2020
[Antes de que empiece la historia]

Jungwoo era conocido por su familia y amigos por ser alguien dulce, honesto y romántico. Por su belleza y ternura es el Omega ideal de cualquier Alfa pero, a pesar de su suerte, es alguien que preservo su pureza hasta el final, creyendo en los amores destinados, es de los que esperó honestamente a su pareja y gracias a eso, ha entrado a la Universidad siendo muy ingenuo e inocente ante la vida real y el amor.

En el transcurso del primer semestre conoció a un Alfa, Kai. Un Moreno bastante atractivo, el cual logró enamorarlo gracias a sus encantos. Un bailarín nato de la Facultad de Música.

Pensó que eran destinados, por la forma en que le miraba y le cuidaba, por la forma en que a él mismo le latía el corazón al verlo. Incluso a su Omega interior le gustó mucho.

Sólo llevaban dos meses conociéndose, pero ya Woo imaginaba una vida junto al Alfa.

Un día, de tantos, le quiso hacer una sorpresa al mayor. Fue a su Facultad con una lonchera que tiene un almuerzo que preparó con todo su amor.

Lo malo, es que al no conocer muy bien donde está la sala de Baile, empieza a rebuscar de un lado a otro. Hasta que de pronto, un melodioso sonido de piano acapara toda su atención. Sigue la música hasta llegar a una puerta medio abierta. Se asomó y se encontró a un muchacho de espalda tocando aquel majestuoso instrumento.

Disfruto un largo rato escuchándolo tocar, cerró los ojos y fue imaginando situaciones hermosas con su Alfa, hasta que sin darse cuenta, perdió el equilibrio y cayó de frente, logrando abrir la puerta y que su cuerpo se adentre a la sala.

El extraño dejó de tocar abruptamente y se giró para encontrar a un hermoso Omega de cabellera rubia, tez blanca y limpia, ojos mieles y brillantes. Y un aura de pureza realmente notoria. No pudo evitar inhalar el aroma a Jazmines, pero al hacerlo, se dio cuenta de a quien tenía en frente.

Woo en cambio, se avergonzó y se levantó rápido mientras palmea sus ropas. Ruborizado le envía una mirada al contrario, encontrando a un muchacho de aspecto extranjero. De piel morena y ojos grandes poco rasgados, piernas y brazos largos, cuerpo atlético y atractivo. El aroma a bosque es algo de lo que está acostumbrado a oler pero aun así, no le molestó nada que venga de parte del desconocido.

—Y-Yo... L-Lo siento, no quería interrumpir su práctica. E-Es que sonaba muy lindo, eres muy bueno —alzó sus pulgares con emoción y nerviosismo.

—Gracias —contestó un poco serio. Mira de arriba a abajo al Omega y nuevamente lo rectifica —¿Eres Jungwoo?

Al escuchar su nombre venir del Alfa desconocido se sorprendió —¿Cómo lo sabe?

Kai tenía razón cuando habló de aquel Omega en todas las diferentes ocasiones que lo ha escuchado y no es porque fuesen amigos o algo. Todos en la Facultad de Música conocen al distinguido Alfa siendo el mejor bailarín del lugar pero a su vez, un muchacho que tiene como pasatiempo estar con Omegas bonitos y si son ingenuos, aun más.

No solo lo ha escuchado hablar de Woo en aquel mes, también de Krystal de la Facultad de Ingeniería, Baekhyun de la Facultad de Diseño, Jennie de la Facultad de Ciencias Sociales y Taemin de la Facultad de Humanidades.

Kai le enferma y ver a esos tontos Omegas dejarse por trucos tan baratos y trillados aún más.

—Déjalo —soltó de pronto, logrando que Jungwoo quien justo se giró para irse se detuviera y lo mirase con confusión —A Kai, déjalo.

—¿Lo conoces? —le preguntó confundido.

—Solo déjalo.

Usualmente es de los que prefiere mantener un perfil bajo, sin hablar ni meterse con nadie ya que cualquier escándalo podría afectar su carrera. No se ha graduado de Música pero ya tiene una agencia y ha sacado distintos álbumes. No le parece raro que Jungwoo no lo reconozca, y es que su estilo es Rap y Trap, no cree que un niño ingenuo como él escuche eso.

Se levantó y tomó su bolso para irse. La única salida es por donde está Woo, por lo que caminó hasta ahí, cruzando a su lado.

El menor no lo quiso dejar ir y toma su muñeca para detenerlo, lo que no se esperó, fue sentir una sobrecarga eléctrica en todo su cuerpo, es un sentimiento raro y explosivo que aloco su mente y corazón. Soltó rápido al contrario como si quemara y al ver la reacción del desconocido, el cual parece igual de perplejo que él, supo que no es el único que sintió la rareza.

Desvía la mirada avergonzado y el Moreno solo se va sin decir nada.

«¿Dejarlo? ¿Por un desconocido que tal vez lo hace solo para bromear? ¡Já! No lo dejaré» Pensó con decisión.

Salió de ahí y siguió buscando a su futura pareja, encontrandolo con unos amigos.

Kai se sorprendió y se notó levemente incómodo pero aún así no dejó de sonreír al Omega, con sus sigilosos amigos enviando una mirada descarada en el cuerpo del menor.

El Alfa le sonríe coqueto y le acaricia sus mejillas agradeciendo la comida.

—¿Harás algo este fin de semana?

—No —contestó con emoción.

—Hay una fiesta, ¿vienes conmigo?

«¿Fiesta? Nunca he ido a una.

Mi mamá no me va a dejar»

Kai al notar vacilante al menor apresuró en decir —Oh vamos, ¿vas a dejarme ir solo? ¿No te preocupas? Además, solo será para divertirnos, te prometo que te divertirás. Si me amas, irías conmigo.

No tardó mucho en acceder ante la insistencia de su pareja y asintió.

Bien, es la primera vez que le miente a su madre de aquella manera descarada y no sólo eso, si no pidiendo a su amigo Felix que le ayudara fingiendo que dormirá con él aquella noche. Aunque no miente tanto, ya que después de la fiesta, se colará en la habitación de su amigo.

Kai lo vino a buscar y con su preocupado amigo diciéndole una y otra vez que tuviera cuidado, se despidió.

Llegaron a la fiesta y nada fue del agrado del Omega. Mucho olor a alcohol y posiblemente drogas. Las personas bailando y moviéndose raro. La música a un volumen tan alto que lo deja sordo. Algunos bailando o besándose de forma tan descarada que tímido se cubre los ojos, causando la risa de Kai.

Fue llevado por su Alfa a la barra. No quiso al principio, se negó una y otra vez pero el Moreno fue demasiado insistente para que bebiera alcohol. Hasta que en un momento se harto y le dijo —Si me amaras lo suficiente, beberías. Pero no me amas, no puedes hacer nada por mi.

Se sintió mal ante aquellas palabras y consolando a su triste Alfa, aceptó beber todo lo que le diera.

Pero no pensó que al hacerlo, ya no tendría el completo control de su cuerpo. Mareado, acalorado con náuseas y una indescriptible ganas de quitarse la ropa y pegarse al calor de su "destinado".

Kai aprovechó la oportunidad de tener a Woo tan ido, torpe e indefenso que lo tomó de la nuca y unió sus labios en un beso descarado, asqueroso que solo buscaba saciar su propia necesidad.

No haría esto, usualmente no es de los que emborracha a los Omegas que liga pero Jungwoo además de ser su favorito y con el que más ansia tener debajo de él gimiendo, también es el más difícil. Es bastante inocente e ingenuo pero nunca dejó que lo tocara estando sobrio.

—Ven, vamos a disfrutar, pequeña belleza —le susurro en su oído con picardía. Lo cargó como a una princesa y se lo lleva hacia una de las habitaciones de arriba.

—Argh, maldita sea —murmuró Lucas luego de que un extraño le vomitó en el brazo.

El bullicio, las personas, la música. Todo es un ambiente que conoce pero no le interesa en lo más mínimo. Solo busca y busca entre las personas una distinguida cabellera rubia y delicada tez blanca. Siente el aroma a Jazmines pero no puede encontrarlo.

Y es que, aún no entiende porqué tanta necesidad de alejarlo de Kai, si lo deja aprenderá de sus errores y a no ser tan tonto e ingenuo pero, no quiere dejarlo. Le enferma el solo pensar que aquel Alfa tocara al Omega desprevenido. Si, lo escuchó hablar en la última clase del viernes que lo va a emborrachar y se lo follara.

Asqueroso y repugnante.

Sus ojos captaron a los lejos, arriba en las escaleras una cabellera rubia muy reconocida, parece ser cargado por otro. Reconoció la espalda y cabello de Kai, por lo que empujando a las personas, salió corriendo hacia ellos.

Al subir no los encuentra y empieza a buscar habitación por habitación encontrándose con muchas parejas en pleno acto. Se estresa y bufa.

—¿Donde están? —murmuró pensativo. Siente algo extraño en su corazón, como si alguien le estuviese llamando y pidiendo ayuda con desespero.

No conoce a Jungwoo de nada, solo por nombre y aún así, solo lo vio una vez para hacerlo sentir raro, como si hubiera caído a sus pies.

Abrió la siguiente puerta y se encontró a Kai encima del rubio intentando quitarle la ropa a fuerzas mientras el Omega chilla y llora.

Algo dentro de él, se volvió loco, su Alfa ladró y se puso a la defensiva. Sin evitarlo, sus ojos se volvieron rojos y se abalanzó encima del contrario, lo tira al suelo para empezar a lanzarle múltiples golpes.

Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, era tarde, dejó el rostro del contrario sangrando y lleno de múltiples heridas.

Respira hondo buscando calmarse.

Y harto del lugar, toma a Jungwoo en brazos para llevárselo a un ambiente seguro.

La cabeza del menor se recuesta en su pecho e inhala su aroma con satisfacción. —Tú eres... —murmuró suave y bajo, casi inaudible. Lo bueno es que dejaron la casa atrás y logró ser escuchado por el Alfa.

—¿Qué? —cuestionó confundido, bajando la vista para encontrarse con aquellos hermosos ojos mieles brillantes mirándolo con expresión adormilada.

—Mi Alfa.

Sus palabras lo descolocaron un poco pero cuando se dio cuenta que su cuerpo reacciono ante sus palabras, se percató que lo escuchado, si es verdad.

—Al parecer... Lo soy.