Golpeo la puerta, dos veces y ella sale a atenderme la segunda vez que insisto, en cuánto abre la puerta me abraza fuerte, correspondo su abrazo. Al separarnos veo su expresión de alivio.

—¿Podemos hablar? —asiente y me deja pasar.

—¿Quieres tomar algo? —niego con la cabeza.

—Conseguí un empleo —ella me mira y se sienta en el mismo sofa que estoy sentada pero algo más lejos—, es en una galería de arte, mañana empiezo.

—¿Osea que dejarás... tu otro trabajo?

—No puedo renunciar, tengo que cumplir mi contrato y me quedan dos meses y medio —ella asiente—. Nina —ella me mira de nuevo— quiero estar contigo, pero no quiero que sea un impulso caliente del momento, no quiero que sea un acto vacío. Me quedan dos meses aún. Cancelé el servicio completo, solo seré una dama de compañía y nada más ¿Podrás con eso?

—¿Me estás diciendo lo que creó?

—Podríamos intentarlo —sus ojos se llenan de lágrimas—. Dije que te iba a dar una oportunidad y...

Ella se abalanza sobre mí, quedando sentada en mis piernas, entre besos me dice que sí. Me da besos suaves tomándome del rostro y espero que esto no sea un error y no estar apresurando las cosas.

—No sabés cuánto he deseado esto —me dice con una enorme sonrisa, aún sentada sobre mí—. Entonces estamos saliendo —asiento acariciando sus piernas— ¿Cuándo quieres tener una cita conmigo?

—¿El viernes? Mañana es miércoles y trabajo.

—Claro —se quita de encima— ¿Quieres ir a algún lugar?

—Sorprendeme —me levanto y tomo mi bolso para irme—. Me voy, entonces te veo el viernes.

Ella se acerca de nuevo a mí y me besa, cómo antes, y yo la dejo hacerlo, es más la tomo de la cintura y ella sonríe en medio del beso.

—Te veo el viernes.

Un mes y medio, sin saber nada de Giovanna, a estás alturas claramente perdí toda esperanza. Ahora voy a ver a mi hermana, la busco con el auto por su escuela. El implante anda de maravillas, la operación salió muy bien, su amiguita sigue muy cerca de ella y está aprendiendo lengua de señas a un paso acelerado, al menos Bloom no ha vuelto a llorar y parece feliz de tenerla de amiga.

—¿Ya no ves más a Giovanna? —niego con la cabeza suspirando— me cae bien Nina, pero no te ves tan feliz con ella cómo aquel día con la rubia.

—Bloom ahora estoy con Nina —la observo porque ella se ha quedado seria mirándome— ¿Crees que me apresuré en comenzar una nueva relación?

—Sí, y Maite seguramente estaría de acuerdo con eso —le da un trago a su batido—. Ibas a casarte con Lyra y menos de seis meses después comienzas a salir con Nina, no lo sé, querías mucho a Lyra, pensé que iba a tomarte algo más de tiempo.

—¿No eres demasiado adulta para tener 14?

—Practicamente 15 en unos días —sonríe—. Puedes traer a Nina a mi cumpleaños.

—¿Qué hay de ti y Nicole? La veo demasiado cerca tuyo.

—Es mi mejor amiga, los amigos están cerca.

—Aja —ella me devuelve la mirada y suspira—. Yo tenía amigas de esas en mi adolescencia, también iban a quedarse a casa, salíamos a todos lados juntas y después el título cambió a novia.

—¿Crees que le gusto? —levanta una ceja— No creo —se responde ella misma de inmediato—, Nicole tiene un montón de pretendientes y...

—Pasa los fines de semana contigo, te acompaña a comprar libros, es más comenzó a leer por ti. Cuándo se queda a dormir ¿Te abraza a mitad de la noche? —ella se queda pensativa— ¿Cuántos novios ha tenido desde que te conoce? —frunce el ceño— ¿Cuántos detalles tiene contigo? —cada pieza se acomoda en su cabeza, este momento es una revelación que está teniendo, se queda callada— ¿Te gusta? —me mira y aparta la mirada— no lo sabés.

—¿Cómo pude ser tan lenta?

Su rostro se mantiene impacible y serio, su cuerpo se ha tensado, creo que la cagué. Le tomo la mano y ella me mira con los ojos llenos de lágrimas ¿Porque tiene ganas de llorar?

—Bloom ¿Te gusta ella?

—¿Porqué le gusto? Ni siquiera soy tan interesante, guapa y tengo una discapacidad auditiva. Ella es —suspira—, Nicole es el tipo de chica que cualquiera querría tener de novia, es fiel, es leal, es detallista —sonríe y sé que también le gusta aunque no quiere admitirlo— cuándo te mira parece que el mundo y todo al rededor se hace lento, su cabello chocolate es tan suave...

—Bloom —aprieto su mano—, quizás deberías prestar más atención a cómo hablas de ella, porque definitivamente ninguna amiga piensa todo lo que me has dicho sobre Nicole.

—Necesito pensar las cosas, debo irme —toma su mochila y se va apresurada.

—¡pero si yo te traje! —ella se marcha rápidamente antes de que pueda alcanzarla. No debí haber adelantado su proceso— carajo.

Me estoy por ir y veo pasar a una rubia que conozco bien por la vereda. Dejo el dinero y corro a alcanzarla, estoy por llegar a ella cuándo llega a los brazos de un hombre y lo besa, veo cómo reluce su alianza en su mano.

¿Qué estoy haciendo? Ella es casada y claramente tomó una decisión. Freno en seco a unos pazos de ella, volteo aún estoy a tiempo de irme.

—Perdón.

Le digo al joven que choque tratando de huir y la bolsa con las naranjas que llevaba se esparció por el suelo, le ayudo a levantarlas, el ir a tomar la última una mano le recoge.

—Griselda.

—Giovanna —le digo y tomo la naranja rozando su mano, sus ojos brillan y me mira fijamente. Le doy la fruta al muchacho y estoy por irme—. Te ves bien. Lis me dijo que comenzaste a trabajar en la galería.

—Sí, debo irme —me toma de la mano.

—Griselda —su marido termina de conversar y vuelve a su lado, ella me suelta.

—¿Vamos cariño? Oh, hola.

—Hola, buenas tardes —él espera que ella nos presente— ¿Se conocen?

—Creí que sí, pero la confundí con alguien más, con una persona que solía conocer. Disculpen.

Sintiendo su mirada, volteo y comienzo a caminar rápido por dónde vine. Si ella hubiera querido contactarme tenía los medios para conseguir mi número, sabe dónde trabajo, por Dios hasta sabe dónde vive mi madre, no ha querido hacerlo y eso también es una señal. La veo verme cuándo su auto pasa por mi lado y ella baja la ventanilla.

Ahora hay algo más que debi arreglar, la cagada que mi bocota y yo acaba de mandarse con mi hermana. Paseo con el auto por las paredes de autobuses, hasta que la veo sentada con la mirada pérdida.

—Bloom sube.

No opone resistencia, abre la puerta y se sube tomando su mochila para abrazarla, la he dejado en shock, su estado ahora es pura y exclusivamente mi culpa. Estaciono frente a mi departamento, le aviso a mi madre que luego llevaré a mi hermana, subimos y ella entra aún callada, la siento en el sofá y me siento a su lado.

—Perdona Bloom, no debería haberte dicho todo lo que te dije.

—Yo no he estado nunca con nadie, jamás he tenido una relación y creo que jamás le he gustado a alguien. Nicole ha tenido varios noviecitos, pero yo prácticamente no he estado con nadie —suspira y me mira con los ojos llenos de lágrimas—. No quiero perder a mi mejor amiga —las lágrimas brotan—, pero si le digo que también me gusta, si empezamos algo y no funciona la voy a perder. Porque no soy tan interesante.

—Tienes 15 años Bloom, una vida larga para tener más amigos y amores. No es necesario apresurarse —le seco las lágrimas—, tal vez ni siquiera te guste Nicole.

—Lleva años gustandome, por eso no quería cambiarme de escuela, por eso soportaba el bullyng —su confesión me sorprende. Nunca entendimos con mamá su razón de querer quedarse, ahora comprendo—. Pero siempre fui una cobarde para confesarme, le dejaba notas impresas en su casillero, hasta que se puso de novia y lo dejé de hacer. Ahora que también le guste, lo cambia todo, no imaginé nunca ni siquiera en ser su amiga, cuándo comenzamos a hablar fue demasiado fácil hablar con ella, siempre es fácil estar a su lado y cuándo no creía que pudiera gustarme más, me enamoré.

Me da tanta ternura su confesión, su inseguridad, su vulnerabilidad, creo que jamás he estado tan cerca de mi hermana cómo ahora. Me acerco pasando un brazo por sus hombros, la abrazo y ella apoya su cabeza en mí, acaricio suavemente su espalda.

—Si te gusta voy a apoyarte hermanita. Sé que le gustas —ella me mira— quizás tuve una charlita de hermana mayor con mi futura cuñada —ella se ríe— y me lo confesó todo. Una amenaza y soltó la lengua.

—¿Qué hago ahora? Saber esto lo cambia todo.

—Puedes ignorarlo y fingir demencia, o puedes aprovechar y tirarte a la piscina sabiendo que tiene agua. Por la experiencia no te preocupes, eventualmente se aprende todo —le guiño un ojo y ella se pone roja—. Si quieres hablar con ella mi departamento es un buen lugar para charlar tranquila, tienes la alacena llena, privacidad y prohibido usar mi cama.

—¡GRISELDA! —me pega en el brazo y yo me río. Suspira.

—Dile que venga, yo iré a dar una vuelta —me paro pero volteo a verla— ¿Mamá lo sabe? —se encoje de hombros.

—Si no lo sabe, lo sospecha, porque me ha preguntado sutilmente sobre ella —ese maldito gesto tan nuestro, que Nina odia.

Asiento, espero que llegue la mocosa en cuestión y me marcho, también necesito respirar un poco, ver a Giovanna después de tanto tiempo me ha dejado algo movida de mi centro, se notaba que algo quería decirme, pero no lo hizo. Seguramente no vuelvo a verla, se borró una vez, dos veces no sería la excepción.

Lis me pide pasar por la galería un momento si puedo para ver una fotos de una fotógrafa que le gustaría exponer su material a ver que me parece, así que paso a verlas. La chica se llama Alba De la Cruz y su trabajo es bastante bueno, su novia Aida es quién ha llevado el álbum con sus fotos y espera ansiosa nuestro veredicto, la verdad es que un fotógrafo se bajó a último momento esta mañana y ella podría ocupar perfectamente su lugar.

—¿Te parecen bien estás?

—Sí, son perfectas.

—Bien, explicale a Aida el tamaño y todo lo que tiene que saber para que Alba exponga. Yo —mira su reloj— tengo que viajar, mi conejita me espera —se despide y se va apurada.

—No sabía que tenía un conejo o que le gustaran los animales.

—Yo tampoco —comento—, pero al parecer le tiene mucho afecto —imprimo la hoja con los requisitos y se ma entrego—. Esto es todo lo que ella necesita saber para presentar la obra en 5 días para una revisión preliminar a ver si cumple las condiciones, y luego ya solo quedaría exponer todo. Cualquier pregunta puedes llamarme a mi número de teléfono o mandarme un mensaje.

Me despido de ella y regreso a mi departamento, ya me demoré lo suficiente y si ella no me ha mandado mensaje, quizás todo salió bien, tan bien que puede estar... mejor me apuro.

Al llegar ellas están besándose en mi sillón, se separan rápidamente y yo las miro.

—Bueno supongo que salió demasiado bien la charla.

—¡Hermana! —me advierte.

—Griselda —se acerca nerviosa la castaña que será mi cuñada y me sigue a la cocina—, yo voy a cuidar de Bloom, la quiero.

—Más te vale Nicky o habrá consecuencias si mi hermanita llora por tu causa —ella traga grueso— ¿Ahora quién tiene hambre? Y una regla básica —señalo a ambas, mi hermana se acerca a abrazarla. Que raro se siente verla crecer— respeten las casas y mi departamento, no se enrollen, no se lo escondas a mamá, ella me descubrió con mi "amiga" y créeme no es la forma más linda de que ella se entere —ambas se ponen rojas—. Te voy a dar una mesada mensual, para que que vayan a otros lugares. Soy la hermana cool.

—Griselda ya cállate —me dice Bloom roja—. Vamos a poner la mesa, tu cocina. Le dije a mamá y a mi ¿Suegra? —Nicole ríe y asiente— que nos llevas —suspiro y asiento.