Los quiero.
»Atentamente, Grace.
La muchacha tomó una respiración para recuperarse del impacto emocional que le representaba leer esa carta. Camryn miró a Alter con burla. Era una carta muy corta y cualquiera pensaría que Grace estaba exagerando al llorar de esa manera, hasta que habló.
—Mi madre siempre se ha enfurecido conmigo a un punto que me da vergüenza admitir. Si la contradigo demasiado... —expresó rompiendo en llanto—. Ella me da mucho miedo y no pude contradecirla en la junta. Sentí que mi cuerpo se paralizaba y tenía ganas de correr para evitar lastimarte. Porque es real lo que escribí. Es real que eres el único amigo que he tenido.
Parecía curioso como solamente faltaba un pequeño empujón para que ese muro de concreto que los había separado, empezara a quebrarse.
—Lo siento demasiado —dijo la chica limpiándose las lágrimas.
Alter le sonrió comprendiendo las acciones de su amiga y antes de que pudiera decir cualquier otra cosa, Bryce dio un paso al frente.
—Yo también escribí algo para papá —dijo el chico suspirando para encontrar fuerza para hablar—. Es muy corto, ciertamente: "Papá, soy gay. Voy tras de la única persona que me ha hecho sentir que está bien existir y ser diferente".
Las manos le temblaban al rubio. Alter lo miró comprensivo. Sabía que esas cortas palabras habían sido, seguramente, muy difíciles de escribir. Tenía conciencia de que le esperaban muchos problemas, pero aún así, ahí estaba Bryce con la chamarra del equipo de fútbol y las mejillas totalmente coloradas.
—Ven aquí —dijo el chico extendiendo sus brazos—. Jamás podría enfadarme contigo. Eres el mejor chico que conozco. Y cualquier hombre será muy afortunado de tenerte.
Bryce lo abrazó con toda la fuerza que tuvo. Sentía la libertad rozando sus mejillas y cayendo de frente a él. Le extendía las manos hacia una nueva aventura.
—¿Qué harás cuando vuelvas?
—No pienso volver en un buen tiempo —dijo el chico mirando el cielo—. ¿Crees que haya espacio para alguien como yo en tu departamento?
Alter soltó una risa y después miró de frente al muchacho suspirando.
—¿No te meterás en problemas?
—Realmente no lo sé —dijo Bryce.
Su frente no estaba arrugada y la sonrisa se veía totalmente relajada, como si fuera parte de un lago tranquilo que estaba cuidando de los alrededores.
Ryan se acercó con cautela a Alter y le miró con fuerza al tiempo que extendía su propio escrito.
—Yo no lo escribí nada a mi madre. Volveré al pueblo junto con la mayoría , pero decidí escribirle un poco a alguien más.
»Estimada señora McKlein:
»Gracias por las buenas palabras que me dedicó en la junta. Gracias por las intenciones con las que me las dijo y gracias por las ofertas que su cuñado me ha extendido. Lamento informarle, por esta carta, que rechazo contundentemente cada una de estas cosas. Mi más grande sueño es y seguirá siento, estar a un lado de mi madre apoyándola y dándole la vida que merece, pero eso no significa vender mis valores al mejor postor. Le demostraré que puedo lograr este sueño de la mejor manera. Trabajando y poniendo todo mi cariño en cada una de las cosas que haga. Por hoy, no puedo intercambiar una oferta educativa, por el inigualable valor de un amigo. Lo siento. Mucho menos cuando cuando sé que es un ser humano infinitamente más valioso que todo lo que me ofrece.
»Espero tenga usted una tarde estupenda.
»Con respeto, Ryan Kebo.
Ryan cerró la carta y miró a Alter para ver su reacción.
—Tendrán muchos problemas cuando vuelvan —dijo el muchacho conmovido.
—Pero valen toda la pena del mundo —expresó Grace sujetándole la mano.
Camryn miraba a todos anonadada. Le parecía muy poca cosa para que fueran perdonados, así que paseaba su mirada por cada uno hasta finalmente depositarla sobre Alice que sostenía su carta con vergüenza en la lejanía de esa escena.
—¿Y tú, Polly Pocket?
Todos se giraron hacia Alice y ella sintió todo el peso del mundo cayendo sobre su pecho. Creyó que era el instante adecuado para intentar una sonrisa, pero no la logró y en su lugar un río de lágrimas empezó a deslizarse por sus mejillas.
La chica desenvolvió la carta y empezó a sollozar sin control.
Grace dio un paso al frente y tomó la carta de Alice mientras tomaba su mano.
—La leeré yo —dijo la chica y se limpió otra de sus propias lágrimas.
»Queridos padre y madre:
»Por mucho tiempo, me han enseñado el valor de lo bueno. Hacer todo lo que de valor al mundo y haga que Dios se sienta orgulloso de nosotros. Cuando era niña, eso intentaba. Quería cantar más bonito que todos, para que los ángeles pudieran escucharme y sonreír por lo alto. Quería obedecerlos en todo momento, para que tampoco se sintieran decepcionados. Seguí cada norma. Hice oraciones en las mañanas, en las tardes y en las noches.
»Leí enfebrecida los textos que debían guiarme, pero me encontré en un enorme laberinto. Poco a poco me di cuenta de que la manera de hacer feliz a Dios era quedándome quieta. Era dejando que el viento simplemente cortara con mi imagen y siguiera avanzando. Ni una palabra mía salía de mi boca, hasta que lo conocí a él.
»Yo sé que siempre me han dicho que el amor adolescente es un mal evitable y que no debo fijarme en nadie hasta que sea lo suficientemente mayor para que podamos casarnos. Pero es que pasó algo realmente curioso. Encontré mi propia voz. ¡Y no podía parar de hablar!
»Tuve en mi mente el comienzo de un bellísimo paisaje, el de mis propios pensamientos. Antes ese era un campo poblado por lo predecible y de buenas a primeras, llegó un instante en el que se había vuelto un jardín.
»Dudas, reproches, un poco de ira y enamoramiento. Y aunque dije que todo partió de conocerlo, creo que eso es algo que provoco yo misma y de lo que no quiero separarme jamás.
»Ahora sueño despierta antes de irme a dormir y puedo sentir que por mi garganta esquían las ideas más alocadas con la carga de posibilidad sobre sus hombros.
»Y yo sé que no estarán de acuerdo con esto, porque me lo han repetido muchas veces, pero por primera vez siento que Dios está feliz. Siento que me mira desde arriba y le agrada mi sonrisa recostada en el pasto con mis pensamientos y la manera en que escucho a escondidas las canciones que me recomienda Alter.
»Sé que ama cómo dibujo ahora en los bordes de mis cuadernos y la risa desenfadada que saco cuando siento que algo fue muy gracioso.
»Todo esto es mío y me siento tan contenta, pero no puedo excluir el hecho de que sé que le hace muy feliz verme enamorada. Porque lo estoy padres. Él es mi "pájaro rosa", aquello que te recuerda que no tiene nada de malo resaltar entre todos. Querer cambiar al mundo.
»No es capricho ni rebeldía, solo es parte de estar viva. Lo que realmente a Él le hace feliz es eso simplemente: que estemos vivos. Y yo hoy les digo que lo estoy.
»Estoy viva y enamorada. Enamorada de Alter Smith.
»Con mucho amor, Alice.
Incluso a Camryn se le había movido el corazón y es que ningún instante hasta ese día, se había sentido tanto, tanto como el momento en que las miradas de Alice y Alter se cruzaban de nuevo.
La vida se detuvo.
El viento dejó de soplar.
Dios sonrió.
Sin más palabras, ambos se unieron en un abrazo y posteriormente, sellaron lo que parecía una reconciliación inquebrantable con un beso.
—No tiene que ser memorable —le dijo ella y ambos se sonrieron.
Camryn recuperó la compostura y se sacudió el cabello antes de sacar un dramático suspiro.
—¿Así de fácil? ¿Todos hacen notas, como en jardín de niños, y sus problemas se esfuman?
—Sabemos que no —dijo Bryce avergonzado—. Sabemos que fue muy grave, pero no sólo veníamos a leerte estas cartas sobre lo que hicimos en casa.
—También nos queríamos disculpar de frente —expresó Grace mirando cómo el resto asentía profundamente—. Alter... Gracias de corazón por ser nuestro amigo. Fuiste nuestro amigo más sincero y te traicionamos como unos cobardes.
—No "como uno unos". Realmente fuimos y somos unos cobardes —complementó Ryan con vergüenza—. Pero hemos intentado arreglarlo en estos días. Como dijo Therry, las cosas cambiaron en el pueblo. Las "nuevas normas comunitarias" se vieron ensombrecidas porque intentamos hacer una pequeña huelga estudiantil.
—Pero sólo son cinco personas —dijo Alter soltando una risa.
—Lo sabemos —respondieron uniéndose a la risa de Alter.
Se quedaron un instante en silencio y Therry dio un paso adelante.
—Lo que te quieren decir, pero son muy torpes para hacerlo, es que se dieron cuenta a los breves minutos de que estuvo mal. Lo intentaron arreglar con lo que tenían a la mano, pero por días sintieron mucho miedo de mirarte a los ojos por lo que habían hecho. Entonces, en vez de hablar contigo en el pueblo, decidieron esperar a que te fueras a Nueva York —expresó el chico con ironía en la última parte.
—Todos te queremos mucho, Alter. Gracias por despertarnos —finalizó Ryan dejando que otra lágrima se saliera de su mirada.
Alter no pudo más y corrió hacia ellos. Los abrazó como nunca. Y las lágrimas siguieron por largos minutos, acompañando la escena. Después de un buen rato, Camryn permitió en su corazón la posibilidad de que aquellos chicos coloridos fueran perdonados por su amigo, veía en cada uno la sonrisa de una sincera amistad y la inexperiencia de jamás haber pensado fuera de la línea que les marcaban sus padres.
—Los quiero mucho, chicos —dijo Alter limpiándose las mejillas.
Después de un buen rato, Camryn y él se tuvieron que despedir para entrar al siguiente periodo. Los visitantes esperaron a Alter en las gradas hasta que sus clases terminaron y después se fueron a su apartamento en donde pudieron ofrecer más disculpas y lágrimas a Joe y Matthew. Bryce, en especial, tuvo una charla con el primero y le expresó lo atrapado que se sentía cuando tomó aquella decisión de voltearles la espalda.
Fue una cena llena de emociones, pizza, risa y mucho llanto; pero finalmente, lo no dicho empezaba a salir de su entierro. Los chicos de Herthbroke iban floreciendo y Alter empezaba a sentir que su corazón se reconstruía de a poco.
Los amigos regresaron después de unos días a Herthbroke, cada uno tuvo que enfrentar su propio idilio, sin embargo, sentían un cambio radical dentro de ellos mismos. Encontrar la fuerza que vive dentro de los corazones, ser despertados, eso era lo que necesitaba cada joven en ese precioso pueblo color pastel.
Las decisiones que fueron tomadas después de aquello, determinaron el rumbo de destinos que habían sido radicalmente cambiados por la llegada de un chico neoyorkino con chaqueta de mezclilla y cabello alocado.
Alter no volvió al pueblo, pero eso no significó que se alejaría de sus amigos... tampoco de Alice. Ni tampoco de la idea de que un amigo es tan valioso como un diamante.
Herthbroke siempre siguió siendo el mismo, algunos peldaños jamás se inmutaron y personas como Katherine y Jessica aún se asoman por las ventanas de tanto en tanto, comprobando que todo siga tal y como les gusta; pero los jóvenes que lograron salir de esa postal, posteriormente se mudaron lejos de ese pueblo.
Recordaron por siempre lo importante: amar, ser amados y dejarse vivir.
FIN.
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¡Mil gracias por haber sido parte de esta historia, chicos! Espero les haya gustado este capítulo final, siempre es difícil cerrar personajes y situaciones que llevabas un tiempo escribiendo :c. ¡Les mando a todos un abrazo gigante y recuerden dejar su opinión aquí abajito! Este año (por shierto) estará saliendo este libro físico. Así que no olviden pasarse a mis redes sociales para enterarse cuando esté cerca el lanzamiento :D. ¡Gracias, gracias y millones de gracias a todos los que leyeron a Alter y a los chicos de Herthbroke!
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