Pocas veces le he escrito a alguien como tú, y te escribo por sencillas razones, desde hace un tiempo duermo intranquilo, sin saber la razón de por qué las cosas. Hace rato que me pregunto, sobre los días que tus notas campestres, ya no sonaban, tus cuecas y anticuecas, mis oídos quedan abiertos, al sonido que no aparece.

Solo te quería preguntar, por la vida y la familia ¿cómo va todo?;

En realidad son muchas las preguntas que te haría, incomprendida e incomprensiva, cantora irreflexiva, ¿a quién se debían tus cantos desgarrados?

¿Cuánto tardaste en darte cuenta de lo infeliz que eras?

Iluminaste el folclore, la música y los cantos chilenos, impusiste la rebeldía;

¿Solo con tu estromento, a cuantos mataste?

Viola desdeñada pero chilensis, por ultimo me despido querida y odiada referente, y echando de menos tu jardín, y ese blanco manzanillón.