25 ¿Quién es realmente?
Amar nunca será poseer, es querer al otro en su libertad y en su capacidad de que teniendo la posibilidad de elegir vivir sin ti, te elija para quedarse a tu lado.
Lyra me había contado la verdad, toda la verdad, su ex novio se había enterado de que ella estaba conmigo, le había confesado todo. Yo miro la pulsera en mi muñeca que me regaló ella, esto representa la relación con Nina, una atadura, un grillete que me ata a ella ¿Cómo pude haber sido tan ilusa? Por quién ella se había enterado que había roto con Lyra, era por su novio.
—Griselda ¿Estás bien? Estás pálida.
—Solo necesito... —me levanto con náuseas mareada— ¿Con qué tipo de persona estoy?
—Tenía que decirte, lo lamento —me toma de la mano, pero la aparto, tampoco quiero su contacto— ¿Quieres que te acompañe al departamento?
—No, necesito procesar todo esto. Voy a verla esta noche y... Dios mío, que clase de persona hace una cosa así —me levanto sintiéndome asqueada—. Gracias por decirme Lyra —tomo las fotos y las capturas de mensajes y llamada, que no sino me las hubiera traído, no le creería—, debo solucionar esto.
Llego a mi departamento corriendo a vomitar al baño, vacío el contenido de mi estómago y cierro los ojos ¿Quién es realmente Nina? Le llamo a Alba, Maite volvería a despellejarla si le cuento todo.
—¿Qué clase de persona he dejado que esté a mi lado? Está completamente desquiciada ¿Quién haría algo cómo esto?
—Griselda, solo prometeme que vas a cuidarte, puedo pedirle a Maddy que...
—Te llamo mañana o te escribo, deseame suerte esta noche —mi amiga suspira al otro lado de la línea.
—Llámame si necesitas que vaya y las tres estaremos ahí.
—Lo sé, gracias.
Espero que sea la hora y salgo a verla a su casa cómo habíamos quedado, guardo todo en mi cartera y no puedo evitar preguntarme si quizás quién le mandó las fotos a Giovanna, no fue ella también. Llego y aparco, no me apetece nada verla, pero también estoy tan enojada. Tomo mi bolso y entro, ella está cocinando mientras toma una copa de vino.
—Hola mi amor —se acerca y me besa, pero no le correspondo el beso— ¿Qué pasa?
—¿Podemos hablar? —no me interesa alargar esto mucho más. Apaga el fuego y me sigue sentándose a mi lado en el sillón— ¿Desde cuándo estás tan obsesionada conmigo? —saco el sobre y le muestro toda y cada una de las evidencias que me dió Lyra. Su expresión cambia está seria, pero no muestra sorpresa— ¡Nina! —ella se sobresalta.
Me levanto apartándome, ni siquiera quiero tenerla cerca. Ella deja las cosas en el sillón e intenta acercarse, pero doy un paso atrás.
—Dejame que te explique.
—Hazlo pero lejos de mí.
—Ella te estaba engañando con él, no podía dejar que te casarás con una persona así. Lo mejor era que te apartaras de ella, lo del restaurante fue fortuito, no pensé que Maite te llevaría a cenar al mismo lugar...
—Cómo sabés que Maite me llevó —se queda callada— ¿Tienes acceso a mi teléfono? ¿A mi chat? —sigue callada— estás enferma, esto no es amor Nina, estás obsesionada conmigo. Es mejor que la relación... ya no puedo seguir.
—¡¿Qué?! No, no, no me dejes ¡¿TIENES ALGUNA IDEA DE TODO LO QUE HICE PARA QUE AL FIN PUEDA ESTAR CONTIGO?!
—¡ESE ES EL PROBLEMA NINA! ¡No tendrías que hacer nada para que yo elija estar contigo! Pero has torcido todo a tu voluntad, para no dejarme otro camino que no sea el que me guíe a ti ¿No te das cuenta de lo ENFERMO que es eso? —me agarro la cabeza exasperada—. Planeaste que yo le ayudara a elegir a su novio el anillo para Lyra, eso fue retorcido.
—Si yo pude aguantar que seas una prostituta barata, que se encama con cualquiera por dinero, tú puedes estar conmigo. Yo te amo, de verdad lo hago.
—Es lo que hace una prostituta, acostarse con cualquiera por dinero, y puedo haberme encamado con gente, pero de barata nada —suspiro tomando mi bolso—. Yo no te amo Nina y te juro que intente hacerlo,con todas mis fuerzas, traté de amarte, pero no puedes forzarme a sentir algo que no siento.
Ella se queda congelada, y me mira desesperada buscando razones para que no me vaya, saco su llave de mi llavero y me llevo mi llave del suyo. Coloco una mano en la puerta, mientras le doy la espalda, hasta que habla.
—Si vuelves a verla, haré públicas sus fotos. Ella está casada y con una hija.
Lo sabía, fue ella, cierro los ojos fuerte y volteo a verla. Si la ira fuese algo físico, mi cuerpo ardería en llamas y mi sangre sería lava.
—Atrevete a hacer algo cómo eso y te aseguro Nina, te juro, que vas a arrepentirte. Casi me meto a la casa de unas adolescentes a darles su merecido, no querrás saber en que clase de persona puedo convertirme -su rostro queda perplejo-. Si me amas tanto cómo dices que me amas, me dejarás ser feliz con quién sea que elija.
—Griselda no te vayas, no me dejes.
—Ya es tarde para eso Nina. Tomaste tus decisiones y yo tomé la mía. No eres mejor que Lyra o Giovanna que está casada. Es mejor que esté sola, adiós Nina y no vuelvas a buscarme.
Cierro la puerta y me marcho, veo cómo ella sale haciendo un último intento para que no me vaya. No había cambiado, es más empeoró, miro mi teléfono, mañana voy a cambiarlo y cambiaré mi número también. Le mando un mensaje a Alba.
—Estoy bien, terminé con ella voy llegando a —veo a mi amiga esperándome en la puerta de mi departamento y la abrazo fuerte.
—¿Estás bien?
—Sí.
—Les avisé que me quedo contigo esta noche, me dijeron que si necesitas algo les avise —me toma de la mano y comienzo a llorar—. Vamos Gri.
Subimos a mi departamento y le cuento todo, le muestro las copias que saqué y se queda callada. Esto es demasiado, Nina ha estado obsesionada conmigo, definitivamente no es amor.
—¿Qué harás ahora?
—Mañana iré a cambiar el teléfono y el número también. Por lo pronto me quedaré sola, quizás me mude —suspiro—, mi contrato de alquiler termina en dos meses. No sé de que puede ser capaz, no la reconozco.
—Te ayudaré en lo que necesites.
—Gracias ¿Vamos a acostarnos? Quédate la cama, yo me acuesto aquí, de todas maneras seguro no duermo.
—Bien, te acompaño mañana a la galería, Aida seguro me busca por allí. No quiero dejarte sola y si no duermes, mañana va a ser un día largo.
Me quedo casi toda la noche despierta, opté por apagar el teléfono, los mensajes de Nina no dejan de entrar. Que exhausta me siento, que mal que elijo la reputisima madre que me parió ¿Qué culpa tendrá mi madre de mi inoperancia? Duermo tres horas a duras penas.
—¿Se te adelantó el Halloween?
—Tarada —le digo a Alba mientras recibo su taza de café y sonrío— ¿Tan mal me veo?
—Bueno si te perdes, una familia de mapaches puede reclamarte tranquilamente. Porque un panda es demasiado tierno para ser vos —le tiro con la almohada— ¿Querés venir a dormir a mi casa por unos días?
—¿Y tener que escuchar cómo te empotran entre las dos? —se ríe— No gracias, prefiero quedarme aquí.
—Para tu información, nuestro cuarto está insonorizado para que Maddy se sienta cómoda cuándo hay tormenta, pero ahora cumple doble su propósito y hemos comprobado que no sale ningún ruido —me guiña un ojo.
—Estuve en tríos y fue agotador, no imagino hacerlo a menudo.
—Te acostumbras —se sienta a mi lado— ¿Segura que estarás bien? No sabemos que puede hacer Nina.
—El problema no es Nina, es lo que yo puedo hacer si ella me saca —le doy una palmada en la pierna—, eso debería preocuparte más. Ahora vamos que tengo que pasar por un teléfono y número nuevo antes de entrar a trabajar.
Paramos por el nuevo móvil, prendo mi viejo teléfono copio los contactos a la antiguita y le mando a mi madre, hermana, y par de amigos mi nuevo número, luego de dudar también se lo mando a Giovanna. Veo 31 notificaciones de mensajes de Nina que no me molesto en leer. Al llegar a la puerta de la galería hay un hombre esperándome con un enorme ramo de flores rojas.
—¿Griselda Serrano?
—Soy yo.
—Firme aquí por favor —me hace la entrega y hay una nota en un sobre.
"Por favor hablemos, no termines nuestra relación, dame una oportunidad. Por favor Griselda"
—¿Es de ella? —me pregunta mi amiga.
—Sí.
—¿Qué quieres hacer? El ramo es enorme.
—Tengo una idea.
Llamo a Tessa y le propongo la idea, como hay una sala de exhibida con una muestra del desamor, Tessa acepta de inmediato. Coloco una mesa con el ramo abierto y subo la publicación a la página de la galería.
"Solo por hoy si vienes al galería y te rompieron el corazón, puedes llevarte una rosa.
Válido hasta que se hayan llevado la última"
La publicación se hace viral, y en poco tiempo la galería comienza a llenarse. Alba se va algo reticente, pero no puede estar pegada a mí, por las dudas de lo que vaya a hacer Nina. Cierro la galería. Y una mano me toca el hombro, volteo y ahí está ella.
—¿Qué hacés aquí?
—¿Podemos hablar? —veo que tiene algo en sus manos y no puedo negarme. No tengo opciones.
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