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11 Llegas tarde

Me quedé dormida y llego 20 minutos tarde, la rubia no está de buen humor y es entendible, no le gusta la tardanza y una cosa es que ella llegué tarde cómo la primera vez y otra muy diferente es que yo lo haga.

—Lo lamento —quiero disculparme pero alza la mano.

—Pensé que querías ver las obras Frida.

—Y quiero.

—Pues no parece —antes de seguir hablando voltea a verme y entiende que algo paso— ¿Qué pasó? —frunce el ceño y me mira seria— ¿Te hizo algo? —acaricia mi mejilla.

—Fue una noche larga pero ella no hizo nada, fue mi ex —su gesto y mirada de preocupación no cambia—. Perdón me quedé dormida y no me dió tiempo ni de arreglarme, veamos las obras y...

Antes de dejarme terminar me toma de la mano y me arrastra al baño entrando ambas, coloca ambas manos al rededor de mi rostro y lo acuna cómo si fuera un flor delicada, intento desviar la mirada para no llorar porque siento demasiada ganas de hacerlo, pero no ella no me deja.

—Podemos dejar la visita para otro momento, cuándo te sientas mejor, te pagaré igual y...

—No —atrapo una lágrima que intenta salir—. Desde anoche quiero ver las obras contigo que sabés apreciar el arte —ella sonríe y yo tomo sus manos al rededor de mi rostro—. No estoy bien, pero lo estaré, solo vamos a disfrutar las obras —tomo su mano e intento regalarle una sonrisa saliendo del baño—, por cierto ví que cambiaste tu alias a Artemisia.

—Bueno una hermosa mujer me sugirió hacerlo. Creo que ambas elegimos personajes de la historia con unas vidas algo trágicas pero Frida y Artemisia, eran también mujeres fuertes y talentosas.

—Ya lo creo que sí.

Suelta mi mano en cuánto llegamos al la primer sala con más gente en ella, entonces entiendo que en privado sí, en público no. Y es entendible ella es una mujer casada y yo aparte de ser mujer, soy una escort y una prostituta VIP que no es lo mismo. La primera acompaña a eventos y salidas, ma segunda tiene sexo por dinero y yo soy ambas.

Ambas comentamos y compartimos la opinión en cada obra, a veces solo nos quedamos calladas admirando el trabajo de la autora y otras veces la encuentro a ella mirándome mientras yo observo concentrada cada detalle del lienzo, cada pincelada.

—¿Vamos por un café? —asiento y salimos a tomar algo luego de haber visto las obras y de que fotografíara algunas—. Se que no me incumbe y no deberías hablar de tu vida privada conmigo, pero —suspira— ¿Porqué haces esto?

—Si quieres saber si lo hago por gusto y placer, no es por eso. Este dinero es rápido de obtener, porque claramente fácil no es y en este momento es lo que necesito. Un empleo convencional me llevaría demasiado tiempo para juntar la cantidad que necesito y no tengo tanto tiempo para esperar eso. Seguiré con esto los 6 meses del contrato laboral, y luego volveré a algo dónde pueda contarle a mis amigos de que trabajo —ella asiente.

—Bueno tal vez pueda darte empleo cuándo termines tu pasantía en esa empresa —sonrío ni siquiera sé su nombre.

—No creo que Artemisia Gentileschi fallecida pintora de hace años pueda darme empleo.

—Ella no, pero Giovanna Ferrari si podría. Es un gusto. —me estira la mano y se la estrecho, pero ella no espera que le diga mi nombre real, sabe que no puedo hacerlo.

—¿No tendrás algo que ver con la marca de autos de alta gama verdad?

—Bueno conoces mi producto —ella sonríe— ¿Has manejado alguna vez uno?

—Sí, cómo tu te has tomado el transporte público —comienza a reír—. Solo los he visto de lejos y por foto. Aparte no tengo licencia para auto y ni siquiera se manejarlos.

—Bueno eso es algo que deberíamos cambiar en el futuro ¿No crees?

—¿Mi licencia de conducir o manejar uno de tus autos? Porqué hay una diferencia de unos millones entre un pedazo de papel a un Ferrari.

—¿Siempre eres así de ocurrente? —pregunta con curiosidad y yo asiento— hacía mucho que no me la pasaba tan bien en compañía de alguien.

—Gracias —sonrío— a mí también me gusta pasar tiempo contigo, eres interesante —y ahí está otra vez una sonrisa genuina de esas que te hacen brillar los ojos.

El tiempo en los celulares suena, apagamos la alarma, ella apaga su teléfono y seguimos conversando. Lo hace para no delatar que seguimos juntas en el mismo lugar ambas. La charla se pasa por una hora, mi teléfono suena con una llamada de mi madre, tomo mis cosas apuradas para salir allá.

—Lo lamento debo irme.

—¿Necesitas que te lleve? —voy a negarme pero necesito llegar rápido— puedo dejarte a una cuadra de a dónde vayas.

—Está bien.

Voy preocupada atrás en el auto, juego con mis manos inquieta, ella alarga el brazo coloca su mano entre las mías y me calma, acariciando con su pulgar el dorso de mi mano.

—Gracias —me acerco a besarla en la mejilla y cuándo voltea la beso en la comisura de la boca, nos quedamos mirandonos—. Nos vemos.

Me bajo rápido y comienzo a caminar en dirección a la casa de mi madre. Entro y veo a mi hermanita llorar, con los últimos audifonos rotos, un oído sangrandole y sus anteojos partidos en dos.

—¿Qué pasó? —ella enojada me dice con lenguaje de señas.

—¡Te dije que no te metieras! Se han desquitado conmigo. No puedes protegerme yo estoy metida ahí adentro a diario.

—¿Quien fue?

—¡¿Para qué quieres saber?! ¡NO TE METAS MÁS!

Se mete a su habitación y cierra de un portazo. Me quedo con mi madre quién llora de rabia e impotencia, tomando sus cosas rotas, la sigo a la cocina.

—¿Sabés quién fue?

—Hannah y Jennie. Las mismas de siempre al parecer. Mañana iré a hablar a la escuela, lo mejor va a ser que la cambié, aunque estamos a mitad de año, no me importa, Bloom no puede seguir así, aunque ella no quiere que la cambie de escuela. Griselda te llame para que vieras lo que ha pasado por tu intervención, no vuelvas a meterte, yo voy a solucionar esto. Mantente al margen.

Le mando un mensaje a Nina y viene con Billy a buscarme, él me mira preocupado por el espejo retrovisor mientras le cuento a la pelirroja lo que pasó y mis ganas de reventar a esas mocosas.

—Pensé que podría ayudarla, Bloom es incapaz de hacerle daño a alguien y ellas no dejan de meterse con mi hermanita, porque el novio imbécil de una de ellas le tenía ganas ¿Cómo es posible que las autoridades de la escuela no hagan nada?

—¿Quierés que te acompañe mañana? Tengo abogados que pueden ayudar y podemos demandarlos.

—Quiero vengarme Nina.

—No hagas una locura Gri —me toma de las manos—. Vamos a tu casa y mañana las acompaño a la escuela, iremos con mi abogado.

Llegamos a la escuela, en el despacho del director presentamos a mi hermana y el muy hijo de su puta madre, nos salió con que nadie había presentado quejas nunca de esas chicas, que seguro Bloom debía de estar confundida y es entonces cuándo hice algo de lo que no voy a arrepentirme. La amenaza de demanda, se la pasó como una caminata lunar entre medio de las dos bolas. Salimos de la escuela, me devuelvo, cuándo mi madre se ha ido y le pido a Nina que me espere afuera, toco la alarma contra incendios, todos salen corriendo yo aprovecho a buscar escabullirme y sacar fotos del archivo de esas hijas de puta. Ya tengo sus direcciones.

—Vamos.

Sin hacerme preguntas, nos subimos a la camioneta. Marco en mi agenda que el sábado no voy a estar disponible y hago lo que cualquier hermano haría, vengarme de esas mocosas de mierda. Nina me acompaña, y estamos frente a la casa de la primera, Nicole.

—No creo que esto sea correcto.

—Claro, porque lo que le hicieron a Bloom está muy bien.

—No dije eso. Griselda —toma de las manos— mírame por favor —volteo a verla cargada de ira—. No estuvo bien y no las justifica ser adolescentes, fueron crueles, pero lo que hagas esta noche te marcará a ti también, a ellas y a Bloom ¿Qué pasa si se te va de las manos? ¿Qué pasa si te denuncian, quien ayudará a tu mamá y Bloom?

—La lastimaron —digo y comienzo a llorar con mucha rabia.

—Lo sé cariño. Pero tu no eres así, esas mocosas tendrán su merecido el karma va a hacer de las suyas. No te expongas a esto —me abraza con fuerza y solo me suelta cuándo yo la suelto primero—. Volvamos a tu casa —se aparta y me seca las lágrimas.

—Ella está muy enojada conmigo.

—Se le pasará y volverán a hablarse. Se aman y a veces hacemos cosas locas por las personas que amamos. Estabas por golpear a unas adolescentes y hacer allanamiento de morada por tu hermanita, eso es bastante loco.

—Aún estoy a tiempo.

—Por favor no lo hagas —besa mi frente—. Vamos a casa.

—Vamos.

Nina maneja y en la medida que puede toma mis manos, en las paradas de semáforo acaricia mi rostro y me besa en la mejilla. Llegamos a mi departamento y le pido que se quede conmigo y ella lo hace, me abraza cuándo más lo necesito y en la mañana temprano, me prepara el desayuno y lo lleva a la cama.

—Gracias por lo de anoche, por no dejarme cometer una locura, por quedarte y por el desayuno —ella sonríe.

—Es que si ibas presa, estarías rodeadas de mujeres y no quiero que te enamores de una de ellas como en "Orange is the new black" y te olvides de mí.

—Posesiva —nos reímos—. Pero gracias de verdad.

—Acepto una cena cómo agradecimiento, solo las dos.

—¿Cómo una cita?

—Bueno si quieres llamarlo así —se encoje de hombros—. Yo dije una cena.

—Está bien ¿Cuándo quieres?

—El viernes a las 8 pm. Yo paso por ti.

—Siento que tal vez lo tenías planeado.

—Si contigo dejo pasar las oportunidades, te me escapas a los brazos de otra. De nuevo no me pasa —su teléfono suena, ella suspira hastiada y responde—. Debo irme —se viste con la ropa que uso anoche, quedando en ropa interior delante de mí y no puedo evitar mirarla—, el viejo quiere que vaya a almorzar con él, que tiene una noticia para darme. Si vuelve a querer prestarme la cura para mi lesbianismo con algún hijo de sus amigos, lo voy a bloquear de mi vida por 6 meses —me río—. Entonces tenemos una cita el viernes, igual nos seguiremos viendo en la semana —se acerca besando mi mejilla y su beso dura más de lo que un beso en la mejilla debería durar. Nos miramos de cerca en cuánto se separa quedando a milímetros de nuestras bocas—. Portate bien y no te enamores de nadie mientras no estoy.

La veo marcharse y suspiro, ojalá pudiera enamorarme de ella y olvidar que es posesiva, u ojalá cambiara y dejara de serlo. Pero mientras tanto no es tan malo tener una cena de amigas y tenerla cerca, al fin ha vuelto y me doy cuenta todo lo que la había extrañado.

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