Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18 Planteo

Llegamos a una pista de carreras, dónde nos recibe nada más y nada menos que Úrsula, me acerco a saludarla con una enorme sonrisa y un abrazo, que bien me cae esta mujer.

—¿Entonces que hacemos aquí?

—Bueno le vengo a demostrar a esta inculta de la velocidad de mi amiga, lo que se siente correr un verdadero auto deportivo.

En la pista hay dos BMW y por supuesto dos Ferraris rojos, más un grupo de hombres que se mantienen al márgen de cada equipo, pero claro que cada uno ve el auto de la otra.

—Una vuelta completa en cada auto y cada una dará su veredicto —se acerca y me susurra al oído tomándome de atrás desde la cintura—, luego corres tú conmigo en mis autos. Primero irás con Úrsula en su auto —hace cara de asco y luego te subirás conmigo a un auténtico Ferrari.

Me monto el auto con Úrsula, ella me sonríe, juro que si algún día le colocan un apodo será sonriente, ilumina todo con un gesto tan simple. Nos abrochamos los cinturones, ellas colocan los autos par a par, un tipo da la señal y los autos rechinan sus ruedas en el asfalto. Úrsula maneja con confianza sabe hasta dónde le ajusta la tira a su auto, toma curvas y contra curvas con algo de ventaja, sabe leer su coche, pero Giovanna no se queda atrás y le pisa los talones hasta que logra pasarla.

—Sé que te lo dije, pero de verdad se ve feliz contigo ¿Ya sabés que sientes por ella? —toma una curva y me zarandea mientras trato de agarrarme a lo que sea.

—Me gusta y creo que la quiero —ella sonríe—, pero soy realista está casada y no dejará a su marido o saldrá a la luz, soy solo una prostituta.

—No eres solo eso —suspira.

—¿Crees que dejará a su marido y se expondrá para decir que tiene a su lado a una mujer que era su prostituta? —suspiro— soy realista nada más. Tú eres su amiga, dime ¿Ella haría algo cómo eso?

—Te sorprendería lo que la gente llega a hacer por amor.

—Ella no me ama Úrsula —digo eso tragando en seco—. Aparte esto solo será por 3 meses más, es lo que dura mi contato de trabajo.

Llegamos a la meta, Úrsula baja y me pide que me pase a piloto dándole la excusa a Giovanna de que tengo que conocer la pista antes de manejar el Ferrari, sin dejarla objetar se sube y me pide que arranque.

—Ve despacio y escucha bien lo que voy a decirte —la miro— ojos en el camino. Ella tiene que decirte el acuerdo que tiene con su marido, pero te aseguro que él no la ha tocado y que ella no es de solicitar éstos servicios, créeme eres la primera con la que tiene encuentros íntimos, Giovanna es algo... ella es particular y le cuesta conectar con alguien a nivel íntimo.

—En la aplicación tiene una antigüedad de más de un año.

—Y te prometo que eres con la primera que tiene intimidad. Solo ha tenido algunas parejas con las que estaba en secreto —suspira y me mira—. No sé cómo será contigo, no sé que pase en el futuro, pero ten por seguro Griselda, que no eres solo alguien con quién está por que te pague, ella no se involucra, ni se acuesta con alguien si no hay sentimientos de por medio —Vemos a Giovanna apoyada sobre el Ferrari de brazos cruzados cada vez más cerca—. Qué esto quede entre nosotras, por favor.

—Está bien.

Estaciono, bajamos del auto, nos subimos a los Ferraris este vez me toca acompañar a Giovanna, en la salida por el trecho recto ella me toma la mano y me sonríe. Luego es mi turno de manejar el Ferrari con ella de copiloto. Es una tarde bastante entretenida, Úrsula nos acompaña a almorzar, debajo de la mesa la rubia me da caricias fugaces en la mano y la pierna, me siento tan cómoda con ella,  que ni siquiera nos damos cuenta del tiempo que ha pasado hasta que vemos la hora.

—Tengo una junta en zoom en una hora, debería irme —Gio y yo sacamos la cartera para pagar—. No, guarden eso —coloca una tarjeta en la cuenta—, invito yo —le cobran y nos levantamos para irnos—. Bueno no están nada mal tus autos deportivos, aunque mi empresa fábrica autos para andar en cualquier lado.

—¿Nada mal? —la empuja suavemente—. No sé porqué no habíamos hecho esto antes, cuándo quieras corremos en pista de nuevo, tal vez no sea el auto, sino la conductora que es mala manejando —paramos y se abrazan para despedirse—. Avísame que tal te va con la piloto nueva que quieres probar para que maneje los nuevos prototipos, quizás la necesite.

—Okay, estamos en contacto. Cuídala —me señala—. Ambas mutuamente —me abraza y se va.

Caminamos hasta el auto, ella se sube a mi lado, se abrocha el cinturón y antes de que yo haga lo mismo, la beso y me coloco encima de ella. Parece que han pasado meses que no tocaba estos labios, tengo tanta hambre de ella, de sus labios, su cuerpo y tocar su piel, que parece que necesitamos fusionarnos para sentirnos más cercanas y ni así sería suficiente.

—¿Satisfecha? —me pregunta separándose de mí, tocando mis labios algo hinchados con la suave yema de sus dedos. Niego con la cabeza— ¿Quizás si te llevo a un lugar más privado?

—Me parece lo mejor —sonríe—, maneja tú entonces —me muevo para dejarle espacio para salir, pero ella me toma de nuevo y me lleva a sus labios.

Luego del último arrebato, se baja y toma el lugar del conductor, páramos en un hotel escondido y con bastante privacidad. Estamos horas metidas adentro de la habitación entre las sábanas.

—Giovanna esto ya pasa de ser apetito sexual a gula, es la tercera vez, dame un respiro —ella se ríe y me besa el hombro.

Se queda acostada a mi lado, mientras recorre con la punta de dos dedos la piel de mis brazos y espalda, me mira y me sonríe suspirando, veo sus ojos brillantes, veo cómo me mira.

—Me quedan tres meses más en la aplicación —su gesto de torna serio y de a poco deja de acariciarme, hasta que para— ¿Nos seguiremos viendo cuándo mi contrato termine?

—Me encantaría seguir viéndote. Pero —traga— yo tengo una imagen que mantener, estoy casada y soy parte de una familia que —suspira— ¿Estarías dispuesta a mantener una relación en las sombras?

—¿Me pides que sea tu amante? —ella se queda congelada, porque estar con alguien que está casada en las sombras, es ser una amante— ¿Algún día blanquearias lo nuestro? —sigue callada—. Me pides que lo nuestro sean visitas a hoteles escondidos, encuentros en tu casa cuándo no hay nadie, roces fugaces bajo la mesa en restaurantes —suspiro y me siento en la cama— besos clandestinos en lugares escondidos. Yo no puedo volver al clóset Giovanna, no puedo y no quiero una relación clandestina, dónde ni siquiera pueda salir con mi pareja a lugares públicos y hacer cosas tan simples cómo tomarte de la mano y besarte.

—Griselda...

Comienzo a vestirme y la alarma de la aplicación suena, alarma que me recuerda que estoy trabajando, que lo que acabamos de hacer fue parte del servicio por el cuál ella paga. Pido un Uber mientras tomo las prendas de ropa desperdigadas para terminar de vestirme.

—¿Qué pasa Griselda, no entiendo, estábamos bien hasta hace un momento?

—Pasa que hay cosas que no puedo fingir, no puedo fingir sentimientos y hace tiempo me sienta mal que me pagues por vernos, cuándo es todo lo que deseo al ver mi agenda y ver que programaste una cita. Pasa que me gustas y que siento que te quiero, que podría llegar a amarte, y eso al parecer me dejaría con el corazón roto. Entiendo que estás casada y tu empresa y cuánta excusas uses para justificar que es más importante la imagen que tu felicidad, pero yo no quiero ser una sombra, quiero un lugar a la luz del día a tu lado y por mucho que me gustes no creo que estés lista para dármelo.

—Griselda para —se coloca las bragas y su camiseta, también vistiéndose—. Yo tengo que...

Cierro los ojos inspiro profundo, terminando de colocarme las zapatillas, busco mi teléfono y termino de escuchar su perorata para voltear y estallar.

—¿Tú que quieres? ¿Qué es lo que tú quieres? Estudiaste una carrera que no te gustaba, te casaste con un hombre que no amabas, ni siquiera te gustan los hombres y tuviste hasta un hijo, para conformar a tu familia y cuidar la imagen. Lo único que has hecho es estudiar una carrera que querías a escondidas ¡¿Qué es lo que quieres Giovanna?!

Ella me mira y se queda callada, suspiro, mi teléfono suena el auto está afuera, miro la pantalla y le tecleo que ya bajo. La miro de nuevo y la veo congelada, al parecer nadie nunca le había preguntado eso, ni ella misma se lo había preguntado. Me acerco, la beso, quizás por última vez y me voy. Le tecleo subida en el Uber que sigo sin poder recibir el regalo del auto y que lo mejor es que lo tenga ella, no responde.

No sé porqué estallé, quizás llegué a mi punto de quiebre, quizás necesitaba ponerle un freno a esto y saber en qué me estaría metiendo a futuro antes de enamorarme de ella y terminar amándola. No podía permitir que me hiciera lo que me hizo Lyra, tal vez una parte ilusa de mí, esperaba tener una respuesta favorable y que ella apostara finalmente a lo nuestro y a lo que ella quería, pero solo fueron mis esperanzas, dándose de lleno con la realidad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro